“DEJAD
QUE LOS PERROS LADREN SANCHO, ES SEÑAL DE QUE VAMOS CAMINANDO”
POR:
MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Aunque la frase a que
me voy a referir no es de Don Miguel de Cervantes Saavedra, lo cierto es que
durante muchcímos años se ha utilizado bajo los auspicios del gran escritor
español antes mencionado. No obstante, su verdadero autor es Johann Wolfgang
Von Goethe, escritor alemán pionero del romanticismo europeo. La frase en sí nos indica movimiento, cambio,
lucha, destrucción de lo viejo y el arribo de lo nuevo.
Compartimos un planeta
y una sociedad que está en estado de ebullición de transformación, de perenne
movimiento, devenir constante, aunque muchos no lo percibamos, las fuerzas
opuestas permanecen enfrentadas las unas con las otras sin tregua alguna, en
ese laberinto social vivimos todos. Por otro lado, no nos enteramos de los
cambios pues estos son imperceptibles a nuestra vista, además, porque vivimos
en una sociedad alienada, que nos entretienen con cuestiones superfluas, eso nos
impide ver el todo y sólo vemos sus
partes.
La frase conque
titulado esta breve reflexión lo tomé porque considero que lo que nos planteó
Goethe, es movimiento, es cambio, es devenir, es horizonte, es futuro, es
utopía. Es una frase que nos indica que estamos avanzando a pesar de todas las
críticas, los impedimentos, los problemas que se nos pueden ir presentando en
el camino, pero la marcha del tiempo y del cambio no se detiene, es infinita.
En busca de fortuna y de
placeres, Más siempre atrás nos ladran, Ladran con fuerza… Quisieran los perros
del potrero, Por siempre acompañarnos, pero sus estridentes ladridos, Sólo son
señal de que cabalgamos (Johann Wolfgang Von Goethe)
Es en realidad eso lo
que está pasando con nuestro pueblo, aunque aún la velocidad del cambio no ha
llegado en su plenitud, pero ya está causando perturbación, miedo, en aquellos
que algún día se sintieron sobrios, pensando que navegaban en un océano pacífico
y no en aguas turbulentas, donde las aguas no se movían, muchos de esos perros
hoy ladran con toda su ferocidad; queriendo morder los tobillos para que no se
pueda avanzar.
Esa temible panda que
reúne, tránsfugas, extorsionadores, delincuentes, comunistas, apátridas,
traidores, mediocres, poco a poco se les está llegando su día. Una panda de
vividores que se aferran al sillón porque sus vidas profesionales y políticas
son un fracaso.
Cada día estos perros
se sienten abandonados y buscan amparo, refugio, en el insulto gratuito y descalificatorio
sin argumentos, la ofensa, el menosprecio, la arrogancia, la prepotencia y la
soberbia.
Sabido es como decía mi
abuela, los perros ladran por miedo, para defender su territorio que durante
muchos años fue su espacio para las orgias, los bacanales, la impudicia; hoy
sienten que su territorio está amenazado, por alguien que quiere erradicar la
prostitución de sus oficinas.
Los perros en tiempos
de paz no ladran, no aúllan ni buscan morderle los tobillos a nadie, pero
cuando sienten amenazados sus intereses los perros se vuelven feroces y atacan
sin ninguna consideración ni escrúpulo a aquel que consideran que los está
echando de su territorio.
Son Perros salvajes, que no tienen conciencia,
no saben quiénes son, de dónde vienen ni para donde van. Son destructores de su
propia especie y sólo protegen a los de su propia jaurilla.
Esa panda de perros ha
creado una sociedad a su medida, donde impera el crimen, la delincuencia, la extorsión
y la impunidad. Es una sociedad de perros y para perros, en donde las
instituciones funcionan para los perros. Pero los perros de cuello blanco.
Por eso decía Don
Quijote “Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es una locura, ni utopía, sino
justicia. (Don quijote de la Mancha).
SAN
SALVADOR, 01 DE AGOSTO DE 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario