COMENTARIO A LAS DECLARACIONES TRASNOCHADAS DE MANUEL “EL
CHINO” FLORES
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
INTRODUCCIÓN
En la semana reciente,
el excandidato presidencial del FMLN, Manuel "el chino" Flores,
volvió a agitar la ya polarizada opinión pública salvadoreña al declarar que
"el socialismo es la única salida para El Salvador", especialmente
para superar las profundas carencias en educación, salud, vivienda y para
erradicar la violencia y la pobreza.
Esta afirmación, más que una propuesta seria,
parece un intento desesperado por resucitar ideologías fracasadas que, en el
contexto salvadoreño, no solo no dieron resultados, sino que profundizaron la
desconfianza ciudadana hacia quienes prometieron justicia social y entregaron
más de lo mismo: corrupción, clientelismo, retórica vacía y abandono del
pueblo.
El socialismo que Flores defiende ya tuvo su
oportunidad durante una década de gobierno (2009–2019) y no fue más que una
máscara para encubrir intereses mezquinos, pactos oscuros y la perpetuación de
las élites políticas disfrazadas de redentoras. Este comentario busca
desenmascarar la hipocresía ideológica del exfuncionario, confrontar su doble
discurso y alertar a la ciudadanía ante el retorno de discursos manipuladores.
1. ¿SOCIALISMO? ¿CUÁL SOCIALISMO? UNA DÉCADA DE PROMESAS
ROTAS
Durante los dos
periodos presidenciales del FMLN, encabezados por Mauricio Funes y Salvador
Sánchez Cerén, el pueblo salvadoreño escuchó una y otra vez que se construiría
una "sociedad más justa, equitativa, solidaria Y más humana". ". Sin
embargo, esos 10 años de administración estuvieron marcados por la inacción, la
negligencia y, en muchos casos, la corrupción. Manuel Flores y su partido
tuvieron en sus manos todas las herramientas institucionales y presupuestarias
para implementar lo que ahora prometen: ¿por qué no lo hicieron cuando estaban
en el poder?
En lugar de fortalecer
el sistema público de salud, lo dejaron colapsar. En lugar de dignificar la
educación, mantuvieron escuelas en ruinas y maestros mal pagados. En lugar de
garantizar vivienda, multiplicaron los tugurios. Y en cuanto a la violencia,
optaron por el oscuro y vergonzoso “pacto con pandillas”, que cobró la vida de
miles de inocentes. ¿Es eso el socialismo del que habla Flores? ¿Es esa la
alternativa que hoy presenta como salvación nacional?
2. EL DISCURSO RECICLADO DEL FRACASO
Lo más preocupante de
las palabras del “Chino” Flores no es la nostalgia por el socialismo, sino su
empeño en venderlo como una propuesta nueva, limpia, nunca antes probada. Pero
no se puede tapar el sol con un dedo: el socialismo que él representa ya fue
puesto en práctica en El Salvador, y fracasó.
No fue víctima de
sabotajes externos, como suelen argumentar los ideólogos de café. No fue
destruido por “la derecha”. Fue su propia ineptitud, su falta de liderazgo y su
corrupción interna la que lo hundió.
Flores pertenece a una
generación de políticos que confundieron la revolución con el oportunismo, la
justicia con el resentimiento y la lucha social con el reparto de cuotas. Hoy,
desde la comodidad de su retiro político, pretende reescribir la historia y
presentarse como el visionario que el país necesita. Pero el pueblo no olvida.
El pueblo ya despertó, y lo ha demostrado con su voto y su rechazo masivo a las
estructuras del pasado.
3. ¿Y AHORA SÍ? ¿POR QUÉ NO ANTES?
La gran pregunta que
Manuel Flores no ha respondido —y que jamás podrá responder con honestidad— es
la siguiente: si el socialismo era la solución, ¿por qué no lo aplicaron cuando
gobernaron? ¿Qué los detuvo? ¿Por qué prefirieron pactar con los poderes
fácticos, mantener el modelo neoliberal, proteger a los grandes empresarios y
aumentar el endeudamiento público? Porque, en el fondo, su socialismo no era
más que un disfraz ideológico para perpetuarse en el poder.
Las declaraciones de
Flores son un insulto a la memoria de los salvadoreños que creyeron, votaron y
confiaron en el FMLN. Son una bofetada para las madres que perdieron hijos por
la violencia, para los enfermos que murieron sin medicinas, para los jóvenes
que emigraron por falta de oportunidades. Flores no tiene autoridad moral para
hablar de soluciones, porque él fue parte del problema.
CONCLUSIÓN: NI OLVIDO NI RETORNO
Las palabras de Manuel
“el chino” Flores no deben tomarse a la ligera. Representan un intento por
reactivar una ideología que ya mostró su fracaso rotundo en el país. El
socialismo que él defiende no fue un proyecto real, sino una excusa para
acceder al poder y administrar el Estado con la misma voracidad que sus
predecesores. La historia reciente es testigo de su ineficacia.
El Salvador no
necesita regresiones ideológicas, necesita resultados. No necesita discursos
vacíos, necesita coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Y, sobre
todo, no necesita a quienes ya tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron.
Al pueblo salvadoreño:
que no le vendan otra vez humo, que no caiga en la trampa de quienes, desde el
fracaso, quieren disfrazarse de salvadores. La única salida es la memoria, la
exigencia, la dignidad y el trabajo real. Que no regresen nunca los que ya
fracasaron. Que hablen los hechos, no los discursos.
SAN SALVADOR, 9
DE JULIO DE
No hay comentarios:
Publicar un comentario