DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA
A LA IZQUIERDA DOMÉSTICADA LIGHT
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL
VENTURA
El FMLN, fue
la agrupación que aglutinó a buena parte
de la población desposeída en El Salvador. Sin embargo, no era la única fuerza
que representaba los intereses de los
sectores pobres del país. Claro había otros grupos que aun
padeciendo las mismas deterioradas condiciones materiales de vida, se adhirieron a la ideología de la
derecha por diversas razones.
Del mismo
modo FMLN era movimiento que aglutinaba
a diversas fuerzas que tenían expresiones
económicas, políticas e ideológicas distintas en su interior, por lo tanto, nunca gozó de una unidad granítica; pues
siempre se mantuvo la lucha permanente por hacerse con el control de la dirección del FMLN.
En ese
contexto, vamos a encontrar dos tendencias bien marcadas que estuvieron
latentes durante todo el conflicto armado
pero sus posiciones
políticas e ideológicas se van a
expresar claramente después de la firma los acuerdos de paz el 16 de febrero de
1992 en el Castillo de Chapultepec
México. Cuando el FMLN, se transforma en partido político y le toca jugar con
las mismas regales que el sistema le impone. Es en este contexto cuando se van
hacer presente dos tendencias claramente bien marcadas. La
reformista y la radical. En la tendencia radical encontramos personajes que aún
están en la lucha y que no han perdido su horizonte revolucionario, su
lucha por las transformaciones profundas de la sociedad pero que son menos y no
tienen en el control del Gobierno y jamás
han sido tomados en cuenta para
formar parte del gobierno de turno.
En esta
lucha por controlar el partido al final triunfa la tendencia reformista que hoy
gobierna y como tal se acopla de mejor
manera al proyecto de sociedad de la derecha neoliberal.
Esta tendencia como se ha podido
observar, sólo busca hacer unos cambios de parche,
cosméticos, pero sin tocar las estructuras que generan las verdaderas causas de las grandes desigualdades en el país, pero
sí las garantiza a la cúpula mantener de manera inexorable el Status Quo.
En este proyecto reformista no caben
intelectuales de la talla de Salvador Arias (fallecido), Dagoberto Gutiérrez, Miguel Sáenz
Varela, Roberto Cañaz entre otros. Sin embargo, han tenido cabida
personas que durante el conflicto no aparecieron por ningún lado.
Es el caso
del actual Candidato del FMLN, Hugo,
Martínez, que apareció después de
la firma de los acuerdos de paz pero que
se lo han vendido a la población como un gran revolucionario. Cuestión que no
es así.
Esta
tendencia reformista desde hace muchos años renunció al proyecto histórico del
partido que era en su momento la brújula que orientaba hacia los cambios que el
país necesitaba.
Aunque hay que destacar que formalmente no han
renunciado a ese ideal pero en la práctica que es el criterio de verdad, lo
confirma que lo que hacen y siguen haciendo se asemeja más a los
principios y valores de la derecha Arenera.
Por ejemplo, las mismas estrategias
manipuladores, las mismas negociaciones bajo la mesa, los mismos madrugones, componendas, el tráfico de influencia, los
trinquetes entre compadres, las campañas electorales sucias, las mismas prácticas corruptas, la vida ostentosa. etc.,
Además, el
proyecto político histórico
revolucionario hoy por el momento se
encuentra estancado, ya que la cúpula
que controla al partido no le interesa
llevar adelante los cambios profundos que el país necesita.
Esta cúpula
además de ser inepta, es una cúpula dogmática, vertical, desfasada, desvinculada de las necesidades e
intereses del pueblo y antidemocrática que no le interesa, continuar con el proyecto histórico revolucionario, aunque lo expresen verbalmente que siguen
siendo revolucionarios eso ya nadie se los cree.
Por otro lado, se tiene una dirigencia aburguesada, light complaciente, no
cuestionadora, dócil, pro-sistema que se ajusta a los designios del modelo
económico neoliberal de la burguesía; es una dirigencia entregada a beber de
las mieles que les da el sistema sin importar a los miles de salvadoreños y
salvadoreñas que dieron su vida por construir una sociedad más justa, equitativa y más humana.
Paro a los reformistas se les olvidó lo que un
día dijo Schafik Handal” dejábamos las armas, nos convertíamos en un partido legal
para participar activamente en la lucha política, entrábamos así dentro del
sistema con la decisión de mantener una lucha persistente para consumar la
revolución democrática inconclusa, orientada a cambiar el sistema, asegurar el
desarrollo social, en un curso más o menos duradero rumbo a una sociedad
socialista” Y ¿Qué es lo que han hecho? se
han vendido como prostitutas al mejor postor; como rameras vestidas con pieles
y joyas preciosas compradas en el extranjero; carros de lujo, viajando y
hospedándose en hoteles de cinco estrellas, cobrando grandes salarios, médicos de cabecera,
guardaespaldas, comprando casas de lujo.
Mientras en
los hospitales desabastecidos de
medicinas, los empleados con salarios de hambre, la inseguridad ciudadana, la
calidad de la educación por los suelos, el presupuesto de la Universidad casi
igual como en los años que gobernó la derecha
etc.,
Dentro de este sector reformista no cabe hablar de transformación del sistema capitalista; que es el fundamento
esencial de la lucha revolucionaria. Entonces surge una Interrogante:
¿Cuál es la izquierda que el país
necesita para realizar verdaderamente los cambios profundos y no cosméticos? Sabemos los
salvadoreños y salvadoreñas que históricamente que la clase trabajadora ha sido
víctima de una cruel explotación por parte de la burguesía criolla y
transnacional; que ha padecido los más cruentes atropellos de los ricos, que sufrido impunidad y desprecio. No hay que olvidar que fueron
estos algunos de factores subjetivos que
incentivó a muchos jóvenes en los años ochenta a empuñar las armas y ofrendar
sus vidas para construir un mejor futuro para las nuevas generaciones.
Necesitamos
una izquierda, pensante, crítica, coherente, orientadora, con ética, con una
alta moral revolucionaria, anticapitalista y marxista. Pero sobre todo que recupere la
mística revolucionaria.
Pero además,
necesitamos un movimiento de izquierda no un partido político, pues el
movimiento está arraigado en lo más profundo
de las entrañas del pueblo. Mientras que el partido es propiedad de unos pocos
oportunistas y arribistas que han llegado sin sudar la camiseta ni arriesgar nada. Con excepción de algunos que están en el partido pero que se
han acomodado a las dulzuras del sistema.
Se necesita una izquierda que sea expresión de las
necesidades e intereses genuinos de todos y cada uno de las clases explotadas,
marginadas y excluidas de la sociedad. Necesitamos una izquierda que no sienta menos cuando les dicen marxistas o socialistas,
comunistas; pues los marxistas luchamos porque se haya justicia, solidaridad,
libertad, igualdad, que haya igualdad de género, porque se respete la dignidad
de los seres humanos etc.
Para una izquierda
revolucionaria la prioridad política no debe ser ganar ganar las elecciones presidenciales sino
construir poder desde abajo para que sea el pueblo el que en última
instancia determine el rumbo que quiere seguir pero siempre orientado a la
transformación de la sociedad.
San Salvador,
19 de diciembre de 2019
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