lunes, 24 de diciembre de 2018




UNA REFLEXIÓN NECESARIA  HOY EN NAVIDAD.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA

En la diversidad de creencias, entretenimientos, disfrutes  y formas de pensar que se tienen en la sociedad actual, la navidad tiene una variedad de significados: para algunos  es la fiesta de abrazos y regalos, para otros tiempo para relajarse un poco  después de muchos meses de ardua faena de  trabajo, otros que piensan que es un espacio para embriagarse, drogarse, otros para consumir desenfrenadamente,  pero hay otros que consideran que es un buen tiempo para estar junto con la familia, sus hijos y parientes cercanos, para reflexionar sobre las metas que se lograron, los errores que se cometieron y poder  corregirlos.
 Sin embargo, para los capitalistas es el mejor momento para explotar todas las estrategias de márquetin y sacar el mayor lucro posible de los grandes conglomerados que se abocan a comprar compulsivamente  sus mercancías.
De modo que, la navidad deja de ser una época para celebrar la llegada de ese niño que nació en un pesebre, en las condiciones más humildes, rodeado de animales  y que llevó  (de acuerdo a las creencias) luz a la humanidad.
No obstante, para el sistema capitalista, para sus comerciantes, la navidad sólo es una época para hacer dinero, pues el dinero es su  único “Dios”  y se aprovechan de la ingenuidad, la ignorancia  y de la alienación del pueblo para sacar la mayor tajada  de las  festividades navideñas. Ellos tienen como su mejor aliado  la publicidad  y los medios de comunicación, para obligar psicológicamente  a la gente  comprar sus mercancías  aunque estas sean superfluas
Claro la psicología comercial funciona a la perfección, sobre todo la psicología infantil. Pues los publicistas saben que el primero que hay que atrapar psicológicamente es al niño porque detrás de él viene el papá o la mamá. Para ello los centros comerciales o centros de comida rápida los adornan de tal manera que los niños y niñas se sientan atraídos por una variedad juegos o juguetes para que ellos exijan a sus padres se los compren.
En consecuencia, la navidad es la época del consumismo desbordante, desenfrenado  es la gula por las mercancías. Que se ha  perdido el rumbo de la celebración de navidad  eso es un hecho, ya sea por ignorancia  o por simple alienación o las perversas leyes del mercado y los intereses mezquinos de los capitalistas. Pero lo cierto  es que  la navidad es a una de las fiestas más explotadas por el sistema económico  imperante, particularmente   el  régimen capitalista de producción.
En este sentido podemos hacernos una pregunta: ¿Realmente para quienes es la navidad? ¿Quiénes salen beneficiados  mayormente con la navidad? ¿Quiénes son los menos beneficiados con la navidad?  Sin lugar a dudas los capitalistas, ellos que además, de explotar a la clase trabajadora, pagándoles  salarios miserables,  con su publicidad visceral embaucan a la gente para que consuman desenfrenadamente  y  gasten ese  mísero salario que les pagan. 
Al terminar el año los capitalistas hacen cuenta de sus ganancias, de la cuantía de sus riquezas, mientras que el pobre hace cuenta a cuanto haciende la adeuda  con determinada entidad Bancaria o comercial.
 Pero claro,  vivimos en una  democracia perfecta, en donde afloran las oportunidades, en la que las libertades  se respetan  y constituyen el fundamento para la democracia.  En esta sociedad de libre mercado, las personas son libres de emborracharse, endrogarse, de insultar, de asesinar, de maltratar a los demás, de hacer trampa, de robar etc. Esa es la libertad que nos vende el sistema capitalista.
En esto consiste la democracia de mercado en la que unos pocos ganan  mucho y muchos no ganan nada,  al contrario pierden mucho, muchos  son los que hacen la riqueza y unos pocos  los que la disfrutan.
En la sociedad de libre mercado la navidad es de mucha  alegría para unos pocos y tristeza para muchos, es despilfarro para unos pocos  y carencia para muchos.
En la sociedad de libre mercado unos pocos viven en mansiones, residencias, mientras que muchos viven a las orillas de las quebradas, en los barrancos, en zonas marginales, en la sociedad de mercado, unos pocos celebran la navidad con caviar, vinos traídos del extranjero, mientras que el pueblo se embriaga con muñeco, tres puentes, tictac, el golfo o la trenzuda etc.  Y ¿Esa es la navidad que celebramos? ¿Es esta la sociedad moderna y civilizada que nos vende el sistema capitalista?  Vaya usted a saber.
Nota:
No quiero terminar esta breve reflexión sin antes desearles,  a los salvadoreños y salvadoreñas, amigos y amigas, una feliz navidad y un próspero año 2019. Que la navidad sea un espacio para que pensemos y repensemos nuestras vidas.  Hasta pronto.

San Salvador, 24 de diciembre de 2018



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