martes, 14 de julio de 2020



SAN SALVADOR, 14  DE JULIO DE 2020
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA

CARTA A LOS MÉDICOS EN SU DÍA.
Todas las Profesiones  que existen son nobles, cuando se ponen en función de las necesidades  de la sociedad   y del ser humano, cuando el que la ejerce se   entrega con  alma,  corazón y vida. Pero hay una profesión que va más allá de las fronteras de la humanidad. La profesión del médico. Una vez Esculapio el padre de la medicina le preguntó a su hijo ¿Quieres ser médico hijo mío? ¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida? 
Tendrás que renunciar a tu vida privada; mientras la mayoría de los ciudadanos puede, terminada su tarea, aislarse lejos de los infortunios, tu puerta quedará siempre abierta a todos, a toda hora del día o de la noche vendrán a turbar tu descanso, tus placeres, tu meditación; ya no tendrás horas que dedicar a tu familia, a la amistad o al estudio, ya no te pertenecerás.
Hoy esa sentencia se está cumpliendo en todo el mundo, pero hablemos de nuestros médicos, los médicos de El Salvador,  esos que sí en realidad están en primera línea, esos que no tienen  vacaciones, que se han aislado de su familia, que no tienen días de descanso, que su único fin es salvar vidas, esos que tienen salarios miserables, a esos que muchos funcionarios públicos ven con desprecio, esos que lloran, que sienten el dolor de ver morir a un paciente, que les duele el alma verlos padecer, a esos que nunca les podremos pagar ni con todo el oro del mundo, porque la vida es el valor supremo de la humanidad y la cual no la venden en ningún supermercado.
Para todos ellos  y ellas, médicos,  enfermeras  y todo el personal involucrado en esta difícil tarea de salvar vidas mi respeto, admiración  y agradecimientos  por esa noble labor que nadie lo hace más  que ellos.
Amigos  y amigas Doctores y Doctoras, reciban de mi parte, mi respeto,  aprecio  y estima por todo lo que están haciendo por nuestra gente, sabemos que así como hay buenos médicos también los  hay muchos que se han mercantilizado y utilizan su profesión para otros menesteres. Para ustedes todas mis consideraciones.
Pero no puedo pasar inadvertido a todos los  médicos y enfermeras que han fallecido en el frente de batalla,  mis más   sinceros agradecimientos  a todos y a cada uno de ellos. Que descansen en paz.   

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