lunes, 30 de marzo de 2020



¿QUIÉN  GANA Y QUIEN  PIERDE CON  LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS?
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
En las guerras, las pandemias, los huracanes  y en los terremotos  siempre hay unos que salen ganando y otros que  salen perdiendo. Históricamente siempre son los mismos los que salen perdiendo. La clase asalariada. Es decir, aquellos que sólo tienen su pellejo que vender.
Una situación se produce  si nos referimos a los  países, en la que encontramos  unos ricos y otros pobres, unos desarrollados  y otros subdesarrollados. Dentro de estos grupos de países unos saldrán fortalecidos  y otros debilitados.  Los países desarrollados pondrán a prueba su arsenal tecnológico (China, Corea del Sur y Estados Unidos) pues la pandemia será una gran oportunidad para calibrar y ajustar sus adelantos tecnológicos y herramientas digitales como cámaras de vigilancia, reconocimiento facial, medición  de temperaturas y aplicación de monitoreo GPS entre otros. 
De modo que, la crisis  generada por la pandemia del coronavirus será una gran oportunidad pare poner en práctica todo tipo de adelantos tecnológicos que en tiempos normales no lo pueden hacer. No obstante, el problema no radica en que se prueben los últimos adelantos tecnológicos, la cuestión es que más tarde que nunca  esos adelantos servirán para ejercer un mayor control sobre  las grandes mayorías poblacionales  del  mundo.
 De ahí que este tipo de fenómenos  (Covid 19)  no es casual ni mucho menos un fenómeno sobrenatural,  sino parte de la estrategia del poder hegemónico  mundial al cual las superpotencias le sacan el máximo provecho económico, político,  científico  y tecnológico. Además, que les permite hacer un diagnóstico de la facilidad con que se puede manipular, generar miedo  e inmovilizar  a la población mundial.
 En esto los chinos y los coreanos no pierden tiempo porque entienden que esta es una excelente oportunidad para probar todo su poderío  tecnológico digital y estar preparados para competir con otras potencias económicas como estados Unidos que hoy sigue siendo la potencia hegemónica que ejerce gran influencia sobre los países que son sus aliados pese a sus contradicciones internas  y la galopante deuda externa que mantiene en donde su mayor acreedor es China.
Pero hay otro sector que saldrá beneficiado con la pandemia   y es el  sector  de las industrias farmacéuticas  y empresas de productos  de higiene.
 Los fabricantes de mascarillas, alcohol gel, guantes, jeringas, aparatos electrónicos, medicamentes antivirales, aparatos respiratorios entre otros. ¿Quiénes saldrán más  beneficiados  con el coronavirus? Obviamente la Industria Farmacéutica y los grandes  consorcios de  laboratorios mundiales que ya de por sí acumulan grandes sumas de dinero  y bienes  en su haber.
Empero, en el otro extremo están los países pobres, atrasados  que mantienen una férrea lucha por la supervivencia  de sus habitantes que únicamente logran vivir el día a día. Estos países que no sólo padecen el flagelo de la pobreza, el hambre  y la miseria sino que además, padecen una injusta distribución de la riqueza  y una galopante corrupción en la que gran parte de sus recursos van a parar a manos de funcionarios inmorales y corruptos  que velan nada más por  sus intereses mezquinos  y que han instalado desde hace muchos años  en el país una corruptocracia a su medida.
En este contexto el actual gobierno se  ve confrontado con partidos políticos  y funcionarios que históricamente  han vivido en una “mancebía política” defendiendo nada más los intereses de un minúsculo grupo de oligarcas que impiden cualquier proceso de transformación.
En consecuencia, estas condiciones de injusticia que se han venido reproduciendo históricamente son las que generan pobreza, hambre, miseria  e ignorancia; circulo vicioso que se reproduce  generación tras generación.
Para sobrellevar la  situación antes descrita el actual gobierno tiene que  continuar la misma dinámica de endeudamiento  con los organismos internacionales (FMI, BM Y BID entre otros) situación  que ha sido duramente criticada por algunos partidos políticos como (ARENA Y FMLN); pero que durante  sus gestiones como gobierno dejaron al país con una deuda de alrededor de 18,372.72 que representa el 74.1% del PIB  y que fueron en la última gestión de ARENA  y las  dos gestiones del FMLN en la que la deuda sufrió un considerable aumento. (El Diario de Hoy, Artículo (2017). Infografía: La deuda de El Salvador se triplicó en los últimos 15 años.)
Obviamente la deuda la pagan los gobiernos pero con dinero  que recaudan  de la población. Sin embargo, el problema no radica ahí, sí estos préstamos se invirtieran en la población para mejorar las condiciones materiales de vida. El gran problema de los gobiernos pasados  es que ha servido para hacer más millonarios a la oligarquía salvadoreña, a los funcionarios corruptos e inmorales  que históricamente siempre han negociado prestamos  con los “los maletines negros”.
¿Quién pagará el alto  costo de la pandemia del coronavirus?  desde luego será la clase trabajadora, la clase asalariada, la clase carente de los medios de producción. Es inevitable que después de que se haya superado la pandemia del coronavirus viene lo que desde ya están anunciando algunos medios internacionales, una recesión económica lo que traería más pobreza, desempleo, hambre, miseria e  más inequidad, para los sectores más pobres del mundo y sobretodo de los países atrasados como el nuestro.
En esta ocasión es cierto el presidente se está endeudando pero por una causa justificada que tiene como finalidad salvar vidas  y no para engordar a funcionarios ni algunos miembros  de  empresa privada.
Pero como decía  el gran escritor Eduardo Galeano: “ el problema de la deuda externa  del Tercer mundo, las victimas: cuanto más pagan, más deben; cuanto más reciben, menos tienen; cuanto más venden, menos cobran; Necesitan cada vez más horas  de trabajo, para ganar cada vez menos. Necesitan Cada vez más productos propios, para recibir cada vez menos productos ajenos”
Este es sin lugar a dudas el círculo vicioso del cual no estoy seguro si un día podrán salir los países del tercer mundo.



San Salvador, 30 de marzo de 2020.






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