PROHIBIDO
PENSAR. LA UNIVERSIDAD NO PIENSA, HA PERDIDO LA RAZÓN.
POR: MSc.
JOSÉ ISRAEL VENTURA
BREVE INTRODUCCIÓN.
El
presente ensayo tiene como propósito
reflexionar sobre la situación que vive la Universidad. Por otro lado, hacer
algunas valoraciones críticas y promover
el debate de las ideas entorno a la misma. Pues como se plantea a lo largo de
este ensayo el debate, la racionalidad, el análisis crítico ha desaparecido de
la Universidad; parece que hay un cansancio mental tanto en los docentes como
los estudiantes o realmente no han comprendido
cual es el papel de la Universidad o nos ha invadido el pragmatismo
utilitario capitalista.
De igual manera, que ha desaparecido el amor
por el saber, la ciencia y la cultura. Durante muchos años, la
Universidad en cierto modo fue un ejemplo para la sociedad salvadoreña hoy nadie la quiere tomar como ejemplo. ¿A qué se
debe?
En la Universidad según Carlos de la Isla “no cabe la
esquizofrenia del hombre enajenado en el trabajo y libre en los tiempos y espacios aledaños al trabajo. El mismo planteamiento es válido
para la Universidad; sí se ha de educar en libertad y para la libertad debe ser ella misma libre. Así el compromiso
ineludible de la Universidad es ser conciencia crítica de la sociedad y por tanto, elucidante y liberadora” (Carlos de la Isla.
Responsabilidad social y Universidad )
sin embargo, cuando la Universidad se
organiza sobre la base de las leyes del mercado, ella se somete y asume los
valores que le impone la sociedad mercantilista. Por lo tanto, es una Universidad pensada no para el pueblo
sino para el gran capital.
DESARROLLO.
La universidad a lo largo de la historia
siempre ha sido un espacio apropiado para pensar, es decir, para hacernos
preguntas que en muchas ocasiones tocan muchas fibras sensibles e
incomodan a los que ostentan el poder.
Pone al descubierto cuestiones poco transparentes por un lado, y por otro cuestiona verdades ocultas aparentemente reales.
En este sentido la Universidad en su devenir
histórico ha recibido diversas acepciones pero que tienen muchas cuestiones en
común. Por ejemplo: “La Universidad es la comunidad de estudiantes y profesores
que se reúnen para pensar” (Cardenal
Newman) La Universidad está hecha para
hombres capaces de dudar” (Jean Paul Sartre). La Universidad es el espacio
recogido para meditar los problemas
intelectuales del mundo” (Robert Hunchins); “La Universidad es el
recinto sagrado de la razón” (Karl
Jaspers). (Ética
y Universidad. Carlos de la Isla. ITAM | Biblioteca biblioteca.itam.mx/estudios/60-89/69/CarlosdelaIslaEticayuniversidad.pdf)
Si bien estos conceptos son cortos expresan la verdadera esencia de la Universidad. Pensar. Sin embargo, hay
que aclarar que el pensar de la Universidad no se reduce
a como lo entiende el común de las personas, el pensar de la Universidad
es sistemático, racional, científico y
transformador. El pensar de la Universidad es concreto no abstracto, es
teórico, es práctico, es abierto, no dogmático, es praxis. El pensamiento de la Universidad busca
conocer la realidad, como una totalidad dialéctica en la que prevalece diversidad
de fuerzas contradictorias, que se convierten en su propio automovimiento y desarrollo.
Por lo
tanto, la naturaleza la Universidad es
ese espacio para hacernos preguntas, para ejercer libremente nuestra necesidad
de preguntar, de interrogar y cuestionar
los valores mismos de la sociedad; la inequidades, la miseria, la marginación
social, la exclusión social, la ignominia del sistema, es ponerse del lado de los oprimidos y no de
los opresores, es ponerse del lado de la justicia no de la injusticia, es
liberarse asimismo de prejuicios y perjuicios creados por la sociedad.
La Universidad es un baluarte importante
contra la ignorancia, los miedos creados por los creadores de dioses y diablos
mediáticos, que nos impiden ver más allá de las apariencias, para desenmascarar
la mentira, los discursos ideológicos, la hipocresía, los poderes establecidos.
José Saramago citado por Carlos de la Isla en su libro “la caverna” exclama: "Cavernícolas
de todo el mundo salid de la cueva."
En este mismo orden de ideas, el filósofo
griego Platón en su famoso mito de la caverna planteaba que la educación nos
debe de conducir de las sombras a la
luz, del mundo de las mentiras al mundo
de las verdades; consiste por lo tanto, salir de la caverna y avanzar hacia la luz.
Empero, en nuestros días la educación en
general y en particular la universitaria no conduce a los alumnos a la luz sino
cada vez más a la sombra, oscuridad, porque vivimos en una sociedad de la mentira,
de lo nebuloso, de ahí que la
Universidad ha abandonado su cometido de
ser la institución en la que por excelencia su cultivan los máximos valores de
la sociedad y de humanidad; es una Universidad más ajustada
a las necesidades del mercado y no del
pueblo.
En ese
sentido según Carlos de la Isla sostiene que “la primera prescripción ética
de la universidad es su
compromiso con la verdad por el ejercicio del pensamiento” (Ibíd.) Por otro
lado, el Gerardo Remolina Vargas, S.J. Rector de la Universidad Javeriana menciona que
la educación Superior y la
Universidad son un bien social. Es
decir, ellas han surgido y se explican
en función de la sociedad. La Universidad
es para la sociedad y, en ese sentido le pertenece. No es un bien privado sino
social. Además, menciona que dentro de
las responsabilidades sociales de la
Universidad están:
Toda labor
académica de la Universidad y de sus unidades tiene un contenido altamente
social. Ella busca en efecto, formar hombres
y mujeres integrales que presten un servicio Profesional altamente
calificado a la sociedad. La Universidad
ha de formar “Hombres y mujeres para los demás” con sólidos criterios éticos y humanísticos de solidaridad y excelencia en el servicio.
