jueves, 4 de agosto de 2016

MI CONCEPCIÓN DE EDUCACIÓN. POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA




MI CONCEPCIÓN DE EDUCACIÓN
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN:
 El término educación  encierra un profundo significado al cual no podemos  soslayar  sí lo que  se pretende es comprender el verdadero significado  de  dicho fenómeno. Para ello es necesario remitirse a sus raíces etimológicas  con el propósito de realizar algunas reflexiones. En primer lugar la  educación  se debe entender como una forma de ser y de vivir.
Según  Ricardo Nasif este pedagogo nos dice que “ la palabra educación procede del latín educare, que significa “ Criar”, “ Nutrir” o “alimentar”, y de exducere, que equivale a “sacar”, “ llevar” o “ conducir “ desde adentro hacia fuera”
 Por su parte,  OSHO, pensador de origen Hindú sostiene que el término educación tiene dos significados. Por un lado un significado que es muy conocido, pero que no se práctica en absoluto, esto es, sacar algo de ti, es decir, sacar algo que está en tú interior, actualizar tu potencial, como cuando sacas agua de un pozo. Pero sostiene este mismo filósofo que por el contrario, se siguen vertiendo cantidades de conocimientos de historia, matemáticas, geografía lo que da como resultado que al educando lo transforman en una cotorra. Han transformado al estudiante en un ordenador.
Aunque la educación es un fenómeno humano e  histórico, es decir, está en perpetuo movimiento se puede observar que aún hoy conserva  la parte etimológica, en tanto que, nos explica que la educación debe servir para sacar a las personas de la oscuridad y llevarlos a la luz por lo tanto, el compromiso de la educación como fenómeno social e histórico no es la de transmitir una bastedad de información para que el alumno o alumna la repita de manera mecánica. La educación es una opción de vida en tanto, pretende capacitar a las personas para que comprendan la vida y la vivan armónicamente con sus semejantes y con la naturaleza, para que sepamos  relacionarnos con los demás, de una forma ética y con una moral solidaria. Por otra parte, Emilio Durkheim, citado por Edgar Morin decía “el objeto de la educación no es darle al alumno cada vez mayor cantidad de conocimientos sino constituir en él un estado interior  y profundo, una especie de polaridad del alma que lo oriente en un sentido definido no sólo durante la infancia sino para la vida”[1]
De modo que, aprender a vivir no es solamente acumular conocimientos es sufrir una transformación mental, ética y moral, por lo tanto lo que se necesita es sabiduría que es diferente a conocimiento.  “La educación debe contribuir a la autoformación de la persona (aprender  y asumir la condición humana, aprender a vivir)  y a que aprenda a convertirse en ciudadano. . . esto se define por su solidaridad y su responsabilidad  respecto a su patria, supone también su identidad nacional” [2]
El propósito de este ensayo es aclarar la concepción que se tiene de la educación; la cual en los últimos años se ha visto distorsionado sobre todo por los organismos Internacionales (FMI, BM Y OMC)  afines a la globalización neoliberal quienes han visto en la educación una mercancía   de la que pueden obtener cuantiosas ganancias  y someter a los países atrasados  a sus propios intereses  y los de las multinacionales que invaden cada día los países del mal llamado tercer mundo.
EL VERDADERO SIGNIFICADO DE EDUCAR.
La mayor parte de actividades los seres humanos las hacemos por una mera rutina.  Lo hacemos porque vemos a otros que lo hacen o porque así nos lo enseñaron. Sin embargo, eso en ningún momento significa que todo lo que  hacemos está bien.
Saben realmente los padres de familia ¿Por qué mandan a sus hijos a la escuela? ¿Cuáles son sus motivaciones? Lo único que saben los padres de familia es que llegado un determinado momento  el niño o la niña deben de asistir a una escuela o colegio.
Los padres de familia saben que a la escuela  se va a educar.  Pero ¿saben el verdadero significado de educar? Educar no significa simplemente aprobar exámenes para que en el futuro puedan lograr un encumbrado puesto en el Gobierno o la empresa privada.  Educar es algo más que eso.
Si realmente somos observadores  y volvemos la vista por un momento al mundo que nos rodea veremos que muy pocos tienen mucho que comer  y muchos no tienen nada y pasan su vida añorando un pedazo de tortilla, vemos además, a muchos niños y niñas durmiendo en los portales, escudriñando los basureros para sobrevivir. Por otro lado, también observamos que algunos viajan en lujosos automóviles  y otros colgados de los hierros mohosos de los buses.
