sábado, 5 de mayo de 2018



¿DEMOCRACIA BURGUESA O DICTADURA DEL PROLETARIADO?
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Con el concepto de democracia sucede  lo mismo que con el concepto  de sociedad.  Se acostumbra mucho  en los diferentes medios  hablar de sociedad en general. Sin embargo, tal sociedad no existe, pues lo que hay concretamente  son sociedades históricamente determinadas; en una fase determinada  de su desarrollo histórico,  asea formaciones económicas sociales. Por ejemplo, la sociedad Mexicana, Guatemalteca, Hondureña, Salvadoreña, Norteamericana etc.,  Pero no existe ninguna sociedad en general. Por lo tanto, no hay ninguna sociedad pura.
Del mismo modo hablar de democracia en general, es lo mismo como hablar de democracia pura; la cual no existe por ningún lado, no obstante, existen democracias concretas  por ejemplo, la democracia formal capitalista, que  es organizada por el poder hegemónico capitalista. La Democracia Cubana, Vietnamita etc.,
La cuestión anterior nos lleva  a examinar brevemente, al concepto de Estado, pues el Estado está vinculado a las formas de democracia que dentro del mismo sistema capitalista surgen y se desarrollan con el fin de conservarlo y perpetuarlo. De manera que, dentro del sistema capitalista  se habla de: democracia directa, democracia representativa, democracia liberal etc., No obstante, todas tienen su origen en el mismo árbol y por lo tanto ambas buscan perpetuar las relaciones de  explotación y dominación. Lo que no se debe perder de vista es que la democracia capitalista con todas sus variantes es una creación de las clases poderosas,  desde que inauguró el régimen capitalista como sistema dominante.
Pero la clase dominante  a través de sus ideólogos, funcionarios  y lacayos a sueldo nos siguen vendiendo la idea de que todos cabemos en su democracia, que todos somos iguales ante la ley y esa igualdad se expresa asistiendo  cada  cinco años a las urnas electorales a depositar el sufragio.
Se nos ha inculcado desde la escuela que hay que cuidar las libertades democráticas pero como ciudadano pensante nos debemos hacernos la siguiente pregunta ¿Qué libertad puede tener  un obrero que su salario no le alcanza para cubrir sus necesidades básicas  y las de su familia? o en el peor de los casos el de una persona que no tiene  garantizado  su derecho al trabajo.
 O puede haber democracia en un país como el nuestro en donde “Los ingresos de un multimillonario salvadoreño representan 1,049 veces el del más pobre.  Por ejemplo, Un agricultor que gane el salario mínimo ($118.20) tendría que trabajar 264 años para conseguir los ingresos que un multimillonario salvadoreño obtiene en un mes. (La prensa gráfica, 16 de junio del 2016). ¿Se le puede llamar a esto democracia? considero que desde cualquier punto de vista que se analice, se interprete no es más que una dictadura capitalista, en la que esa pequeña oligarquía financiera, organiza y direcciona todo el que hacer de la sociedad.
 Obviamente dentro de esta lógica la democracia deviene en una “democracia representativa” la cual es considerada por las clases dominantes como el único sistema  que garantiza la libertad de las personas, pero que en realidad los únicos verdaderamente representados en este tipo de “democracia” son los grupos privilegiados que controlan los medios de producción  y  las miembros de los partidos políticos, funcionarios públicos,  junto con sus ideólogos
 Se nos insiste en que vivimos en un país con igualdad de oportunidades y de ejercer el voto libremente, lo cual es totalmente falso. Por otra parte, no se toma en consideración que hay sectores políticos que invierten mucho dinero en las campañas electorales que pasadas las elecciones empiezan a cobrar  su deuda política con el partido ganador. Seguir creyendo que es el pueblo el que elige a los alcaldes, diputados y presidentes, es seguir pensando que vivimos en un país democrático porque nos convocan a votar cada cinco años. De igual manera, seguir creyendo que los  obreros, los trabajadores, los campesinos, las vendedoras de los mercados, los que viven en los barrios pobres vivimos en  una linda sociedad  como hace algunos días expresó  un pseudo  líder del partido FMLN, pues para él sí se vive en un bello país porque goza a costa del sudor de la clase explotada.
La idea absurda  de que el capitalismo se puede democratizar  y hacerse más humano mediante algunas reformas, modificar su rostro menos explotador  y hacer más accesible la riqueza a todos los miembros de la sociedad es tan absurdo como creer que un mesías va venir a resolverlos los graves problemas del hambre, la miseria  y a eliminar las enormes desigualdades  que hay en el mundo y en  el país.
