TRASCENDER EL SENTIDO COMÚN PARA DESTRUIR EL SISTEMA ESTABLECIDO.
POR: MSc.
JOSÉ ISRAEL VENTURA
BREVE INTRODUCCIÓN
El
objetivo primordial de este ensayo es develar la lógica y la ideología que está
implícita en el sentido común, del cual hace acopio la gran mayoría de la
sociedad para explicar e interpretar la
realidad. En este sentido plantea Kosick
“ práctica utilitaria inmediata y el
sentido común correspondiente ponen a
los hombres en condiciones de orientarse en el mundo, de familiarizarse con las cosas
y manejarlas, pero no les
proporciona un compresión de las cosas y de la realidad” por esta razón, Marx también escribió que en el mundo
de las formas fenoménicas, sustraídas de
su concatenación interna y completamente
incomprensibles en este aislamiento, quienes
determinan efectivamente las condiciones sociales se encuentran
a sus anchas, como pez en el agua.
Para ellos no hay nada de misteriosos
en lo que es internamente
contradictorio, y su juicio no se escandaliza lo más mínimo ante la inversión de lo
racional e irracional”.
De
igual manera, el ensayo pretende además, identificar las fuentes de donde se nutre el
poder de las clases dominantes y le da
direccionalidad a toda la sociedad.
Miles
de personas hablan igual, piensan lo mismo, hablan lo mismo, creen que eso que
dicen, que escuchan, que es en lo que
todos están de acuerdo es la verdad, en su sentido más simple, más cotidiano,
la verdad en la que todos, sin someterla a ningún cuestionamiento, ningún
escrutinio a eso se le llama sentido común.
Hoy
todo mundo está cuestionando la corrupción que de hecho hay que hacerlo sin
embargo, nadie habla de las causas
mediatas de la corrupción ni de la desigualdad. Por lo tanto, se puede decir, que el poder hegemónico está
tranquilo ya que no se pone en peligro sus status quo.
Hay
toda una promoción del sentido común por el
“Establish Ment” es decir, el sistema establecido.
Por eso
Gramsci superó en alguna medida la concepción reduccionista de los manuales de
la URSS, que nos planteaban un determinismo económico, como la única causa de
la dominación. Gramsci, veía que para poderle arrebatar el poder hegemónico a la burguesía era necesario construir un sistema
contra hegemónico, en donde se le
disputara no sólo el poder
económico, político e ideológico sino el
poder cultural pues es a través de la
cultura y la educación la vía por donde penetra el poder hegemónico de la clase
dominante.
Recuerdo
que en el año 2009- 2010 se dio la
pandemia de gripe porcina (H1N1) sin lugar a dudas era una paranoia, hasta los médicos, profesionales de toda
clase estaban alarmados no digamos la
población, sin embargo, la realidad era
otra, no obstante el poder dominante había logrado que todo el mundo tuviera su
atención centrada en aquel fenómeno.
Pero
¿Cuál era la realidad? el sistema capitalista estaba padeciendo una profunda
crisis económica y los dueños del poder
económico querían ocultarlo. Pero
además, habían creado artificialmente una pandemia con la finalidad de que los
grandes dueños de los laboratorios que eran los mismos que había creado la
enfermedad produjeran también la
medicina. El “Tamilfu”, con lo cual hicieron grandes fortunas. En síntesis
pues, crearon sentido común el cual permaneció en boca de todo el mundo. En
consecuencia, el sentido común le sirve las clases dominantes para ocultar la
realidad y presentarnos como la verdad
concluyente.
DESARROLLO.
Trascender
el sentido común es una manera de liberarnos de las verdades impuestas por el
sistema establecido, es distinguir lo relevante
de lo superfluo, es penetrar en los
escondrijos más profundos de los fenómenos que se suscitan cotidianamente a
nuestro alrededor. Es
develar la mentira que se presenta con apariencia de verdad para poner por
encima la verdad concreta. Como
sostiene Martin Baró “Conocer la
verdad tiene como consecuencia desvelar la mentira” (Ignacio Marín Baró.
realismo crítico. p.39).
