LA
PRÁCTICA DOCENTE REPRODUCTORA DEL SISTEMA IMPERANTE DE DOMINACIÓN.
POR:
MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Quién
afirme que el sistema educativo ha fracasado en El Salvador, está equivocado;
sí partimos de la tesis de que mantener a la sociedad en la ignorancia es parte
de la estrategia del sistema capitalista, entonces este sistema educativo es un
éxito. Por lo menos en lo ideológico.
El
sistema capitalista ha logrado no solo despojar de los bienes materiales a la
población sino que además, ha logrado hundir
en la miseria intelectual, cultural,
ética y moral al pueblo salvadoreño.
Nunca
antes en la historia existió una distancia tan grande como la que hoy media
entre la educación escolástica y la
práctica social, tal como ésta obedece a los dictados de las tecnologías
creadas para servir a los intereses económicos e ideológicos dominantes. Lo
mismo que las notas de una flauta mágica, esas tecnologías esclavizan a casi
todos los hombres y las mujeres,
opacando a la realidad y enajenando a la gente, destrozando la posibilidad de
dialogo amoroso. . . la educación
actual, con sus principios neoliberales, básicamente tecnocráticos, en realidad
solo está contribuyendo a las perversiones de la globalización a la vez que es
arrastrada por ellas. La educación, debemos admitirlo, ha llegado a convertirse
en algo menos importante que la acumulación y el enriquecimiento insaciable de
unos pocos a expensas del ilimitado sufrimiento de la mayor parte de la
población mundial.[1]
Hay
que destacar que la educación no es lo más importante para el sistema
capitalista y sí acaso lo es en algún momento es solamente en la medida que le deja alguna
rentabilidad económica; pues su lógica es la acumulación de capital. Ahora
bien, la educación es importante en tanto instrumento de ideologización de
clase ya que a través de su ideología y por medio de los medios mediáticos de
comunicación van inculcando en la población los antivalores que el sistema
necesita para reproducirse y consolidarse como tal.
En
este proceso el modelo educativo empleando todo su aparato ideológico va configurando
el modo de vida capitalista en el que el hombre más exitoso es el que más
consume los productos creados por sus mismas empresas. Además, desde la infancia se va preparando a
los niños y niñas para que unos se
conviertan en explotadores y otros en consumidores y explotados.
En
ese sentido el sistema capitalista nos va uniformando con una sola concepción
del mundo única la cual es exactamente la ideología dominante la que se
reproduce en la Escuela, la Universidad y la sociedad.
Para
lograr esos objetivos se necesita un
buen aliado ese aliado es el
maestro; que en su reducida concepción
del mundo no logra comprender que su trabajo no es neutral ni apolítico y que
su trabajo es el más político de todos, pues de una forma u otra puede
contribuir a transformar la injusticia de la sociedad o bien a conservarla. Empero, cuando el profesor asume la concepción
bancaria de la educación en la que se presenta ante el alumno como el único
conocedor de la realidad sin darle la
menor importancia a la capacidad crítica
y el análisis que puedan desarrollar los educandos este profesor está reproduciendo sin lugar a dudas el sistema capitalista.
Cuando el docente obliga a que los estudiantes
sigan patrones de conducta ya establecidos
por el sistema en educación está reproduciendo la sociedad injusta y al
mismo tiempo está coadyuvando a la deshumanización de los educandos. Parafraseando
a Paulo Freire, diríamos ¿Qué significa
educar en sociedades como la nuestra en la que la injusticia, el hambre, la
violencia común, organizada y la falta de espacios democráticos se encuentran cerradas
para la mayor parte de la población?
¿Deben los profesores y profesoras de todos los niveles del sistema
educativo asumir una actitud indiferente
y a crítica ante dichos problemas? ¿Deben los profesores y profesoras de los
diferentes niveles educativos incluyendo la Universidad continuar con
metodologías obsoletas y bancarias
desarrollando su actividad docente a espaldas de la realidad que vive la
sociedad salvadoreña? ¿Deben los profesores asumir un compromiso con la
transformación de las estructuras injustas que imperan en la sociedad?
Es
fácil comprender que durante siglos quienes han conducido la educación del
pueblo salvadoreño han sido siempre lo grupos hegemónicos quienes han establecidos los fines, los objetivos y el
perfil del tipo de hombre que se necesita formar.
Formar súbditos disciplinados y dóciles ha sido
la gran preocupación del sistema, pero jamás, hombres libres, críticos,
honestos y con altos valores culturales y morales. Es por esa razón que la
burguesía a lo largo de la historia ha propugnado por reformas educativas pero
enfocadas sobre todo a los aspectos técnicos, metodológicos y administrativos
pero nunca se han tocado los fines y
objetivos del sistema mucho menos discutidos sobre ellos.
Las
clases dominantes ven con preocupación cualquier cambio en el sistema
educativo, pues están conscientes de que mientras no se toque la columna
vertebral de la educación todo está bien y nada pone en peligro su Status quo. Como
señala Francisco Gutiérrez en su libro la educación como praxis política” el
núcleo de la educación no lo constituye la pedagogía, sino la política. Y los
fines de la educación no los determina ni la ética ni la filosofía, de acuerdo
con los valores de validez general, sino la clase dominante, en consecuencia
con los fines de su poder”[2]
. De ahí que la mejor filosofía para la burguesía es aquella que encuadre con
sus intereses económicos, políticos e ideológicos.
Por
otra parte, cualquier intento de modificar los fines de la educación es
considerado como un atentado hacia los intereses de la clase que controla el
poder económico, político e ideológico de la sociedad. En consecuencia, “la
escuela al estar sometida a las barreras ideológicas necesariamente se
convierte en una institución estancada y reacia al cambio.
En
este sentido la ideología viene a ser
como una especie de “reflexión inconsciente, inadecuada e invertida del proceso
real”[3]
Por
ello la burguesía en todos sus planteamientos trata de justificar su postura ante los posibles
cambios que se pueden dar; siempre hace alusión a las prácticas del pasado pues
lo nuevo para ellos sólo es bueno en la medida que está en correspondencia con
sus mezquinos intereses económicos.
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