En la sociedad está la clase de los ricos y la clase de los pobres; los ricos pueden asistir a curarse a buenos hospitales, estudiar en Universidades del primer mundo, vivir en las mejores Colonias del país. No obstante, la mayoría no tiene ni un metro para construir una champa. Muchos de estos tienen que vivir debajo de los puentes o en las barrancas de los  ríos.
Los estudiantes deberían reflexionar sobre estas cosas mientras son jóvenes. Pero es la escuela, el Colegio y la Universidad la llamada a educar a los jóvenes en la reflexión, en el análisis, la crítica  y el pensamiento crítico. Pero ni la escuela ni la Universidad están interesadas en los problemas de las mayorías porque sus autoridades, sus funcionarios están  casados  consciente  o inconscientemente con el poder hegemónico.
La educación no está sólo para capacitar a las personas para que puedan conseguir un empleo ni para servir al aparato productivo de un país; la educación debe servir para ayudar a las personas a prepararlas para encarar de mejor forma la vida. Los estudiantes podrían convertirse en excelentes, contadores, administradores de empresa, excelentes ingenieros, abogados  etc., pero ¿esa es lo esencial de la vida? .La vida es un todo complejo, una diversidad de fenómenos que ameritan conocerse para comprender su lógica y contribuir a transformarlos. Por lo tanto, la educación no se reduce a darle de terminada información al estudiante para que se la aprenda  de memoria; la educación debe de ayudarnos para que vivamos una vida en armonía, con la sociedad y la naturaleza. Sin embargo, la sociedad actual basada en las leyes del mercado ha reducido la vida humana  a la condición de animal: trabajar, comer, dormir  y reproducirse.
El hombre es la creatura más inteligente que existe en el planeta, empero el sistema capitalista lo ha reducido simplemente a una cosa a un objeto que se puede manipular  y hacer con él lo que se quiera. Bajo esta concepción mezquina, el ser humano es visto como una máquina, como una pieza más del engranaje del sistema de producción que reproduce todas las inequidades,  prejuicios  y perjuicios de la sociedad.
La vida es todo eso y muchas cosas más, pero ni el alumno ni el sistema educativo están preparados para comprenderlo porque  los profesores  en las  escuelas, los Colegios y Universidades sólo están interesados en que los alumnos y alumnas aprueben los exámenes.
Dentro de la lógica de esta concepción de “educación” se tiene la idea de que al educando entre más información se entregue más eficientes profesionales serán. Pero esta lógica está equivocada,  ya que lo que importa es lo cuantitativo (positivismo) abandonando la parte más importante que es lo cualitativo del ser humano. Son sus sentimientos los que se tienen educar, sus valores, es volver al hombre y mujer seres humanos.
En las escuelas, los colegios  y Universidades son raros y contados quienes hablan  un poco acerca de los problemas sociales que pasan en la sociedad; los alumnos están preocupados más por las notas que por aprender y saber porque hay pobreza, hambre, desnutrición, delincuencia y corrupción.
Bajo esta concepción transcurre la “educación en las aulas Universitarias” que es desde luego el espacio que mejor conozco pues más de la mitad de mi vida le he pasado en la Universidad.  Con frecuencia en la Universidad se hacen intentos por cambiar los curriculas, las metodologías, las técnicas  y la aplicación de nuevas  tecnologías pero que al fin se termina haciendo más de lo mismo.
En otras palabras se práctica la filosofía del no cambio, es decir, hacer algo para no hacer nada. Por otra parte, se trata de lograr objetivos diferentes, metas distintas pero haciendo siempre lo mismo. Por eso Albert Einstein, nos corregía la palana “Sí  buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”[3]. Por otro lado, mientras tengamos una educación basada en el miedo, en la amenaza, en la represión  y en la incultura de los profesores no podremos aspirar a construir una mejor sociedad y por lo tanto, no estaremos educando sino domesticando, idiotizando o babalizado.
 De modo que la educación no consiste meramente en atiborrar  la mente con información sino en ayudar al estudiante a comprender sin miedo esta gran complejidad de la vida.
“Aunque no estemos enterados nuestras vidas han sido  moldeadas por el miedo desde la infancia hasta que morimos, estamos atemorizados. Miedo a que nos reprueben, miedo a lo que los demás van a decir de nosotros, miedo a perder nuestro empleo, miedo a que mis padres me castiguen”[4]
