ENSAYO: LA DICTADURA CULTURAL DEL SIGLO XXI:
IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y CONTROL GLOBAL
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas, el discurso global sobre igualdad
y derechos humanos ha sido acompañado por la irrupción de una construcción
conceptual que ha polarizado a sociedades enteras: la llamada ideología de
género. Definida por sus promotores como una visión que considera el género
como una construcción social desligada del sexo biológico, esta corriente se ha
convertido en bandera de organismos internacionales, gobiernos y corporaciones
que, bajo el paraguas de la inclusión, impulsan políticas y marcos legales que buscan
su aceptación universal.
No obstante, detrás del lenguaje de derechos y
diversidad, múltiples analistas y académicos advierten sobre un fenómeno de
imposición ideológica, donde el debate se sustituye por la censura y la crítica
se castiga con la estigmatización pública.
El jurista
Fernando Guzmán, en La dictadura de la ideología de género, advierte que esta
corriente ha mutado en un dogma globalista que no solo pretende redefinir la
naturaleza humana, sino también alterar las estructuras familiares, el sistema
educativo y la cultura misma.
Este ensayo examina críticamente la expansión global de
la ideología de género, sus mecanismos de imposición y sus impactos sobre la
familia, la educación y la libertad de pensamiento, utilizando fuentes
académicas e institucionales para sustentar los argumentos.
1. FUNDAMENTOS Y ORÍGENES DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
La noción de género como construcción social surge de
teorías desarrolladas a mediados del siglo XX, particularmente desde el
feminismo radical y la teoría queer, con autoras como Judith Butler (Gender
Trouble, 1990) que plantean que “el género es una actuación, no una esencia”
(Butler, 1990, p. 33). Este planteamiento, si bien legítimo en el plano
académico, ha sido trasladado a políticas públicas internacionales.
Organismos como la ONU y la UNESCO han promovido marcos
normativos donde la identidad de género es reconocida como categoría jurídica
independiente del sexo biológico (ONU, Principios de Yogyakarta, 2007). La
crítica central es que, al convertirse en mandato global, estas concepciones se
transforman en criterios obligatorios para acceder a cooperación internacional,
modificar leyes educativas y reconfigurar sistemas jurídicos, incluso en
sociedades con tradiciones culturales distintas.
2. MECANISMOS DE IMPOSICIÓN GLOBAL
El globalismo impulsa la ideología de género mediante
tres ejes fundamentales:
Legislación
internacional y condicionalidades:
Algunos informes del Banco Mundial y la ONU condicionan financiamientos o
programas de ayuda al cumplimiento de “políticas inclusivas de género” que, en
la práctica, implican la adopción de esta ideología (Banco Mundial, 2019).
Educación y
adoctrinamiento temprano: La UNESCO,
en su guía Comprehensive Sexuality Education (2018), promueve contenidos que
introducen a niños desde los 5 años en conceptos de identidad de género fluida.
Según Guzmán (2016), este tipo de programas no siempre consideran el derecho de
los padres a decidir sobre la educación moral de sus hijos, reconocido en el
artículo 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948).
Medios de
comunicación y cultura popular: Grandes
corporaciones mediáticas han normalizado terminología y narrativas que
refuerzan la ideología de género, presentando como intolerante o retrógrado a
quien disienta, reproduciendo así un mecanismo de control social.
3. IMPACTO SOBRE LA FAMILIA Y LA IDENTIDAD HUMANA
La familia, reconocida por la Declaración Universal de
Derechos Humanos como “elemento natural y fundamental de la sociedad” (artículo
16.3), se ve afectada por esta reingeniería conceptual. Al diluir las nociones
de masculinidad y feminidad, la ideología de género socava la complementariedad
biológica y emocional que ha sostenido el núcleo familiar durante siglos.
Estudios como el de Mark Regnerus (Journal of Social
Science Research, 2012) muestran que los entornos familiares estables, con
presencia de figura paterna y materna, tienen correlación con mejores
indicadores de desarrollo en los hijos. Sin embargo, la agenda globalista promueve
modelos de familia desligados de esta estructura, presentando la diferencia
sexual como irrelevante o incluso opresiva.
4. CONSECUENCIAS SOBRE LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO
Uno de los aspectos más preocupantes es el silenciamiento
de la disidencia. En varios países europeos y latinoamericanos, cuestionar
públicamente la ideología de género ha derivado en sanciones legales o
persecuciones mediáticas. Este fenómeno se asemeja a lo que el filósofo polaco
Ryszard Legutko denomina “totalitarismo blando”, donde el consenso obligatorio
se impone no con violencia física, sino con presión social, censura y penalizaciones
administrativas.
La libertad de pensamiento, pilar de toda democracia, se
ve amenazada cuando un discurso se convierte en intocable. La pluralidad no
puede existir si una corriente ideológica se instala como verdad oficial y
cualquier crítica es tachada de discurso de odio.
CONCLUSIÓN
La ideología de género, en su versión promovida por el
globalismo, no es una mera corriente cultural o académica, sino un proyecto
político que busca redefinir la antropología humana y los cimientos de la
sociedad. Su imposición a través de legislaciones, educación y medios de
comunicación pone en riesgo la soberanía cultural de los pueblos, la
estabilidad familiar y la libertad de pensamiento.
Defender la verdad biológica, la complementariedad sexual
y el derecho de los padres a educar a sus hijos no significa promover
discriminación, sino resguardar principios universales reconocidos en el
derecho internacional. La resistencia no debe ser violenta, sino cultural,
intelectual y legal, basada en argumentos sólidos y en la defensa de las libertades
fundamentales.
REFLEXIÓN FINAL
Toda sociedad que renuncia a la verdad objetiva se
condena a vivir bajo el arbitrio del poder. La ideología de género, al imponer
un relativismo absoluto sobre la naturaleza humana, abre la puerta a un control
ideológico sin precedentes.
No se trata de
negar derechos a personas por su orientación o identidad, sino de evitar que un
paradigma teórico se convierta en dogma global, cancelando toda discrepancia.
En tiempos donde se proclama la diversidad, la mayor
incoherencia es negar la diversidad de pensamiento. Defender la verdad
biológica y la libertad intelectual no es retroceder, sino preservar el legado
que ha permitido a la humanidad progresar en libertad y dignidad.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS.
1.
Banco Mundial. (2019). Gender Equality and
Development.
2.
Butler, J. (1990). Gender Trouble: Feminism and
the Subversion of Identity. Routledge.
3.
Declaración
Universal de Derechos Humanos (1948). ONU.
4.
Guzmán, F.
(2016). La dictadura de la ideología de género. Editorial X.
5.
Principios
de Yogyakarta (2007). ONU.
6.
Regnerus, M. (2012). How different are the adult
children of parents who have same-sex relationships? Social Science Research,
41(4), 752–770.
7.
UNESCO. (2018). International Technical Guidance
on Sexuality Education.
SAN SALVADOR, 11 DE AGOSTO DE 2025
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