miércoles, 10 de septiembre de 2025

 

“EL FRAUDE DE LAS ONG: INSTRUMENTOS DE DOMINACIÓN Y CÓMPLICES DE 30 AÑOS DE SAQUEO”

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

INTRODUCCIÓN

En El Salvador, país que durante 30 años fue administrado y saqueado por ARENA y el FMLN, floreció un ecosistema de más de 200 organizaciones no gubernamentales (ONG). Para el discurso oficial y para ciertos analistas, la abundancia de ONG debía ser motivo de orgullo: era la muestra de una sociedad civil activa, preocupada por el desarrollo, los derechos humanos y la democracia.

Sin embargo, detrás de ese maquillaje progresista se esconden verdades incómodas y preguntas que interpelan con fuerza: ¿Qué beneficios concretos le han dejado al pueblo tantas ONG? ¿Eran verdaderos proyectos solidarios o simples fachadas para agendas externas? ¿Hasta qué punto se hicieron cómplices de la corrupción sistemática que carcomió al Estado salvadoreño durante las tres décadas de gobiernos de ARENA y FMLN? Y lo más grave aún: ¿Acaso no han sido un instrumento geopolítico diseñado para mantener a nuestro país en una eterna condición de atraso y dependencia?

Este ensayo sostiene que gran parte de las ONG en El Salvador han sido un engaño monumental, un espejismo cuidadosamente diseñado para perpetuar la pobreza, neutralizar la rebeldía popular y legitimar la intervención de potencias extranjeras. Han servido, en no pocos casos, como muletas del sistema corrupto y como correas de transmisión de intereses imperiales.

Sí, algunas han aportado proyectos valiosos, pero la balanza histórica se inclina hacia la complicidad, la hipocresía y la traición a los ideales de soberanía y justicia social. 

1. LA INVASIÓN SILENCIOSA DE LAS ONG

Después de los Acuerdos de Paz de 1992, El Salvador se convirtió en un terreno fértil para la proliferación de ONG. La guerra había dejado un país devastado y con instituciones débiles. En ese vacío, llegaron centenares de organizaciones extranjeras, presentándose como salvadoras. Pero la pregunta es: ¿Quién las invitó? ¿El pueblo? ¿O los organismos internacionales que necesitaban un canal “más confiable” que los propios gobiernos corruptos?

Autores críticos como Petras (1997) advierten que las ONG no nacieron como un acto de generosidad desinteresada, sino como parte de una estrategia para controlar la movilización social y domesticar a los pueblos. En El Salvador, el Estado débil abrió las puertas y, en nombre de la cooperación, se instauró una verdadera invasión silenciosa de proyectos fragmentados, cada uno respondiendo a intereses foráneos, nunca a un plan nacional.

2. LOS BENEFICIOS: MIGAJAS PARA EL PUEBLO, NEGOCIO PARA LAS ÉLITES

Se dice que las ONG trajeron beneficios. Sí, los trajeron, pero como migajas. Unas clínicas improvisadas en cantones olvidados, talleres de costura con financiamiento extranjero, becas limitadas para unos pocos jóvenes. ¿Eso es desarrollo? ¿Eso saca de la pobreza a un país entero?

La verdad es que esas intervenciones, aunque valiosas en lo inmediato, jamás atacaron la raíz de los problemas: la falta de soberanía económica, la corrupción estatal y la dependencia estructural. En muchos casos, los “beneficios” eran más espectáculo que transformación. Como señala Harvey (2005), el neoliberalismo se sostiene con programas asistencialistas que neutralizan la protesta, pero no cambian el sistema.

3. LA AGENDA OCULTA: EL DISFRAZ DEL ALTRUISMO

Las ONG son expertas en disfrazarse de filántropas. Hablan de “derechos humanos”, de “empoderamiento”, de “inclusión”. Pero, ¿quién dicta sus prioridades? No son las comunidades, sino los financiadores internacionales. Y los financiadores —USAID, Unión Europea, fundaciones privadas ligadas a grandes corporaciones— no invierten por amor al pueblo salvadoreño, sino para asegurar influencia política y económica.

Chomsky (2003) lo advirtió con claridad: la cooperación internacional es una herramienta de dominio. Y en El Salvador, las ONG han servido de correa de transmisión de esas políticas, imponiendo agendas que convienen al Norte global, no al campesino de Morazán ni al estudiante de Soyapango.

