“EL FRAUDE DE LAS ONG: INSTRUMENTOS DE DOMINACIÓN Y
CÓMPLICES DE 30 AÑOS DE SAQUEO”
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
En El Salvador, país que durante 30 años fue administrado
y saqueado por ARENA y el FMLN, floreció un ecosistema de más de 200 organizaciones no gubernamentales (ONG). Para el discurso oficial y para
ciertos analistas, la abundancia de ONG debía ser motivo de orgullo: era la
muestra de una sociedad civil activa, preocupada por el desarrollo, los
derechos humanos y la democracia.
Sin embargo, detrás de ese maquillaje progresista se
esconden verdades incómodas y preguntas que interpelan con fuerza: ¿Qué beneficios
concretos le han dejado al pueblo tantas ONG? ¿Eran verdaderos proyectos
solidarios o simples fachadas para agendas externas? ¿Hasta qué punto se
hicieron cómplices de la corrupción sistemática que carcomió al Estado
salvadoreño durante las tres décadas de gobiernos de ARENA y FMLN? Y lo más
grave aún: ¿Acaso no han sido un instrumento geopolítico diseñado para mantener
a nuestro país en una eterna condición de atraso y dependencia?
Este ensayo sostiene que gran parte de las ONG en El
Salvador han sido un engaño monumental, un espejismo cuidadosamente diseñado
para perpetuar la pobreza, neutralizar la rebeldía popular y legitimar la
intervención de potencias extranjeras. Han servido, en no pocos casos, como
muletas del sistema corrupto y como correas de transmisión de intereses
imperiales.
Sí, algunas han aportado proyectos valiosos, pero la balanza histórica se inclina hacia la complicidad, la hipocresía y la traición a los ideales de soberanía y justicia social.
1. LA INVASIÓN SILENCIOSA DE LAS ONG
Después de los Acuerdos de Paz de 1992, El Salvador se
convirtió en un terreno fértil para la proliferación de ONG. La guerra había
dejado un país devastado y con instituciones débiles. En ese vacío, llegaron
centenares de organizaciones extranjeras, presentándose como salvadoras. Pero
la pregunta es: ¿Quién las invitó? ¿El pueblo? ¿O los organismos
internacionales que necesitaban un canal “más confiable” que los propios
gobiernos corruptos?
Autores críticos como Petras (1997) advierten que las ONG
no nacieron como un acto de generosidad desinteresada, sino como parte de una
estrategia para controlar la movilización social y domesticar a los pueblos. En
El Salvador, el Estado débil abrió las puertas y, en nombre de la cooperación,
se instauró una verdadera invasión silenciosa de proyectos fragmentados, cada
uno respondiendo a intereses foráneos, nunca a un plan nacional.
2. LOS BENEFICIOS: MIGAJAS PARA EL PUEBLO, NEGOCIO PARA
LAS ÉLITES
Se dice que las ONG trajeron beneficios. Sí, los
trajeron, pero como migajas. Unas clínicas improvisadas en cantones olvidados,
talleres de costura con financiamiento extranjero, becas limitadas para unos
pocos jóvenes. ¿Eso es desarrollo? ¿Eso saca de la pobreza a un país entero?
La verdad es que esas intervenciones, aunque valiosas en lo inmediato, jamás atacaron la raíz de los problemas: la falta de soberanía económica, la corrupción estatal y la dependencia estructural. En muchos casos, los “beneficios” eran más espectáculo que transformación. Como señala Harvey (2005), el neoliberalismo se sostiene con programas asistencialistas que neutralizan la protesta, pero no cambian el sistema.
3. LA AGENDA OCULTA: EL DISFRAZ DEL ALTRUISMO
Las ONG son expertas en disfrazarse de filántropas.
Hablan de “derechos humanos”, de “empoderamiento”, de “inclusión”. Pero, ¿quién
dicta sus prioridades? No son las comunidades, sino los financiadores
internacionales. Y los financiadores —USAID, Unión Europea, fundaciones
privadas ligadas a grandes corporaciones— no invierten por amor al pueblo
salvadoreño, sino para asegurar influencia política y económica.
Chomsky (2003) lo advirtió con claridad: la cooperación
internacional es una herramienta de dominio. Y en El Salvador, las ONG han
servido de correa de transmisión de esas políticas, imponiendo agendas que
convienen al Norte global, no al campesino de Morazán ni al estudiante de
Soyapango.
