“LA DECADENCIA SENIL DEL FMLN"
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN:
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
(FMLN), que alguna vez fue el símbolo de la resistencia popular, ha caído en
una decadencia senil que avergüenza su historia. Hoy es apenas un espectro
desdibujado de lo que fue: un partido de élites burocratizadas, sin contacto
con el pueblo, sin proyecto, sin mística, sin lucha, sin vergüenza. Manuel “el
Chino” Flores, una de sus figuras más estridentes y caricaturescas, representa
con claridad la bancarrota moral e ideológica del FMLN. Sus discursos populistas,
sus llamados desesperados al “regreso de la militancia” y sus actos teatrales
no logran ocultar la profunda crisis que arrastra el partido ni su propio
oportunismo descarado.
El FMLN no solo perdió las elecciones, perdió la brújula,
el respeto del pueblo y la memoria histórica. De ser una organización
revolucionaria que combatió la dictadura militar y defendió los derechos del
pueblo, hoy es visto como un partido más del montón, cómplice de la corrupción
y el saqueo del país durante su paso por el gobierno. La vieja dirigencia vive
atrapada en una nostalgia inútil y un discurso vacío, incapaz de hacer
autocrítica ni de asumir con dignidad su responsabilidad histórica. Lo peor:
todavía hay quienes, como el Chino Flores, creen que pueden engañar al pueblo con
frases huecas y retórica barata.
LA DECADENCIA SENIL DEL FMLN: UNA ESTRUCTURA EN RUINAS
El FMLN no solo está en crisis: está en estado de
putrefacción política. Su desconexión con las nuevas generaciones, su falta de
renovación interna y su negación a romper con el pasado desastroso de sus
gobiernos lo han hundido en la irrelevancia. En vez de reinventarse como una
opción crítica de izquierda, se convirtió en una maquinaria clientelar
disfuncional que perdió toda credibilidad. La base militante está fragmentada,
hastiada y envejecida, y la juventud que alguna vez le dio vida ha emigrado
física o políticamente a otras luchas más auténticas.
En este contexto, la figura de Manuel "el
Chino" Flores se alza como un síntoma más de la descomposición. De “dirigente
juvenil” con cierto carisma pasó a convertirse en un bufón político,
recurriendo a discursos incendiarios que rayan en el ridículo. Su intento de
postularse como “el nuevo rostro del FMLN” es una burla a la inteligencia del
pueblo salvadoreño. Su lenguaje es agresivo, vulgar, lleno de lugares comunes,
carente de propuestas reales. Pretende mostrarse como un revolucionario, pero
actúa como un personaje de comedia política que busca notoriedad a cualquier
costo. Lo que no entiende el Chino es que la gente ya no le cree ni a él ni a
los que lo rodean. La memoria popular no olvida el abandono del FMLN al pueblo
cuando tuvo el poder: sus pactos con la oligarquía, su silencio cómplice ante
las injusticias y su enriquecimiento escandaloso.
CONCLUSIÓN:
La caída del FMLN no es producto de una conspiración ni
de una campaña mediática: es el resultado directo de su traición al pueblo. La
dirigencia actual, entre la cual sobresale el Chino Flores, pretende maquillar
esa traición con llamados al reencuentro, pero ya es demasiado tarde. La
historia no perdona a los que se disfrazan de revolucionarios mientras se
codean con corruptos, pactan con los poderosos y se burlan del sufrimiento de
las mayorías. El FMLN envejeció mal, sin dignidad, sin renovación, aferrado a
sus ruinas ideológicas.
Hoy, lo que queda del FMLN es un cascarón inservible,
incapaz de movilizar ni a su propia base. Y en esa ruina, el papel de figuras
como el Chino Flores es el de agitadores sin causa, desesperados por recuperar
un protagonismo que ya no les corresponde. No hay futuro en un partido que no
sabe mirar al presente con honestidad ni asumir sus errores con humildad. La
decadencia senil no solo es biológica, también es política, y el FMLN la padece
en cada discurso desfasado, en cada mitin vacío, en cada mentira reciclada.
REFLEXIÓN FINAL
Lo que necesita el pueblo salvadoreño no es el reciclaje
de estructuras fallidas ni de líderes trasnochados, sino una nueva conciencia
política, forjada en la crítica, la organización popular y la ética
revolucionaria. Que muera el FMLN si es necesario, pero que resurja del pueblo
una izquierda auténtica, incorruptible, que no tema denunciar tanto a la
derecha como a los traidores de izquierda. La juventud no seguirá a dinosaurios
ni a payasos políticos, sino a proyectos que hablen con verdad, que actúen con
coherencia y que no se escondan tras las ruinas de un pasado que ya no
inspira.
El FMLN y el Chino Flores son el recuerdo de lo que no
debe repetirse. La historia está exigiendo nuevas voces, nuevas luchas y nuevos
liderazgos. Que esta decadencia senil sirva de lección para no volver a confiar
ciegamente en siglas ni en apellidos, sino en principios, en coherencia y en el
compromiso real con el pueblo.
SAN SALVADOR, 29
DE JULIO DE 2025
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