4. ONG Y CORRUPCIÓN: CÓMPLICES Y ENCUBRIDORAS

Uno de los capítulos más oscuros es la relación entre ONG y los partidos políticos que gobernaron el país. ARENA y el FMLN usaron ONG como fachadas para desviar fondos.

La Asamblea Legislativa lo destapó en 2021: decenas de ONG “fantasma” recibieron millones de dólares del erario sin rendir cuentas ni ejecutar proyectos reales.

Y, mientras tanto, muchas de las ONG “serias” guardaban silencio. No denunciaban, no fiscalizaban, no se enfrentaban a los gobiernos corruptos. Se volvieron cómplices por omisión o por conveniencia. Así, el noble discurso de la sociedad civil quedó enredado en la maraña de corrupción que desangró al país.

5. ¿FRENO AL DESARROLLO? EL ESPEJISMO DE LA COOPERACIÓN

La prueba más contundente está a la vista: después de tres décadas de abundancia de ONG, El Salvador sigue cargando con pobreza, desigualdad y falta de oportunidades. ¿Cómo explicar que, con tantos proyectos y millones de dólares en cooperación, el pueblo siga igual o peor?

La respuesta es clara: las ONG no fueron diseñadas para generar desarrollo real, sino para administrar la pobreza. Con programas asistenciales, calmaban la desesperación social, pero nunca construyeron autonomía económica ni industrialización. Como diría Petras (1997), actuaron como colchones del sistema, amortiguando la ira popular para que los poderosos pudieran seguir robando sin miedo.

6. GEOPOLÍTICA Y DOMINACIÓN: LAS ONG COMO INSTRUMENTOS DEL ATRASO

El Salvador no es una excepción. Las ONG son parte de la maquinaria global de dominación. Funcionan como tentáculos de la geopolítica: canalizan fondos, difunden ideologías neoliberales, promueven “democracias controladas” y, sobre todo, mantienen a países como el nuestro en condición de subordinación.

Harvey (2005) lo resume: el neoliberalismo se impone no solo desde los mercados, sino también desde los discursos legitimados por instituciones aparentemente inocentes. Y las ONG, en este sentido, son el caballo de Troya del poder imperial.

CONCLUSIÓN

La presencia de más de 200 ONG en El Salvador no ha significado desarrollo, sino dependencia, corrupción y atraso. Han operado como actores disfrazados de solidarios, pero en la práctica se alinearon con los intereses de ARENA, FMLN y de potencias extranjeras. El pueblo salvadoreño recibió migajas, mientras los políticos corruptos y los burócratas de la cooperación se enriquecieron.

El mito de las ONG como motores de desarrollo se desploma frente a la evidencia: lejos de ser una solución, se convirtieron en parte del problema.

REFLEXIÓN FINAL

El Salvador no necesita ONG que se vistan de ovejas, pero actúen como lobos. Lo que necesita es soberanía, instituciones limpias y un modelo de desarrollo propio, no dictado desde Washington ni desde Bruselas.

La verdadera emancipación no vendrá de la cooperación extranjera ni de organizaciones intermediarias, sino de la capacidad del pueblo salvadoreño para construir un Estado fuerte, transparente y orientado al bien común. Mientras sigamos dependiendo de ONG y agendas externas, seguiremos siendo un país atado, pobre y manipulado.

Ha llegado la hora de mirar con desconfianza el espejismo de la cooperación y de exigir transparencia, rendición de cuentas y un cambio estructural que devuelva al país su dignidad y su futuro.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1.            Chomsky, N. (2003). Hegemonía o supervivencia: la búsqueda de dominio global por Estados Unidos. Barcelona: Crítica.

2.            Escobar, A. (1995). Encountering Development: The Making and Unmaking of the Third World. Princeton University Press.

3.      Harvey, D. (2005). Breve historia del neoliberalismo. Madrid: Akal.

4.      Petras, J. (1997). Las ONG y la política del neoliberalismo. Buenos Aires: CLACSO.

5.      Asamblea Legislativa de El Salvador. (2021). Informe sobre financiamiento a ONG con fondos públicos. San Salvador.

 

 

 

SAN SALVADOR, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2025

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