lunes, 18 de noviembre de 2019



LA ARROGANCIA, LA SOBERBIA  Y LA PREPOTENCIA
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Lamentablemente el mundo está lleno  de gente arrogante, soberbia  y prepotente. Este tipo de gente se deleita, humillando a los demás, haciéndolos sentir menos, pisotean sus derechos,  de todo aquel  que se le pone por delante.  Mientras ellos se consideran  intocables. Lo que ellos dicen o hacen es lo mejor, no hay nadie que los supere son los sabelotodo, son los que adornan el paisaje de la sabiduría.
Este tipo de personas no ha entendido que  todos somos iguales, que nadie es más que otro, que independientemente, la ropa que vista, los zapatos que lleva puestos, el vehículo en el que se transporta, el lugar de residencia donde vive , la carrera que tenga  y el cargo que ostenta,  eso no lo hace ser más que otro.  Se les olvida que nadie está por encima de nadie y por lo tanto, todos nos merecemos respeto.
 Personas como  estas están  hinchadas de arrogancia, soberbia y prepotencia.  Sin embargo, son frágiles, se desinflan como un globo con mucha facilidad pues lo que albergan en su interior es ego, envidia, soledad y tristeza.
La  soberbia en este tipo de personas  es tan fuerte que muchas veces opaca al sentido común. En la política, en los negocios y sobre todo en los sentimientos. Tal petulancia trasciendo los linderos de la ética, la moral  y los niveles de armonía y convivencia social.
En el campo intelectual se consideran estrellas y lo que ellos dicen todos debemos de acatarlo sin escrúpulos  ni discusión alguna  porque es santa palabra.  Sus decisiones llevan sin lugar dudas en muchos casos a cometer arrebatos que dañan los consensos y  niveles aceptables de convivencia.
El que se siente más que su prójimo jamás concibe la igualdad, el respeto y la tolerancia. Tampoco reconoce un error, es altivo y se rodea de mediocres que no hacen otra cosa que celebrarle sus ridiculeces. Estas personas son propensas a la adulación.
El soberbio nunca acepta que se equivoca y siempre busca que se le rinda  culto a su absurda personalidad o forma de ser. Nunca se deja aconsejar, porque mira a los demás como si fueran de menor rango que él. De igual forma, menosprecia las sugerencias de los otros, pues las considera de poca importancia.
La soberbia es un mecanismo de compensación a la profunda pobreza de alma. La idea de ultrajar a los demás absorbe al soberbio, convirtiendo su desprecio en la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.
Pero hay un lugar donde a menudo encontramos este tipo de personas. La Universidad.  Ahí se encuentran los eruditos, las mentes brillantes, los magister dixit,   que  se creen dueños absolutos  del conocimiento   y de la verdad.  Tenía razón Franz Kafka cuando expresó hace muchos años” La Universidad es una comunidad de vanidosos y mediocres”


SAN SALVADOR, 17 DE NOVIEMBRE DE 2019


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