jueves, 6 de noviembre de 2025

  RESUMEN DEL ENSAYO “DEL ALGORITMO AL PENSAMIENTO CRÍTICO”: EL PODER ÉTICO DE LOS NUEVOS COMUNICADORES”

POR MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA

1. LA REVOLUCIÓN DIGITAL Y EL NUEVO PODER DE LA PALABRA

Vivimos una época en la que el poder de comunicar se ha desplazado de las grandes corporaciones mediáticas hacia el ciudadano común. Hoy, un teléfono y una idea bastan para hablarle al mundo. Esta democratización de la palabra ha transformado la cultura, la educación y la política.

En El Salvador, esta revolución ha sido liberadora: el pueblo dejó de depender de los medios tradicionales para informarse y comenzó a construir su propio criterio. Las redes sociales rompieron los muros del silencio y devolvieron la voz a los ciudadanos.

Sin embargo, la libertad sin ética puede convertirse en caos. No todo el que tiene micrófono tiene conciencia; no todo el que opina construye. Comunicar es educar, orientar y formar conciencia. La palabra no es un juego, es un compromiso con la verdad.

2. EDUCACIÓN DIGITAL Y CULTURA CRÍTICA

Las plataformas digitales se han convertido en aulas abiertas donde millones de jóvenes aprenden cada día. Desde tutoriales científicos hasta análisis políticos, los youtubers y creadores de contenido han abierto una escuela paralela: libre, accesible y creativa.

Pero no todo lo que se publica educa. La red también propaga ignorancia, odio y manipulación. Por eso, el comunicador tiene un deber moral: enseñar con verdad, no con fanatismo; inspirar pensamiento, no confusión.

Educar en la era digital no significa solo compartir información, sino formar pensamiento crítico, enseñar a discernir entre verdad y mentira, entre argumento y propaganda. La educación digital auténtica es emancipadora porque convierte al espectador en ciudadano pensante.

 3. EL SALVADOR Y LA DESMONOPOLIZACIÓN MEDIÁTICA

Durante décadas, la comunicación en El Salvador estuvo controlada por una élite económica y política que dictaba lo que el pueblo debía pensar. Pero con el liderazgo del presidente Nayib Bukele, esa estructura se quebró.

Las redes sociales y los creadores independientes devolvieron la voz al pueblo, permitiendo que la verdad circule sin censura.

Los youtubers honestos se convirtieron en nuevos cronistas del cambio, denunciando la hipocresía de los viejos medios. Sin embargo, también surgieron comunicadores que, disfrazados de críticos, repiten las mentiras de los mismos grupos corruptos del pasado.

Hoy, el pueblo salvadoreño distingue entre quienes informan con integridad y quienes manipulan por interés. El criterio moral es el nuevo filtro de la verdad.

4. ÉTICA, RESPONSABILIDAD Y EL RETO DEL ALGORITMO

El algoritmo domina lo que vemos y escuchamos. Premia lo superficial, lo escandaloso, lo que divide. En ese contexto, ser ético es un acto de resistencia.

El comunicador responsable no se vende al algoritmo ni a los “likes”: se debe a la verdad, al respeto y a la coherencia.

Tres pilares de la ética digital:

·         Veracidad: mentir por fama es traicionarse a sí mismo.

·         Respeto: el insulto no es argumento; la burla no es crítica.

·         Coherencia: quien exige ética debe vivir con ética.

El verdadero comunicador no compite por atención, sino por conciencia. Su meta no es viralizar, sino iluminar.

5. LÍMITES ÉTICOS Y LEGALES EN LA ERA DIGITAL

La libertad de expresión es un derecho sagrado, pero no es ilimitada. En El Salvador, el artículo 6 de la Constitución garantiza a toda persona el derecho a expresar y difundir sus pensamientos, siempre que no se atente contra el orden público ni se lesione la moral, el honor o la vida privada de los demás.

Esto significa que la libertad conlleva responsabilidad. No se puede usar la palabra para destruir, calumniar o humillar.

LÍMITES LEGALES FUNDAMENTALES:

La difamación y la calumnia son delitos. Quien usa su canal para mentir o denigrar comete un abuso, no ejerce un derecho.

 El derecho a la privacidad es inviolable. Publicar datos, imágenes o información personal sin consentimiento es una falta moral y legal.

El respeto a la dignidad humana es principio constitucional. El comunicador no debe degradar el debate público con odio, vulgaridad o insultos.

El profesionalismo obliga a distinguir entre hechos y opiniones, verificar fuentes y mantener transparencia. Ser libre no significa decir cualquier cosa, sino decir la verdad con respeto.

La ley no censura la opinión, protege la convivencia. La ética no limita la libertad, la ennoblece.

6. BUKELE Y LA REVOLUCIÓN COMUNICACIONAL

La victoria de Nayib Bukele en 2019 marcó una ruptura total con el viejo sistema mediático. El presidente habló directamente al pueblo a través de las redes, rompiendo el monopolio de la información y recuperando la confianza ciudadana.

Miles de salvadoreños se convirtieron en comunicadores espontáneos, defendiendo la verdad frente a la manipulación de los viejos medios.

Esta nueva comunicación horizontal ha hecho del pueblo protagonista del relato nacional.

Sin embargo, el apoyo no debe convertirse en fanatismo.

El verdadero comunicador no obedece ciegamente: piensa, analiza y defiende la verdad, incluso cuando incomoda.

7. HACIA UNA NUEVA SOCIEDAD COMUNICANTE

El Salvador está construyendo no solo infraestructura, sino conciencia. Las redes sociales ya no son solo espacios de ocio: son foros de debate, aprendizaje y ciudadanía.

Los nuevos comunicadores —docentes, jóvenes, trabajadores, madres, estudiantes— están edificando una sociedad comunicante, basada en el diálogo, la empatía y la verdad.

La comunicación del futuro no será espectáculo ni propaganda, sino educación y conciencia.

El comunicador del siglo XXI será un maestro del espíritu, un arquitecto del pensamiento crítico.

Porque la verdadera revolución no es tecnológica: es moral.

 REFLEXIÓN FINAL

En la era del ruido digital, el desafío no es hablar más fuerte, sino hablar con sabiduría.

No se trata de tener voz, sino de tener conciencia.

El comunicador ético no busca fama ni poder, sino servir a su pueblo con la verdad.

Cada palabra que se lanza al mundo es un acto moral.

Cada video puede destruir o despertar conciencia.

Y cada creador debe elegir: ¿será un mercader del algoritmo o un educador del pensamiento?

Cuando el pueblo habla con verdad y los comunicadores educan con ética, la comunicación se convierte en justicia.

 “La palabra ética y reflexiva será la brújula que devuelva al ser humano su rumbo moral.”

MSc. José Israel Ventura, San Salvador, noviembre de 2025

 

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