“EL MIEDO DE LOS FARISEOS A LA VOLUNTAD DEL PUEBLO”
MSc. JOSE ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
El pronunciamiento del arzobispo de San Salvador solicitando a la Asamblea Legislativa que elimine la reelección presidencial no
es un simple gesto pastoral, ni mucho menos un consejo desinteresado. Es un
mensaje cargado de veneno político, disfrazado de “preocupación por la
democracia”. Lo que aquí se revela es que la primera culebra venenosa de la
oposición ya ha salido de su escondite, temblando ante la inminente posibilidad
de que el presidente Nayib Bukele vuelva a ser reelegido por decisión soberana
del pueblo. La pregunta es inevitable: ¿quién es este señor para venir a exigir
la eliminación de la reelección, como si fuera él quien decidiera sobre la
voluntad de la ciudadanía?
COMENTARIO
Durante mucho tiempo, algunos salvadoreños creyeron que
la iglesia podía tener un liderazgo ético, comprometido con la verdad y con la
gente humilde. Sin embargo, con declaraciones como estas, el arzobispo
demuestra que, lejos de colocarse del lado del pueblo, se pone del lado de
aquellos grupos minoritarios que siempre han estado dispuestos a manipular la
fe para obtener poder. La comparación con los judas no es casualidad: aquel que
debía ser voz de esperanza se convierte en traidor, vendiendo la confianza del
pueblo por las monedas de los poderes fácticos y la vieja política derrotada.
Es irónico que quienes callaron durante décadas de
corrupción, represión y violencia —cuando ARENA y el FMLN saquearon al país y lo hundieron en sangre—
hoy levanten la voz para “defender la democracia”. ¿Dónde estaban esos
discursos cuando el pueblo vivía sitiado por las pandillas, cuando la
corrupción gubernamental se robaba hasta los fondos destinados a hospitales y
medicinas, cuando el sufrimiento de las familias era cotidiano? Hoy, que la
mayoría de la población respalda la gestión presidencial y que el país camina
hacia la estabilidad y la prosperidad, aparecen los falsos profetas queriendo
confundir a las masas con discursos hipócritas.
El arzobispo debería saber que el pueblo salvadoreño no
necesita guardianes falsos ni mensajeros disfrazados de pastores que en
realidad son voceros de la oposición. si de verdad le preocupara la justicia,
levantaría su voz contra la corrupción que durante años fue bendecida en
silencio; denunciaría a los opresores que dejaron al país sumido en la miseria;
exigiría coherencia y transparencia a quienes hoy se presentan como
“rescatadores de la democracia” cuando en realidad son sepultureros del pasado.
CONCLUSIÓN
El pueblo ya despertó y no se dejará manipular por
sermones disfrazados de espiritualidad, pero cargados de intereses políticos.
El arzobispo podrá hablar desde el púlpito, podrá repetir los viejos argumentos
de la oposición derrotada, pero no logrará apagar la voz de millones de
salvadoreños que ya decidieron: la reelección no es un capricho, es un derecho
del pueblo a elegir a quien considere.
REFLEXIÓN FINAL
El tiempo de los judas ya pasó. El Salvador no necesita
traidores que, vestidos de sotana o de corbata, pretendan detener el rumbo de
un país que por primera vez en décadas avanza con firmeza. la fe del pueblo no
se manipula, la voluntad del pueblo no se negocia y el futuro del país no lo
decide un clero alineado con los mismos de siempre. El Salvador ya no está para
serpientes disfrazadas de pastores: está para que la voz del soberano, el
pueblo, sea escuchada y respetada. No más escribas y fariseos.
SAN SALVADOR, 1 DE AGOSTO DE 2025
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