LA VERDAD DE LOS GENTILES Y
SABIOS: LA MENTIRA PARA EL VULGO.
MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Ocultarle la
verdad al pueblo ha sido históricamente una estrategia de las clases dominantes
para mantener el poder. De ahí que la
frase célebre de José Martí de que “ser culto es la única manera de ser libre”
no tiene ningún valor para las clases que ostentan el poder hegemónico.
Nuestra
realidad está llena de ejemplos que corroboran dicha afirmación: somos una sociedad democrática, somos un país de
oportunidades, nuestra economía crece aceleradamente, el país está en buenas
mámanos, somos un país de libertades. Pero
cuando contrastamos dichos conceptos rápidamente nos damos cuenta de que son
nada más retórica de los de arriba para
engañar a los de abajo. Porque ni somos una sociedad democrática, ni somos un
país de oportunidades ni mucho menos somos libres.
Como se
puede ver los hechos que son relevantes
para la sociedad nos los hacen ver superfluos e irrelevantes. Mientras que
hechos superfluos los magnifican
nos los presentan como el último acontecimiento del siglo, osea te distorsionan la realidad, juegan con
nuestra inteligencia y nuestra capacidad de pensar. Esa es la verdad de los de
arriba. Ahora bien, lo que aquí pretendo
es demostrar la falsa verdad en la que nos movemos y vivimos.
Sabemos muchos académicos que desde la concepción
científica de las clases sociales la sociedad está dividida en dos clases
fundamentales; los poseedores de los medios de producción y los carentes de ellos, unos tienen que
vender su fuerza de trabajo y otros se
apropian del trabajo ajeno. Al menos,
eso es lo que nos enseña la teoría científica de la economía política en la
Universidad, no obstante, el problema
cambia desde la concepción de los poderosos
es decir, los que dirigen los hilos de la política mundial, los señores
de la sombra, los que deciden a que país se va a invadir, que gobierno van a
elegir, a que líder van a asesinar.
La manera
como estos señores analizan e interpretan la realidad es otra; no la nuestra,
para muchos que creen que el pueblo es el que elige al presidente esa es la mentira más grande que le pueden
dar a la población, no sólo en nuestro país, es en todo el mundo con excepción
de algunos países socialistas que aún quedan. De acuerdo con las elites del
poder Mundial, las sociedades Secretas, el Club Bilderberg, los Iluminati, los
Francmasones y el Opus Dei entre otros. La sociedad está dividida en tres
clases: Los Sabios, los gentiles y el
Vulgo.
EL VULGO.
Son los más
numerosos. Desean riqueza. Buscan el placer. Pero además, son holgazanes,
indolentes, egoístas, torpes... No están dotados de inteligencia individual,
sino que al tratarse de una masa deben ser dirigidos desde arriba. No tienen
pensamiento propio, sino el que se les haya insertado como obligatorio para
alcanzar sus necesidades. Ellos no lo
saben, pero no están capacitados para conocer la verdad de las cosas. Tampoco
están preparados para ser libres, aunque haya que hacerles creer que lo son.
Su destino es la subordinación y para no alterar su destino natural no pueden
conocer la verdad. (Bruno Cardeñosa. El
Gobierno Invisible. p. 15)
GENTILES
Ocupan la
parte superior de la sociedad visible. Aman el honor. Y todo su objetivo vital
es conseguir la gloria. A menudo, son los hombres en los que el vulgo ha
depositado su confianza. Se creen los guardianes de la moral y del orden. Se
sienten creyentes, hombres de honor, individuos nobles que están cumpliendo una
misión. Tienden a sentirse héroes. Y se presentan sentados en un trono que les
confiere la sensación de estar por encima del bien y del mal, pero esa vanidad
es la grieta a través de la cual deben penetrar las razones que están por
encima de ellos, ideas que son el símbolo de la verdad desnuda, aunque se
inserte en ellos vestida de múltiples ropajes. En esta clase se ubican los
funcionarios públicos de alto rango, Diputados, Ministros, embajadores,
Cancilleres, Generales, Coroneles, Rectores entre otros.
Estos son
los que utilizan las elites poderosas para mantener engañados al pueblo
haciéndonos creer que vamos camino a una nueva sociedad pero que están en
contubernio con la elite mundial.
En periodos
electorales seleccionan a esas personas que tienen más arraigo en la población
para obtener los votos necesarios y
llegar al gobierno. Pero que son ratas
del mismo piñal, coyotes de la misma loma. En esta clasificación por últimos
están los Sabios. (Ibíd. P.15)
Una
reflexión que se puede hacer en el caso de nuestro país ¿Por qué creen ustedes
que los “líderes” de los diferentes partidos políticos primero van a la casa
blanca de los Estados Unidos a platicar con su patrón en periodo de elecciones?
Todos sin excepción (Cristini, Calderón Sol, Paco Flores, Tony Saca, Mauricio
Funes y Sánchez Ceren) han ido primero a rendirse a los pies del amo. De modo
que, esos son los señores
que el imperio utiliza para engañar al pueblo. Una vez estos señores
aceptaron los lineamientos del patrón entonces echan andar todo el aparataje
político e ideológico para engañar a la población.
LOS SABIOS.
Para ellos,
el abismo no da miedo. Son puros. No saben lo que es temblar porque los
filósofos están en posesión de la verdad absoluta y ostentan la supremacía
intelectual que han aprendido gracias a las enseñanzas de otros sabios que les
instruyeron en secreto, porque en secreto deben desarrollarse y ocultos deben
mantenerse. Son ellos quienes deben elegir cuáles son los engaños sobre los que
levantarse por encima del vulgo, para proteger a sus instrumentados gentiles y
a la inconsciente masa. Y las tres piezas encajaban así:
El sistema
ideal y perfecto es el gobierno encubierto de los sabios, que deben utilizar
las armas que les da su sabiduría para poder alcanzar su máxima expresión. Para
conseguirlo, tienen que obrar con el objetivo de que los gentiles sean
crédulos, simplones y, por tanto, manipulables hasta el punto de convertirse en
las herramientas perfectas para alcanzar la meta propuesta que, en este tiempo,
no es otra cosa más que frenar la modernidad que anida cada vez más entre el
vulgo, a cuyos integrantes es necesario reducir a la categoría de bestias.
Gracias a
ellos, es posible cumplir con el objetivo de trasladar al vulgo una forma de
vida en la que sea permanente la guerra o la sensación de estar en guerra.
Lograrlo es sencillo gracias a la manipulación de los instintos primarios, que
se encuentran en los sentimientos nacionalistas y religiosos, de los cuales los
gentiles deben ser sus adalides. Además, para lograr su objetivo se valen de
una variedad de formas, programas basura de la tv y la radio, que es puro
visceralismo, noticiero bajeros, amarillismo, analistas políticos mediocres,
medios escritos vendidos, partidos políticos corruptos, pornografía etc., Y,
para dirigir a esas masas, hay una herramienta perfecta... Es la mentira:
La mentira
es el arma de los sabios, porque la verdad es propiedad nuestra y no debe
revelarse a quien no está capacitado para conocerla. Así, a la sociedad, al
vulgo, deben contársele mentiras que les sean reconfortantes para satisfacer
sus necesidades, al tiempo que los sabios deben hacerse con el control de la
cueva y manejar las imágenes que se proyectan al exterior. Decía Platón hace
muchos siglos: “la justicia es el
interés de los más fuertes. Por ello, quienes queráis ocupar el poder en el futuro, debéis edificar las reglas
según vuestros intereses. Y las reglas serán la justicia. (Ibíd.)
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