domingo, 24 de julio de 2016



LO IDEOLÓGICO EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA

Introducción.
Si se busca comprender algo de manera científica, en este caso el fenómeno educativo, no se puede considerar únicamente las apariencias. La ciencia, precisamente, implica ir más allá de los hechos visibles para descubrir la realidad más profunda, pero no evidente.
Esto nos puede dar una idea de lo  que pretendemos demostrar en este pequeño ensayo sobre lo “ideológico en la enseñanza universitaria”, en tanto que a simple vista pareciera que nos enfrentamos con fenómenos concretos,  sin embargo, en el proceso enseñanza aprendizaje sólo vemos la  apariencia ya que los procedimientos didácticos como son los métodos, las técnicas, metodologías y contenidos esconden una realidad que está oculta y que no se presenta con claridad a la percepción del ser humano. Por otro lado,  los procedimientos didácticos a lo largo de la historia siempre nos la han presentado como fenómenos incontaminados, neutrales y asépticos.
Otra cuestión que es necesario observar en la Universidad es que en algunos casos los docentes de determinadas disciplinas adoptan una actitud crítica en relación con los fenómenos sociales, pero conservadora en relación con la manera como abordan los fenómenos,   es decir, la manera como organizan el proceso de enseñanza aprendizaje y la instrumentalización del mismo.
 De ahí que se tenga que hacer un esfuerzo vía abstracción para develar  lo que está  oculto detrás de la madeja. Carlos Marx señalaba también que:” en el análisis de las formas económicas de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos. El único medio de que disponemos, en este terreno, es la capacidad de abstracción” [1] " la “cosa misma" no se manifiesta inmediatamente al hombre  para captarla se requiere no sólo hacer un esfuerzo, sino también dar un rodeo” [2]
El presente ensayo tiene como objetivo principal develar la ideología oculta que está presente en todo el proceso enseñanza aprendizaje pero sobre todo en: las técnicas, los métodos, las metodologías y los contenidos programáticos que se emplean durante la práctica docente que se realiza todos los días en las aulas Universitarias. Su conocimiento nos permitiría instrumentalizar el proceso didáctico – pedagógico desde otra concepción que nos permita superar los enfoques tradicionales,  positivistas, tecnológicos y conductistas de la educación y asumir una nueva didáctica critica  que esté emparentada con la praxis y la transformación de la sociedad.
DESARROLLO.
Nadie duda de la estrecha relación que existe entre la educación y la sociedad. Se sabe además, que hay una incuestionable dependencia y condicionamiento de la estructura económica de la sociedad. Se sabe también que la educación es uno de los aparatos ideológicos del Estado, que la clase dominante utiliza para transmitir aquella ideología que le permite continuar como clase dominante.
También se sabe que el instrumento preferencial de las clases poderosas para perpetuar su dominación es la educación y por lo tanto, es la institución social encargada de transmitir los valores dominantes a través de los distintos niveles educativos del sistema. En este mismo orden de ideas el sistema educativo se organiza en consonancia y en función de los intereses de las clases hegemónicas.
 De ahí que los contenidos, las técnicas y metodologías que se ejecutan en el aula están impregnados de la ideología de la clase dominante. En consecuencia resulta ilusorio sostener que la actividad de los docentes sea una actividad neutral o a política. Aunque muchas veces los docentes no están conscientes de tal situación y no tengamos claro de cuál es el papel que debemos de asumir en nuestro ejercicio profesional.
 De modo que tenía razón Segundo Montes en su artículo la supuesta neutralidad de la ciencia en la que sostenía que:Si nada en la sociedad y en la vida humana es neutro sino que es político la ciencia no puede dejar de serlo”[3] De igual manera, se puede afirmar que la educación no tiene nada de neutral ni de apolítica aunque a simple vista pareciera que es un fenómeno incontaminado.
No obstante, como afirma Francisco Gutiérrez “la escuela es la institución social que, por su naturaleza, sus funciones y estructura, cumple como ninguna otra con objetivos políticos. El sistema escolar (educativo), de cualquier sociedad, es el reflejo fiel de la política e ideología de los grupos de poder”[4]. Esto viene a invalidar aquellos planteamientos que aún en pleno Siglo XXI se siguen obstinados en considerar la neutralidad y apoliticidad de la educación.
La educación desde cualquier ángulo que la veamos está impregnada de los intereses e ideología de la clase que ostenta el poder económico y político.
