“ES DE BIEN NACIDOS SER AGRADECIDOS".
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
En la
sociedad capitalista salvadoreña actual
se vive un pragmatismo agravado, es decir, un utilitarismo sin precedentes en
la historia de la humanidad. Este
pragmatismo, se expresa en todos los ámbitos de la vida: social, económica,
política y cultural. Ejemplo de ello son las empresas en dónde la persona vale
por lo que produce, cuanto produce y que
fuerzas tiene para producir. En donde la persona vale por su juventud, sus
habilidades, capacidades y destrezas. Lo importante es explotarlo al máximo
para obtener el máximo de ganancia.
Cuando la
empresa ya ha estrujado los mejores años de la vida del trabajador, utilizan
cualquier excusa o trampa para
despedirlo. Pues a la empresa ya no le es útil.
Un tanto
parecido sucede con la familia, los hijos mientras sus progenitores están produciendo o aportan
a la familia, tienen fuerzas, se pueden valer por ellos mismos o poseen algunos
bienes están con ellos.
Una vez
pierdan esa capacidad natural en la que las fuerzas comiencen a flaquear, las
atenciones también empiezan a cambiar. Pero sí llegan a una edad mayor en la que las fuerzas ya no les
son suficientes para satisfacer sus necesidades por su cuenta, en muchos casos
los viejos son marginados, abandonados, separados de las conversaciones de sus amigos. Es más
son ubicados en el rincón más oculto de la casa; de tal manera que las visitas
no los vean porque sus hijos se
avergüenzan de ellos. Ya los ven como un
objeto viejo que no tiene ningún valor. Los hijos no agradecen. Aunque hay
también excepciones.
Situación similar se da en la política
perversa que practican los partidos políticos en la que mientras un cuadro
conserve su buena imagen y arrastre
votos para el partido está bien, pero una vez como dicen se desgasta al partido
ya no les sirve y hay que desecharlo.
Nadie agradece a nadie. Vivimos
pues como diría Eduardo Galeano, “la cultura del desecho”.
Hace unos
días conversaba con un compañero de la
Universidad cuando departíamos un café en un pequeño cafetín de los alrededores
de la Universidad. Quien me comentaba, el cambio radical que se opera en
algunos profesionales amigos, cuando
arriban a un puesto de dirección en una institución ya sea privada o pública.
Le decía a mi amigo, no te olvides que vivimos en una sociedad capitalista, en
donde el máximo valor que te inculcan en todas las instituciones incluyendo la
escuela, la Universidad y los hogares,
es el individualismo, el arribismo, el oportunismo, no importando el precio que
se tenga que pagar.
En ese instante se me ocurrió escribir
algunas ideas en relación con este tema y me acordé de este proverbio chino el
cuál es el título de este pequeño escrito, para compartirlo con todas las lindas personas que leen mis
elucubraciones, a quienes les vivo y viviré eternamente agradecido por el
tiempo que se toman para leer mis humildes ideas.
Me encanta también este pensamiento de Abraham Lincoln que dice”
casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre, dale poder”
¿A cuantas
personas como nosotros no nos ha
sucedido más de alguna vez esta
situación, en la que hemos cifrado las esperanzas en un amigo o amiga, que le hemos ayudado, para que pueda escalar un
peldaño en la vida y cuando logra su meta se olvida y nos hace a un lado
prefiriendo a sus nuevos amigos y
amigas?
Claro tú creísteis que era tu amigo, incluso compartiste con él muchas
alegrías, tristezas, problemas porque la considerabas una excelente persona o profesional.
Pero llegó el momento que alcanzara el poder
y en vez de agradecer saca de en
medio a todas las personas que le ayudaron; prefirió rodease con aquellas
gentes que no le recordarán su pasado. Se
le olvidó aceptar que su deber era ser agradecido, pues es sin
lugar a dudas es uno de los grandes
valores que deben cimentarse en todo profesional.
Lamentablemente
conocemos muchos casos de personas que las adulan, que les confeccionan una
aureola falsa, profesionales que son
frágiles y se dejan arrastrar por el momento olvidándose que tarde o temprano
volverán a estar en la llanura. A
caminar los caminos, que anduvimos juntos, donde los de abajo se entienden con
los de abajo, los de arriba con los de arriba.
No cabe la menor duda que esas personas son globos llenos de humo. Cuando
caigan desinflados de sus alturas, necesitaran de esos amigos originales porque
la nueva realidad los pondrá contra la
pared y esos que él los escogió como sus amigos le darán la espalda y pagarán
con la misma moneda.
San
Salvador, 4 de julio de 2017.
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