sábado, 19 de julio de 2025

 

¿INOCENTES? LA BURLA DE MADURO Y LA COMPLICIDAD DE LA IZQUIERDA CORRUPTA"

POR: MSc, JOSÈ ISRAEL VENTURA

INTRODUCCIÓN

La reciente declaración del dictador Nicolás Maduro afirmando que ha recibido a "252 venezolanos inocentes" que fueron deportados desde El Salvador ha provocado un profundo malestar, indignación y asombro en quienes aún creen en la justicia, la verdad y la lucha frontal contra el crimen organizado.

 Llamar “inocentes” a individuos vinculados al grupo criminal internacional conocido como el Tren de Aragua, responsable de asesinatos, secuestros, extorsiones, narcotráfico, trata de personas y terrorismo urbano en varios países de América Latina, no solo es un insulto a las víctimas, sino también un acto de cinismo grotesco y de propaganda barata.

¿Inocentes? ¿Qué clase de gobierno protege a estructuras delictivas transnacionales? ¿Qué clase de izquierda es esa que abraza, blanquea y arropa a los criminales, mientras castiga a su pueblo con represión, miseria y censura? Esta es una pregunta urgente que debe hacerse no solo en Venezuela, sino en toda América Latina y el mundo.

1. EL CINISMO COMO DOCTRINA DE ESTADO

Nicolás Maduro, heredero del desastre chavista, ha vuelto a demostrar que en su régimen la mentira es política de Estado. Decir que esos 252 sujetos son "inocentes" es un acto de cinismo extremo, una jugada estratégica de propaganda para proyectar una imagen de víctima frente a la comunidad internacional. Pero el mundo ya no es ingenuo.

Los rostros de esos “inocentes” son los mismos que han llenado de terror las calles de países como Colombia, Perú, Ecuador y ahora también El Salvador. Su prontuario no es imaginario: está documentado. Son miembros o colaboradores del Tren de Aragua, una organización que funciona con estructuras mafiosas, que impone su ley con sangre y fuego, y que ha sembrado el caos a donde ha llegado.

¿Y Maduro? En lugar de colaborar con las naciones afectadas, los recibe como "hijos patriotas", con honores y palabras de reivindicación.

Esta es la prueba más clara de que el régimen venezolano no solo es incapaz de combatir al crimen, sino que parece ser su cómplice activo o su incubadora principal.

2. LA HIPOCRESÍA DE UNA IZQUIERDA QUE SE AUTOPROCLAMA "ÉTICA Y HUMANA"

Los defensores del socialismo del siglo XXI suelen vociferar sobre moral, justicia social y defensa de los derechos humanos. Pero cuando se trata de sus aliados, todo lo olvidan. Callan frente a las atrocidades de Maduro, justifican sus pactos con el crimen organizado y desvían la atención con discursos anticapitalistas que ya nadie cree.

¿Cómo puede la izquierda latinoamericana seguir pretendiendo representar al pueblo si protege a asesinos, violadores, extorsionistas y narcotraficantes? ¿Cómo pueden hablar de "ética revolucionaria" cuando se asocian con bandas criminales y luego quieren vender esa narrativa como un modelo exportable al resto del continente?

El doble discurso ha sido el sello de estas corrientes. Cuando los criminales son sus enemigos políticos, piden cárcel y represión. Pero si esos mismos delincuentes pueden ser útiles para su propaganda o su estructura de poder, entonces los convierten en víctimas del “imperialismo” o del “fascismo”. Es una burla cruel, inaceptable y peligrosamente destructiva.

3. LAS VÍCTIMAS OLVIDADAS Y LA TRAICIÓN A LA JUSTICIA

Mientras Maduro recibe a sus “inocentes”, ¿quién recuerda a las verdaderas víctimas? ¿Quién habla de las mujeres venezolanas y salvadoreñas violadas por estos sujetos? ¿Quién llora a los comerciantes extorsionados, a los transportistas asesinados por no pagar "renta", a los jóvenes reclutados por la fuerza para sus filas criminales?

El mensaje que da el gobierno venezolano es claro y perverso: si eres útil al régimen, no importa lo que hayas hecho.

 Puedes violar, matar, traficar con seres humanos y seguirás siendo recibido como héroe. Esta es la traición más grande a la justicia y al sentido común de los pueblos latinoamericanos.

Y lo peor: hay sectores de la comunidad internacional, de ONGs politizadas, de medios cómplices, que se tragan este cuento o simplemente lo reproducen sin cuestionarlo. Así se consolida la impunidad.

REFLEXIÓN FINAL: EL VERDADERO ROSTRO DEL AUTORITARISMO DISFRAZADO DE JUSTICIA SOCIAL

Llamar "inocentes" a criminales es no solo una aberración, sino una estrategia deliberada del régimen de Maduro para victimizarse y continuar manipulando narrativas internacionales. No se trata de errores, se trata de decisiones. Decisiones que afectan la seguridad de todos los países de la región, que deshonran a las víctimas y que desenmascaran, una vez más, el verdadero rostro del autoritarismo disfrazado de justicia social.

QUIEN PROTEGE CRIMINALES, ES CÓMPLICE.

Quién miente sobre el sufrimiento de los pueblos, no merece llamarse líder.

Y quien se aferra al poder encubriendo el crimen, no construye una patria, la destruye.

El pueblo venezolano merece un futuro sin mafias ni dictadores. Y América Latina merece una izquierda con principios, no con pandillas disfrazadas de redentores.

Es hora de abrir los ojos y de hablar con claridad: no hay paz verdadera si se protege al crimen, no hay justicia si se oculta la verdad, y no hay libertad cuando los verdugos se visten de víctimas.

 

 

SAN SALVADOR, 19 DE JULIO DE 2025

 

 

 

 

 

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