LA
IZQUIERDA SOÑADA POR LA DERECHA DE EL SALVADOR
POR.
MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
A la
derecha del país se le cumplieron sus sueños, de tener a una izquierda
complaciente, dócil, manipulable, acrítica, pero sí culta pero dentro de los
cánones de la burguesía, es decir, aburguesada y light. Una izquierda que
acepte sin protestar, sin remilgos, ni cuestionar los proyectos de la
derecha. Una izquierda entregada a la
buena vida, al confort y al placer. Una izquierda que ya no se interese por las
demandas más sentidas del pueblo, sino por sus propios intereses, que ya no
hable de lucha de clases, de marxismo ni mucho menos de socialismo.
Sin
lugar a duda la derecha necesitaba una izquierda que estuviera convencida de
que el parlamentarismo burgués es la mejor alternativa para nuestra sociedad,
para resolver los graves problemas de miseria, hambre, explotación,
marginación, exclusión y desigualdad social.
En pocas palabras la derecha necesitaba una
izquierda domesticada light. Que
defienda sin tapujos, la democracia burguesa como lo hace la actual dirigencia
del FMLN. La derecha necesitaba una izquierda que mantuviera su discurso
político e ideológico, para hacerle creer a sus militantes que son
revolucionarios; que luchan por los intereses de los pobres, de los explotados,
de los marginados, de los excluidos, pero que en su práctica defiendan los
intereses económicos y políticos e ideológicos de las clases dominantes.
Con
la firma de los acuerdos de paz el 16 de febrero de 1992, se inicia el proceso
de domesticación de la cúpula del FMLN; aunque hay que mencionar que algunos no
aceptaron ese papel y optaron mejor por hacerse al costado. Lo que trae como
consecuencia la ruptura entre los líderes verdaderamente revolucionarios y los
que tomaron la decisión de jugar en la misma cancha y con el balón del opresor
y de los explotadores.
Al
final de toda esta novela, los que aceptan jugar en la cancha del opresor
tienen que jugar obligatoriamente con las mismas reglas del sistema burgués,
pero el sistema tiene sus propios mecanismos para quebrantar cualquier moral
revolucionaria que no esté sustentada en una ideología proletaria, que no esté
convencida de la necesidad de transformar las inequidades de la sociedad.
Fue
así como poco a poco la buena vida, el buen vivir, los viajes, las adulaciones,
el aplauso, el reconocimiento de los medios de comunicación y el dinero empezaron a calar en lo más hondo de su “consciencia”
de este grupo de pseudos revolucionarios culminando en una entrega total a la
derecha y comiendo en el mismo plato y revolcándose en el mismo lodo.
Una
vez la “izquierda” ya no era nociva los medios de derecha empiezan a elevarles
su ego hasta hacerlos sentir como los grandes personajes de la historia, a la
vez se encerraron en sus torres de marfil y abandonan a su suerte al pueblo que
por muchos años esgrimieron que luchaban por ellos.
Más
de una década de sueños, engaños, mentiras y más de 80 mil salvadoreños que
dejaron su vida con la única esperanza de construir un país más justo, más
equitativo y más humano, menos desigual.
Sin
embargo, el pueblo empezó a reflexionar y poco a poco fue entendiendo que a
aquellos ideales por los que se había combatido habrán quedado en el olvido. La
cúpula astuta secuestró los iconos revolucionarios de este país (Farabundo
Martí, Cayetano Carpio, Melida Anaya Montes, Jorge Schafif Handal entre otros),
es cierto los recuerdan en sus aniversarios, y en la mente de sus militantes
coreaban sus consignas, pero su ejemplo y su práctica revolucionaria ha quedado
en el olvido. Pero contrario al ejemplo y la práctica de esos grandes hombres
asumieron el mismo patrón de conducta y asumieron los antivalores promovidos
por la derecha tradicional. Al llegar al gobierno, las mieles del poder,
del dinero, la buena vida y los grandes banquetes los hicieron cambiar de
rumbo, ya no se hablaba más del proyecto histórico por el que se había luchado
durante más de doce años.
Pero
ellos (la cúpula) siguieron con el mismo chip instalado, creyendo que al pueblo
con un discurso pronunciado por los pseudo-lideres, sería suficiente para
convencer a su militancia para que nuevamente votaran por ellos.
Pero
el pueblo no es tonto o atrasado o falto de conciencia como algunos
“dirigentes” lo expresaron durante y después de las elecciones del 3 de febrero
del presente año.
El pueblo hizo la lectura correcta de la
situación económica, política y social y entendió que la cúpula del FMLN ya no
los representaba y decidieron darle su apoyo y elegir a alguien que había
salido de su seno pero que no tenía manchado su honor y por su mordaz critica
había sido expulsado por la cúpula.
Mientras
la cúpula lo expulsaba (Nayib) sin ninguna razón el pueblo lo recibía con los
brazos abiertos, en su lucha por la presidencia tuvo que sortear una serie de
obstáculos, pero eso sí junto al pueblo que es su mejor defensa y juez.
Paro
alguien podría argumentar que el FMLN como organización política formalmente
nunca ha renunciado a su ideal socialista, Pero de inmediato surgen algunas
interrogantes ¿actúa conforme a ese ideal socialista? ¿Cuáles son las
transformaciones sociales profundas que impactaron en toda la sociedad? ¿Cuáles
de sus actividades cotidianas revisten un carácter socialista? ¿Qué de los
programas que elaboraron con la participación de la gente? Pero el pueblo sí
vio durante las recién pasadas elecciones la gran unidad que mantuvo con la
derecha criminal de este país, es más muchos de sus “lideres” hicieron el
llamado al partido tricolor a estar más unidos. ¿Cómo se la llama a ese
comportamiento? de la izquierda, aquí y
en cualquier parte del mundo a eso se le llama traición, puñalada trapera,
perfidia, trampa, ardid, engaño etc. Y eso jamás, el pueblo se los perdonará y
pasaran a la historia sin pena ni gloria. Para el pueblo consciente y pensante
el FMLN ha terminado su ciclo histórico. Aunque traten de “renovarlo” con los mismos
dinosaurios históricos.
SAN
SALVADOR, 15 DE FEBRERO DE 2019.
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