miércoles, 5 de noviembre de 2025

 


RESUMEN DEL ENSAYO: LA REBELIÓN DE LA RAZÓN: FILOSOFAR EN TIEMPOS DE MANIPULACIÓN

Por: MSc. JOSÉ ISTAREL VENTURA.

1. PENSAR COMO ACTO DE REBELIÓN

El autor plantea que pensar filosóficamente no es un lujo, sino un acto de resistencia frente a la mentira institucionalizada. Pensar, en este contexto, significa romper con el sentido común que naturaliza la injusticia y disfraza de racional lo que solo beneficia al poder. Citando a Karel Kosík y Antonio Gramsci, Ventura sostiene que trascender el sentido común implica destruir las estructuras simbólicas que sostienen al sistema capitalista y sus apariencias de verdad.

Vivimos —advierte— en una época donde el poder no domina solo con leyes o coerción, sino mediante la creación de “verdades” difundidas por los medios de comunicación y las redes sociales.

El ciudadano, aunque cree ser libre, está atrapado en una jaula invisible de discursos prefabricados que moldean su pensamiento. En este contexto, la filosofía se convierte en una herramienta liberadora que enseña a dudar, a cuestionar lo evidente y a buscar la esencia detrás de las apariencias.

Pensar críticamente, entonces, es un acto político que rompe la manipulación mediática y abre el camino hacia la emancipación mental.

2. EL SENTIDO COMÚN Y LA HEGEMONÍA CULTURAL

Ventura, siguiendo la teoría de Gramsci, explica que el sentido común ha sido uno de los instrumentos más eficaces de dominación. Aunque se presenta como “sabiduría popular”, en realidad funciona como ideología que convierte los intereses de las clases dominantes en verdades compartidas por los oprimidos. De ese modo, el pueblo acepta la desigualdad como natural y la injusticia como inevitable.

En el capitalismo actual, el sentido común actúa como un “software mental” que programa la percepción del mundo. Nos enseña a pensar en términos de éxito individual, competencia y obediencia, justificando la pobreza como fracaso personal y la explotación como progreso. Los medios de comunicación refuerzan este sistema, uniformando pensamientos y emociones. Quien disiente, es marginado. En este proceso, la ignorancia se convierte en instrumento político: el sistema no teme a los incultos, teme a los que piensan. El pensamiento libre, por tanto, es el mayor peligro para la hegemonía.

En la era digital, esta dominación se ha tecnificado. Las plataformas como Google, Meta o TikTok fabrican identidades y emociones mediante algoritmos que priorizan la emoción sobre la razón. Lo que antes era manipulación mediática ahora es ingeniería del comportamiento. Según el autor, vivimos en un “capitalismo de vigilancia” donde los datos y la atención se han convertido en mercancías. Así, la hegemonía cultural se sostiene no por la censura, sino por la saturación: el exceso de información neutraliza el pensamiento.

3. PSEUDOCONCRECIÓN Y APARIENCIA DE VERDAD

Inspirado en Karel Kosík, Ventura explica que la “pseudoconcreción” es el mundo de las apariencias donde lo falso se presenta como verdadero y lo irracional como lógico. En la vida cotidiana, el ciudadano actúa dentro de un sistema que le da respuestas sin permitirle formular preguntas. Las cosas —productos, valores, símbolos— parecen tener sentido propio, ocultando las relaciones de poder que las generan. Un celular, por ejemplo, se percibe como símbolo de estatus, sin reconocer el sufrimiento que su producción implica.

Este fenómeno es alimentado por los medios y la publicidad, que sustituyen la realidad por simulacros. Las guerras se vuelven espectáculos, la injusticia se convierte en noticia pasajera y la educación en simple repetición. De este modo, el pensamiento profundo desaparece, sustituido por juicios superficiales y frases vacías.

 El ciudadano termina defendiendo las mismas apariencias que lo oprimen. La tarea filosófica consiste, entonces, en penetrar más allá de esas apariencias, revelar sus contradicciones y reconstruir la verdad concreta. Trascender la pseudoconcreción es liberarse de la manipulación ideológica.

4. PENSAR CONTRA EL SISTEMA

Pensar contra el sistema —dice Ventura— es pensar contra el miedo. La verdadera amenaza para el poder no es la ignorancia, sino la conciencia crítica. A lo largo de la historia, las transformaciones sociales han nacido del pensamiento libre: Sócrates, Marx, Freire o Monseñor Romero encarnan esa tradición de pensamiento que incomoda y transforma. Por eso, los sistemas dominantes intentan neutralizar el pensamiento crítico mediante la saturación informativa y el entretenimiento vacío.

El autor insiste en que el pensamiento filosófico no debe ser contemplativo, sino comprometido. No basta conocer la injusticia, hay que indignarse y actuar. La filosofía auténtica desciende del aula al pueblo, convirtiéndose en praxis liberadora. En este sentido, la educación crítica tiene la misión de formar sujetos pensantes y no simples repetidores de ideas. Pensar es desobedecer cuando la obediencia perpetúa la injusticia.

Asimismo, el pensamiento crítico no destruye por destruir, sino que crea nuevas posibilidades. Su finalidad es emancipadora: liberar la mente de la servidumbre ideológica. Ventura recuerda, siguiendo a Camus y Freire, que pensar es comprometerse con la vida y con la justicia. El pensamiento libre no se arrodilla ante ningún poder porque su fuerza es moral, y cuando el pensamiento despierta, el poder comienza a temblar.

5. LA RAZÓN COMO ESPERANZA Y REVOLUCIÓN

En su cierre, Ventura sostiene que trascender el sentido común es una necesidad histórica. El capitalismo ha fabricado un sistema de manipulación que convierte la mentira en norma y la obediencia en virtud. Sin embargo, ninguna estructura de dominación es eterna cuando los pueblos piensan por sí mismos.

La educación crítica, la filosofía y el pensamiento emancipador son las herramientas para romper ese círculo de sometimiento.

En la era de los algoritmos, la tarea revolucionaria ya no es solo política, sino cultural y espiritual: enseñar a discernir, a sospechar y a distinguir lo real de lo aparente. Pensar libremente es reconstruir la dignidad humana y el poder de la conciencia. La rebelión de la razón, entonces, no destruye con armas, sino con ideas. La verdad se convierte en la fuerza moral que puede derrumbar al sistema establecido.

El pensamiento filosófico —concluye Ventura— es el acto más humano y más político que existe. Es amor a la verdad, al pueblo y a la justicia. Pensar hoy, en tiempos de manipulación, es un acto revolucionario que reafirma la esperanza en el ser humano. Cuando el pueblo se atreve a pensar con su propia voz, comienza la verdadera liberación.

 

 

San Salvador, 5 de noviembre de 2025

 

 

NOTA: Si alguien desea leer todo el ensayo, puede visitar mi blog: www. Cuadernosdeciencia.blog pot.com

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