Todos
los días somos invadidos de sentido común por parte de los medios de
información y el entorno en el que nos movemos. Vivimos en ese mundo que Karel
Kosick llamó “el mundo de la pseudoconcreción que no es más que un claroscuro
de verdad y engaño. . . es el mundo que llenan el ambiente
cotidiano y la atmósfera común de la vida humana, que con su
regularidad, inmediatez y evidencia penetra
en la conciencia de los individuos
agentes asumiendo un aspecto independiente
y natural , forma el mundo de la
pseudoconcreción” (Karel Kosick. Dialéctica de lo concreto. P. 85.).
En la
sociedad capitalista estamos invadidos de sentido común, es una concepción que
está arraigada en mayoría de la ciudadanos, es una manera superficial de ver e
interpretar la realidad por ejemplo, se
cree que la pobreza como fenómeno social
es responsabilidad de las personas, que son perezosas, haraganas que no les gusta
esforzarse, que los que nacieron pobres están destinados a morir pobres. Que
algunas personas son millonarias es porque son más inteligentes, etc., Pero
además el sentido común además, trae aparejado el pesimismo, el fatalismo y la
pobreza. Obviamente, esta concepción es promovida y estimulada por el “establishment” que desde
luego favorece al sistema capitalista para su conservación y perpetuación como
poder hegemónico.
Es una
práctica común que las clases poderosos no le dicen la verdad al pueblo, dicen
por lo general su verdad, una verdad disfrazada, maquillada que es lo que el
sistema quiere que el pueblo sepa, porque hay un enorme sistema que piensa por nosotros que nos ahorra la tarea de pensar nos dicta lo que tenemos
que hacer y no hacer es decir en palabras de Martín Heidegger “ Vivimos en un
estado de interpretados” no pensamos; somos pensados, no hablamos somos
hablados por el sistema, no elegimos, otros eligen por nosotros o como plantea
Michel Foucault somos sujetos sujetados”
por los medios de comunicación, por el poder político, económico, religioso. El mercado y por ese fenómeno
llamado consumismo, es decir el sistema económico actual ha mercantilizado absolutamente todo, todo lo que toca lo
transforma en mercancía al servicio desde luego de los poderosos.
Hace
algunos años uno de los más brillantes
pensadores del siglo XX, Antonio Gramsci
desarrolla la categoría de “hegemonía”
y nos explicaba los mecanismos
que la burguesía utiliza para mantener su poder hegemónico sobre las clases
subalternas. Según Gramsci, las clases subalternas sólo podrán triunfar sobre
la clase fundamental la burguesía y construir un sistema hegemónico en la
medida que las clases subalternas o trabajadoras sea capaz de crear una cultura
contrahegemónica. Entendiendo esta categoría
según Gramsci en dos sentido: Uno restringido, haciendo mención al nivel
cultural y otro ampliado, tomando en cuenta el nivel económico, político y cultural. En este sentido Gramsci considera
que la base para instaurar un sistema hegemónico son la sociedad civil y el
sentido común del pueblo, desde donde se puede alcanzar la direccionalidad de la sociedad.
En
consecuencia, la creación de sentido común es un instrumento o recurso en los que descansa el poder de las
clases dominantes. Por su parte,
siguiendo este mismo discurso el filósofo Argentino José Pablo
Feinman, en su libro Filosofía
política del poder mediático, nos
explica el significado del término
sentido común y nos dice “ miles de
personas hablan igual, piensan lo mismo, hablan lo mismo, creen que eso que
dicen, que escuchan, que es en lo que
todos están de acuerdo es la verdad en su sentido más simple, más cotidiano, la
verdad en la que todos, sin someterla a ningún cuestionamiento a eso se le
llama sentido común. “(José Pablo Feinman. Filosofía política y poder mediático,
p. 92.).Este mismo pensador nos dice” el que carece de “sentido común”
cae bajo miles de sospechas, o “está
loco” o “se fuma” o “se da con las
drogas duras” o es un necio. Un cabeza hueca. Un empecinado, un raro, Un
posible comunista” Un posible subversivo. Estar “dentro” del sentido común tranquiliza a los humanos. Los serena. No
están locos. Pertenecen a una comunidad
de sanos, de sensatos, de ubicados, de confiables. Después de toda esta
reflexión acerca del sentido común cabe hacernos una pregunta ¿A quién
beneficia el sentido común? sin lugar a dudas al sistema capitalista ya que le
permite continuar con su poder hegemónico y reproduciendo sus sistema de
dominación, y a la vez profundizando los
niveles de desigualdad, marginación y exclusión social. De ahí que no hay nada
que discutir, nada que cuestionar porque todo está perfectamente bien.
