martes, 22 de agosto de 2017

LEGISLAR LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR: DESDE SUS FINES Y OBJETIVOS. POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

LEGISLAR LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR: DESDE  SUS  FINES Y OBJETIVOS.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN.
Sí realmente se quiere apostar por  el cambio y la transformación de la sociedad, la única vía para lograrlo es la educación. “La educación es sin duda, una de las  más importantes instituciones  sociales, la que hace que un animal, uno más entre las especies vivas que pueblan la tierra, se convierta  en lo que entendemos por ser humano” (Juan Delval. Los fines de la educación. p. 1.9);  en este sentido la Universidad como tal debe de contribuir a ese proceso de cambio que la sociedad necesita.
Para ello debe de iniciar un proceso de transformación curricular que le permita  poner  a la Universidad en correspondencia con las necesidades de la sociedad  y sobre todo de los sectores más pobres del país. La transformación curricular pasa por transformar un modelo educativo que se ha instalado desde hace de cien años.  Un modelo educativo sustentado en una educación memorística, repetitiva y libresca. 
Por otra parte, seguimos reproduciendo una práctica pedagógica autoritaria, deshumanizada, basada en la imposición del docente  y el sometimiento del educando. Una práctica en la que está ausente la investigación y el desarrollo del pensamiento lógico.
Sin embargo, en los comentarios a veces muchos docentes nos preguntamos ¿Por qué el  profesional que está formando la Universidad hoy es acrítico, insensible, sin conciencia y sin compromiso social? pero nunca nos hemos preguntado sí  los  docentes tienen la  formación pedagógica, filosófica, sociológica y didáctica  necesaria para hacerse cargo de la formación de los profesionales. ¿Es suficiente  que el docente domine la materia  o reciba unos cuantos cursos pedagógicos para dedicarse a la actividad de formar profesionales? ¿Cuántos docentes de la Universidad de El Salvador conocen los fines y objetivos de la Universidad?  Y sí no los conocemos ¿sobre la base de que se  está educando?
La cuestión es delicada sí asumimos que en la Universidad se están formando los futuros profesionales que tendrán que tomar la responsabilidad tarde o temprano de conducir los destinos del país; entonces la selección de los docentes debe de  ser un proceso sumamente cuidadoso.
Por otra parte, al hacer  un examen exhaustivo, nos daremos cuenta de que nos hemos apartado tangiblemente de los fines  y objetivos de la misma y es por  eso que la universidad  camina a la deriva  sin tener una brújula  que la dirija hacia donde  se va.
La Universidad de El Salvador, no tiene un proyecto  y sí lo tiene es un proyecto del grupo que disputó la rectoría en las elecciones pasadas, pero no un proyecto que sea la expresión de los profesionales docentes, no docentes, estudiantes y trabajadores de la UES.  Además, el proyecto no debe ser pensado en los escritorios sino resultado de una consulta de todos los sectores  que conforman la Universidad.
Pero sí se quiere sacar a la Universidad del atraso en que hoy se encuentra,  se debe legislar sobre la base de los objetivos, los fines y su marco normativo jurídico.  
        Veamos  los fines de la Universidad de El Salvador:
a)       Conservar, fomentar y difundir la ciencia, el arte y la cultura;
b)      Formar profesionales capacitados moral e intelectualmente para desempeñar la función que les corresponde en la sociedad, integrando para ello las funciones de docencia, investigación y proyección social.
c)       Realizar investigación filosófica, científica, artística y tecnológica de carácter universal, principalmente sobre la realidad salvadoreña y centroamericana;
d)      Propender, con un sentido social-humanístico, a la formación integral del estudiante;
e)       Contribuir al fortalecimiento de la identidad nacional y al desarrollo de una cultura propia, al servicio de la paz y de la libertad;
f)        Promover la sustentabilidad y la protección de los recursos naturales y el medio ambiente; y
g)       Fomentar entre sus educandos el ideal de unidad de los pueblos Centroamericanos.
 Nada se puede hacer sino se toman como base estos fines  de la Universidad, dentro de los cuales están implícitos sus objetivos; de ahí que no se puede legislar  al margen de estos  fines  establecidos en la ley  orgánica de la institución que son la verdadera brújula  que nos debe de guiar en toda nuestra actividad académica, científica, cultural y social.