El poder que
la Universidad debe ejercer es el poder
del saber, del conocimiento. La investigación científica, la Ciencia. La acción política que la Universidad
consiste en proyectar su saber para transformarla.
Esta proyección ha de realizarla de
diversas maneras. En primer lugar conociendo la realidad en que vive
y generando nuevos diagnósticos. . . La función política de la
Universidad corresponde generar una nueva ética y unos nuevos valores. El bien
común no podrá realizarse sino es sobre
la base de principios que garanticen la humanidad del hombre y de sus relaciones (ética) así como la dinámica afectiva y emocional
(valores) que mueva a la consecución del bien de todos, por encima de
los intereses particulares de los individuos
o de grupos.
Éste es verdaderamente el deber ético y esencia más importante de la universidad:
mostrar, iluminar a los estudiantes la puerta de la caverna para salir de ella y mostrar el camino correcto de la
razón, la libertad y el entendimiento”. (Ibíd.) Planteado lo anterior cabe
formularnos algunas interrogantes. ¿Camina la Universidad en esa dirección?
¿Está contribuyendo la Universidad a transformar a la sociedad?
¿Los profesionales que está formando la
Universidad realmente son agentes de cambio para el país? ¿Actúan los
funcionarios de la Universidad en función del bien común, de la ética de la sociedad? ¿Hace política la Universidad
de acuerdo con su propia naturaleza o en función de determinados partidos
políticos o grupos sociales? ¿Cuáles son los valores éticos y morales que se promueve la
Universidad? ¿Cómo se vinculan las ciencias humanas con las Ciencias naturales,
técnicas (Nomotéticas) en el proceso de
formación de los profesionales?
Sin embargo, en los últimos veinticinco años,
sobre todo después de la firma de los acuerdos de Paz, la Universidad de El
Salvador, ha dejado de pensar y de pensarse.
La cultura de masas, el pensamiento único
promovido por la globalización neoliberal ha transformado a sus profesionales y estudiantes en simples repetidores,
espectadores y reproductores del pensamiento hegemónico. Las
nuevas tecnologías, han anonadado las mentes de los universitarios, los ha sedados. La droga de la nueva
tecnología los ha hecho olvidar los
graves problemas sociales que hoy padecen la sociedad y el mundo entero. Con justa razón planteaba Albert Einstein” “Temo el día en que la tecnología sobrepase
nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas.” aunque esa
frase la pronunció hace muchos años; hoy
más que nunca tiene mucha más vigencia que cuando la escribió.
El
arte de pensar crítico ha quedado en el
olvido y en muchos organismos de la UES,
se considera un estorbo y quienes lo intentan son nombrados con una serie de epítetos como:
Desfasados, trasnochados, antisocial o vistos como bichos raros.
Claro que para estar en consonancia con este
modelo de Universidad y de enseñanza, es
necesario estar en armonía los que
detentan el poder, la mejor forma es estar callado, ser dócil, sumiso,
obediente y entregarse a las delicias
que proporciona el poder aunque todo esto signifique condenar a la mayoría del pueblo al hambre, la
pobreza y la inequidad social y la ignorancia. Los viajes, las becas, las
fiestas, los Congresos, la aprobación y
los aplausos son la mejor manera de quebrantar la conciencia de los jóvenes
estudiantes y algunos profesores Universitarios.
No cabe duda que las personas que ejercen el
poder en la Universidad se han olvidado que la vida Universitaria
debe ser sustancialmente el ejercicio del pensamiento; pero de un pensamiento que no se conciba así mismo como un fin en sí sino como un
pensamiento vinculado con la practica
crítica y transformadora de la realidad.
Parafraseando a Eduardo Galeano en Universidad patas arriba “se premia al revés: “Desprecia la honestidad,
castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian a la naturaleza: La injusticia
dicen, es ley natural. . . “El mundo al revés nos enseña a padecer la
realidad en lugar de cambiarla, a
olvidar el pasado en lugar de escucharlo y aceptar el futuro en lugar de imaginarlo. En la escuela son obligatorias
las clases de impotencia, amnesia, y resignación” (Eduardo Galeano. Patas arriba. p.8)
Por otro lado, la Universidad
de hoy ha dejado de ser racional
y se ha transformado en irracional; ha dejado atrás el debate, el
análisis científico, la investigación científica, lo humanista pero lo ha sustituido
por el debate de un racionalismo
teológico.
En tal contexto, la educación en general, y
la universitaria en particular, se ha visto invadida por la cultura de masas, la cultura
de la imagen, la cultura de caché, la cual la reproducen los mismos docentes en
sus diferentes de formas. Por otro lado,
hay que entender que el pensar racional
es lo que ennoblece y enaltece a la Universidad y el que
crea la cultura más elevada de la
sociedad, que es la Ciencia.
No obstante, esa manera de pensar racional
ya no tiene cabida pues se asume como científico las verdades hechas que
nos vienen de otros países sobre todo del Norte y de Europa. Hace más de un siglo, el escritor
español Francisco de Quevedo escribió una frase célebre que ha perdurado hasta nuestros días y dice: “Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”
en conclusión diremos. “prohibido pensar. La universidad no
piensa, ha perdido la razón”
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