sábado, 30 de agosto de 2025

 

 ENSAYO: VALORES Y ÉTICA COMO EJES INSEPARABLES DE LA EDUCACIÓN CRÍTICA

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

INTRODUCCIÓN

He leído y estudiado con detenimiento varias de las principales obras del gran pedagogo brasileño Paulo Freire: Pedagogía del oprimido (1970), Educación como práctica de la libertad (1967), El grito del más pequeño (1997), Cartas a quien pretende enseñar (1993) y Pedagogía de la autonomía (1996), entre otras. En cada una de ellas he encontrado un faro, una guía, un horizonte que ilumina el verdadero significado de educar: formar seres humanos libres, críticos, autónomos y profundamente conscientes de su papel en la transformación de la sociedad.

Sin embargo, he llegado a una conclusión inevitable: el pensamiento revolucionario de la educación planteado por Paulo Freire ha sido distorsionado, manipulado y reducido por grupos autodenominados “de izquierda”, quienes han confundido la pedagogía crítica con el adoctrinamiento ideológico y la libertad con la anarquía. Bajo esta lectura sesgada, se ha justificado la ausencia de valores, la falta de disciplina y la conversión del aula en un campo de batalla político.

En este ensayo se sostiene que la pedagogía de Paulo Freire debe ser rescatada de esas tergiversaciones, devuelta a su raíz humanista y orientada hacia la construcción de ciudadanos responsables, críticos y éticos. No se trata de santificarlo como profeta de la izquierda ni de demonizarlo como enemigo de la derecha, sino de reconocer que su pensamiento fue, ante todo, una invitación a educar para la vida, no para la manipulación.

1. EL VERDADERO LEGADO DE PAULO FREIRE

Paulo Freire concibió la educación como un proceso dialógico en el que educador y educando aprenden juntos en una relación horizontal de respeto. En Pedagogía del oprimido, denunció el modelo “bancario” de educación en el que el maestro deposita conocimientos en la mente pasiva del estudiante, proponiendo en su lugar un modelo problematizador en el que el conocimiento surge de la interacción y la reflexión crítica sobre la realidad (Freire, 1970). Ese enfoque buscaba formar sujetos capaces de leer el mundo antes que simplemente leer la palabra. Como él mismo señaló: “Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí mediatizados por el mundo” (Freire, 1970, p. 72).

En Cartas a quien pretende enseñar, advirtió que el docente no podía predicar libertad y practicar autoritarismo, ni hablar de valores y vivir en la incoherencia. La pedagogía crítica, en consecuencia, no es un método de adoctrinamiento, sino un compromiso ético con la dignidad del educando (Freire, 1993).

2. LA DISTORSIÓN DE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA

Paradójicamente, la pedagogía de la liberación ha sido reducida en muchos contextos a un instrumento de manipulación ideológica. Diversos grupos han utilizado el nombre de Freire para justificar prácticas educativas centradas en la imposición de consignas, la subordinación al dogma político y la instrumentalización del aula como espacio de adoctrinamiento.

Lejos de enseñar a pensar, estas prácticas enseñan a repetir; lejos de cuestionar el poder en todas sus formas, legitiman un poder ideológico particular; lejos de promover la autonomía, generan dependencia (Torres, 2014). La pedagogía de la libertad se convierte entonces en una pedagogía de la obediencia, disfrazada de “rebeldía”.

3. EDUCACIÓN Y ANARQUÍA: EL RIESGO DE LA CONFUSIÓN

Uno de los efectos más evidentes de esta distorsión es la conversión de la educación en anarquía. Se ha promovido una idea de libertad desligada de la responsabilidad, de la disciplina y del respeto mutuo. En nombre de la crítica, se fomenta la irreverencia vacía, la protesta sin propuesta y la deslegitimación de toda norma.

Paulo Freire nunca concibió la educación sin disciplina. Su planteamiento fue la transición de una disciplina autoritaria a una disciplina consciente, nacida del compromiso personal del estudiante con su propio aprendizaje y con la colectividad (Freire, 1996). Como él mismo afirmaba: “La autonomía se funda en la responsabilidad” (Freire, 1996, p. 45).

4. PENSAMIENTO CRÍTICO Y VALORES: LA BASE DE LA EDUCACIÓN LIBERADORA

La auténtica educación freireana no puede desligarse de los valores. El pensamiento crítico sin ética conduce al cinismo; la ética sin reflexión crítica deriva en dogmatismo. Solo la unión de ambos elementos permite formar sujetos íntegros y transformadores.

Freire sostenía que la práctica educativa debía enraizarse en valores universales como la solidaridad, el respeto, la justicia y la esperanza (Freire, 1997). Así, la crítica no es un ejercicio estéril, sino un camino hacia la humanización.

5. RESCATAR A FREIRE DE SUS FALSOS INTÉRPRETES

Hoy, rescatar el pensamiento de Freire exige liberarlo de los extremos que lo han reducido a caricaturas. Ni la izquierda que lo idolatra como santo del adoctrinamiento, ni la derecha que lo demoniza como apóstol del caos, han comprendido la profundidad de su legado.

El verdadero Freire fue un pedagogo de la esperanza, un defensor de la autonomía responsable y un crítico radical de todo poder opresor, independientemente de su signo ideológico (Gadotti, 1996). Recuperar su voz significa volver a leerlo sin prejuicios, asumiendo su desafío de educar para la libertad y la responsabilidad.

CONCLUSIÓN

La pedagogía de Paulo Freire sigue siendo una de las propuestas más potentes para transformar la educación en un acto humanizador. Sin embargo, su pensamiento ha sido tergiversado, convertido en bandera de manipulación y excusa para el abandono de valores y disciplina.

Es urgente reivindicar su verdadero sentido: formar personas libres, críticas y éticas, capaces de transformar la sociedad desde la coherencia, la justicia y la esperanza. Solo así la educación podrá cumplir la función liberadora que Freire soñó.

REFLEXIÓN FINAL

El mayor homenaje a Paulo Freire no consiste en repetir su nombre ni en convertirlo en un símbolo partidista, sino en practicar su legado en nuestras aulas y comunidades. Educar, como él lo entendía, es un acto de amor y valentía: amor porque reconoce la dignidad del otro; valentía porque desafía el poder, el adoctrinamiento y la opresión.

Si permitimos que su pedagogía sea secuestrada por la anarquía y la manipulación ideológica, traicionamos su memoria. Pero si la recuperamos desde la ética, los valores y la autonomía crítica, entonces la educación podrá volver a ser, como decía Freire, “un acto de libertad”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1.              Freire, P. (1967). Educación como práctica de la libertad. Siglo XXI Editores.

2.       Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.

3.       Freire, P. (1993). Cartas a quien pretende enseñar. Siglo XXI Editores.

4.       Freire, P. (1996). Pedagogía de la autonomía: Saberes necesarios para la práctica educativa. Siglo XXI Editores.

5.       Freire, P. (1997). El grito del más pequeño. Siglo XXI Editores.

6.       Gadotti, M. (1996). Paulo Freire: Una biobibliografía. Siglo XXI Editores.

7.       Torres, C. A. (2014). La praxis educativa y política de Paulo Freire. Fondo de Cultura Económica.

 

 

                             SAN SALVADOR, 30 DE AGOSTO DE 2025

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