martes, 4 de julio de 2017

ES DE BIEN NACIDOS SER AGRADECIDO

“ES DE BIEN NACIDOS SER AGRADECIDOS".
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
En la sociedad capitalista salvadoreña  actual se vive un pragmatismo agravado, es decir, un utilitarismo sin precedentes en la historia de la humanidad.  Este pragmatismo, se expresa en todos los ámbitos de la vida: social, económica, política y cultural. Ejemplo de ello son las empresas en dónde la persona vale por lo que produce, cuanto produce  y que fuerzas tiene para producir. En donde la persona vale por su juventud, sus habilidades, capacidades y destrezas. Lo importante es explotarlo al máximo para obtener el máximo de ganancia.
Cuando la empresa ya ha estrujado los mejores años de la vida del trabajador, utilizan cualquier excusa o trampa  para despedirlo. Pues a la empresa ya no le es útil.
Un tanto parecido sucede con la familia, los hijos mientras  sus progenitores están produciendo o aportan a la familia, tienen fuerzas, se pueden valer por ellos mismos o poseen algunos bienes  están con ellos.
Una vez pierdan esa capacidad natural en la que las fuerzas comiencen a flaquear, las atenciones también empiezan a cambiar. Pero sí llegan a una edad mayor en la que las fuerzas ya no les son suficientes para satisfacer sus necesidades por su cuenta, en muchos casos los viejos son marginados, abandonados, separados  de las conversaciones de sus amigos. Es más son ubicados en el rincón más oculto de la casa; de tal manera que las visitas no los vean porque  sus hijos se avergüenzan de ellos.  Ya los ven como un objeto viejo que no tiene ningún valor. Los hijos no agradecen. Aunque hay también  excepciones.
 Situación similar se da en la política perversa que practican los partidos políticos en la que mientras un cuadro conserve su buena imagen  y arrastre votos para el partido está bien, pero una vez como dicen se desgasta al partido ya no les sirve y hay que desecharlo.   Nadie agradece a nadie.  Vivimos pues como diría Eduardo Galeano, “la cultura del desecho”.
Hace unos días conversaba  con un compañero de la Universidad cuando departíamos un café en un pequeño cafetín de los alrededores de la Universidad. Quien me comentaba, el cambio radical que se opera en algunos profesionales amigos,  cuando arriban a un puesto de dirección en una institución ya sea privada o pública. Le decía a mi amigo, no te olvides que vivimos en una sociedad capitalista, en donde el máximo valor que te inculcan en todas las instituciones incluyendo la escuela, la Universidad  y los hogares, es el individualismo, el arribismo, el oportunismo, no importando el precio que se tenga que pagar.
  En ese instante se me ocurrió escribir algunas ideas en relación con este tema y me acordé de este proverbio chino el cuál es el título de este pequeño escrito, para compartirlo  con todas las lindas personas que leen mis elucubraciones, a quienes les vivo y viviré eternamente agradecido por el tiempo que se toman para leer mis humildes ideas.
Me encanta también este pensamiento de Abraham Lincoln que dice” casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quieres probar  el carácter de un hombre, dale poder”
¿A cuantas personas como nosotros  no nos ha sucedido  más de alguna vez esta situación, en la que hemos cifrado las esperanzas en un amigo o amiga, que  le hemos ayudado, para que pueda escalar un peldaño en la vida y cuando logra su meta se olvida y nos hace a un lado prefiriendo a sus nuevos  amigos y amigas?
 Claro tú creísteis que era  tu amigo, incluso compartiste con él muchas alegrías, tristezas, problemas porque la considerabas una excelente persona o profesional. Pero llegó el momento que alcanzara el poder  y en vez de agradecer  saca de en medio a todas las personas que le ayudaron; prefirió rodease con aquellas gentes que no le recordarán su pasado.  Se le olvidó  aceptar que su deber era ser agradecido, pues es sin lugar a dudas  es uno de los grandes valores que deben cimentarse en todo profesional. 
Lamentablemente conocemos muchos casos de personas que las adulan, que les confeccionan una aureola falsa,  profesionales que son frágiles y se dejan arrastrar por el momento olvidándose que tarde o temprano volverán a estar en la llanura.  A caminar los caminos, que anduvimos juntos, donde los de abajo se entienden con los de abajo, los de arriba con los de arriba.
No cabe la menor duda que  esas personas son globos llenos de humo. Cuando caigan desinflados de sus alturas, necesitaran de esos amigos originales porque la nueva  realidad los pondrá contra la pared y esos que él los escogió como sus amigos le darán la espalda y pagarán con la misma moneda.


San Salvador, 4 de julio de 2017.


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