OBRAS SON
AMORES Y NO BUENAS RAZONES. EL DISCURSO VACÍO Y HUECO DE LA OPOSICIÓN”
Por MSc. JOSÈ
ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
Esta semana que
està finalizando el Pte de la Republica Nayib Armando Bukele anunció el
proyecto de dos escuela por dia. Ademàs, dejó claro el incremento en el
presupuesto a la Universidad de El Salvador; señalando que, si bien es cierto
que las instalaciones fueron cedidas para albergar a los atletas de los juegos
Centroamericanos y del Caribe y el concurso de miss Universo, pero a cambio de
ello se invirtieron 52 millones en crear mejores instalaciones de la institución.
En cuanto al presupuesto de la UES, expresó que durante los gobiernos del FMLN
el presupuesto llegó a alcanzar los 100 millones y hoy la Universidad goza de
un Presupuesto de 130 millones de dólares.
Sin lugar a dudas
estamos tiempos en que el pueblo clama por soluciones reales y cambios
concretos, muchos políticos de oposición que se dedican más a hablar que a
actuar. Repiten discursos llenos de promesas, acusaciones y palabras bonitas,
pero vacías de hechos. Mientras tanto, durante sus gobiernos, la gente común se
quedó esperando mejores condiciones de vida, seguridad, empleo y justicia.
Este ensayo analiza cómo la oposición
política, en lugar de ser una fuerza constructiva y fiscalizadora, muchas veces
se convierte en un eco vacío que critica por criticar, sin propuestas reales ni
voluntad de trabajar por el bien común.
1. LAS PALABRAS
NO BASTAN: EL PUEBLO EXIGE HECHOS
El dicho popular
“Obras son amores y no buenas razones” refleja una gran verdad: los actos valen
más que mil palabras. La oposición política suele hacer alarde de su supuesta
preocupación por el pueblo, pero ¿dónde están las acciones concretas? Muchos de
estos actores políticos tuvieron décadas para cambiar las cosas cuando fueron
gobierno, y no lo hicieron. Hoy critican con dureza a quien sí intenta hacer
algo, aunque no les guste. Para el pueblo, las palabras no sirven si no van
acompañadas de hechos reales. Y aquí es donde està la gran diferencia, entre
los 20 años de gobierno de ARENA y los 10 del FMLN, 30 que gobernaron y el
pueblo se quedó esperando las grandes soluciones propuestas. En cambio, hoy lo
que el Pte promete lo cumple y estas son obras que llegan al pueblo más
necesitado.
2. EL DISCURSO
HUECO: UNA ESTRATEGIA DE DESGASTE
Gran parte del
discurso opositor gira en torno a descalificar al gobierno de turno, muchas
veces con información tergiversada, exageraciones o acusaciones sin pruebas,
sin fundamento. En lugar de construir una visión de país o aportar soluciones,
se dedican a sembrar el miedo, la duda y el desprestigio. Esta estrategia no
solo cansa, sino que insulta la inteligencia del pueblo, que cada día está más consciente
y menos manipulable.
3. FALTA DE
PROPUESTAS CLARAS Y VIABLES
Otro gran vacío
de la oposición es su incapacidad para presentar planes sólidos. Cuando se les
pregunta qué harían diferente, se enredan, evaden o repiten fórmulas que ya
fracasaron. Siguen gritando consignas, todavía “lucha hoy socialismo mañana” (FMLN)
con esta retòrica inflamada de revolucionaria no hacen más que recordarle al
pueblo la traición y el engaño del FMLN, que sirvió nada más para hacer
millonarios a unos pocos de la cúpula.
No se trata solo
de criticar, sino de demostrar que pueden hacerlo mejor. Si no hay propuestas
claras, coherentes y realistas, el discurso se vuelve estéril. La gente no
quiere más promesas rotas, quiere caminos concretos para avanzar.
4. LA DESCONEXIÓN
CON EL PUEBLO
Uno de los
mayores problemas que enfrenta la oposición política en muchos países, y
especialmente en El Salvador, es su profunda desconexión con la realidad que
vive el pueblo. Muchos de sus líderes han pasado años en cargos públicos, en
oficinas con aire acondicionado, rodeados de asesores, sin tocar ni por un
instante el suelo polvoriento de las comunidades que dicen representar. Hablan
de hambre, pobreza y salud sin conocer el precio de una libra de frijoles o sin
haber hecho fila nunca en un hospital público.
5. CUANDO EL
PASADO LOS CONDENA
Los partidos
tradicionales que hoy están en la oposición, en su momento fueron gobierno.
Gobernaron durante décadas y no resolvieron los grandes problemas del país:
pobreza, violencia, corrupción, desempleo, educación deficiente. ¿Con qué
solvencia moral vienen ahora a exigir cuentas si cuando
tuvieron el poder no hicieron nada? La memoria histórica del pueblo no es tan
corta como creen. Hoy más que nunca, la gente exige coherencia entre lo que se
dice y lo que se ha hecho.
CONCLUSIÓN
No se puede
construir un país con discursos vacíos ni con promesas rotas. El pueblo
necesita una oposición seria, con propuestas, con ética, con amor por su
tierra. Una oposición que no solo critique, sino que también trabaje y
proponga. Porque la patria se construye entre todos, y no solo desde los
micrófonos o las redes sociales, desde la retórica, desde los discursos grandilocuentes,
“Obras son amores y no buenas razones”, dice el refrán. Y eso es lo que el
pueblo exige: menos palabras y más acción.
REFLEXIÓN FINAL
Este ensayo no
busca defender a ningún gobierno, sino invitar a la reflexión: ¿qué tipo de
oposición necesitamos? La respuesta es simple: una oposición responsable, que
respete la inteligencia del pueblo, que escuche más y hable menos, que proponga
más y ataque menos, y que entienda que la política no es una guerra por el
poder, sino un compromiso por el bien común. Ya es hora de dejar atrás a los
políticos que solo saben hablar bonito y empezar a valorar a los que trabajan con
el pueblo y para el pueblo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.
Galeano, Eduardo. Patas arriba. La escuela del mundo al
revés. Siglo XXI Editores, 1998.
2. Chomsky,
Noam. El miedo a la democracia. Ediciones B, 1993.
3. Freire,
Paulo. La educación como práctica de la libertad. Siglo XXI Editores, 2004.
4. Morlino,
Leonardo. Cambios de régimen y consolidación democrática. Paidós, 2005.
5. Diario El
Salvador. Análisis político y opinión nacional. Ediciones varias.
6. Constitución
de la República de El Salvador.
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