EL HOMBRE EN EL CAPITALISMO:
UN ESCLAVO MODERNO.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
BREVE INTRODUCCIÓN.
Siempre que
nos referimos a la esclavitud nos remitimos inmediatamente a la sociedad esclavista, que es una de las
primeras formaciones económicas sociales en la que surge la propiedad privada
sobre los medios de producción. El surgimiento de la sociedad esclavista es un
hecho histórico que ha quedado marcado con lazos de mucho dolor, sangre y barbarie.
Muchos
hombres y mujeres fueron sacrificados sólo para satisfacer los más negros
instintos de los esclavistas. Aún
hoy se padecen las secuelas que
han dejado profundas huellas en la consciencia del hombre “moderno”. Es en esta sociedad en la que el hombre deja de ser
libre y se transforma en un esclavo no sólo material sino también espiritual.
En esta
sociedad el hombre deja de crearse a sí
mismo, de auto-realizarse, deja de ser él y se transforma en otro. Hoy ya no es
solamente esclavo de la naturaleza sino que ahora hay otras fuerzas que lo
oprimen y convierten en cosa, en objeto
y en un ser que no sabe de dónde viene ni para donde va.
Pero mal
haríamos al pensar que la esclavitud es un fenómeno del pasado y jactarnos de que hoy somos libres en el
verdadero sentido del término; porque
aún hoy cuando vivimos en medio de la abundancia, más de dos mil millones de
seres humanos en el mundo no logra cubrir sus necesidades
vitales para la sobre vivencia. Y mientras
esto suceda nadie puede decir que somos libres, pues aún aquellos que
tienen los recursos para hacerlo no lo
son.
En este
sentido el hombre “moderno” tiene todas las características de un esclavo nada
más que no se da cuenta o no quiere darse cuenta. Veamos algunas de ellas:
CARACTERÍSTICAS.
El esclavo
moderno vive atrapado por el consumismo
superfluo. Se siente realizado, consumiendo de manera compulsiva,
encerrado en el mundo de las mercancías. El esclavo moderno vive de
apariencias, engañado y manipulado. El esclavo moderno no reflexiona, le
molesta pensar, repite lo que oye.
El esclavo
moderno vive por el trabajo y para el trabajo; no se entera ni le importa su
condición de explotado, no protesta, se somete al poder del amo (Capitalista)
fácilmente sin remilgos ni objeción.
El esclavo
moderno es un analfabeto político, no le importa, ni le preocupa la existencia
de pobreza, de hambre de miseria, delincuencia, corrupción e injustica.
El esclavo
moderno vive pegado al televisor, al partido de fútbol, embriagado con las
drogas y el licor los días sábados y domingos. Al esclavo moderno no le inquieta el sufrimiento de los demás,
ha perdido su consciencia y su
sensibilidad social. El esclavo moderno es dócil, llevadero e ingenuo. El
sistema lo socializa, lo prepara, le otorga diplomas y títulos Universitarios
para que se sienta superior a los demás.
Es soberbio, arrogante y prepotente.
En pocas palabras es una persona alienada es
decir, se ha perdido asimismo, se desconoce asimismo. El esclavo moderno no
analiza, no interpreta el mundo, no discute porque para él todo está
perfectamente bien. El esclavo moderno vive una vida alienada por la religión,
vive esperando un Mesías que lo venga a salvar pero no hace nada por liberarse él. El esclavo moderno es una persona
triste, angustiada e infeliz porque no sabe cómo explicar su propia situación.
Al esclavo
moderno le han secuestrado su pensamiento, no piensa, es pensado, es un sujeto
sujetado como diría Michel Foucault o como diría Martin Heidegger, es un sujeto
interpretado, no interpreta sino que lo interpretan. No expresa su mundo, ni
dice su palabra, le han silenciado su voz.
El esclavo
moderno vive en un estado de servidumbre permanente, explotado y sometido a las
leyes del mercado, los negocios y las
drogas. Son las leyes del mercado las que dictan sus sueños y aspiraciones.
El esclavo
moderno vive encadenado a sus propias creencias, pensamientos y mitos; no es dueño de sí mismo, no se
pertenece, pues pertenece al explotador. Al esclavo moderno el sistema le ha
creado un mundo falso, vive postrado a la pornografía de la tv, el internet
para que no piense. En su mundo el
esclavo moderno vive para tener más pero no para ser más, para vivir su vida
ostentosa debe de endeudarse, vive para pagar préstamos a los Bancos y usureros
que lo esquilman y lo aniquilan.
El esclavo
moderno no es feliz porque su trabajo no le pertenece sino al que se lo compra.
El esclavo moderno es un extranjero de sí mismo, pues no logra saber quién es
él pues vive en un mundo enajenado, alienado y extrañado. Él vive en un estado
de desconocimiento de sí mismo. El esclavo moderno vive ensimismado, lleno de miedos, con temor a
los diablos y dioses creados por el sistema para mantenerlo asustado,
controlado y en un estado de inmovilidad
permanente.
Al esclavo moderno el sistema le ha destruido su moral, su ética y su consciencia
de sí y para los demás. Al esclavo
moderno el sistema no lo educa, lo domestica
y lo bestializa para saca el mejor provecho. El esclavo moderno no se da cuenta que es
esclavo; al contrario se siente feliz de
su propia condición.
El esclavo moderno ha sido despojado de su
consciencia de clase, de sus intereses de clase e ignora la necesidad de la
rebelión. El esclavo moderno él elabora sus
mercancías que luego lo esclavizan, lo
someten y lo destruyen. El esclavo
moderno vive enjaulado, en su mundo lleno de abundancia pero a la vez lleno de
miseria y mezquindad. El
esclavo moderno vive en un estado de deshumanización y despersonalización
permanente. El esclavo
moderno padece de una enfermedad; la enfermedad de poseerlo todo, de
controlarlo todo, de acaparar todo.
Vive en un
mundo de mezquindad y miseria humana. El esclavo moderno aplica perfectamente la ley Darwinista de
la supervivencia del más apto, en la que el pez más grande se come al chico.
El esclavo
moderno se llena de orgullo cuando le mencionan
los grandes adelantos de la ciencia, la técnica y la tecnología sin
percatarse que todo eso nos está llevando a la destrucción de todos y todas. El
esclavo moderno, es presa fácil de los grandes laboratorios productores de
fármacos sin enterarse que sólo son
medicamentos para envenenar su sistema y
acelerar rápidamente su muerte.
Aunque no se
agota con esta descripción al esclavo moderno (del capitalismo) pero nos guste
o no nos describe y nos demuestra que
nadie en este planeta es libre pues de una manera u otra estamos alienados,
enajenados pues hemos perdido nuestra
propia esencia, nuestro propio ser. Para recuperar nuevamente ese ser perdido
necesitamos una sociedad nueva en la que el hombre se realice como hombre y en
la que el trabajo sea el factor determinante para la concreción del hombre
nuevo.
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