lunes, 27 de noviembre de 2017

DE LA UNIVERSIDAD QUE TENEMOS A LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS.


 DE LA UNIVERSIDAD QUE TENEMOS A LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
La realidad está constituida por apariencias y por esencias.  De ahí que el gran  objetivo  de la Ciencia en general  sea poner al descubierto esa trama de fenómenos  que no nos deja penetrar más allá de lo que perciben nuestros sentidos o nuestro sentido común.
 La ciencia como forma suprema de la conciencia social, tiene como rasgo fundamental reflejar la esencia material en forma de conceptos, leyes y definiciones, expresiones lógicas de la esencia, en las que se expresa la verdad de la apariencia de los objetos percibidos por la sensibilidad del sujeto cognoscente.
Las Ciencias naturales como las  sociales  han puesto al descubierto fenómenos que durante muchos siglos  pasaron ocultos tras una madeja de hechos que imposibilitaban  ver su esencia  y sólo nos permitían observar el Fenómeno.
 Durante muchos siglos el hombre mantuvo la creencia  de que el Sol salía por el este y se oculta por el oeste. Aparentemente el Sol da vueltas alrededor de la Tierra. Durante muchos miles de año la humanidad pensó que esto era así. Sin embargo, sabemos que es el movimiento de rotación de la Tierra sobre si misma quien genera el movimiento aparente del Sol sobre la Tierra. “De modo que, la apariencia es la manifestación de la esencia”.  ( Hegel)
De igual manera, Karl Marx  en su investigación que le duró alrededor 20 años (el capital) demostró que el trabajador no le vende al patrón su trabajo,  sino su fuerza de trabajo es decir, su energía, sus experiencias,  la capacidad natural para producir, por lo que a partir de ahí el obrero genera más plus valor del que necesita para su propia subsistencia. Por lo tanto, de esa parte, de plusvalor (plusvalía) que el obrero produce de más es la que se apropia el capitalista y esa es su fuente de riqueza.  (Karl Marx. El Capital Tomo I)
No obstante, en la vida cotidiana pareciera que el obrero vende su trabajo pero no es así  ya que sí eso fuera de esa manera cualquiera podría ir al mercado  y comprar los quintales de trabajo que él quisiera. De modo que, lo  que vende es su gasto de energía en el proceso productivo para lo cual lo contrata el patrón.
 Por otro lado,  en la  vida diaria aceptamos como ciertas muchas cosas que, después de un análisis más riguroso, nos parecen tan llenas de evidentes contradicciones, que sólo un gran esfuerzo de pensamiento nos permite saber lo que realmente nos es verdadero o no.
 Por eso Marx tenía razón cuando expresó: “Si la forma de manifestación de las cosas y su esencia coincidieran inmediatamente, estaría de más toda ciencia”  y a esa manera de pensar es a  la que me voy a referir en este breve ensayo. Pues considero que como Universitarios estamos obligados air más allá de las apariencias; pues sólo en la medida que conozcamos las causas podremos contribuir a transformar la realidad en la que vivimos.
DESARROLLO:
El día viernes, en la  Asamblea General Universitaria, un grupo de  sus  miembros comentaban un hecho que un día antes se había suscitado  en el CSU. Era  un caso en el que un joven  estudiante de la Universidad de El Salvador,  que se identificó como seguidor de Bukele  pidió la palabra para expresar algunas ideas en relación con la actividad que el día viernes se llevaría a cabo en las instalaciones del UES.
  Al cederle la palabra el joven se dirigió talvez no de la mejor manera y expresó algunos conceptos fuera de tono. Pero que al final no pasó a más.  Pero lo que  me llamó la atención de esa conversación  fue la indignación que cada una de los compañeros y compañeras mostraron  ante tan “repudiable” falta de respeto, a tal grado que alguien cuestionó la forma pasiva en cómo había actuado  el CSU y  diciendo que  si hubiese estado ahí lo hubiese sacado violentamente a la fuerza.  Sí juzgamos por la forma como actuó el CSU, me parece  que su comportamiento estuvo a la altura como debe de actuar un organismo en la que se reúnen profesionales  y estudiantes Universitarios,  pues usaron  la lógica de la razón,  que es la que debe de prevalecer en el máximo Centro de Educación Superior.
De manera muy breve les hice una pregunta ¿Por qué ustedes  juzgan  el efecto y no la causa?  En medio del bullicio reflexioné  ¿Qué mal estamos formados los docentes de la UES que por lo general los problemas siempre se analizan partiendo de los efectos y no las  causas?  Entonces me formulé una serie de interrogantes:
 ¿A caso ese joven estudiante no es parte de la ues y  de la  una sociedad  que está en un estado de descomposición social y moral que condiciona de una manera u otra su propia vida?