DESARROLLO:
Voy a iniciar estas breves reflexiones en torno a la Universidad de El Salvador, tomando como punto de partida este bello pensamiento de uno de los escritores más valioso, más noble y más honrado  de lo que he podido leer hasta el día de hoy.  José Martí. “He vivido dentro del monstruo y le conozco sus entrañas.” Cuando Martí expresó dicho pensamiento estaba poniendo de manifiesto que conocía perfectamente al sistema capitalista imperialista que ya estaba en ascenso. Sabía lo pérfido e inmoral, asesino y criminal que  era; como lo sigue siendo hasta el día de hoy.
Como profesional he tenido la suerte  de vivir en la Universidad  de El Salvador durante muchos años (30 años) y puedo hablar con propiedad, he dejado  los mejores años de mi vida. Pero  me siento orgulloso de haberme graduado  y de haber aportado un poco de mis esfuerzos a la institución.
En mi periodo como estudiante tuve la oportunidad de cursar materias con muchos profesores  a quienes recuerdo con cariño porque  que me enseñaron el amor por el saber, por la lectura  y por la investigación. Pero además, me mostraron que el camino más correcto por el que debía de conducir mi vida,  era la honestidad, la ética y la razón.
 Para ello me dijeron,  debes de “pensar  por sí mismo” pues quién se forma en la Universidad debe de llevar arraigado el fundamento de todo ser humano. La razón.  Lamentablemente,  hoy  muchos  jóvenes universitarios  no logran discriminar entre lo malo, lo bueno, lo negro y lo blanco y lo que le conviene a la Universidad.
Siguen de manera ciega los lineamientos que un determinado “Líder” les ordena lo  que tienen que hacer, sin detenerse a  reflexionar que esa persona probablemente  tiene unos intereses muy personales,  que  nada tienen  que ver con la Universidad; pero los utiliza para lograr sus fines;  otras veces muchos alumnos se dejan guiar por una  falsa solidaridad  estudiantil  que está muy lejos de responder a los intereses y necesidades  de la  institución.
Los estudiantes Universitarios no deben pasar inadvertido que. . . “la misión de la Universidad es servir a todos  y no sólo a un grupo  de privilegiados. Asistir a la Universidad es, en nuestros países, un privilegio excepcional, un privilegio que no puede aceptarse  sino con la clara conciencia  de la obligación  de ponerlo al servicio  de los demás”. . .  (Ignacio Ellacuría. Escritos Universitarios. 22). 
Los estudiantes universitarios deben  de tomar consciencia de que están estudiando  en el máximo Centro de Educación Suprior,  en donde se viene a cultivar los máximos valores de la cultura universal y nacional, por lo tanto, deben responder de la misma manera. De igual forma, deben de comprender que: “La Universidad no ha de entenderse como un partido  político ni como favorecedora  de partidos políticos determinados. Su intento no es primariamente que el poder político  y los poderes sociales los tengan unos u otros, sino que sean los correctos, estén distribuidos correctamente  y funcionen como deben funcionar. (Ibíd. p.  95).
Pero  es triste escuchar a algunos estudiantes  en la  que sus   planteamientos son  más que todos  ideológicos, vacíos  y huecos que no  pasan de ser  una simple perorata. Por otra parte, también hay estudiantes  que  tienen mucha capacidad   y pueden  llegar a ser buenos líderes estudiantiles  y  excelentes profesionales,  pero son marginados, son vistos  como personas  malvadas, perversas o dañinas para el grupo. Pues hoy la moda es no pensar, ser sumisos  dóciles y serviles.
En la sociedad capitalista  y particularmente en la Universidad de  El Salvador, la razón y la crítica están secuestradas. Carecen de prestigio. Lo acreditado es aquello que rinde beneficios. Y no importa  cómo. La sabiduría representa un peligro, ya que  puede generar conciencia,  dudas y esto no asienta bien con los intereses creados por determinados grupos,  enquistados dentro de  la Universidad que bajo la fachada de progresistas se aprovechan de la institución  y de los jóvenes  estudiantes.
