LA NAVIDAD TIEMPO PARA PENSAR Y MEDITAR CON LA FAMILIA.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Mis queridos amigos y amigas estamos a pocas horas
de celebrar el Nacimiento del
niño Jesús, ese niño que
independientemente cual sea su creencia religiosa, política e ideológica todos llevamos con nosotros. Una fecha muy
especial para que todos reflexionemos lo que se ha hecho bien y que no.
Para nadie es un secreto que el mundo actual
está cambiando, que lo hace de manera sutil sin que muchos de nosotros nos percatemos.
No sé si nos hemos enterados que desde hace muchos años el Centro de los
festejos de navidad ya no es la llegada
del niño Jesús, esa es nada más la máscara que oculta su verdadera
realidad, sino que ese lugar
ha sido ocupado por el comercio
desenfrenado promovido por el neoliberalismo globalizante.
Son
los intereses comerciales la verdadera razón de las festividades de navidad. Es
el ansia de los capitalistas de obtener la máxima ganancia la motivación
de tales o cuales festividades. No obstante, es un tiempo que muchos
ocupan para desahogar sus penas, su estado de enajenación, desgracia
y su desesperación ante las condiciones que impone el sistema
capitalista. Son pocas las personas que estos días los ocupan para meditar,
reflexionar y hacer un alto en el
camino ya que por muchas razones durante
el año no cuentan con ese tiempo.
En
esta época la gente vive para comprar,
comer, beber y para poner todos sus
comportamientos enfermizos en marcha que
el sistema nos ha les
ha inculcado. Además, es una fecha donde
aflora la hipocresía, la adulación y la
falsa solidaridad; se regalan juguetes, a los niños pobres, se les desea a toda
felicidad y progreso sin embargo, es un acto hipócrita ya que durante el
año no les regalamos ni un centavo.
“Friedrich
Nietzsche tenía razón cuando decía que no hay nada más hipócrita que la
eliminación de la hipocresía”. En ese sentido las navidades se convierten en
una manara hipócrita de fingir lo que no
somos y quedar bien con la gente que ni
siquiera nos importa, pero sí es una forma de engañarnos a nosotros mismo.
Vivimos en una sociedad de apariencias, como
lo es el sistema hipócrita, mezquino y
salvaje en el que vivimos (Capitalismo); esos son los valores que nos han
inculcado desde chicos. Este comportamiento que aflora durante las festividades
navideñas la gente lo ve como algo natural, como algo mágico; sin percatarnos
que todo eso nos viene impuesto por un
sistema capitalista que cada día nos fuerza a ser felices a cambio de poseer
objetos materiales, a los que llamamos regalos. Esta conducta se ve reforzada a
través de la publicidad, los medios de información, redes sociales, el
internet. Es la sociedad del consumo,
que nos invita, las 24 horas diarias a consumir las mercancías superfluas que
nos ofrece, esa la sociedad que privilegia el tener en vez del ser.
Pero es necesario que no confundamos consumo
con consumismo, todos sin excepción
tenemos que consumir para poder subsistir, pero una cosa es consumir para
satisfacer las necesidades fundamentales y otra cosa muy distinta es el consumo
desenfrenado y compulsivo al que nos arrastra la publicidad del sistema capitalista. Pero
como dice un refrán popular cada cabeza
es un mundo y cada loco con su tema; si a algunos todo ese consumismo les
producen felicidad a allá ellos. Esta es nada más una reflexión. Permítaseme
para finalizar expresarles mis sinceros
deseos para esta navidad y que el año
nuevo sea de muchos éxitos para todos y todas.
SAN SALVADOR, 24 DE DICIEMBRE DE 2019.
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