¿LA
EDUCACIÓN QUE MUTILA, MATA Y NOS ATROFIA NUESTRA CREATIVIDAD?
POR. MSc.
JOSÉ ISRAEL VENTURA
BREVES
ANTECEDENTES DEL DR. GEORGE LAND.
George Land
es autor, conferenciante, consultor y científico general de sistemas. En 1965
fundó un instituto de investigación y consultoría para estudiar la mejora del
rendimiento creativo. Esta investigación finalmente condujo a la formulación de
la Teoría de la Transformación, una teoría de los procesos naturales que
integra los principios de la creatividad, el crecimiento y el cambio.
DEDARROLLO.
Desde hace
muchos años los expertos en pedagogía, psicología, sociología de la
educación entre otros; vienen
advirtiendo el fracaso de los sistemas educativos y por ende la baja calidad de la educación. Mucho se ha
cuestionado que la educación que se imparte en todo el sistema educativo
incluyendo la Universidad es memorística, mecánica o en palabras de Paulo
Freire bancaria.
Es una
educación que mutila la creatividad, la capacidad racional de los educandos e impide el desarrollo de la
creatividad. Ken Robinson habla sobre la
increíble creatividad que tienen los niños y que los adultos malgastamos.
Tienen una enorme capacidad para la innovación y la creatividad es tan
importante dentro de la educación como la alfabetización, por lo que hay que
tratarla con el mismo respeto” (www.fundacionunam.org.mx/.../ken-robinson-las-escuelas-matan-la-creatividad)
pero probablemente lo que nos debe de llevar a realizar una profunda reflexión sobre lo que se está sucediendo en educación
es lo planteado por el Dr. George Land
según este Científico de la Neurociencia,
en una prueba de creatividad desarrollada para la NASA, que
posteriormente se utilizó para evaluar a niños en edad escolar.
La prueba
resultó ser muy exitosa para los propósitos de la NASA, pero los científicos se
quedaron con algunas preguntas: ¿De dónde viene la creatividad? ¿Algunas
personas nacen con él o se aprende? ¿O proviene de nuestra experiencia? Luego,
los científicos les dieron la prueba a 1,600 niños de entre 4 y 5 años. Lo que
encontraron los sorprendió. La prueba analiza la capacidad de proponer ideas
nuevas, diferentes e innovadoras a los problemas. ¿Qué porcentaje de esos niños
crees que cayó en la categoría de genio de la imaginación? Un 98 por ciento
completo.
Eso no fue
todo. Los científicos estaban tan asombrados que decidieron hacer un estudio
longitudinal y probaron a los niños de cinco años más tarde cuando tenían diez
años. ¿El resultado? Solo el 30 por ciento de los niños ahora cayó en la
categoría de genio de la imaginación. ¡Cuando los niños fueron evaluados a los
15 años, la cifra había bajado al 12 por ciento!
¿Y nosotros
adultos? ¿Cuántos de nosotros todavía estamos en contacto con nuestro genio creativo
después de años de ¿enseñanza? Lamentablemente, solo el 2 por ciento. Y para
aquellos que cuestionan la consistencia de estos resultados, o piensan que
pueden ser incidentes aislados, estos resultados han sido replicados más de un
millón de veces, informa Gavin Nascimento, cuyo artículo me alertó por primera
vez sobre este sorprendente estudio y su impactante implicación: que el sistema Escolar, nuestra educación,
nos roba nuestro genio creativo. Preguntémonos hacia dónde va la
humanidad sí los sistemas educativos
están matando la creatividad, están mutilando
la creatividad, la imaginación que son los factores que potencian la
cultura, y que nos evita la deshumanización.
¿QUÉ SE DEBERÍA DE ESTAR HACIENDO EN LA UNIVERSIDAD?
Deberíamos
estar, investigando, analizando, haciendo propuestas para mejorar la calidad de
la educación Superior Universitaria, básica y media y no estar enfrascados en una interminable
lucha de poder en donde prevalece un eterno conflicto de intereses.
La
Universidad necesita que la repensemos, que le reconstruyamos bajo otros
paradigmas; que la pensemos para que dé
respuestas a los problemas del pueblo, no del aparato productivo del país. Para
ello se necesita profesores y
profesoras capacitados. Para pensar la Universidad que se necesita se debe hacer una transformación curricular profunda pero además, una transformación mental de los
profesores y profesoras, alumnos y trabajadores. Entender que la Universidad es
del pueblo y debe servir al pueblo que
más la necesita.
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