LA OPOSICIÓN SIN ALMA: RECICLAJE POLÍTICO DE LA CORRUPCIÓN”
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
INTRODUCCIÓN
En los momentos más delicados de la historia de un país,
cuando la ciudadanía arrastra décadas de frustración, pobreza, violencia,
corrupción y abandono institucional, aparecen —cíclicamente— los profetas del
desastre reciclado, los políticos gastados, los rostros quemados por su propio
pasado, pretendiendo erigirse como salvadores de una nación que ellos mismos
ayudaron a hundir. Tal es el caso del llamado “animal político” de Ronald
Umaña, quien recientemente hizo un llamado a los partidos ARENA, FMLN y VAMOS
para conformar una coalición con el fin de “sacar del poder” al presidente
Nayib Bukele.
El problema no es solo el llamado. El verdadero problema
es quién lo hace, desde dónde lo hace, con qué autoridad moral lo hace y con
qué credibilidad pretende ser escuchado. No se trata aquí de un simple
desacuerdo ideológico; estamos ante una ofensa a la memoria colectiva de un
pueblo que ha pagado con sangre, con hambre y con miedo los errores de una
clase política corrupta, saqueadora y criminal.
Este comentario no busca ser complaciente ni diplomático.
Busca ser crudo, frontal, incómodo y dolorosamente honesto, porque El Salvador
ya no está para cuentos, ni para disfraces democráticos, ni para coaliciones de
la podredumbre.
I. El mensajero desacreditado: cuando el pasado sepulta
cualquier discurso
Lo primero que salta a la vista es el mensajero. Ronald
Umaña no es un ciudadano cualquiera. Es un político con un pasado que lo
persigue como una sombra imposible de borrar. Su figura está marcada por el
desprestigio, el desgaste, la desconfianza social y la percepción de
corrupción. No se trata de un ataque personal, sino de un hecho político
incontestable: la población ya no le cree.
Y cuando un político pierde la credibilidad, pierde todo.
Puede conservar micrófonos, puede conservar espacios en medios, puede conservar
redes, pero no conserva autoridad moral. Y sin autoridad moral, todo discurso
es hueco, todo llamado es sospechoso y toda iniciativa es vista como una
maniobra más del viejo circo político.
Pretender liderar un proceso de salvación nacional desde
la ruina moral es como intentar apagar un incendio con gasolina.
II. LA COALICIÓN IMPOSIBLE: UNIR RUINAS NO CONSTRUYE
FUTURO
El llamado a unir a ARENA, FMLN y VAMOS no solo es políticamente
torpe, sino históricamente insultante. Estos partidos no representan
renovación, ni esperanza, ni proyecto de nación. Representan, para millones de
salvadoreños:
·
Corrupción
estructural
·
Saqueo del
Estado
·
Pactos con
pandillas
·
Privilegios
para las élites
·
Abandono de
la educación y la salud
·
Migración
forzada
·
Miedo
cotidiano
Treinta años de dominio político de estas estructuras no
dejaron prosperidad; dejaron fosas comunes, desplazados, extorsiones,
asesinatos, hambre y desesperanza. Pretender que esos mismos partidos, ahora
“unidos”, van a convertirse mágicamente en una alternativa ética y eficiente,
es pedirle al pueblo que padezca amnesia histórica voluntaria.
Y el pueblo salvadoreño ya no sufre de amnesia.
III. EL ARGUMENTO CENTRAL: “AUNQUE SE UNAN TODOS, NO
GANAN”
La afirmación es brutal, pero profundamente realista:
Aunque se unieran los partidos opositores de El Salvador,
Honduras y Guatemala, no lograrían derrotar políticamente a Bukele. ¿Por qué?
Porque más allá del debate sobre estilos de gobierno, lo que existe hoy es un
hecho político irreversible: el presidente ha ejecutado obras que durante
décadas fueron promesas vacías. Infraestructura, seguridad, recuperación
territorial, combate frontal a las pandillas, control del caos que por años
dominó barrios enteros.
