¿DEMOCRACIA BURGUESA O DICTADURA DEL
PROLETARIADO?
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Con el concepto de democracia sucede lo mismo que con el concepto de sociedad.
Se acostumbra mucho en los
diferentes medios hablar de sociedad en
general. Sin embargo, tal sociedad no existe, pues lo que hay
concretamente son sociedades
históricamente determinadas; en una fase determinada de su desarrollo histórico, asea formaciones económicas sociales. Por
ejemplo, la sociedad Mexicana, Guatemalteca, Hondureña, Salvadoreña, Norteamericana
etc., Pero no existe ninguna sociedad en
general. Por lo tanto, no hay ninguna sociedad pura.
Del mismo modo hablar de democracia en
general, es lo mismo como hablar de democracia pura; la cual no existe por
ningún lado, no obstante, existen democracias concretas por ejemplo, la democracia formal
capitalista, que es organizada por el
poder hegemónico capitalista. La Democracia Cubana, Vietnamita etc.,
La cuestión anterior nos lleva a examinar brevemente, al concepto de Estado,
pues el Estado está vinculado a las formas de democracia que dentro del mismo
sistema capitalista surgen y se desarrollan con el fin de conservarlo y
perpetuarlo. De manera que, dentro del sistema capitalista se habla de: democracia directa, democracia
representativa, democracia liberal etc., No obstante, todas tienen su origen en
el mismo árbol y por lo tanto ambas buscan perpetuar las relaciones de explotación y dominación. Lo que no se debe perder de vista es que la
democracia capitalista con todas sus variantes es una creación de las clases
poderosas, desde que inauguró el régimen
capitalista como sistema dominante.
Pero la clase dominante a través de sus ideólogos, funcionarios y lacayos a sueldo nos siguen vendiendo la
idea de que todos cabemos en su democracia, que todos somos iguales ante la ley
y esa igualdad se expresa asistiendo cada
cinco años a las urnas electorales a depositar el sufragio.
Se nos ha inculcado desde la escuela que hay
que cuidar las libertades democráticas pero como ciudadano pensante nos debemos
hacernos la siguiente pregunta ¿Qué libertad puede tener un obrero que su salario no le alcanza para
cubrir sus necesidades básicas y las de
su familia? o en el peor de los casos el de una persona que no tiene garantizado su derecho al trabajo.
O
puede haber democracia en un país como el nuestro en donde “Los ingresos de un
multimillonario salvadoreño representan 1,049 veces el del más pobre. Por ejemplo, Un
agricultor que gane el salario mínimo ($118.20) tendría que trabajar 264 años
para conseguir los ingresos que un multimillonario salvadoreño obtiene en un
mes. (La prensa gráfica, 16 de junio del 2016). ¿Se le puede llamar a esto
democracia? considero que desde cualquier punto de vista que se analice, se
interprete no es más que una dictadura capitalista, en la que esa pequeña
oligarquía financiera, organiza y direcciona todo el que hacer de la sociedad.
Obviamente dentro de esta lógica la democracia
deviene en una “democracia representativa” la cual es considerada por las
clases dominantes como el único sistema
que garantiza la libertad de las personas, pero que en realidad los
únicos verdaderamente representados en este tipo de “democracia” son los grupos
privilegiados que controlan los medios de producción y las
miembros de los partidos políticos, funcionarios públicos, junto con sus ideólogos
Se nos
insiste en que vivimos en un país con igualdad de oportunidades y de ejercer el
voto libremente, lo cual es totalmente falso. Por otra parte, no se toma en
consideración que hay sectores políticos que invierten mucho dinero en las
campañas electorales que pasadas las elecciones empiezan a cobrar su deuda política con el partido ganador.
Seguir creyendo que es el pueblo el que elige a los alcaldes, diputados y presidentes,
es seguir pensando que vivimos en un país democrático porque nos convocan a
votar cada cinco años. De igual manera, seguir creyendo que los obreros, los trabajadores, los campesinos,
las vendedoras de los mercados, los que viven en los barrios pobres vivimos
en una linda sociedad como hace algunos días expresó un pseudo líder del partido FMLN, pues para él sí se
vive en un bello país porque goza a costa del sudor de la clase explotada.
