martes, 6 de marzo de 2018



LA EDUCACIÓN COMO REFLEXIÓN CRÍTICA.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
Los planteamientos que me voy aventurar hacer en estas breves líneas está inspirado en dos grandes pedagogos Latinoamericanos. Paulo Freire y Francisco Gutiérrez.  Lamentablemente dichos pedagogos han estado y están fuera de la agenda educativa en la mayoría de los países Latinoamericanos.
 Algunas veces por cuestiones de orden político otras por ignorancia  o por indiferencia intelectual. Paulo Freire al igual que otros pedagogos e intelectuales Latinoamericanos como José Martí, Simón Rodríguez, José Vasconcelos entre otros. Aportaron muchos elementos valiosos para entender y comprender la educación y la realidad de nuestros países.
Sin embargo, fue Freire el que más ha teorizado sobre la realidad social y educativa que viven los países Latinoamericanos.  Sobre las condiciones de opresión, miseria, desigualdad e inequidad de los hombres y mujeres que los ha llevado a su condición de oprimidos.
Desde  esta  concepción  me propongo  abordar brevemente  la problemática educativa de la Universidad de El Salvador. Dado su deterioro ético y moral que hoy padece nuestra máxima casa de estudios Superiores como reflejo sin lugar a dudas de la crisis estructural que padece la sociedad en general.
La Educación planteada por Paulo Freire y Francisco Gutiérrez es una educación conscientizadora,  que se traduce en una educación Humanista, liberadora  y crítica  que es muy afín con los principios rectores  que a lo largo de su historia han orientado su quehacer académico de nuestra Universidad.   Como ya se ha dicho estos destacados pedagogos, exponentes de la educación crítica han sido sacados de la agenda educativa en nuestro país ignorando intencionalmente sus grandes aportes a la comprensión de nuestra  educación  o presentándolos como desfasados o descontextualizados de la educación “moderna neoliberal”
En nuestro país, reformas  educativas van, reformas educativas  vienen y siempre las fuentes bibliográficas recomendadas para apoyar e impulsar cualquier innovación   son fuentes europeas.
 Pero jamás, se recomiendan a pedagogos como los antes mencionados. Obviamente vivimos un exacerbado neo-colonialismo, donde se nos enseña a conocer la realidad de Europa, pero poco  o nada se nos enseña  de la miseria, el hambre, la pobreza,  la marginación, la exclusión  y la abismal desigual que viven nuestros pueblos. En palabras muy breves somos extranjeros en nuestro mismo país. Nos enseñan la Ciencia Europea, la repetimos  y la hacemos nuestra, la admiramos pero no pero somos incapaces  de  investigar nuestra propia  realidad.
Desde esta concepción  la educación debe ser entendida como un proceso de humanización, donde nadie aprende sino es en relación a otros seres humanos, en donde nadie en seña a nadie, pero todos aprendemos de todos.  
Desde este punto de vista, la educación en general pero particularmente la Universidad debe tener como propósito fundamental formar hombres  y mujeres para ser libres pensadores, autodidactas, humanistas, critico, respetuosos, con altos valores éticos y morales.
 Por lo que la educación formal debe de entenderse como un proceso que reúne ciertas características de  modo gradual, que por lo tanto debe ser integral en el que se desarrollen un conjunto de capacidades, habilidades, destrezas  y capacidades formativas que por lo tanto, debe de ser para toda la vida.
¿Qué debe procurar la Universidad formar en los profesionales que egresan  de ella? En primer lugar la Universidad debe de proporcionarles a sus egresados de las distintas carreras las herramientas teórico científicas, técnicas y tecnológicas para que puedan resolver problemas no sólo los que hoy existen sino para dar respuesta a aquellos que aún no existen pero que se harán presentes como resultado del devenir del tiempo  y de la complejidad que va teniendo la sociedad.
 En segundo lugar formar profesionales al servicio de la sociedad pero para las clases más necesitadas, explotadas y oprimidas. En  consecuencia, la educación se entiende aquí como un fenómeno socializador  e ideológico. Ya que la educación de acuerdo con Freire y Francisco Gutiérrez no es ni neutra ni apolítica.
Francios Gutiérrez Pérez nos dice que debemos educar en la comunicación dialógica, en la participación democrática, en la autogestión, en la creatividad, en el trabajo, en la praxis, en la libertad, en la justicia y en la esperanza; que la vivencia de cada una de estas características es requisito de la actividad político-pedagógica.
La educación como proceso vivido por las personas vale por la intensidad con que son vividas, no a la educación en función de objetivos- institución escolar, cuyas actividades giran en torno al cumplimiento de metas.
Finalmente hacer política es tomar partido frente a la realidad social, no quedar indiferentes ante la justicia atropellada, la libertad conculcada, los Derechos Humanos violados, el trabajador explotado, es descubrir en los estudiantes el gusto por la libertad de espíritu, despertar la voluntad para resolver los problemas de conjunto, desarrollar el sentimiento de ser responsables de su quehacer y constructores de su destino.
Según Paulo Freire, recorrer los caminos de la educación popular en América latina es partir del reconocimiento de que toda acción educativa es una acción política. Es imposible pensar en la superación de la opresión, de la discriminación, de la pasividad o de la pura rebelión que aquellas generan, sin primero pasar por una comprensión crítica de la historia y de las relaciones interculturales que se dan en forma contradictoria y dinámica; para ello se requieren procesos y proyectos político-pedagógicos.
El educador se tiene que preguntar a favor de qué educa y de quién se halla al servicio; y por consiguiente, contra qué y contra quién lucha en su posibilidad de lucha dentro del proceso de su práctica.
Desde esta concepción según Francisco Gutiérrez, la educación debe de sustentarse en la democracia, la igualdad, en la libertad, en la justicia en donde en cada momento se ponga al educando en contacto con la realidad social para concientizarlo  de los retos y desafíos que tendrá que enfrentar  en su ejercicio profesional.
 Pero desde una óptica de una educación en la que prevalezca la libertad y el espíritu crítico. Pues educar es politizar, es enseñar el gusto por servir antes que ser servido; es poner el conocimiento que adquirimos en la Universidad al servicio del bien común.





FUENTES CONSULTADAS.
  1. Francisco Gutiérrez. La educación Como Praxis política.
  2. Paulo Freire. La pedagogía del oprimido.
  3. Paulo Freire. La pedagogía de la autonomía.
  4. Paulo Freire. Cartas a quien pretende enseñar.
  5. Paulo Freire. La pedagogía de la pregunta.
  6. Paulo Freire. Pedagogía de  la Esperanza.



   






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