Mientras la oposición habla, el gobierno ejecuta.
Mientras la oposición conspira, el gobierno construye.
Mientras la oposición critica sin propuestas, el gobierno
muestra resultados visibles.
La política real no se decide en discursos: se decide en
lo que la gente ve, vive y compara.
IV. EL VACÍO PROGRAMÁTICO: LA OPOSICIÓN SIN PLAN, SIN
IDEAS Y SIN RUMBO
Uno de los aspectos más lapidarios del documento es este:
La oposición no tiene absolutamente nada que ofrecerle al
país. Ni a corto, ni a mediano, ni a largo plazo.
No existe:
·
Proyecto de
nación
·
Plan
económico serio
·
Política
social coherente
·
Estrategia
de seguridad creíble
· Programa
educativo estructurado
Lo único que pueden ofrecer es lo que ya conocemos
demasiado bien:
·
Más
corrupción
·
Más
oportunismo
·
Más saqueo
·
Más pactos
oscuros
·
Más
simulación democrática
La pregunta es devastadora y certera:
¿Quién le apuesta a un barco que no tiene rumbo?
El pueblo ya apostó una vez. Apostó dos veces. Apostó
treinta años… y perdió.
V. EL FACTOR DECISIVO: EL HARTAZGO POPULAR
El documento señala una verdad que explica todo el
fenómeno político actual:
·
El pueblo se
cansó.
· Se cansó de:
·
Robos
·
Miseria
·
Hambre
· Hospitales
abandonados
·
Escuelas en
ruinas
·
Miedo
constante
·
Calles
controladas por pandillas
·
Se cansó de
vivir con la muerte rondando cada esquina.
· Se cansó de
pagar impuestos para que otros vivieran como reyes.
·
Se cansó de
promesas que nunca se cumplieron.
·
Y cuando un
pueblo se cansa de verdad, ya no hay discurso que lo seduzca, ni coalición que
lo engañe.
VI. LA AMENAZA IMPLÍCITA: VOLVER AL PASADO CRIMINAL
El documento es contundente en su advertencia final:
·
Con ARENA,
FMLN y VAMOS regresarían las pandillas, los asesinatos, las extorsiones y la
violencia.
·
Esto no es
una consigna política: es una advertencia histórica. Son esos partidos los que
·
Negociaron
con pandillas
·
Ocultaron
pactos
·
Permitieron
el control territorial del crimen.
· Normalizaron
la extorsión.
·
La seguridad
no colapsó sola. La seguridad fue entregada deliberadamente.
CONCLUSIÓN
La oposición no
perdió por Bukele, perdió por sí misma
La oposición actual no es víctima de Bukele.
Es víctima de su propia historia, de sus propias
traiciones, de sus propios robos, de su propia mediocridad política.
No perdió poder porque alguien se los arrebató
injustamente.
Lo perdió porque la gente se los quitó democráticamente,
cansada de ser engañada.
El llamado de Ronald Umaña no es un acto de valentía
política:
Es un estertor de un sistema que se resiste a aceptar su
entierro histórico.
REFLEXIÓN FINAL:
El pueblo ya no camina hacia atrás
El Salvador no está viviendo simplemente un cambio de
gobierno.
Está viviendo un quiebre psicológico, político y cultural
con su pasado.
El pueblo ya aprendió una lección que antes no tenía:
·
Que también
puede castigar con votos, no solo con lágrimas.
·
Hoy la
política ya no se juega en las cúpulas, se juega en la memoria colectiva.
·
Y esa
memoria está llena de nombres, partidos, siglas y traiciones que no se olvidan.
·
La oposición
puede unirse.
·
Puede
gritar.
·
Puede
conspirar.
·
Puede
marchar.
· Pero
mientras no haga algo elemental —pedir perdón, limpiar sus filas, romper con la
corrupción, presentar un proyecto real de nación— seguirá siendo solo eso: La
oposición sin alma de un país que ya decidió no volver atrás.
SAN SALVADOR, 8 DE DICIEMBRE DE 2025
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