RECORDANDO
LAS VIEJAS ENSEÑANZAS DEL MAESTRO SÓCRATES.
POR: MSc.
JOSÉ ISRAEL VENTURA.
En estos
tiempos de Pandemia, he tenido la gran oportunidad, leer muchos libros,
artículos y documentos sobre diferentes
temas; pero al mismo tiempo me he dado cuenta lo poco que sé, que lo que sé es “una gota de agua y lo que tengo que aprender es un océano”, ello
me ha llevado a recordar la vieja anécdota del maestro Sócrates, que contó por
primera vez en su juicio.
En la
anécdota se narra que uno de los jóvenes discípulos de Sócrates, de nombre Querefón, había preguntado al dios Apolo, sí existía alguien más sabio que
Sócrates, y Apolo había contestado que
Sócrates era el más sabio de todos. Ante esta respuesta inesperada y misteriosa, Sócrates decidió hacer una
consulta a todos los más grandes personajes (intelectuales de su época);
después de dicha consulta, de conversaciones y contrastando todo lo que había
recogido, consideró haber encontrado aquello que el dios había querido decir y
por lo tanto llegó a la conclusión de lo LEJOS
QUE ESTABA DE SER SABIO, de que no sabía nada. Pero ¿Qué es lo que el dios
nos había querido decir? Sencillo, que la sabiduría consistía en el conocimiento de nuestras limitaciones y, lo más importante el reconocimiento de
nuestra propia ignorancia.
Sin lugar a
dudas, Sócrates nos enseñó algo que es de vital importancia en estos tiempos de
que estamos viviendo; tiempos de soberbia, arrogancia, prepotencia e
intolerancia. El maestro Sócrates expresó dichas palabras según Platón, hace más de 2.400 años y
considero que muchos intelectuales, profesionales de todas las áreas siguen
haciendo alarde de su inmenso conocimiento, políticos, diputados, cada día
surgen expresiones de soberbia,
intolerancia y faltad de humildad.
De igual
manera, aquellos que trabajan en los medios de comunicación, líderes políticos,
profesionales de las diferentes ramas del conocimiento tenemos la imperiosa necesidad de aprender de las viejas lecciones del maestro. Tenemos que abrazar el arte de
la humildad y dejar de ser una simple
carreta vacía.
Para
encontrarle una salida a la crisis que hoy vive nuestra sociedad se requiere
una gran dosis de humildad, tolerancia, compromiso y ética. Debemos de
comprender de una vez por todas que no es suficiente tener conocimientos a
granel, sino que se necesita poseer pensamiento, que nos lleve a pensar,
reflexionar y tomar conciencia de
nuestras decisiones y todos nuestros actos. Pensar que somos una polis como
decía Aristóteles, no somos seres aislados, por lo tanto, sí somos una
comunidad ella tiene que estar organizada de manera racional y equitativa, con la finalidad satisfacer las
necesidades de todos y cada uno de sus miembros.
San
Salvador, 28 de julio de 2020
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