jueves, 23 de julio de 2020




LO VIEJO Y LO NUEVO EN LA CRISIS POLÍTICA DE EL SALVADOR.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Al examinar superficialmente  la crisis política que atraviesa el país en estos momentos parecería que es simplemente un pleito entre dos  órganos del Estado. El ejecutivo y el legislativo.
 Al menos eso es lo que se deja de ver aparentemente y lo que la mayoría del pueblo logra  percibir de inmediato. Pero profundizando un poco más en la problemática, podemos observar que más allá del discurso legal,  económico, político   e ideológico,  están los intereses de clase  de los grupos de poder, que históricamente  han mantenido el estado de dominación como clase.
Por otro lado, está el enfrentamiento entre las estructuras podridas, fenecidas y caducas de un sistema  que ya no responden a las necesidades ni a los intereses  de la mayoría  de la población explotada  y necesitada. Por otra parte, está lo nuevo que cada día se está abriendo paso en medio de todas las adversidades, vicisitudes, miedos, temores incertidumbres,  que le toca que enfrentar, como resultado de la resistencia de lo viejo.
 Por eso cuando le preguntaron a Bertoldt Brecht  ¿Qué  es la crisis? y él respondió, la “crisis se da cuando lo viejo no termina de morir  y lo nuevo no termina de nacer” De ahí que no hay que asustarse cuando se inicia un proceso electoral, en la que se dice que ha habido fraude, eso es natural aunque no democrático, porque el pensamiento viejo, la cultura del fraude no es algo que hace una año nació, la cultura del Fraude se inicia cuando en 1824 se dieron las primeras elecciones como república independiente  y en la que Don Manuel José Arce llega al gobierno robándole el triunfo a su contrincante.
 Lo que aquí hay que sanear es todo el sistema, pues todo está infectado y eso no se hace de la noche a la mañana, es una cultura que tenemos que empezar a construir a partir del 2021; sí es que el pueblo toma la sabia decisión de sacar a toda la podredumbre que se ha venido gestando desde hace más de un Siglo. Para ello se hará necesaria una reforma integral del sistema educativo. En donde se sienten nuevas bases, nuevo marco de valores y en la que el sistema educativo no esté en función del aparato productivo como lo ha estado  desde hace muchos años.
San Salvador, 21 de julio de 2020

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