DE LA UNIVERSIDAD QUE TENEMOS A LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
La realidad está constituida por apariencias
y por esencias. De ahí que el gran objetivo
de la Ciencia en general sea
poner al descubierto esa trama de fenómenos que no nos deja penetrar más allá de lo que
perciben nuestros sentidos o nuestro sentido común.
La ciencia
como forma suprema de la conciencia social, tiene como rasgo fundamental
reflejar la esencia material en forma de conceptos, leyes y definiciones,
expresiones lógicas de la esencia, en las que se expresa la verdad de la
apariencia de los objetos percibidos por la sensibilidad del sujeto
cognoscente.
Las Ciencias naturales como las sociales han puesto al descubierto fenómenos que durante
muchos siglos pasaron ocultos tras una
madeja de hechos que imposibilitaban ver
su esencia y sólo nos permitían observar
el Fenómeno.
Durante muchos siglos el hombre mantuvo la
creencia de que el Sol salía por el este
y se oculta por el oeste. Aparentemente el Sol da vueltas alrededor de la
Tierra. Durante muchos miles de año la
humanidad pensó que esto era así. Sin embargo, sabemos que es el movimiento de
rotación de la Tierra sobre si misma quien genera el movimiento aparente del
Sol sobre la Tierra. “De modo que, la apariencia es la manifestación de la
esencia”. ( Hegel)
De igual manera, Karl Marx en su investigación que le duró alrededor 20
años (el capital) demostró que el trabajador no le vende al patrón su
trabajo, sino su fuerza de trabajo es
decir, su energía, sus experiencias, la
capacidad natural para producir, por lo que a partir de ahí el obrero genera
más plus valor del que necesita para su propia subsistencia. Por lo tanto, de
esa parte, de plusvalor (plusvalía) que el obrero produce de más es la que se
apropia el capitalista y esa es su fuente de riqueza. (Karl Marx. El Capital Tomo I)
No obstante, en la vida cotidiana pareciera
que el obrero vende su trabajo pero no es así
ya que sí eso fuera de esa manera cualquiera podría ir al mercado y comprar los quintales de trabajo que él
quisiera. De modo que, lo que vende es
su gasto de energía en el proceso productivo para lo cual lo contrata el
patrón.
Por
otro lado, en la vida diaria aceptamos como ciertas muchas
cosas que, después de un análisis más riguroso, nos parecen tan llenas de
evidentes contradicciones, que sólo un gran esfuerzo de pensamiento nos permite
saber lo que realmente nos es verdadero o no.
Por
eso Marx tenía razón cuando expresó: “Si la forma de manifestación de las cosas
y su esencia coincidieran inmediatamente, estaría de más toda ciencia” y a esa manera de pensar es a la que me voy a referir en este breve ensayo.
Pues considero que como Universitarios estamos obligados air más allá de las
apariencias; pues sólo en la medida que conozcamos las causas podremos contribuir
a transformar la realidad en la que vivimos.
DESARROLLO:
El día viernes, en la Asamblea General Universitaria, un grupo de sus miembros comentaban un hecho que un día antes
se había suscitado en el CSU. Era un
caso en el que un joven estudiante de la
Universidad de El Salvador, que se
identificó como seguidor de Bukele pidió
la palabra para expresar algunas ideas en relación con la actividad que el día
viernes se llevaría a cabo en las instalaciones del UES.
Al
cederle la palabra el joven se dirigió talvez no de la mejor manera y expresó
algunos conceptos fuera de tono. Pero que al final no pasó a más. Pero lo que
me llamó la atención de esa conversación fue la indignación que cada una de los compañeros
y compañeras mostraron ante tan “repudiable”
falta de respeto, a tal grado que alguien cuestionó la forma pasiva en cómo
había actuado el CSU y diciendo que si hubiese estado ahí lo hubiese sacado
violentamente a la fuerza. Sí juzgamos
por la forma como actuó el CSU, me parece
que su comportamiento estuvo a la altura como debe de actuar un
organismo en la que se reúnen profesionales
y estudiantes Universitarios, pues
usaron la lógica de la razón, que es la que debe de prevalecer en el máximo
Centro de Educación Superior.
De manera muy breve les hice una pregunta ¿Por
qué ustedes juzgan el efecto y no la causa? En medio del bullicio reflexioné ¿Qué mal estamos formados los docentes de la
UES que por lo general los problemas siempre se analizan partiendo de los
efectos y no las causas? Entonces me formulé una serie de interrogantes:
¿A
caso ese joven estudiante no es parte de la ues y de la una sociedad que está en un estado de descomposición social
y moral que condiciona de una manera u otra su propia vida?