De modo
que trascender el sentido común es hacer
visible lo invisible, es cuestionar, es
preguntar, es dudar, es sin duda pensar por sí mismo es ser radical en el buen
sentido de la palabra.
Es
cuestionar todo, hasta el más insignificante fenómeno que se suscita en la
sociedad. Desvelar la realidad ocultada esa es tarea de la filosofía que piensa
la totalidad, que busca desocultar la mentira que se presenta a los hombres con
apariencia de verdad. La filosofía no tiene dentro de sus fines obtener la
verdad absoluta, no le interesa, pero si cuestionar los cimientos en donde
descansa el mundo de la falsedad, la mentira, la inequidad y el engaño.
Los
seres humanos somos el resultado de un largo e histórico proceso de
socialización en el que se nos han inculcado normas y comportamientos,
creencias, ideologías, valores, manaras de pensar a los que se deben seguir sin
ninguna discusión, en ese sentido tenía razón René Descartes cuando decía:
He advertido hace ya algún tiempo
que, desde mis primeros años, había recibido como verdades un gran número de opiniones
falsas y que lo he fundado después sobre cimientos endebles que
tenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de manera tal que me
era preciso emprender seriamente, una
vez en la vida, la tarea de
deshacerme de todas las opiniones que
había recibido y que por entonces había
dado crédito, y comenzar todo de nuevo
desde los fundamentos, si es que deseaba establecer algo firme y constante
en las ciencias. (René Descarte. El discurso del método p.85)
La
compleja sociedad en la que hoy vivimos demanda hombres y mujeres con un
pensamiento crítico; en un mundo lleno de sombras como diría Platón en la
alegoría de la Caverna, en donde la fuerza, la irracionalidad, la soberbia y la
arrogancia se imponen cotidianamente la
necesidad de rebasar el sentido común es urgente para desarrollar prácticas que coadyuven a la transformación de la sociedad.
En
consecuencia, pensar la realidad y pensarnos a nosotros mismos es despojarnos
de creencias, imposiciones, que desde chicos nos han inculcado es liberarnos de
prejuicios y perjuicios es no encasillarnos sólo en una manera de pensar, es
comprender que hay miles de alternativas
y que no hay una sola vía para
transformar a la sociedad en la que vivimos. Es abrirnos al cambio.
El
pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El
pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y
las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley,
indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado. ((Bertrán
Russell. https://www.antimilitaristas.org). En
una sociedad como la nuestra (capitalista) es mejor que los seres humanos sean
estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres.
Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como
nosotros dicen los ricos y en la sociedad no hubiese esas abismales
desigualdades, tanta calamidad, como la que
hoy existen en el planeta.
FUENTES
CONSULTADAS.
1.
Ignacio Martín Baró. El realismo crítico.
Fundamentos y aplicaciones. Editorial
Uca.
2.
Karel Kosik. La dialéctica de lo concreto.
Editorial Grijalbo.
3.
René Descartes. Discurso del Método y meditaciones metafísicas. Editorial Gradifco.
Buenos Aires Argentina.
4.
Paulo Freire E Ira Shor. Miedo y Osadía.
Editorial Siglo XXI.
5.
José Pablo Feinman. Filosofia política del poder mediático. Editorial
Planeta.
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