¿A caso ese joven no es el resultado de un proceso de formación en la que las autoridades y docentes han propiciado? ¿Por qué habría de extrañarnos que muchos alumnos y alumnas muestren conductas y  comportamientos poco adecuados? ¿Por qué nos extrañamos que algunos alumnos y alumnas muestren conductas inapropiadas hacia  los docentes si muchos docentes no los respetan? ¿Cómo las autoridades y docentes pueden esperar que los alumnos y alumnas practiquen los valores de honestidad, solidaridad, respeto  y tolerancia si  algunos  de ellos  promueven la deshonestidad, la falta de respeto, solidaridad  e intolerancia?
 ¿Cómo se les puede acusar a los alumnos y alumnas de ser intolerantes cuando a su interior se promueve la división  y no la unidad entre los estudiantes? ¿Cómo se les puede exigir a los estudiantes que sean solidarios sí en su proceso de formación se promueve la competitividad y el individualismo?
 ¿Cómo se pueden formar profesionales en todas las carreras en la que pongan por encima los principios y valores como la honestidad, el amor por la verdad, la solidaridad y el combate a la mentira sí en su seno se les enseña a torcer las leyes  para favorecer a determinados funcionarios?
¿A caso la AGU Y EL CSU no son ejemplo de ello? ¿Por qué hay tanto conflicto en los procesos electorales de la UES?  Pero preguntémonos  ¿Cuáles son los cambios, las transformaciones que se están realizando para cambiar las estructuras que generan ese marco de antivalores en la UES? Entonces ¿Se puede juzgar a alguien nada más  por su conducta, comportamiento y sacrificarlo?
Hacerlo no es lo más racional ni lo más humano, pues todos  nosotros sin excepción somos hijos de una sociedad que nos socializa, nos inculca una infinidad de   antivalores  desde que estamos en el vientre de nuestra madre.  Como lo expresó hace muchos años Jean Paul Sartre “somos lo que hicieron con nosotros”.  
Otra pregunta que como universitarios deberíamos  hacernos ¿A dónde radica el meollo del problema de la Universidad de El Salvador?  Sin lugar a dudas vivimos en una sociedad divididas en dos grandes clases sociales, los dueños de los medios de producción  y la clase que carece de  ellos. Nos guste no, nuestro comportamiento está condicionado  de una u otra manera, en nuestra manera de ver el mundo, de sentir, de soñar, cultura,  manera de  expresar el mundo, los éxitos y las frustraciones.
Por otro lado,  las curriculas de todas las carreras desde hace muchos años  se han  privilegiado las materias técnicas  y se han menospreciado las Ciencias Sociales y Humanas. Hemos caído en un pragmatismo rampante, grosero y utilitario, hemos creído equivocadamente que las carreras técnicas dan dinero  y hemos hecho del dinero nuestro Dios, nos hemos convertido en súbditos del dinero y hemos transformado nuestras vidas y la de los alumnos   en simples marionetas  del sistema  capitalista.
Sin lugar a dudas  la Universidad merece otro destino, otro rumbo pero con  autoridades  que sepan de educación, que entiendan que significa Universidad, que la Universidad no es no es una oficina de empleo, tampoco es un espacio para hacer política partidista,  sino de gente pensante, investigadores, generadores de cultura, de hombres y mujeres libres, que aman, la justicia, la libertad  y que  detestan  la mentira, las componendas bajo la mesa, la discriminación y el menosprecio a los seres humanos.  La universidad es por lo tanto, como plantea Héctor Esquivel “la comunidad académica de investigadores-profesores y estudiantes que ordenan toda su capacidad a la realización de su vocación humana, dentro de esta institución, cuya finalidad es la búsqueda incansable de la verdad y la formación de auténticos profesionales que promuevan el bien común”  (Héctor Esquivel. La universidad) ¿Se está haciendo esto en la Universidad?
 La Universidad es en consecuencia, un lugar  en donde  cada uno de los  hombres y mujeres  nos veamos como lo que somos, hombres cultos pues como decía José Martí “ser culto es la única manera de ser libre”.  Necesitamos una Universidad, comprometida con la sociedad, con las mayorías más vulnerables,   con la verdad, con la Ciencia, el arte, la cultura, la investigación  y la proyección social.
 En síntesis necesitamos  una Universidad que piense y se piense a sí misma, una Universidad con conciencia crítica y sin estar sometida a las leyes del mercado, ni a los dictados de la burguesía ni mucho menos  de los partidos políticos.

Observación:
Este artículo ha sido corregido y mejorado por el autor. Lunes, 27 de noviembre de 2017.


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