martes, 5 de agosto de 2025

 

“NO ESTAMOS DONDE QUISIERAN VERNOS, PERO TAMPOCO DONDE NOS DEJARON"

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

 

MENSAJE AL PUEBLO SALVADOREÑO.

Al pueblo honrado y trabajador de esta patria que ha sufrido, resistido y caminado con la frente en alto:

Este mensaje no es solo un llamado, es un grito de conciencia, de dignidad y de responsabilidad histórica. Durante décadas, este país fue saqueado por una casta de corruptos que vestían de rojo o de azul, que hablaban de paz mientras pactaban con el crimen, que prometían justicia mientras vendían al pueblo por migajas.

 Hoy, aunque no hemos llegado a la cima del bienestar colectivo, tampoco estamos atrapados en el fango de donde nos dejaron. Hemos avanzado. Nos costó sangre, sudor y resistencia, pero estamos de pie, y lo logrado no se puede entregar tan fácil a los que antes nos condenaron a la miseria y al olvido.

Vivimos tiempos decisivos. La oposición, esos mercaderes de la política que lloran por sus privilegios perdidos, quiere hacernos creer que todo está mal, que no hay esperanza, que nada ha cambiado.

 Pero ¿quién puede negar que el pueblo hoy tiene voz, que las decisiones ya no se toman a espaldas del ciudadano común, que las instituciones ya no son cotos de poder de mafias disfrazadas de partidos? Quieren que olvidemos el pasado, que perdonemos sin justicia, que entreguemos el futuro a quienes destruyeron el presente de generaciones completas.

Hoy más que nunca, debemos mirar atrás no con nostalgia, sino con memoria. No para vivir del rencor, sino para recordar de dónde venimos y entender por qué debemos seguir adelante. Lo que hemos alcanzado no es una casualidad, es fruto del despertar de un pueblo que ya no se deja manipular por los mismos de siempre, disfrazados ahora de defensores de “la democracia”, de “los derechos”, de “la institucionalidad”. ¡Hipócritas! Tuvieron décadas para servir al pueblo y lo que hicieron fue servirse del pueblo.

No estamos donde quisiéramos, es verdad. Falta mucho por hacer: mejores salarios, más oportunidades, justicia más ágil, salud y educación de calidad, vivienda digna, seguridad consolidada. Pero tampoco estamos donde empezamos. Hoy no gobiernan los mismos que se repartían el país como si fuera una hacienda personal.

Hoy no se tolera la corrupción como norma ni se rinde pleitesía a potencias extranjeras que dictaban cómo debíamos vivir. Hoy se construye desde la soberanía, desde la voluntad del pueblo que decidió tomar el timón de su destino.

El enemigo no descansa. Tiene dinero, medios, organizaciones y títeres internacionales. Pero nosotros tenemos algo más poderoso: la convicción de estar haciendo historia. La certeza de que este momento es el punto de inflexión para que nuestros hijos no vivan lo que nosotros vivimos. Quien hoy les escribe estos renglones, no lo hace desde la comodidad, sino de experiencias vividas que han dejado una huella imborrable.  

Defender lo alcanzado es más que una consigna: es una obligación moral con los que lucharon, con los que cayeron y con los que vendrán.

REFLEXIÓN FINAL:

No bajemos la guardia. No nos dejemos engañar por quienes antes fueron verdugos y ahora se visten de víctimas. No caigamos en la trampa del conformismo ni en la desesperanza que siembran los que perdieron el control del país. La historia está de nuestro lado, pero la historia no se escribe sola, se construye con coraje y memoria.

Si hoy tenemos dignidad es porque decidimos decir basta. Si hoy hay luz es porque hubo quienes resistieron en la oscuridad. Y si queremos un mañana justo, libre y soberano, debemos defender con uñas y dientes lo que tanto ha costado ganar.

No estamos donde quisiéramos, pero no estamos donde empezamos. Hemos avanzado contra viento y marea. Por eso, con la fuerza de nuestra historia, con el sudor de nuestro trabajo y con el amor a esta patria: defendamos lo alcanzado. ¡Con valentía, con unidad, con conciencia!

 

QUE DIOS BENDIGA A ESTA PATRIA DE HOMBRES Y MUJERES VALIENTES.

 

SAN SALVADOR, 5 DE AGOSTO DE 2025

 

 

 

 

 

 

 

 

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