**RESUMEN DEL ENSAYO
EL MUNDO AL REVÉS: CUANDO EL ESPECTÁCULO VALE MÁS QUE LA
INTELIGENCIA**
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
El ensayo presenta una reflexión profunda y crítica sobre
la inversión de valores en la sociedad contemporánea. Plantea desde el inicio
una pregunta esencial: ¿En qué mundo vivimos, cuando el entretenimiento
recibe gloria y riqueza, mientras la inteligencia, la ciencia, la docencia y la
ética permanecen invisibles? Esta contradicción, descrita por Eduardo
Galeano como “el mundo al revés”, es el eje central del análisis.
La obra sostiene que la lógica del mercado ha colonizado
la vida humana al punto de imponer un criterio de rentabilidad sobre cualquier
otro valor. En este sistema, lo que genera consumo masivo —como el fútbol
convertido en industria global— recibe reconocimiento, idolatría y salarios
millonarios, mientras el maestro, el científico o el investigador, cuyos
aportes sostienen la vida y el progreso real, son relegados simbólicamente al
último plano.
Autores como Bauman, Chomsky, Byung-Chul Han y
Baudrillard son citados para explicar cómo el capitalismo neoliberal y la
cultura del espectáculo han moldeado nuestra percepción del mérito. La sociedad
celebra lo visible, lo viral, lo emocional, lo que entretiene; pero ignora
aquello que, sin reflectores, construye el bienestar colectivo.
Esta lógica crea una profunda desigualdad simbólica,
donde un gol vale más que una vacuna, una camiseta más que una teoría
científica y un influencer más que un docente con treinta años de servicio.
El ensayo también muestra que esta inversión de valores
no es casual: responde a una estructura mediática que fabrica ídolos, manipula
emociones y dirige la atención hacia lo trivial. Los algoritmos amplifican lo
que entretiene y silencian lo que educa o cuestiona. La consecuencia es una
ciudadanía distraída, emocionalmente manipulable y crecientemente superficial.
La obra continúa señalando que esta cultura de
hiperconsumo emocional ha transformado al deporte —especialmente al fútbol— en
una mercancía global. Ya no se trata de disciplina, convivencia o salud, sino
de un espectáculo lucrativo administrado por corporaciones, televisoras y
marcas que moldean héroes deportivos a conveniencia del mercado. El problema no
es el deporte en sí, sino el desequilibrio social que coloca al
entretenimiento en la cúspide y al conocimiento en la periferia.
Este fenómeno tiene graves consecuencias éticas y
sociales. Se degrada la noción de mérito verdadero, se normaliza la injusticia,
disminuye el prestigio de profesiones esenciales y se promueve una cultura
aspiracional basada en la fama y el dinero fácil. Los jóvenes, expuestos
constantemente a estos modelos, dejan de soñar con ser científicos, maestros o
médicos; aspiran a profesiones de visibilidad sin comprender su
superficialidad.
El ensayo dedica un análisis especial al impacto de los
medios de comunicación y las redes sociales. Expone cómo estas plataformas
fabrican ídolos deportivos y celebridades vacías, mientras ocultan o
trivializan los logros académicos, científicos o éticos. El algoritmo se
convierte en juez del valor social. Lo viral pasa a ser sinónimo de
importancia.
Las consecuencias
educativas también son profundas: desmotivación docente, pérdida de talentos
científicos, debilitamiento de la escuela pública, reducción del pensamiento
crítico y deterioro del sentido moral. Una sociedad que desprecia a sus
maestros, advierte el ensayo, está condenada al subdesarrollo intelectual y
económico.
En el plano psicológico, la obra señala que la idolatría
mediática crea frustración, ansiedad y una sensación de fracaso permanente en
quienes no pueden alcanzar esos modelos artificiales de éxito. La vida pierde
profundidad y sentido, sustituida por la lógica del reconocimiento inmediato.
Hacia el final, el ensayo propone alternativas para poner
el “mundo al revés” de pie. Entre las principales, destaca: la dignificación
del maestro, el fortalecimiento de la ciencia y la investigación, la
democratización de los medios, la alfabetización digital, la reforma ética del
sistema educativo y la creación de un nuevo paradigma cultural donde el éxito
se mida por el aporte a la humanidad, no por la fama.
La obra insiste en que ninguna sociedad puede llamarse
civilizada si desprecia a quienes la hacen posible: maestros, científicos,
médicos, investigadores, artistas auténticos y trabajadores de la paz.
Recuperar el valor del conocimiento no es un lujo, sino una urgencia histórica.
La conclusión afirma que el espectáculo se ha convertido
en el centro de la vida moderna, pero su brillo es efímero. La sabiduría, en
cambio, permanece. Y si una sociedad continúa idolatrando lo superficial y
despreciando lo esencial, terminará debilitada, manipulable y dependiente.
La reflexión
final es un llamado a la conciencia: debemos aprender a mirar más allá de las
pantallas y reconocer el valor de lo que no se ve. El maestro que forma, el
médico que salva, el científico que descubre, el intelectual que cuestiona, el
artista que humaniza: ellos sostienen el mundo real, no los héroes mediáticos
de temporada.
El ensayo termina con un mensaje contundente: el mundo
puede enderezarse, pero solo si recuperamos la ética, el pensamiento
crítico, la dignidad de la educación y la centralidad de la inteligencia. El
espectáculo pasará. Lo que siempre quedará será la humanidad, su sabiduría y su
capacidad de pensar.
SAN SALVADOR, 13 DE NOVIEMBRE DE 2025
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