ENSAYO: VALORES Y ÉTICA COMO EJES INSEPARABLES
DE LA EDUCACIÓN CRÍTICA
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
He leído y estudiado con detenimiento varias de las
principales obras del gran pedagogo brasileño Paulo Freire: Pedagogía del
oprimido (1970), Educación como práctica de la libertad (1967), El grito del
más pequeño (1997), Cartas a quien pretende enseñar (1993) y Pedagogía de la
autonomía (1996), entre otras. En cada una de ellas he encontrado un faro, una
guía, un horizonte que ilumina el verdadero significado de educar: formar seres
humanos libres, críticos, autónomos y profundamente conscientes de su papel en
la transformación de la sociedad.
Sin embargo, he llegado a una conclusión inevitable: el
pensamiento revolucionario de la educación planteado por Paulo Freire ha sido
distorsionado, manipulado y reducido por grupos autodenominados “de izquierda”,
quienes han confundido la pedagogía crítica con el adoctrinamiento ideológico y
la libertad con la anarquía. Bajo esta lectura sesgada, se ha justificado la
ausencia de valores, la falta de disciplina y la conversión del aula en un
campo de batalla político.
En este ensayo se sostiene que la pedagogía de Paulo
Freire debe ser rescatada de esas tergiversaciones, devuelta a su raíz
humanista y orientada hacia la construcción de ciudadanos responsables,
críticos y éticos. No se trata de santificarlo como profeta de la izquierda ni
de demonizarlo como enemigo de la derecha, sino de reconocer que su pensamiento
fue, ante todo, una invitación a educar para la vida, no para la manipulación.
1. EL VERDADERO LEGADO DE PAULO FREIRE
Paulo Freire concibió la educación como un proceso
dialógico en el que educador y educando aprenden juntos en una relación
horizontal de respeto. En Pedagogía del oprimido, denunció el modelo “bancario”
de educación en el que el maestro deposita conocimientos en la mente pasiva del
estudiante, proponiendo en su lugar un modelo problematizador en el que el
conocimiento surge de la interacción y la reflexión crítica sobre la realidad
(Freire, 1970). Ese enfoque buscaba formar sujetos capaces de leer el mundo
antes que simplemente leer la palabra. Como él mismo señaló: “Nadie educa a
nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí mediatizados
por el mundo” (Freire, 1970, p. 72).
En Cartas a quien pretende enseñar, advirtió que el
docente no podía predicar libertad y practicar autoritarismo, ni hablar de
valores y vivir en la incoherencia. La pedagogía crítica, en consecuencia, no
es un método de adoctrinamiento, sino un compromiso ético con la dignidad del
educando (Freire, 1993).
2. LA DISTORSIÓN DE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA
Paradójicamente, la pedagogía de la liberación ha sido
reducida en muchos contextos a un instrumento de manipulación ideológica.
Diversos grupos han utilizado el nombre de Freire para justificar prácticas
educativas centradas en la imposición de consignas, la subordinación al dogma
político y la instrumentalización del aula como espacio de adoctrinamiento.
Lejos de enseñar a pensar, estas prácticas enseñan a
repetir; lejos de cuestionar el poder en todas sus formas, legitiman un poder
ideológico particular; lejos de promover la autonomía, generan dependencia
(Torres, 2014). La pedagogía de la libertad se convierte entonces en una
pedagogía de la obediencia, disfrazada de “rebeldía”.
3. EDUCACIÓN Y ANARQUÍA: EL RIESGO DE LA CONFUSIÓN
Uno de los efectos más evidentes de esta distorsión es la
conversión de la educación en anarquía. Se ha promovido una idea de libertad
desligada de la responsabilidad, de la disciplina y del respeto mutuo. En
nombre de la crítica, se fomenta la irreverencia vacía, la protesta sin
propuesta y la deslegitimación de toda norma.
Paulo Freire nunca concibió la educación sin disciplina.
Su planteamiento fue la transición de una disciplina autoritaria a una
disciplina consciente, nacida del compromiso personal del estudiante con su
propio aprendizaje y con la colectividad (Freire, 1996). Como él mismo
afirmaba: “La autonomía se funda en la responsabilidad” (Freire, 1996, p. 45).
4. PENSAMIENTO CRÍTICO Y VALORES: LA BASE DE LA EDUCACIÓN
LIBERADORA
La auténtica educación freireana no puede desligarse de
los valores. El pensamiento crítico sin ética conduce al cinismo; la ética sin
reflexión crítica deriva en dogmatismo. Solo la unión de ambos elementos
permite formar sujetos íntegros y transformadores.
Freire sostenía que la práctica educativa debía
enraizarse en valores universales como la solidaridad, el respeto, la justicia
y la esperanza (Freire, 1997). Así, la crítica no es un ejercicio estéril, sino
un camino hacia la humanización.
5. RESCATAR A FREIRE DE SUS FALSOS INTÉRPRETES
Hoy, rescatar el pensamiento de Freire exige liberarlo de
los extremos que lo han reducido a caricaturas. Ni la izquierda que lo idolatra
como santo del adoctrinamiento, ni la derecha que lo demoniza como apóstol del
caos, han comprendido la profundidad de su legado.
El verdadero Freire fue un pedagogo de la esperanza, un
defensor de la autonomía responsable y un crítico radical de todo poder
opresor, independientemente de su signo ideológico (Gadotti, 1996). Recuperar
su voz significa volver a leerlo sin prejuicios, asumiendo su desafío de educar
para la libertad y la responsabilidad.
CONCLUSIÓN
La pedagogía de Paulo Freire sigue siendo una de las
propuestas más potentes para transformar la educación en un acto humanizador.
Sin embargo, su pensamiento ha sido tergiversado, convertido en bandera de
manipulación y excusa para el abandono de valores y disciplina.
Es urgente reivindicar su verdadero sentido: formar
personas libres, críticas y éticas, capaces de transformar la sociedad desde la
coherencia, la justicia y la esperanza. Solo así la educación podrá cumplir la
función liberadora que Freire soñó.
REFLEXIÓN FINAL
El mayor homenaje a Paulo Freire no consiste en repetir
su nombre ni en convertirlo en un símbolo partidista, sino en practicar su
legado en nuestras aulas y comunidades. Educar, como él lo entendía, es un acto
de amor y valentía: amor porque reconoce la dignidad del otro; valentía porque
desafía el poder, el adoctrinamiento y la opresión.
Si permitimos que su pedagogía sea secuestrada por la anarquía y la manipulación ideológica, traicionamos su memoria. Pero si la recuperamos desde la ética, los valores y la autonomía crítica, entonces la educación podrá volver a ser, como decía Freire, “un acto de libertad”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1. Freire, P.
(1967). Educación como práctica de la libertad. Siglo XXI Editores.
2.
Freire, P.
(1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
3.
Freire, P. (1993).
Cartas a quien pretende enseñar. Siglo XXI Editores.
4.
Freire, P.
(1996). Pedagogía de la autonomía: Saberes necesarios para la práctica
educativa. Siglo XXI Editores.
5.
Freire, P.
(1997). El grito del más pequeño. Siglo XXI Editores.
6.
Gadotti, M.
(1996). Paulo Freire: Una biobibliografía. Siglo XXI Editores.
7.
Torres, C.
A. (2014). La praxis educativa y política de Paulo Freire. Fondo de
Cultura Económica.
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