4. ONG Y CORRUPCIÓN: CÓMPLICES Y ENCUBRIDORAS
Uno de los capítulos más oscuros es la relación entre ONG
y los partidos políticos que gobernaron el país. ARENA y el FMLN usaron ONG
como fachadas para desviar fondos.
La Asamblea Legislativa lo destapó en 2021: decenas de
ONG “fantasma” recibieron millones de dólares del erario sin rendir cuentas ni
ejecutar proyectos reales.
Y, mientras tanto, muchas de las ONG “serias” guardaban
silencio. No denunciaban, no fiscalizaban, no se enfrentaban a los gobiernos
corruptos. Se volvieron cómplices por omisión o por conveniencia. Así, el noble
discurso de la sociedad civil quedó enredado en la maraña de corrupción que desangró
al país.
5. ¿FRENO AL DESARROLLO? EL ESPEJISMO DE LA COOPERACIÓN
La prueba más contundente está a la vista: después de
tres décadas de abundancia de ONG, El Salvador sigue cargando con pobreza,
desigualdad y falta de oportunidades. ¿Cómo explicar que, con tantos proyectos y
millones de dólares en cooperación, el pueblo siga igual o peor?
La respuesta es clara: las ONG no fueron diseñadas para
generar desarrollo real, sino para administrar la pobreza. Con programas
asistenciales, calmaban la desesperación social, pero nunca construyeron
autonomía económica ni industrialización. Como diría Petras (1997), actuaron
como colchones del sistema, amortiguando la ira popular para que los poderosos
pudieran seguir robando sin miedo.
6. GEOPOLÍTICA Y DOMINACIÓN:
LAS ONG COMO INSTRUMENTOS DEL ATRASO
El Salvador no es una excepción. Las ONG son parte de la
maquinaria global de dominación. Funcionan como tentáculos de la geopolítica:
canalizan fondos, difunden ideologías neoliberales, promueven “democracias
controladas” y, sobre todo, mantienen a países como el nuestro en condición de
subordinación.
Harvey (2005) lo resume: el neoliberalismo se impone no
solo desde los mercados, sino también desde los discursos legitimados por
instituciones aparentemente inocentes. Y las ONG, en este sentido, son el
caballo de Troya del poder imperial.
CONCLUSIÓN
La presencia de más de 200 ONG en El Salvador no ha
significado desarrollo, sino dependencia, corrupción y atraso. Han operado como
actores disfrazados de solidarios, pero en la práctica se alinearon con los
intereses de ARENA, FMLN y de potencias extranjeras. El pueblo salvadoreño
recibió migajas, mientras los políticos corruptos y los burócratas de la
cooperación se enriquecieron.
El mito de las ONG como motores de desarrollo se desploma frente a la evidencia: lejos de ser una solución, se convirtieron en parte del problema.
REFLEXIÓN FINAL
El
Salvador no necesita ONG que se vistan de ovejas, pero actúen como lobos. Lo
que necesita es soberanía, instituciones limpias y un modelo de desarrollo
propio, no dictado desde Washington ni desde Bruselas.
La verdadera emancipación no vendrá de la cooperación
extranjera ni de organizaciones intermediarias, sino de la capacidad del pueblo
salvadoreño para construir un Estado fuerte, transparente y orientado al bien
común. Mientras sigamos dependiendo de ONG y agendas externas, seguiremos
siendo un país atado, pobre y manipulado.
Ha llegado la hora de mirar con desconfianza el espejismo
de la cooperación y de exigir transparencia, rendición de cuentas y un cambio
estructural que devuelva al país su dignidad y su futuro.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1. Chomsky, N.
(2003). Hegemonía o supervivencia: la búsqueda de dominio global por Estados
Unidos. Barcelona:
Crítica.
2. Escobar, A. (1995). Encountering Development: The
Making and Unmaking of the Third World. Princeton
University Press.
3.
Harvey, D.
(2005). Breve historia del neoliberalismo. Madrid: Akal.
4.
Petras, J.
(1997). Las ONG y la política del neoliberalismo. Buenos Aires: CLACSO.
5.
Asamblea
Legislativa de El Salvador. (2021). Informe sobre financiamiento a ONG con
fondos públicos. San Salvador.
SAN SALVADOR, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2025
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