Es a través de la educación que se socializa que se le imponen al individuo  pautas de cultura, valores, normas y creencia que están en correspondencia con la sociedad y el perfil de hombre que se pretende formar.
Por otro lado, uno de los padres de la sociología moderna Emilio Durkheim afirmaba que:
La educación no puede ser perfecta, ideal o igualmente válida para todos “de hecho, cada sociedad, considerada en un momento determinado de su desarrollo, tiene un sistema de educación que se impone a los individuos con una fuerza generalmente irresistible. Es vano creer que podemos educar a nuestros hijos como queremos. Hay costumbres que estamos obligados a aceptar, si nos apartamos de ellas demasiado gravemente, se vengan en nuestros hijos[5]
 Al menos Durkhein, es sincero y deja claro el carácter de clase de la educación y el poder coercitivo que tiene la educación en tanto se impone a los ciudadanos. Este planteamiento que se viene haciendo en este ensayo nos demuestra una vez más que la educación no solamente tiene una función social sino una función inminentemente política. De ahí que si lo que se pretende es comprender en su completa dimensión el fenómeno educativo no se puede analizar por el fenómeno mismo. Pues son los que poseen el control de los medios de producción de la sociedad por lo tanto, poseen al mismo tiempo el poder cultural y los aparatos ideológicos o como lo planteaba Marx y Engels:
Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente.[6]
De manera que, la educación como parte del aparato ideológico no puede más que reproducir la ideología de la clase dominante pues toda la organización de la educación tiene como objetivo fundamental conservar y perpetuar su poder de dominación. Pero valdría la pena hacernos una pregunta ¿Cómo se realiza la transmisión de la ideología del sistema dominante a través de la enseñanza? Hay que destacar que no existe una sola forma de transmitir la ideología de la clase dominante sino una variedad pero en este ensayo nos vamos a referir a las formas que se emplean en el proceso de enseñanza aprendizaje en general y particularmente en la Universidad.
En Universidad se emplean variedad de formas dentro de los cuales se destacan métodos didácticos los que en la mayoría de los casos los docentes no sospechan que detrás de esos métodos que ellos emplean se esconde una realidad que está oculta y que se necesita desvelarla. Muchos de estos métodos didácticos y procedimientos no sólo buscan castrar el desarrollo del pensamiento sino impedir que el alumno y alumna tomen consciencia de su realidad.
La ideología es uno de los fenómenos difíciles de identificar a simple vista ya que de una manera sutil y subliminalmente se introduce hasta en lo más profundo de nuestro inconsciente, solamente cuando se tiene un formación académica sólida se puede crear un muro de contención que nos permita contrarrestar todo el veneno que nos transmite el sistema.
En consecuencia, cuando se asume el papel de docente en cualquier nivel llevamos implícita una concepción del mundo ya sea consciente o inconsciente, la cual tiene una manera de ver el mundo, de leer la realidad, de explicarla y contribuir a su transformación o a su conservación. Como bien plantea Francisco Gutiérrez, en su libro la educación como praxis política menciona “que en la Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano celebrado en Puebla, uno de los obispos presentes dijo: el que no tenga ideología que arroje la primera piedra” otro tanto podríamos gritar a todos los docentes del mundo, no importa la sociedad a la que pertenezca”[7]
Por otro lado, es necesario advertir que los contenidos programáticos contienen un alto contenido ideológico pues contribuyen a la formación de una consciencia alienada en tanto los contenidos son fragmentos de una realidad que no permite al educando comprender la totalidad de esa realidad; en ese sentido se podría decir que son paquetes ideológicos dirigidos a distorsionar e impedir un aprendizaje verdaderamente importante para las alumnos y alumnas.
Los contenidos programáticos en realidad forman un muro con la apariencia de científico capaz desde luego de  bloquear la búsqueda de las verdaderas causas de los fenómenos. En la Universidad se siguen desarrollando las actividades académicas desde una concepción de la educación tradicional o como diría Paulo Freire una educación bancaria, repetitiva, memorística, mecánica y autoritaria. De tal manera que, cuando el educando aprende por los métodos mencionados le resulta prácticamente imposible de transferir dicho aprendizaje a situaciones nuevas o diferentes.