Sería bueno que los estudiantes sometieran a un análisis profundo y  crítico cualquier propuesta, venga de donde venga, que se decida aprobar en la Asamblea General Universitaria como en el CSU; pues en muchas ocasiones los falsos líderes se cobijan bajo el manto de ser benefactores de sus intereses,  ser de  izquierda, ser de pensamiento de avanzada, pero eso sólo es nada más  que una demagogia verbal, porque los hechos dicen otra cosa.  Es en este punto donde  los estudiantes deben de aprender a  leer los discursos que en su mayoría son vacíos, huecos, pero  llenos de promesas que nunca los podrán cumplir. Pues como decía Lenin  que:
Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase. Los que abogan por reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de determinadas clases dominantes.  (Lenin. Las tres fuentes y las tres partes del marxismo. p. 5)
 Los estudiantes y docentes no se deben dejar llevar, por planteamientos ideológicos ni mucho menos aceptar  recompensas de ningún tipo; pues cuando se aceptan se pierde la dignidad como profesionales  y también de la Universidad. Los falsos líderes  se sostienen sobre la base de la mentira, el engaño  y las falsas promesas,  son hábiles  para obsequiar sedantes. Como lo sostiene Carlos de la Isla profesor Emérito del ITAM,  al sostener que:
  Los Sedantes  son obsequiados generosamente para calmar los impulsos de los jóvenes que piensan, que dudan, que cuestionan, que condenan, que remueven... que molestan. Sedantes tan efectivos como el aplauso social, identificable por las altas contrataciones a los "dóciles que saben hacer bien lo que se les manda", sin preguntar ni replicar, la gratificación económica disfrutable con liberalidad y fuera de las fronteras, promesas de cargos públicos reservados a los "brillantes y fieles", donaciones abundantes para propiciar la "alegría juvenil", los viernes sociales, los sábados felices,  "bebidas inofensivas" y sus auxiliares para instrumentar las competencias interuniversitarias: charreadas, corridas, comidas, bebidas, bailes, canipeadas, premios en efectivo para carreras de coches (con metas abiertas y disfrazadas), exhibiciones de modas y modelos ... ; para no hablar de otra clase de sedantes y excitantes que son distribuidos y consumidos generosamente en las universidades
 Obviamente estas son parte de las estrategias  que  sin lugar  a dudas que   utiliza el poder  hegemónico dominante para quebrantar la conciencia de los jóvenes que por su misma naturaleza de jóvenes pueden poner en jaque los que detentan el poder.
Los estudiantes deben hacerse respetar pero no siguiendo planteamientos ideológicos y demagógicos,  que son ajenos a sus intereses, deberán hacer valer sus intereses pero con la razón, con el conocimiento y con mucha ética.  Como bien lo expresaba hace mucho tiempo José Martí que dice: “El verdadero hombre no ve de qué lado se vive mejor sino de qué lado está el deber”  y parafraseando a Martí yo diría el verdadero estudiante no ve de qué lado se vive mejor sino de qué lado está su deber y puedo contribuir a transformar la Universidad”. Y el deber de los estudiantes como los docentes  está en coadyuvar a la transformación del país y de la Universidad.
Los estudiantes deben  de dejar de  parecerse al “hombre rebaño”  como bien lo platea Bertrand Russell y a los caudillos semejantes a los dioses”. Pues esas personas  (caudillos) son totalmente nocivas para la Universidad.  (Bertrand Russell citado por Carlos de  la Isla). También recordemos las palabras del Ex –Decano  de la Facultad de Jurisprudencia y  Ciencias  Sociales de la Universidad de El Salvador, Serbelio Navarrete, con motivo de recibir a los estudiantes de nuevo ingreso en 1934:
La Universidad es,  ante todo, el superior plantel educativo de la nación. Su misión no es solamente hacer médicos e ingenieros, farmacéuticos, dentistas y abogados; no solamente garantizar la competencia  y honestidad  de quienes se dedican al ejercicio  de esas profesiones. Su más importante misión  es dar a la patria hombres cultos en la genuina significación del vocablo: Hombres de verdadera cultura moral e intelectual que irán a formar en primera fila entre las clases directoras  y deberán poner el caudal de sus conocimientos especialmente al servicio del pueblo. (Serbelio Navarrete. En los jardines de Academo.p.23)
“Los estudiantes pueden gozar de una tranquilidad aprobada si defienden su derecho a ser diferentes, originales y creativos, buscando una sociedad con imaginación y nuevas perspectivas. Y por eso condenan, con razón, al sistema establecido de información que produce estudiantes y profesionistas en serie; con los mismos gustos, deseos e intereses, con las mismas ideas que generan cabezas idénticas” (Ibíd.) Pero todo eso se logra con esmero, dedicación, esfuerzo,  estudio, investigación y con la razón, podemos ser diferentes, porque no hay razón para no serlo ni mucho menos extrañarlos pues no somos cortados con la misma tijera ni cocidos con el mismo hilo. Ser diferentes es parte de nuestra naturaleza como especie. Lo que sí nos debería de preocupar es que seamos iguales, porque el día que pensemos iguales, actuemos iguales, nos comportemos iguales ese día sería un verdadero holocausto para la humanidad.
