LA “DESPOLITIZACIÓN” DE LA JUVENTUD Y LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Cada día nos
causa asombro que muchos jóvenes se
mantienen alejados de la política como
si no les importara para nada los graves problemas por los que hoy pasa la
sociedad. En parte tienen bastante de razón en tanto, se sienten defraudados
por la manera antiética e inmoral de los
partidos políticos que hoy hacen una merienda de negros con El Estado mientras grandes masas poblacionales se
debaten entre la miseria y el hambre, el
desempleo y la falta de
oportunidades. Si en las elecciones
pasadas el ausentismo fue grande es probable que en las elecciones del 20118
vaya a aumentar.
Por otro
lado, la democracia que dicen defender los partidos políticos tanto de derecha
como de izquierda, está tan
desprestigiada que ya nadie cree en
ella. Además, en una sociedad polarizada en la que cada quién anda buscando sus
propios intereses nadie se preocupa que le duele o que le hace falta al verdadero pueblo.
La
despolitización de la juventud es un signo de que sus dirigentes no están
actuando conforme las necesidades de la población más necesitada sino
reproduciendo y garantizando el status quo
de los que siempre se han servido con la cuchara más grande. (La
burguesía) y por lo tanto, lo que le
suceda a los sectores pobres eso les tiene sin cuidado. Obviamente toda esa
manera de actuar de la clase política indiscutiblemente genera desaliento en la
juventud que no ven ninguna salida a la crisis que hoy vivimos los y las
salvadoreñas.
Las promesas
electorales terminan en un listado de buenas intenciones para atraer votos en
periodos electorales. Pues son promesas
que una vez se obtiene el botín se echan al cesto de la basura y dichas promesas sólo fueron un vil engaño a
la población. Todo esto genera en la juventud desaliento también en la
población en general.
Vemos con
tristeza que cada día la concentración de la riqueza en pocas manos se va
concentrando de tal manera que en el país “160 millonarios en El Salvador
acumulan riqueza equivalente al 87% de la producción nacional” (Oxfam media Briefing. Acercamiento a la
desigualdad en El Salvador, 19 de mayo de 2015) como
se puede ver la economía es cada vez más antidemocrática, lo cual nos lleva a
una situación de desesperación y pérfido
fraude en lo que se ha venido llamando democracia.
Por otra
parte, los gobiernos de derecha como de izquierda continúan impulsando medidas económicas
neoliberales, promoviendo el libre mercado, medidas antipopulares; arrastrando a la población más desposeída a
condiciones de vida cada vez más paupérrimas. Mientras los funcionarios, diputados y allegados a los partidos políticos continúan sirviéndose con la cuchara más
grande.
Pero cada
día nos hablan de austeridad, pero los funcionarios del gobierno al igual que
los pasados del partido ARENA siguen despilfarrando los pocos fondos del Estado
y al pueblo le siguen diciendo que no hay dinero para pagar las pensiones del
próximo año.
Sí tenemos a
un Estado y una democracia tan desprestigiados que ya nadie
cree en ellos, se debe sin ninguna duda a una clase política corrupta,
miope y mezquina que no ve más que
enriquecerse a costa del dolor, el hambre y sufrimiento del pueblo. Son ellos
los responsables directos, no los
sindicatos, las asociaciones, los gremios ni
las Universidades las que generan desprestigio, son ellos y nada más que
ellos los que han desprestigiado la incipiente democracia que se empezaba a
construir a partir de los acuerdos de paz de 1992. La clase política nos ha
creado el infierno y ahora nos ofrecen
el paraíso. Pero sólo cuando vamos a elecciones.
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