GOBERNAR Y EDUCAR: DOS ARTES INSEPARABLES EN LA
CONSTRUCCIÓN DE LA SOCIEDAD
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
Immanuel Kant afirmaba: “El hombre puede considerar que
la educación es el problema más difícil que puede ser propuesto al hombre”
(Kant, 1803/1991, p. 13). Con esta sentencia, el filósofo señala la complejidad
de formar seres humanos que no solo adquieran conocimientos, sino que
desarrollen una conciencia moral y una capacidad de convivir en sociedad. No en
vano, el pensador prusiano también consideraba que la dificultad de la
educación era comparable con la del arte de gobernar, pues ambas tareas buscan
orientar la vida colectiva bajo principios racionales, éticos y políticos.
Émile Durkheim, padre de la sociología de la educación,
complementa esta idea al sostener que “La educación es la acción ejercida por
las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida
social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño ciertos estados
físicos, intelectuales y morales que exige de él tanto la sociedad política en
su conjunto como el medio especial al que está particularmente destinado”
(Durkheim, 1922/2002, p. 45).
A partir de estas perspectivas, este ensayo busca analizar la educación como uno de los problemas fundamentales de la humanidad, relacionándola con el gobierno, la sociedad y los desafíos del presente. Se abordarán seis apartados: la educación como problema filosófico, la dimensión social de la educación, la relación entre educación y poder político, las demandas de la sociedad contemporánea, los retos pedagógicos del siglo XXI y, finalmente, la necesidad de una educación humanista y crítica.
1. LA EDUCACIÓN COMO PROBLEMA FILOSÓFICO
Para Kant, la educación no puede entenderse como mera
instrucción. Su fin último es la formación moral del individuo, es decir, el
desarrollo de su autonomía racional. La educación, al igual que la política,
plantea el dilema de cómo armonizar la libertad individual con el orden social.
Kant (1803/1991) lo resume con claridad: “El hombre no
puede llegar a ser hombre más que por la educación. No es más que lo que la
educación hace de él” (p. 15). Esta afirmación sitúa a la pedagogía como un
medio indispensable para que el ser humano se distinga de la mera animalidad.
La dificultad filosófica radica en que, mientras se
fomenta la libertad, también deben imponerse límites. Educar, entonces, es
enseñar al individuo a usar su razón de manera responsable, sin caer en el
libertinaje ni en la obediencia ciega.
2. LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN SEGÚN DURKHEIM
Durkheim coloca la educación en el terreno sociológico,
describiéndola como una acción social organizada. La generación adulta
transmite normas, valores y saberes que aseguran la continuidad de la sociedad.
Sin este proceso, la vida colectiva no tendría sostenibilidad.
Según Durkheim (1922/2002): “La educación es, pues, el
medio por el cual la sociedad renueva perpetuamente las condiciones de su
propia existencia” (p. 47). Esto significa que la escuela es tanto un espacio
de reproducción social como de transformación.
El niño, por lo tanto, no es educado solo para su beneficio personal, sino también para responder a las demandas de la sociedad política. Aquí se evidencia el carácter dual de la educación: individual y colectivo, personal y social.
3. EDUCACIÓN Y PODER POLÍTICO
La educación y la política mantienen una relación
estrecha. Kant veía en ambas tareas una dificultad semejante, pues ambas buscan
formar ciudadanos capaces de vivir en libertad bajo un orden moral.
Sin embargo, la educación corre el riesgo de ser
instrumentalizada por el poder político. Freire (1970/2005) advertía que la
escuela podía convertirse en un espacio de “educación bancaria”, donde los
estudiantes son tratados como receptores pasivos de ideologías impuestas. En
este sentido, el dilema es claro: ¿educar para la obediencia o educar para la
emancipación?
Durkheim reconocía que la educación respondía a
exigencias sociales, pero eso no significa que deba ser un mecanismo de
adoctrinamiento. Al contrario, la escuela debe cultivar en el estudiante un
pensamiento crítico que le permita cuestionar y mejorar la organización política
existente.