Pero además, los estudiantes deben de abandonar, los caminos fáciles, entender que los estudios Universitarios requieren de mucho esfuerzo, sacrificio  y entrega, que no es  recurriendo a favores, compadrazgos o tráfico de influencias como se formarán como buenos profesionales como lo expresaba el recordad Dr. Sebelio Navarrete.
Para aquellos que aún no se han dado cuenta que  la Universidad está  formando un profesional parecido a una máquina de hacer camisas. “Ha uniformado a sus  estudiantes; produce profesionales  en serie, con los mismos  gustos, deseos e intereses con las mismas ideas que generan cabezas idénticas, cabezas intercambiables como sombreros” (ibíd.)  Por el contrario,  “los que los que repudian la idea de universidad fabricadora de títulos mágicos (devaluados)  que abren las puertas del éxito, y piensan la universidad como la gran oportunidad para ser personas y cultivan la rara reflexión sobre el hombre y el contorno humano, porque saben que sigue siendo el saber más importante” (ibid); pero los que no han comprendido que a la Universidad se viene a cultivar los máximos valores, a formarnos como personas racionales, con ética  y compromiso  social ,  siguen pensando que la Universidad hay que ajustarla  a las leyes del mercado.
No se dan por enterados o no se quieren enterar,  de que con ello no sólo traicionan el espíritu  de la Universidad sino a la sociedad misma. Por otro lado,  reproducen la estructura de dominación la que por muchos años la Universidad ha combatido con heroísmo y valentía por parte de sus mejores hijos.
En estos días de vacaciones,  ( agosto) en la librería  de la Universidad Centroamericana  José Simeón Cañaz (UCA) me encontré con un excompañero de trabajo de la ues  y me contaba que alguien cercano a las actuales autoridades le decía “Al fin la Universidad de El Salvador, tiene un gobierno del FMLN”  me llamó poderosamente la  atención porque  yo también soy de izquierda, a lo largo de mi vida estudiantil como profesional siempre he luchado por la transformación  de esta  sociedad injusta en la que vivimos.
Sin embargo, siempre me he opuesto a que la Universidad sea un bastión político de un determinado partido; pues si bien es cierto que la Universidad debe de hacer política pero su política  es de otra naturaleza  y no politiquería  como la que hacen los partidos  en la sociedad.
 La Universidad tiene el legítimo derecho de hacer política pero sus instrumentos son: La ciencia, el conocimiento, la investigación, la proyección social y la docencia. Sí partimos de que la política es trabajar por el bien común, la Universidad debe de trabajar no para grupos determinados sino para toda la sociedad que es a la que se debe  y tiene que estar en función de esos intereses. Eso es lo que no se ha querido entender, que mientras haya injerencia de determinado partido político,  la Universidad no podrá alcanzar cotas de desarrollo altas ni contribuir al  progreso de la sociedad.  
Esta actitud dócil, maleable y advenediza  mostrada por  algunos  estudiantes no coadyuva en nada al desarrollo y transformación de la Universidad, al contrario, la frena,  deshonra  y desacredita. Pues la actitud  de un estudiante debe ser critica,  racional, cuestionadora y propositiva.
 De igual modo, hay que destacar estudiantes que sí juegan ese papel, porque son independientes, se dirigen por su propia lógica no por las manipulaciones de otras personas, que tienen a saber qué intereses  y se aprovecha de la nobleza y la  poca formación política e ideológica  de los jóvenes.
 Aunque estoy seguro de que la mayoría de estudiantes no tienen interés en prebendas  de ninguna naturaleza pero  son arrastrados por otros que sí la tienen con el argumento de que estamos defendiendo a la Universidad. O por un falso compañerismo solidario que nada tienen que ver con los objetivos y los fines de la Universidad.
Sí realmente los docentes, los profesionales no docente  y los estudiantes queremos apostarle a la transformación de la Universidad debemos primero por empezar por  legislar sobre la base de los fines y objetivos de  la institución. En ese sentido sí un proyecto es de beneficio para la Universidad no podemos vacilar en aprobarlo pero si por el contrario sólo beneficia a grupos particulares no podemos ni debemos  aprobarlo.


San Salvador, 12 de agosto de 2017

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