¿A caso ese joven no es el resultado de un
proceso de formación en la que las autoridades y docentes han propiciado? ¿Por
qué habría de extrañarnos que muchos alumnos y alumnas muestren conductas
y comportamientos poco adecuados? ¿Por
qué nos extrañamos que algunos alumnos y alumnas muestren conductas
inapropiadas hacia los docentes si
muchos docentes no los respetan? ¿Cómo las autoridades y docentes pueden
esperar que los alumnos y alumnas practiquen los valores de honestidad,
solidaridad, respeto y tolerancia
si algunos de ellos
promueven la deshonestidad, la falta de respeto, solidaridad e intolerancia?
¿Cómo
se les puede acusar a los alumnos y alumnas de ser intolerantes cuando a su
interior se promueve la división y no la
unidad entre los estudiantes? ¿Cómo se les puede exigir a los estudiantes que
sean solidarios sí en su proceso de formación se promueve la competitividad y
el individualismo?
¿Cómo
se pueden formar profesionales en todas las carreras en la que pongan por
encima los principios y valores como la honestidad, el amor por la verdad, la
solidaridad y el combate a la mentira sí en su seno se les enseña a torcer las
leyes para favorecer a determinados
funcionarios?
¿A caso la AGU Y EL CSU no son ejemplo de
ello? ¿Por qué hay tanto conflicto en los procesos electorales de la UES? Pero preguntémonos ¿Cuáles son los cambios, las transformaciones
que se están realizando para cambiar las estructuras que generan ese marco de
antivalores en la UES? Entonces ¿Se puede juzgar a alguien nada más por su conducta, comportamiento y
sacrificarlo?
Hacerlo no es lo más racional ni lo más
humano, pues todos nosotros sin
excepción somos hijos de una sociedad que nos socializa, nos inculca una
infinidad de antivalores desde que estamos en el vientre de nuestra
madre. Como lo expresó hace muchos años
Jean Paul Sartre “somos lo que hicieron con nosotros”.
Otra pregunta que como universitarios deberíamos hacernos ¿A dónde radica el meollo del
problema de la Universidad de El Salvador?
Sin lugar a dudas vivimos en una sociedad divididas en dos grandes
clases sociales, los dueños de los medios de producción y la clase que carece de ellos. Nos guste no, nuestro comportamiento
está condicionado de una u otra manera,
en nuestra manera de ver el mundo, de sentir, de soñar, cultura, manera de
expresar el mundo, los éxitos y las frustraciones.
Por otro lado, las curriculas de todas las carreras desde
hace muchos años se han privilegiado las materias técnicas y se han menospreciado las Ciencias Sociales
y Humanas. Hemos caído en un pragmatismo rampante, grosero y utilitario, hemos
creído equivocadamente que las carreras técnicas dan dinero y hemos hecho del dinero nuestro Dios, nos
hemos convertido en súbditos del dinero y hemos transformado nuestras vidas y
la de los alumnos en simples marionetas del sistema capitalista.
Sin lugar a dudas la Universidad merece otro destino, otro
rumbo pero con autoridades que sepan de educación, que entiendan que
significa Universidad, que la Universidad no es no es una oficina de empleo,
tampoco es un espacio para hacer política partidista, sino de gente pensante, investigadores,
generadores de cultura, de hombres y mujeres libres, que aman, la justicia, la
libertad y que detestan la mentira, las componendas bajo la mesa, la
discriminación y el menosprecio a los seres humanos. La universidad es por lo tanto, como plantea
Héctor Esquivel “la comunidad académica
de investigadores-profesores y estudiantes que ordenan toda su capacidad a la
realización de su vocación humana, dentro de esta institución, cuya finalidad
es la búsqueda incansable de la verdad y la formación de auténticos profesionales
que promuevan el bien común” (Héctor
Esquivel. La universidad) ¿Se está haciendo esto en la Universidad?
La
Universidad es en consecuencia, un lugar en donde cada uno de los hombres y mujeres nos veamos como lo que somos, hombres cultos
pues como decía José Martí “ser culto es la única manera de ser libre”. Necesitamos una Universidad, comprometida con
la sociedad, con las mayorías más vulnerables,
con la verdad, con la Ciencia, el
arte, la cultura, la investigación y la
proyección social.
En síntesis
necesitamos una Universidad que piense y
se piense a sí misma, una Universidad con conciencia crítica y sin estar
sometida a las leyes del mercado, ni a los dictados de la burguesía ni mucho
menos de los partidos políticos.
Observación:
Este artículo ha sido corregido y mejorado
por el autor. Lunes, 27 de noviembre de 2017.
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