4. LO QUE EXIGE LA SOCIEDAD DE SUS CIUDADANOS
Históricamente, la educación ha tenido como misión
satisfacer las necesidades básicas de la sociedad:
·
Formar
competencias técnicas y cognitivas para la supervivencia y el progreso
económico.
·
Transmitir
valores morales como el respeto, la justicia y la solidaridad.
·
Desarrollar
actitudes cívicas que sostengan la cohesión política.
En el siglo XXI, las exigencias han cambiado
radicalmente. Bauman (2013) advertía que vivimos en una “modernidad líquida”,
donde todo cambia rápidamente y el conocimiento envejece con rapidez. Por ello,
la educación debe preparar ciudadanos capaces de adaptarse, aprender de forma
permanente y convivir en contextos multiculturales y globalizados.
5. DESAFÍOS PEDAGÓGICOS CONTEMPORÁNEOS
Hoy la educación enfrenta múltiples retos:
1. Brecha
digital: el acceso desigual a las tecnologías refuerza las injusticias sociales
(UNESCO, 2021).
2.
Crisis de
valores: El énfasis excesivo en el éxito económico ha debilitado la ética
solidaria.
· Adoctrinamiento
ideológico: Tanto los gobiernos como el mercado presionan a la escuela para
servir a sus intereses.
· Formación
docente insuficiente: El maestro debe dejar de ser un mero transmisor y
convertirse en mediador del pensamiento crítico.
· Humanismo
vs. tecnocracia: Existe el riesgo de reducir la educación a un simple
entrenamiento laboral, olvidando su dimensión humanista (Marta & Rodríguez,
2018).
6. HACIA UNA EDUCACIÓN HUMANISTA Y CRÍTICA
Las propuestas de Kant y Durkheim, leídas a la luz del
presente, nos invitan a buscar una síntesis. De Kant se rescata la centralidad
de la autonomía moral y la responsabilidad individual. De Durkheim, el carácter
social de la educación.
En conjunto, estos enfoques pueden inspirar una educación
humanista y crítica:
Humanista, porque reconoce la
dignidad y libertad de cada persona.
Crítica, porque no se limita a reproducir el orden
establecido, sino que forma ciudadanos capaces de transformarlo.
Como señala Freire (1997): “La educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo” (p. 67).
CONCLUSIÓN
Kant tenía razón al afirmar que la educación es el
problema más difícil que enfrenta la humanidad, porque en ella se juega el
destino mismo del hombre. Durkheim, desde la sociología, refuerza esta visión
al mostrar que la educación es una acción social imprescindible para la vida
colectiva.
Ambos coinciden en que educar no es un acto técnico, sino
una misión moral y política: formar ciudadanos libres, responsables y
comprometidos con el bien común.
REFLEXIÓN FINAL
Educar y gobernar son dos artes que requieren sabiduría y
ética. Sin educación, los pueblos quedan sometidos al autoritarismo; sin un
buen gobierno, la educación carece de condiciones para florecer.
Hoy más que nunca, urge una educación que enseñe a
pensar, a discernir y a convivir, que forme personas autónomas y solidarias.
Una educación que, en palabras de Kant, permita al hombre llegar a ser hombre,
y que, como planteaba Durkheim, prepare al individuo para la vida en sociedad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1. Bauman, Z.
(2013). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica.
2. Durkheim, E.
(2002). Educación y sociología (Original publicado en 1922). Ediciones Akal.
3.
Freire, P.
(2005). Pedagogía del oprimido (Original publicado en 1970). Siglo XXI
Editores.
4.
Freire, P.
(1997). Pedagogía de la autonomía: Saberes necesarios para la práctica
educativa. Siglo XXI Editores.
5.
Kant, I.
(1991). Sobre la pedagogía (Original publicado en 1803). Ediciones Akal.
6.
Marta, C.,
& Rodríguez, R. (2018). Humanismo y educación en la era digital. Revista
Iberoamericana de Educación, 76(1), 15-32.
7.
UNESCO.
(2021). Informe sobre los futuros de la educación: Reimaginar juntos nuestros
futuros. UNESCO.
SAN SALVADOR, 28 DE AGOSTO DE 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario