sábado, 6 de septiembre de 2025

 

DNSAYO: “LA SOBERBIA COMO POBREZA INTERIOR: UNA REFLEXIÓN CRÍTICA”

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA

INTRODUCCIÓN

La arrogancia, la soberbia y la prepotencia han acompañado a la humanidad a lo largo de su historia. Se manifiestan en el poder político, en las élites intelectuales, en las relaciones sociales y en la vida cotidiana. Son actitudes que degradan la dignidad humana, corroen la convivencia y se convierten en obstáculos para la construcción de una sociedad más justa.

No se trata únicamente de defectos personales, sino de fenómenos sociales y culturales que se reproducen en sistemas jerárquicos, en instituciones de poder y en estructuras educativas. La soberbia es un mal que, como señaló Erich Fromm (2006), refleja una “pobreza interior” disfrazada de superioridad externa. La arrogancia es una forma de dominación simbólica y psicológica, y la prepotencia, una violencia cotidiana que daña tanto al que la ejerce como al que la sufre.

Este ensayo busca ampliar la reflexión en torno a estas actitudes, fundamentándolas filosófica, psicológica y sociológicamente, mostrando su impacto en la vida social, política y educativa, y proponiendo la necesidad de cultivar la humildad, la empatía y el respeto mutuo como antídotos.

1. DEFINIENDO CONCEPTOS: ARROGANCIA, SOBERBIA Y PREPOTENCIA

La arrogancia puede definirse como la sobrevaloración de uno mismo frente a los demás, acompañada de un trato despectivo. La soberbia, en cambio, es más profunda: es la incapacidad de reconocer errores, la altivez que niega la igualdad. Finalmente, la prepotencia se expresa en el uso abusivo del poder para imponerse sobre los otros.

Autores clásicos como Aristóteles ya advertían que el exceso de confianza y la desmesura de las pasiones conducen a la hybris, la desmesura moral que rompe el equilibrio social (Aristóteles, 2007). De manera semejante, Nietzsche (2003) señaló que el hombre soberbio termina aislado en su propio ego, incapaz de valorar la riqueza del otro.

2. DIMENSIÓN PSICOLÓGICA: EL EGO COMO CÁRCEL INTERIOR

La arrogancia suele ocultar debilidades internas. Quien se muestra altivo y prepotente generalmente padece una inseguridad profunda. Fromm (2006) sostiene que la soberbia es un mecanismo de defensa frente al vacío interior, pues el individuo arrogante carece de vínculos auténticos y necesita humillar al otro para sentirse fuerte.

Este tipo de personalidad rechaza el consejo, desprecia la crítica y exige reconocimiento constante. Vive, como diría Viktor Frankl (2004), en un “vacío existencial” que se compensa con actitudes hostiles hacia los demás.

3. DIMENSIÓN SOCIAL: ARROGANCIA EN LA POLÍTICA Y EN EL PODER

En el terreno político, la arrogancia y la prepotencia son prácticas recurrentes. Líderes que se consideran salvadores absolutos, partidos que niegan los errores de su gestión y gobernantes que desprecian a sus ciudadanos reproducen estas actitudes. La historia de América Latina muestra múltiples ejemplos de caudillos que confundieron el poder con la autoridad moral, cayendo en un autoritarismo soberbio que destruyó la democracia (Martínez, 2017).

En palabras de Hannah Arendt (2005), la prepotencia se convierte en banalidad cuando el poder se ejerce sin reflexión ética, reduciendo al otro a un objeto manipulable.

4. EL CAMPO INTELECTUAL: EL EGO DISFRAZADO DE SABIDURÍA

La universidad, espacio que debería ser de diálogo y pensamiento crítico, no está exenta de la arrogancia. Intelectuales que se creen dueños de la verdad, catedráticos que menosprecian a sus estudiantes y académicos que ridiculizan otras posturas reproducen este mal.

Franz Kafka tenía razón cuando expresó que “la universidad es una comunidad de vanidosos y mediocres”.

LA ARROGANCIA

 La erudición sin humildad degenera en pedantería, y el conocimiento sin ética pierde su sentido social.

5. CONSECUENCIAS ÉTICAS Y CULTURALES

La soberbia destruye los consensos y genera ambientes de violencia simbólica. Pierre Bourdieu (1999) señaló que la dominación se ejerce no solo con armas o dinero, sino con gestos, palabras y actitudes que humillan al otro. La arrogancia es, en este sentido, una forma de violencia cultural.

En la familia, genera distanciamiento y rupturas; en la política, autoritarismo; en la educación, deshumanización. La arrogancia rompe el tejido social porque niega el valor de la igualdad, base fundamental de la convivencia.

6. LA HUMILDAD COMO ALTERNATIVA

El antídoto contra la arrogancia es la humildad, entendida no como sumisión, sino como reconocimiento del valor del otro. Como escribió Paulo Freire (2005), “nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo, todos sabemos algo y todos ignoramos algo”. La verdadera sabiduría no se expresa en la imposición, sino en el diálogo y en el respeto.

CONCLUSIÓN

La arrogancia, la soberbia y la prepotencia son actitudes que dañan profundamente la vida humana.

Son males que atraviesan la política, la educación, la cultura y la vida personal. Son expresiones de un ego inflado que, en realidad, esconde fragilidad interior.

Combatirlas implica cultivar la humildad, el respeto y la empatía. Implica también transformar las instituciones educativas y políticas para que promuevan valores de igualdad y justicia, en lugar de prácticas de humillación y poder autoritario.

REFLEXIÓN FINAL

La historia demuestra que los arrogantes y prepotentes terminan aislados, mientras que los humildes construyen vínculos duraderos. La arrogancia es un espejismo de poder, mientras que la humildad es la base de la sabiduría y la convivencia.

Si la sociedad quiere avanzar hacia un futuro más justo y humano, debe erradicar estas actitudes y apostar por la ética del respeto. Como diría san Agustín: “No hay grandeza donde no hay sencillez, bondad y verdad”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1.            Aristóteles. (2007). Ética a Nicómaco. Madrid: Gredos.

2.            Arendt, H. (2005). La condición humana. Barcelona: Paidós.

3.      Bourdieu, P. (1999). La dominación masculina. Madrid: Anagrama.

4.      Frankl, V. (2004). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder.

5.      Fromm, E. (2006). El miedo a la libertad. México: Fondo de Cultura Económica.

6.      Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: siglo XXI.

7.      Kafka, F. (citado en Ventura, 2019). Reflexiones sobre la universidad.

8.      Martínez, J. (2017). Autoritarismo en América Latina. Buenos Aires: CLACSO.

9.      Nietzsche, F. (2003). Humano, demasiado humano. Madrid: Alianza.

 

                    SAN SALVADOR, 6 DE SEPTIEMBRE DE 2025

No hay comentarios:

Publicar un comentario