lunes, 11 de agosto de 2025

 

 

“QUIEREN ANULAR TU VOTO PORQUE NO PUEDEN GANAR EL SUYO”

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

INTRODUCCIÓN

En las últimas semanas, algunos diputados del partido ARENA y “analistas” de oposición han lanzado la idea de que, para las elecciones del 2027, la ciudadanía debería anular el voto o que incluso los partidos opositores no se presenten a la contienda.

Se presentan como defensores de un supuesto “principio moral” frente a lo que llaman “ventaja oficialista”, pero, si se examina con cuidado, lo que hay detrás de ese discurso no es ética ni convicción democrática, sino una confesión anticipada de derrota.

En cualquier democracia del mundo, el poder legítimo surge de la voluntad popular expresada en las urnas. Ni un partido ni un bloque opositor otorgan legitimidad por el simple hecho de competir; esa legitimidad se la da el pueblo cuando vota masivamente.

Por tanto, la narrativa de que “sin oposición no hay democracia” es un truco retórico para disfrazar la incapacidad política de quienes, después de décadas de abusos y fracasos, han perdido la confianza de la mayoría de los ciudadanos.

DESARROLLO

El falso argumento de la “legitimidad condicionada”

Quienes sostienen que el presidente en turno necesita a la oposición para ser legítimo desconocen que la democracia no se mide por la presencia o ausencia de ciertos partidos, sino por la libertad del elector. Si en 2027 los salvadoreños votan en masa y dan una victoria aplastante a un candidato, esa decisión será incuestionable, participen o no los partidos tradicionales. La abstención o el boicot de unos cuantos no borra la voluntad de millones.

LA TÁCTICA DEL PERDEDOR ANTICIPADO

Cuando un equipo sabe que va a perder, busca excusas: culpa al árbitro, al clima, a la cancha. En política ocurre igual. La oposición salvadoreña ve encuestas, escucha la calle y siente el pulso de la gente. No necesitan esperar al 2027 para saber que no tienen liderazgo, proyecto ni credibilidad. Por eso lanzan ahora el discurso del “retiro”, para evitar medirse y quedar en evidencia con números humillantes.

DE LA POLÍTICA A LA AUTODESTRUCCIÓN

Llamar a no votar o a anular el voto no fortalece la democracia: la debilita. La oposición que recurre a ese recurso no solo abdica de su papel fiscalizador, sino que se autoexcluye del debate nacional. Renuncia al derecho de proponer soluciones, quedando como simples opinadores sin incidencia real. Es una forma de suicidio político disfrazado de heroísmo democrático.

LA CONTRADICCIÓN PERMANENTE

Curiosamente, son los mismos que acusan al gobierno de autoritario quienes promueven un acto que reduce la participación ciudadana. Dicen defender la democracia, pero empujan a la gente a retirarse de ella. Se autoproclaman “resistencia”, pero huyen del campo de batalla electoral. Quieren ganar en la calle lo que no pueden ganar en las urnas.

CONCLUSIÓN

El llamado de la oposición a anular el voto o no participar en las elecciones de 2027 no es un acto de valentía política ni de defensa democrática: es un grito de desesperación. Quieren justificar con antelación la derrota que ellos mismos ya asumen como inevitable.

Saben que su pasado los condena, que la gente los recuerda por su corrupción, su incapacidad y su desconexión con la realidad del pueblo. Y, como no pueden borrar la memoria histórica, intentan sabotear el presente y condicionar el futuro.

REFLEXIÓN FINAL

La legitimidad de un presidente no la otorgan los partidos que deciden participar o no; la otorga el pueblo con su voto libre y soberano. La democracia no se construye con excusas, sino con propuestas, trabajo y coherencia.

Si la oposición realmente creyera en el sistema democrático, se prepararía para convencer y ganar, no para desertar y quejarse.

En 2027, como siempre, el veredicto no estará en las conferencias de prensa de los “analistas” ni en los discursos de diputados fracasados, sino en las manos de millones de salvadoreños que saben perfectamente que su voto vale más que las pataletas de quienes temen enfrentarlo.

 

 

SAN SALVADOR, 11 DE AGOSTO DE 2025

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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