QUE
HABLEN LOS OPRIMIDOS, PORQUE LOS OPRESORES YA HABLARON.
POR:
MSc JOSÉ ISRAEL VENTURA
La historia de nuestro país desde la llegada de los
españoles hasta nuestros días, es una historia de opresión, de sometimiento, de
asesinato, de abuso, de atropello, de mentiras, engaño, marginación y desprecio
hacia nuestro pueblo.
En el camino se han quedado grandes hombres luchadores
como Anastasio Aquino que opuso resistencia a la oligarquía criolla, Farabundo
Martí, que siempre luchó junto a su pueblo para quitarle las cadenas que lo
ataban, Feliciano Ama, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Jorge Shafif Handal,
Melida Anaya Montes y muchos otros mas que se entregaron por la liberación de nuestro pueblo. Es cierto ellos y ellas ya no están con nosotros pero
cada día nos inspiran a continuar la lucha.
Hoy es el día
de que hablen: los pobres, los
hambrientos, los marginados, los descamisados, los encarcelados, los
abandonados, los despreciados, los torturados, los desterrados, los exiliados,
los analfabetos, los desempleados, los subempleados, los ignorados, los
asesinados, los desaparecidos, los humillados, los incomprendidos en una sola palabra los oprimidos.
A esos seres
humanos que por larguísimos años el sistema capitalista y la oligarquía los ha despreciado y humillado, a ellos y
junto con ellos estoy yo.
Pero eso sí
contento porque llegó la hora de que hablemos los oprimidos, que digamos
nuestra palabra, que expresemos nuestro mundo, conculcado por siglos de
opresión, miseria, angustia y desesperación.
Hoy vamos a
hablar los pobres, los que solamente hemos tenido tiempo para trabajar y
hacerle dinero al señor y cuidarles sus bienes que hace mucho tiempo nos fueron
arrebatados por medio de leyes injustas, pero que ahora ellos los disfrutan.
Se ha llegado el
día de pedir cuentas, no sólo por el saqueo de nuestra patria, por el robo de
nuestros bienes, por haber vendido nuestra soberanía, sino por todos aquellos desaparecidos,
torturados, asesinados, mutilados, por los miles y miles de hombres y mujeres que han muerto sin conocer siquiera “de donde
viene el semen de sus vidas inmensamente amargas” (David Escobar Velado. Patria
exacta), por los pobres más pobres de El Salvador.
Porque hoy es
el anuncio de la buena nueva, de una vida con dignidad, con respeto, sin
asesinados, sin desaparecidos, sin torturados, sin perseguidos.
Hoy se empieza a edificar verdaderamente nuestra
patria, la patria de todos, todas y no la de unos pocos.
Hoy empezamos a ser verdaderos constructores de
nuestra historia, hoy dejamos atrás más de 500 años de dependencia que nos impusieron
los españoles y criollos, que nos atormentaron, nos cegaron, nos idiotizaron y
luego nos pusieron la bota del opresor; pero hoy nacemos en medio de una crisis que nos abate, nos destroza pero
que nos hace fuertes pues la adversidad
fortalece y nos llena de coraje para construir y embellecer a esa patria
a la que todos y todas amamos pero que debemos de cuidar para que renazca llena
de frutos, de amor, paz, tranquilidad y hermandad y dignidad.
Durante miles de años los opresores nos impusieron el
silencio, nos embrutecieron para que no entendiéramos el mundo de sus negocios,
nos callaron no nos dejaron ser nosotros mismos, porque ellos eran los mejores, los elegidos y los que podían mandar y nosotros obedecer.
Cuando los opresores hablaron, hablaron para construir su patria, su mundo, el mundo
de la mentira, la hipocresía, el oportunismo, de la corrupción, el chantaje,
nos enseñaron a bajar la cabeza cuando ellos hablaban, nos despojaron de todo,
nos convirtieron en objetos, nos impusieron sus valores, sus costumbres, nos
impusieron el miedo al cambio, nos educaron para no
preguntar, a no interrogar a dejar las cosas como estaban.
Pero en el camino los oprimidos fuimos aprendiendo
y a quitarnos el miedo, a reponernos del susto y hoy nos encaminamos con
fe, fuerza y coraje hacia la
construcción de una patria nueva y a conquistar nuestra libertad.
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