LA NATURALEZA HUMANA UNA BREVE MIRADA AL PASADO Y AL PRESENTE.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
En su alegoría la caverna, Platón describe de una manera extraordinaria, la
situación que viven unos hombres desde su nacimiento. Nos relata que hay unos
hombres que desde que nacieron se encuentran atados del cuello y de las piernas, dentro de una cueva oscura.
Para ellos la única realidad que existe es la que perciben a través del reflejo de una hoguera que
tienen detrás de ellos.
Dada sus ataduras les resulta imposible ver
hacia otro lado, de modo que, siempre tienen que mirar hacia adelante. Estos
prisioneros mantienen muy escasa comunicación, por lo que a lo largo de sus
años sólo han visto sombras; apariencias, estas sombras obviamente les impiden
ver más allá de su estrecha realidad. Carentes de una adecuada educación o sin ella, creen que lo que ven en su reflejo es la realidad y por lo tanto, no hay nada más que hacer que aceptarla.
Pero como sabemos que en
todos los grupos sociales siempre
hay mentes inquietas que no aceptan todo cuanto ven y les dicen, sino que lo
someten al escrutinio de la razón y eso es sencillamente lo que sucedió con un
de los prisioneros, quién haciendo un enorme esfuerzo se quita las cadenas que
lo atan, logra escapar y ver la
verdadera realidad.
Este prisionero al enterarse que hay una
realidad diferente que le ofrece una vida llena de oportunidades, de una vida diferente;
regresa a la gruta es decir, a la cueva
y les cuenta a sus compañeros, los trata de convencer para que se quiten las
cadenas, pero ellos que están aferrados
a esa única realidad que por tantos años ha vivido se niegan a escucharle paro no sólo eso, se
mofan y se burlan de él.
En este pasaje de la alegoría Platón nos simboliza
como la naturaleza humana nos hace
que nos aferramos a una realidad falsa,
aparente en la que siempre hemos vivido y creemos que es la única y que no se puede cambiar. Este pasaje también nos describe como el
fatalismo que se apodera de nuestras mentes nos impide luchar por transformar
esa realidad. ¿Hay algo parecido con la realidad que hoy vivimos?
LA NATURALEZA HUMNA VISTA A LA LUZ DEL
PRSENTE.
Hay que aclarar una cuestión muy puntual
en esta alegoría de Platón para que nos facilite su adaptación a la
realidad social y cultural que hoy viven nuestras sociedades. En primer lugar
Platón concibe la realidad de manera dualista, es decir, por un lado está el mundo de las ideas, por el otro el
mundo inteligible.
Sin embargo, desde una perspectiva
dialéctica sabemos que somos parte integrante de una totalidad concreta llena
de contradicciones, diversa y compleja, en la que no existe un pensamiento al margen
de esa realidad. De ahí que no existe como bien la maneja Platón una realidad
material y una realidad ideal; o como sostenía René Descarte, quién hablaba de
una realidad en donde habitaba el alma y otra que era la realidad objetiva,
cuantificable, medible y observable. etc.,
No hay lugar a dudas de que nacemos en
una sociedad concreta determinada, en la que nadie elige, ni siquiera el nombre que lleva, tampoco
elige la religión que quiere profesar, la educación que quiere recibir, el
colegio donde quiere estudiar, el lugar donde quiere nacer, los padres que
desea tener etc., nacemos en una sociedad que tiene un determinada cultura,
creencias, tradiciones, un sistema
económico y político. Somos como bien
apuntaba Carlos Marx, el “hombre es el
conjunto de las relaciones sociales y naturales” lo que nos hace o nos
convierte en seres históricos.
Todo lo anterior se nos inculca desde chicos,
por lo tanto, no tenemos otra opción. Pero además, esta sociedad, organizada sobre
la base de la propiedad privada sobre los medios de producción, responde a unos
intereses de clase de una minoría, que ha creado un Estado que produce, alienación,
explotación, pobreza, ignorancia y
opresión de una clase sobre la otra. Es una sociedad creadora de miseria, y podredumbre, que apesta como una cloaca.
Por lo tanto, sin temor a equivocarnos y de una manera más realista, podemos decir, que
todos sin excepción somos prisioneros del sistema, nacemos pegados a la pata
del televisor que se convierte sin lugar a dudas en nuestro mejor maestro o como lo expresa
nuestro recortadísimo Eduardo Galeano.
En nuestros países, la televisión muestra
lo que ella quiere que ocurra; y nada ocurre si la televisión no lo muestra.
La televisión, esa última luz que
te salva de la soledad y de la noche, es la realidad.
Porque la vida es un espectáculo: a los
que se portan bien, el sistema les promete un cómodo asiento. . . La tele dispara imágenes que reproducen
el sistema y voces que le hacen eco; y no hay rincón del mundo que ella no
alcance.
El planeta entero es un vasto suburbio.
Nosotros comemos emociones importadas como si fueran salchichas en lata,
mientras los jóvenes hijos de la televisión, entrenados para contemplar la vida
en lugar de hacerla, se encogen de hombros. (Eduardo Galeano. Cuentos Cortos).
Indiscutiblemente hoy en la “sociedad moderna”
las sombras son más que en los tiempos de Platon, ya que somos víctimas de la mediocridad, la
mentira, la hipocresía de los funcionarios públicos, políticos, diputados, partidos políticos y las
sectas religiosas de toda clase. ¿A caso
no somos prisioneros del sistema los que viven pegados a las patas del
televisor, al futbol, el consumismo
desenfrenado, a las drogas, al alcohol, a la religión, al trabajo, la ambición
por tener y a la politiquería? ¿No es
eso lo que denunciaba Platón en su alegoría de la caverna? Pero ojo que hoy en la “sociedad moderna” se
tienen muchos medios que en los tiempos de Platon no existían para que los prisioneros se instruyeran, como
la radio, la televisión, el internet entre otros.
Empero, la mayor parte de los prisioneros de
hoy que son los jóvenes que prefieren
una vida light, es decir, cómoda, superflua, vacía que no requiera hacer ningún esfuerzo mental.
De manera que, viven una vida engañada, manipulada sin ningún fundamento crítico propio. Para ellos, cuestionarse y
cuestionar la realidad no tiene ningún sentido, es perder el tiempo, por lo
tanto, que lo hagan otros, vivimos un pragmatismo exacerbado.
Sin embargo, desde esta perspectiva y
desde esta educación los jóvenes no logran detectar las sombras que subyacen en
la realidad objetiva. Las sombras que hay en la política, la economía, la explotación, la ciencia y la tecnología. La educación básica, media y Superior no hacen más que estimular la
ignorancia y alentar la mediocridad al
no desarrollar en los jóvenes los procesos psicológicos Superiores y el pensamiento racional.
De ahí que por mucho que hablemos y
digamos no se podrá alcanzar el principal objetivo del ser humano. La
liberación de las cadenas de la opresión material y mental. Nada se puede hacer
si a los jóvenes en las escuelas y la Universidades no se les enseña a pensar.
Que es el primordial requisito de la
educación.
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