lunes, 31 de octubre de 2016


LA “DESPOLITIZACIÓN”  DE LA JUVENTUD Y LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Cada día nos causa asombro que  muchos jóvenes se mantienen  alejados de la política como si no les importara para nada los graves problemas por los que hoy pasa la sociedad. En parte tienen bastante de razón en tanto, se sienten defraudados por la manera antiética e inmoral de  los partidos políticos que hoy hacen una merienda de negros  con El  Estado mientras grandes masas poblacionales se debaten entre  la miseria y el hambre, el desempleo  y la falta de oportunidades.  Si en las elecciones pasadas el ausentismo fue grande es probable que en las elecciones del 20118 vaya a aumentar.
Por otro lado, la democracia que dicen defender los partidos políticos tanto de derecha como de izquierda,  está tan desprestigiada  que ya nadie cree en ella. Además, en una sociedad polarizada en la que cada quién anda buscando sus propios intereses nadie se preocupa que le duele  o que le hace falta al verdadero pueblo.
La despolitización de la juventud es un signo de que sus dirigentes no están actuando conforme las necesidades de la población más necesitada sino reproduciendo y garantizando el status quo  de los que siempre se han servido con la cuchara más grande. (La burguesía)  y por lo tanto, lo que le suceda a los sectores pobres eso les tiene sin cuidado. Obviamente toda esa manera de actuar de la clase política indiscutiblemente genera desaliento en la juventud que no ven ninguna salida a la crisis que hoy vivimos los y las salvadoreñas.
Las promesas electorales terminan en un listado de buenas intenciones para atraer votos en periodos  electorales. Pues son promesas que una vez se obtiene el botín se echan al cesto de la basura  y dichas promesas sólo fueron un vil engaño a la población. Todo esto genera en la juventud desaliento también en la población en general.
Vemos con tristeza que cada día la concentración de la riqueza en pocas manos se va concentrando de tal manera que en el país “160 millonarios en El Salvador acumulan riqueza equivalente al 87% de la producción nacional”   (Oxfam media Briefing. Acercamiento a la desigualdad en El Salvador, 19 de mayo de 2015) como se puede ver la economía es cada vez más antidemocrática, lo cual nos lleva a una situación de desesperación  y pérfido fraude en lo que se ha venido llamando democracia.
Por otra parte, los gobiernos de derecha como de izquierda continúan impulsando medidas económicas neoliberales, promoviendo el libre mercado, medidas antipopulares;  arrastrando a la población más desposeída a condiciones  de vida  cada vez más paupérrimas.   Mientras los funcionarios, diputados  y allegados a los partidos políticos  continúan sirviéndose con la cuchara más grande.
Pero cada día nos hablan de austeridad, pero los funcionarios del gobierno al igual que los pasados del partido ARENA siguen despilfarrando los pocos fondos del Estado y al pueblo le siguen diciendo que no hay dinero para pagar las pensiones del próximo año.  

Sí tenemos a un Estado  y una  democracia tan desprestigiados que ya nadie cree en ellos, se debe sin ninguna duda a una clase política corrupta, miope  y mezquina que no ve más que enriquecerse a costa del dolor, el hambre y sufrimiento del pueblo. Son ellos los responsables directos,  no los sindicatos, las asociaciones, los gremios ni  las Universidades las que generan desprestigio, son ellos y nada más que ellos los que han desprestigiado la incipiente democracia que se empezaba a construir a partir de los acuerdos de paz de 1992. La clase política nos ha creado el infierno y ahora  nos ofrecen el paraíso. Pero sólo cuando vamos a elecciones.
 



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