Hay que destacar que la democracia capitalista tiene límites, ya que cuando todo marcha bien  y no les afecta  sus intereses  de clase,  todo es democrático, sobre todo cuando sus ganancias no ven afectadas  entonces la democracia es perfecta y hay que cuidarla, pero sí las clases trabajadoras empiezan a cuestionar todo el sistema de injusticias  que prevalece en la sociedad entonces estos tildados de cualquier forma, terroristas, disociadores, antisociales, vándalos etc., Y mucho más peligrosa será si las clases oprimidas toman conciencia  y enfilan la lucha hacia la toma del poder político  entonces estos son revolucionarios  y merecen la horca.  
Mientras las fuerzas productivas no han adquirido conciencia de su propia condición de explotados son fácilmente llevados por su propia voluntad  a su  destrucción ya que, el sistema  tiene todos los mecanismos para hacer caer en la trampa a las clases trabajadoras así les crean programas de televisión basura, que le venden ilusiones al pueblo,  periódicos y periodistas vendidos al sistema, profesionales lacayos, partidos políticos obscenos,   una educación de la más pésima calidad. Una democracia que le ofrece al pueblo pan y circo, entreteniéndolo con programas basura que sirven nada más para alienar  y enajenar las mentes de las clases trabajadoras.
Por otro lado, hay toda una superestructura, política – jurídica e ideológica que busca amalgamar las mentes y mantenerlas en un estado de inercia, inmovilizadas. Esta es una democracia hecha  a la medida de las clases burguesas pero jamás para la clase trabajadora. De ahí la necesidad de que la clase trabajadora, explotada, marginada y oprimida despierte y entienda que la democracia  burguesa es un sofisma que sirve para justificar y legitimar  la perpetuación de la explotación y la dominación de clase.  Por otra parte,  los partidos políticos y el Estado es su mejor aliado  para conseguir imponiendo su proyecto político  a la clase trabajadora explotada.
De ahí que la lucha de los trabajadores no debe de quedarse a luchar por reivindicaciones económicas. Sino su máxima lucha tiene que ser la lucha política, por la conquista del poder político e instaurar la verdadera democracia de la clase  trabajadora.  Es decir, la dictadura del proletariado.
Por otra parte, cuando las fuerzas progresistas adquieren consciencia y ven en ellas una amenaza para  el sistema,    dicho conflicto se trueca en consecuencia en  fascismo, ya que la democracia que ellos plantean tiene límites los cuales sólo son viables mientras no se transgreden sus intereses. De ahí que Democracia burguesa  y Fascismo  son una  y la misma cosa.
Muchos militantes  del FMLN, siguen creyendo que las elecciones son las salidas para democratizar la sociedad y que los partidos políticos son expresión genuina de la  democracia como sistema puro, pero como se apuntaba al principio no existe tal democracia,  en los estrechos límites del sistema capitalista sólo existe la democracia burguesa y El Estado como garante y administrador de los bienes y riquezas de las multinacionales que son el  mismo imperialismo  o también como lo  plantea Marx y Engels en el manifiesto  del partido comunista “El gobierno del Estado moderno no es más que  una junta que administra los negocios comunes  de toda la clase burguesa (  Marx y Engels. Manifiesto del partido Comunista. p. 47).  Por otro lado, está la democracia  de los trabajadores, que paulatinamente se va construyendo, en medio de  la represión, persecución  y chantaje  del sistema capitalista.  En nuestro país, se vienen celebrando elecciones desde 1821, sin embargo, la pobreza,  hambre y la miseria de la población continúan aún más deterioradas.  Entonces debemos de preguntarnos ¿Para qué sirven las elecciones? la respuesta es obvia, para justificar y legitimar la dominación de la clase dominante sobre la clase dominada.
Aquellos que siguen  abrigando la esperanza de que por la vía electoral  podamos   arribar a  un periodo más democrático, dentro del cual se podrá educar  a la clase obrera  y lograr de esa manera la revolución  están sumamente equivocados.  Ya que mientras la clase obrera no se tome el poder político las penuria para la clase carente de los medios de producción  seguirá  en su calvario y cargando la cruz de explotados.

San Salvador, 5 de mayo de 2018

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