Los métodos didácticos que se utilizan en todos los niveles de nuestra educación, son métodos basados en el condicionamiento: la repetición mecánica y la imitación. Sin embargo, paradójicamente se pretende formar a un hombre con capacidad crítica, científica y pensante. En tal sentido todos los métodos, metodologías didácticas utilizadas en el proceso de enseñanza aprendizaje tienen un alto contenido ideológico
Los métodos con que se aprende en la Universidad son exactamente  un calco de los métodos con que se enseña en todo el sistema educativo, lo que se convierten en un proceso de alienación del educando en vez de ser instrumentos que permitan desarrolla las capacidades potenciales de los mismos.
Por otro lado, hay que destacar que en el proceso de enseñanza aprendizaje no todos los alumnos y alumnas aprenden de la misma manera ni con la misma facilidad ya que en este aspecto juega un papel importante los marcos referenciales que cada educando trae desde su educación anterior  por lo que los métodos deben también ser flexibles a fin de adaptarse a los ritmos de asimilación de cada educando.
Pero cuál es el fenómeno que a menudo se observa en la Universidad, sencillamente que todos entran en un mismo salón de clases y todos reciben las clases con los mismos métodos y metodologías pedagógicas como sí todos los alumnos y alumnas fueran cortados con la misma tijera y cosidos con el mismo hilo.
Sí realmente la Universidad se propusiese formar profesionales con capacidad crítica para transformar nuestras realidades y encontrar respuestas creativas a nuestros problemas, otros deberían ser los métodos y metodologías y la organización curricular de la enseñanza universitaria.
Hay que destacar que las formas como se aprende tiene una enorme repercusión en el ejercicio profesional ya que cuando se aprende por medio de métodos repetitivos y mecánicos los alumnos se ven imposibilitados a comprender situaciones complejas que ameritan otro tipo de análisis y respuestas.
En el proceso enseñanza aprendizaje hay algo que no se puede pasar inadvertido a la hora de instrumentar el proceso didáctico es el manejo de una concepción teórica del aprendizaje pues esta será condición necesaria para poder establecer una relación entre: objetivos, contenidos, actividades y evaluación. Por lo tanto, la concepción de aprendizaje que se tenga condicionará a todos los demás componentes del proceso de planeación o programación didáctica.
Por otra parte, hay que mencionar que en la Universidad es un aspecto al que no se le da mayor importancia pues se considera de poca utilidad el buen desempeño del docente de modo que la práctica docente deviene en la mayoría de los casos en un burdo empirismo estéril y espontaneo. Esta situación que se vive a menudo en la Universidad contrasta con lo pretendido en los fines y objetivos de la misma, pues por un lado se pretende la formación de un profesional crítico, pensante y consciente de su realidad pero por otro no se logra trascender los linderos del sentido común.
Es necesario que los docentes de la Universidad hagan un esfuerzo para romper con el burdo activismo pedagógico repetitivo, memorístico, imitativo y mecánico. Pero además, que se asuma como un profesional intelectual y no como un simple técnico de la educación y la docencia.
Pero hay que dejar claro una cuestión no es suficiente con cambiar los mensajes educativos, volviéndolos de contenido liberador, para transformar el carácter alienante y reproductor de la ideología dominante; habrá que hacer un esfuerzo para incidir en los métodos de enseñanza y adoptar otros que tengan como referente la realidad social y la praxis educativa como instrumento didáctico para pasar del carácter libresco de la educación tradicional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1.      Amparo Ruiz Del Castillo. Crisis, Educación  y poder en México. Editorial Plaza y Valdés.
2.      Carlos Marx. El capital. Tomo I. Editorial Fondo de Cultura Económica.
3.      Marx y Engels. La ideología Alemana. Editorial Fondo de Cultura Económica.
4.      Francisco Gutiérrez. Educación Como Praxis política. Editorial Siglo XXI.
5.      Paulo Freire. La pedagogía del Oprimido. Editorial. Siglo XXI.
6.      Segundo Montes.  Sociología general.  Editorial Uca.
7.      Karel Kosick. La dialéctica de lo concreto. Editorial  Grijalbo.




[1] Carlos Marx. El capital. Critica de la economía política tomo I. prólogo a la primera edición.p.XIII.
[2] Karel Kosick. La dialéctica de lo concreto. p.25
[3] Segundo Montes. La Supuesta Neutralidad de la Ciencia. En Sociología General. p. 1
[4] Francisco Gutiérrez. Educación como praxis política. p.17.
[5] Emilio Durkhein. Educación y sociología en Amparo Ruiz Del Castillo en Crisis, Educación y poder en México. p.36.
[6] Karl Marx y Engels. La ideología Alemana. P.
[7] Op.cit.27.

No hay comentarios:

Publicar un comentario