martes, 15 de febrero de 2022

 

LA IZQUIERDA SOÑADA POR LA DERECHA DE EL SALVADOR

POR. MSc.  JOSÉ ISRAEL VENTURA

A la derecha del país se le cumplieron sus sueños, de tener a una izquierda complaciente, dócil, manipulable, acrítica, pero sí culta pero dentro de los cánones de la burguesía, es decir, aburguesada y light. Una izquierda que acepte sin protestar, sin remilgos, ni cuestionar los proyectos de la derecha.  Una izquierda entregada a la buena vida, al confort y al placer. Una izquierda que ya no se interese por las demandas más sentidas del pueblo, sino por sus propios intereses, que ya no hable de lucha de clases, de marxismo ni mucho menos de socialismo.

Sin lugar a duda la derecha necesitaba una izquierda que estuviera convencida de que el parlamentarismo burgués es la mejor alternativa para nuestra sociedad, para resolver los graves problemas de miseria, hambre, explotación, marginación, exclusión y desigualdad social.

 En pocas palabras la derecha necesitaba una izquierda domesticada light.  Que defienda sin tapujos, la democracia burguesa como lo hace la actual dirigencia del FMLN. La derecha necesitaba una izquierda que mantuviera su discurso político e ideológico, para hacerle creer a sus militantes que son revolucionarios; que luchan por los intereses de los pobres, de los explotados, de los marginados, de los excluidos, pero que en su práctica defiendan los intereses económicos y políticos e ideológicos de las clases dominantes.

Con la firma de los acuerdos de paz el 16 de febrero de 1992, se inicia el proceso de domesticación de la cúpula del FMLN; aunque hay que mencionar que algunos no aceptaron ese papel y optaron mejor por hacerse al costado. Lo que trae como consecuencia la ruptura entre los líderes verdaderamente revolucionarios y los que tomaron la decisión de jugar en la misma cancha y con el balón del opresor y de los explotadores.

Al final de toda esta novela, los que aceptan jugar en la cancha del opresor tienen que jugar obligatoriamente con las mismas reglas del sistema burgués, pero el sistema tiene sus propios mecanismos para quebrantar cualquier moral revolucionaria que no esté sustentada en una ideología proletaria, que no esté convencida de la necesidad de transformar las inequidades de la sociedad.

Fue así como poco a poco la buena vida, el buen vivir, los viajes, las adulaciones, el aplauso, el reconocimiento de los medios de comunicación y  el dinero empezaron  a calar en lo más hondo de su “consciencia” de este grupo de pseudos revolucionarios culminando en una entrega total a la derecha y comiendo en el mismo plato y revolcándose  en el mismo lodo.

Una vez la “izquierda” ya no era nociva los medios de derecha empiezan a elevarles su ego hasta hacerlos sentir como los grandes personajes de la historia, a la vez se encerraron en sus torres de marfil y abandonan a su suerte al pueblo que por muchos años esgrimieron que luchaban por ellos.

Más de una década de sueños, engaños, mentiras y más de 80 mil salvadoreños que dejaron su vida con la única esperanza de construir un país más justo, más equitativo y más humano, menos desigual.

Sin embargo, el pueblo empezó a reflexionar y poco a poco fue entendiendo que a aquellos ideales por los que se había combatido habrán quedado en el olvido. La cúpula astuta secuestró los iconos revolucionarios de este país (Farabundo Martí, Cayetano Carpio, Melida Anaya Montes, Jorge Schafif Handal entre otros), es cierto los recuerdan en sus aniversarios, y en la mente de sus militantes coreaban sus consignas, pero su ejemplo y su práctica revolucionaria ha quedado en el olvido. Pero contrario al ejemplo y la práctica de esos grandes hombres asumieron el mismo patrón de conducta y asumieron los antivalores promovidos por   la derecha tradicional.  Al llegar al gobierno, las mieles del poder, del dinero, la buena vida y los grandes banquetes los hicieron cambiar de rumbo, ya no se hablaba más del proyecto histórico por el que se había luchado durante más de doce años.

Pero ellos (la cúpula) siguieron con el mismo chip instalado, creyendo que al pueblo con un discurso pronunciado por los pseudo-lideres, sería suficiente para convencer a su militancia para que nuevamente votaran por ellos.

Pero el pueblo no es tonto o atrasado o falto de conciencia como algunos “dirigentes” lo expresaron durante y después de las elecciones del 3 de febrero del presente año.

  El pueblo hizo la lectura correcta de la situación económica, política y social y entendió que la cúpula del FMLN ya no los representaba y decidieron darle su apoyo y elegir a alguien que había salido de su seno pero que no tenía manchado su honor y por su mordaz critica había sido expulsado por la cúpula.

Mientras la cúpula lo expulsaba (Nayib) sin ninguna razón el pueblo lo recibía con los brazos abiertos, en su lucha por la presidencia tuvo que sortear una serie de obstáculos, pero eso sí junto al pueblo que es su mejor defensa y juez.

Paro alguien podría argumentar que el FMLN como organización política formalmente nunca ha renunciado a su ideal socialista, Pero de inmediato surgen algunas interrogantes ¿actúa conforme a ese ideal socialista? ¿Cuáles son las transformaciones sociales profundas que impactaron en toda la sociedad? ¿Cuáles de sus actividades cotidianas revisten un carácter socialista? ¿Qué de los programas que elaboraron con la participación de la gente? Pero el pueblo sí vio durante las recién pasadas elecciones la gran unidad que mantuvo con la derecha criminal de este país, es más muchos de sus “lideres” hicieron el llamado al partido tricolor a estar más unidos. ¿Cómo se la llama a ese comportamiento?  de la izquierda, aquí y en cualquier parte del mundo a eso se le llama traición, puñalada trapera, perfidia, trampa, ardid, engaño etc. Y eso jamás, el pueblo se los perdonará y pasaran a la historia sin pena ni gloria. Para el pueblo consciente y pensante el FMLN ha terminado su ciclo histórico. Aunque traten de “renovarlo” con los mismos dinosaurios históricos.

SAN SALVADOR, 15 DE FEBRERO DE 2019.

 

 

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