La idea absurda de que el capitalismo se puede democratizar y hacerse más humano mediante algunas reformas,
modificar su rostro menos explotador y
hacer más accesible la riqueza a todos los miembros de la sociedad es tan
absurdo como creer que un mesías va venir a resolverlos los graves problemas
del hambre, la miseria y a eliminar las
enormes desigualdades que hay en el
mundo y en el país.
Hay que destacar que la democracia
capitalista tiene límites, ya que cuando todo marcha bien y no les afecta sus intereses
de clase, todo es democrático,
sobre todo cuando sus ganancias no ven afectadas entonces la democracia es perfecta y hay que
cuidarla, pero sí las clases trabajadoras empiezan a cuestionar todo el sistema
de injusticias que prevalece en la
sociedad entonces estos tildados de cualquier forma, terroristas, disociadores,
antisociales, vándalos etc., Y mucho más peligrosa será si las clases oprimidas
toman conciencia y enfilan la lucha
hacia la toma del poder político
entonces estos son revolucionarios
y merecen la horca.
Mientras las fuerzas productivas no han
adquirido conciencia de su propia condición de explotados son fácilmente
llevados por su propia voluntad a su destrucción ya que, el sistema tiene todos los mecanismos para hacer caer en
la trampa a las clases trabajadoras así les crean programas de televisión
basura, que le venden ilusiones al pueblo,
periódicos y periodistas vendidos al sistema, profesionales lacayos,
partidos políticos obscenos, una
educación de la más pésima calidad. Una democracia que le ofrece al pueblo pan
y circo, entreteniéndolo con programas basura que sirven nada más para
alienar y enajenar las mentes de las
clases trabajadoras.
Por otro lado, hay toda una superestructura,
política – jurídica e ideológica que busca amalgamar las mentes y mantenerlas
en un estado de inercia, inmovilizadas. Esta es una democracia hecha a la medida de las clases burguesas pero
jamás para la clase trabajadora. De ahí la necesidad de que la clase
trabajadora, explotada, marginada y oprimida despierte y entienda que la
democracia burguesa es un sofisma que
sirve para justificar y legitimar la
perpetuación de la explotación y la dominación de clase. Por otra parte, los partidos políticos y el Estado es su
mejor aliado para conseguir imponiendo
su proyecto político a la clase
trabajadora explotada.
De ahí que la lucha de los trabajadores no
debe de quedarse a luchar por reivindicaciones económicas. Sino su máxima lucha
tiene que ser la lucha política, por la conquista del poder político e
instaurar la verdadera democracia de la clase
trabajadora. Es decir, la
dictadura del proletariado.
Por otra parte, cuando las fuerzas
progresistas adquieren consciencia y ven en ellas una amenaza para el sistema, dicho
conflicto se trueca en consecuencia en fascismo, ya que la democracia que ellos
plantean tiene límites los cuales sólo son viables mientras no se transgreden
sus intereses. De ahí que Democracia burguesa y Fascismo
son una y la misma cosa.
Muchos militantes del FMLN, siguen creyendo que las elecciones
son las salidas para democratizar la sociedad y que los partidos políticos son
expresión genuina de la democracia como
sistema puro, pero como se apuntaba al principio no existe tal democracia, en los estrechos límites del sistema
capitalista sólo existe la democracia burguesa y El Estado como garante y
administrador de los bienes y riquezas de las multinacionales que son el mismo imperialismo o también como lo plantea Marx y Engels en el manifiesto del partido comunista “El gobierno del Estado
moderno no es más que una junta que
administra los negocios comunes de toda
la clase burguesa ( Marx y Engels.
Manifiesto del partido Comunista. p. 47). Por otro lado, está la democracia de los trabajadores, que paulatinamente se va
construyendo, en medio de la represión,
persecución y chantaje del sistema capitalista. En nuestro país, se vienen celebrando
elecciones desde 1821, sin embargo, la pobreza,
hambre y la miseria de la población continúan aún más deterioradas. Entonces debemos de preguntarnos ¿Para qué
sirven las elecciones? la respuesta es obvia, para justificar y legitimar la
dominación de la clase dominante sobre la clase dominada.
Aquellos que siguen abrigando la esperanza de que por la vía
electoral podamos arribar
a un periodo más democrático, dentro del
cual se podrá educar a la clase
obrera y lograr de esa manera la
revolución están sumamente
equivocados. Ya que mientras la clase
obrera no se tome el poder político las penuria para la clase carente de los
medios de producción seguirá en su calvario y cargando la cruz de
explotados.
San Salvador, 5 de mayo de 2018
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