Traslademos, este miedo al escenario de los estudiantes. El aula. Cuando los estudiantes tienen miedo se produce un bloqueo mental  y todo su cerebro se ve imposibilitado a pensar con certeza y creatividad. Se genera una indisposición para aprender, para asimilar etc.
El sistema educativo en su totalidad se mueve bajo el concepto del miedo, muchos docentes en la escuela como en la Universidad utilizan la amenaza como recurso para atemorizar a los alumnos y alumnas; pero con este recurso los profesores esconden sus debilidades, su incapacidad y mediocridad.
Una educación basada en el miedo, la amenaza, la trampa no se le puede llamar educación ya que la educación verdadera debe de buscar sacarnos de la oscuridad para llevarnos a la luz.
 El miedo embota nuestras mentes, mutila nuestro pensar, contribuye a la oscuridad y bajo esta concepción no podremos construir una sociedad más humana, más equitativa y con menos inequidades.
La educación y el entorno nos han adiestrado a todos para que nuestras metas sean la ganancia personal y la seguridad, y para que luchemos en beneficio propio. Por mucho que lo disimulemos con eufemismos, se nos ha educado para que desempeñemos una diversidad de profesiones encuadradas en el marco de un sistema cuyas bases son la explotación, la ambición y el miedo que ésta genera. Semejante adiestramiento ineludiblemente ha de ser fuente de confusión e infelicidad para cada uno de nosotros y para el mundo, pues crea en cada individuo barreras psicológicas que lo separan y aíslan de los demás. La educación no consiste en adiestrar la mente. El adiestramiento nos hace personas eficientes, pero no seres humanos completos. Una mente a la que se ha adiestrado sin más es una continuación del pasado, y no está en condiciones de descubrir lo nuevo. Por eso, para averiguar en qué consiste la verdadera educación, tenemos que examinar el significado de la vida en su totalidad.[5]
Con mucha indignación observamos como la filosofía pragmática, utilitaria e instrumental del capitalismo ha transformado al ser humano en cualquier cosa menos en humano.  Lo ha arrastrado a tal grado que las personas nada más piensan solamente en sus beneficios  y se olvidan que el bienestar no es un problema inminentemente individual. Pero el sistema capitalista en su afán por lograr la máxima ganancia no le importa la deshumanización del hombre y la destrucción de la naturaleza.
A lo largo de este ensayo se ha sostenido que educar es algo más que proporcionar información a los estudiantes, es más que instruir “la educación no consiste tan sólo en adquirir conocimientos, en reunir datos y correlacionarlos; es ver el significado de la vida como una totalidad. Pero lo total no puede ser abordado a través de la parte, que es lo que intenta hacer los gobiernos, las religiones organizadas y los partidos políticos autoritarios”[6]. Está bien que los alumnos y alumnas adquieran los conocimientos de la Ciencia, la técnica, la tecnología, pero una ciencia desprovista de valores es una ciencia que sirve para la destrucción, el sometimiento  y la opresión de unos sobre los otros. Como lo sostiene Carlos de la Isla:
 La ciencia y la técnica han avanzado desmesuradamente, pero no han sabido resolver los más graves problemas humanos. Su avance ha beneficiado a grupos de poder que, para construir y defender su reino del absurdo, han generado armas, guerras, violencia y dominación.
Puede considerarse un fracaso el poder de un saber que beneficia a unos cuantos y que soporta el desprecio, la humillación y explotación de las grandes mayorías. Un saber que no beneficia a toda la humanidad no es un saber humano, sino inhumano[7]
    La educación es ante todo,  afinar en el individuo la aptitud de ser educado. Y la aptitud de ser educado es la sensibilidad del alma, la sensibilidad del corazón es pulirlo para la vida.   Es como tomar un diamante rudimentario y afinarlo, pulirlo y convertirlo en una prenda valiosa.




[1] Edgar Morin. La cabeza bien puesta. P.26)
[2] (Ibíd. P.69)
[3] WWW. Wikipedia. Albert Eintein.
[4] Www. internet.  Krhisnamurti. El significado de la educación.
[5]       www.jkrishnamurti.org.   La educación y el significado de la vida.
                                         


[7] WWW. biblioteca.itam.mx/estudios/60-89/69/CarlosdelaIslaEticayuniversidad.pdf
ÉTICA Y UNIVERSIDAD. Carlos de la Isla

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