¿INOCENTES? LA BURLA DE MADURO Y LA COMPLICIDAD DE LA IZQUIERDA
CORRUPTA"
POR: MSc, JOSÈ ISRAEL VENTURA
INTRODUCCIÓN
La
reciente declaración del dictador Nicolás Maduro afirmando que ha recibido a
"252 venezolanos inocentes" que fueron deportados desde El Salvador
ha provocado un profundo malestar, indignación y asombro en quienes aún creen
en la justicia, la verdad y la lucha frontal contra el crimen organizado.
Llamar “inocentes” a individuos vinculados al
grupo criminal internacional conocido como el Tren de Aragua, responsable de
asesinatos, secuestros, extorsiones, narcotráfico, trata de personas y terrorismo
urbano en varios países de América Latina, no solo es un insulto a las
víctimas, sino también un acto de cinismo grotesco y de propaganda barata.
¿Inocentes?
¿Qué clase de gobierno protege a estructuras delictivas transnacionales? ¿Qué
clase de izquierda es esa que abraza, blanquea y arropa a los criminales,
mientras castiga a su pueblo con represión, miseria y censura? Esta es una
pregunta urgente que debe hacerse no solo en Venezuela, sino en toda América
Latina y el mundo.
1. EL
CINISMO COMO DOCTRINA DE ESTADO
Nicolás
Maduro, heredero del desastre chavista, ha vuelto a demostrar que en su régimen
la mentira es política de Estado. Decir que esos 252 sujetos son
"inocentes" es un acto de cinismo extremo, una jugada estratégica de
propaganda para proyectar una imagen de víctima frente a la comunidad
internacional. Pero el mundo ya no es ingenuo.
Los
rostros de esos “inocentes” son los mismos que han llenado de terror las calles
de países como Colombia, Perú, Ecuador y ahora también El Salvador. Su prontuario
no es imaginario: está documentado. Son miembros o colaboradores del Tren de
Aragua, una organización que funciona con estructuras mafiosas, que impone su
ley con sangre y fuego, y que ha sembrado el caos a donde ha llegado.
¿Y
Maduro? En lugar de colaborar con las naciones afectadas, los recibe como
"hijos patriotas", con honores y palabras de reivindicación.
Esta
es la prueba más clara de que el régimen venezolano no solo es incapaz de
combatir al crimen, sino que parece ser su cómplice activo o su incubadora
principal.
2. LA
HIPOCRESÍA DE UNA IZQUIERDA QUE SE AUTOPROCLAMA "ÉTICA Y HUMANA"
Los
defensores del socialismo del siglo XXI suelen vociferar sobre moral, justicia
social y defensa de los derechos humanos. Pero cuando se trata de sus aliados,
todo lo olvidan. Callan frente a las atrocidades de Maduro, justifican sus
pactos con el crimen organizado y desvían la atención con discursos
anticapitalistas que ya nadie cree.
¿Cómo
puede la izquierda latinoamericana seguir pretendiendo representar al pueblo si
protege a asesinos, violadores, extorsionistas y narcotraficantes? ¿Cómo pueden
hablar de "ética revolucionaria" cuando se asocian con bandas
criminales y luego quieren vender esa narrativa como un modelo exportable al
resto del continente?
El
doble discurso ha sido el sello de estas corrientes. Cuando los criminales son
sus enemigos políticos, piden cárcel y represión. Pero si esos mismos
delincuentes pueden ser útiles para su propaganda o su estructura de poder,
entonces los convierten en víctimas del “imperialismo” o del “fascismo”. Es una
burla cruel, inaceptable y peligrosamente destructiva.
3.
LAS VÍCTIMAS OLVIDADAS Y LA TRAICIÓN A LA JUSTICIA
Mientras
Maduro recibe a sus “inocentes”, ¿quién recuerda a las verdaderas víctimas? ¿Quién
habla de las mujeres venezolanas y salvadoreñas violadas por estos sujetos?
¿Quién llora a los comerciantes extorsionados, a los transportistas asesinados
por no pagar "renta", a los jóvenes reclutados por la fuerza para sus
filas criminales?
El
mensaje que da el gobierno venezolano es claro y perverso: si eres útil al
régimen, no importa lo que hayas hecho.
Puedes violar, matar, traficar con seres
humanos y seguirás siendo recibido como héroe. Esta es la traición más grande a
la justicia y al sentido común de los pueblos latinoamericanos.
Y lo
peor: hay sectores de la comunidad internacional, de ONGs politizadas, de
medios cómplices, que se tragan este cuento o simplemente lo reproducen sin
cuestionarlo. Así se consolida la impunidad.
REFLEXIÓN
FINAL: EL VERDADERO ROSTRO DEL AUTORITARISMO DISFRAZADO DE JUSTICIA SOCIAL
Llamar
"inocentes" a criminales es no solo una aberración, sino una
estrategia deliberada del régimen de Maduro para victimizarse y continuar
manipulando narrativas internacionales. No se trata de errores, se trata de
decisiones. Decisiones que afectan la seguridad de todos los países de la
región, que deshonran a las víctimas y que desenmascaran, una vez más, el
verdadero rostro del autoritarismo disfrazado de justicia social.
QUIEN
PROTEGE CRIMINALES, ES CÓMPLICE.
Quién
miente sobre el sufrimiento de los pueblos, no merece llamarse líder.
Y
quien se aferra al poder encubriendo el crimen, no construye una patria, la
destruye.
El
pueblo venezolano merece un futuro sin mafias ni dictadores. Y América Latina
merece una izquierda con principios, no con pandillas disfrazadas de
redentores.
Es
hora de abrir los ojos y de hablar con claridad: no hay paz verdadera si se
protege al crimen, no hay justicia si se oculta la verdad, y no hay libertad
cuando los verdugos se visten de víctimas.
SAN SALVADOR, 19 DE JULIO DE 2025
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