El nuevo Gobierno que asumirá la conducción de nuestro país el primero de junio del presente año; no sólo recibirá un país en medio de una crisis económica mundial y nacional sino que además, recibirá a una sociedad en estado de descomposición social y moral. La violencia generalizada y la pérdida de valores es el mayor exponente de la situación actual.
Fenómeno que tiene sus raíces en muchísimos años de exclusión y marginación social a que nos han sometidos las clases dominantes de nuestro país. Pero que se han agudizado en los últimos años de gobierno de ARENA.
Por otro lado, un sistema educativo estructurado sobre la base de una educación tradicional bancaria, que mutila el desarrollo creativo de los educandos, pero que además, expulsa a miles de jóvenes del sistema escolar producto de políticos económicas que buscan únicamente el máximo beneficio a costa del hambre y la miseria de grandes sectores poblacionales que sufren en carne propia la embestida de la injusticia social y que por lo tanto, les impide el acceso a los servicios educativos como también el acceso a otros servicios como; salud, vivienda digna y alimentación adecuada.
Estamos ante un sistema educativo que está enfermo de gravedad y que se necesita rescatarlo para ponerlo a funcionar en beneficio de toda la sociedad. Para que se convierta en la brújula que nos oriente hacia la construcción de una nueva sociedad más justa, equitativa y solidaria.
Estamos conscientes de que no es la educación por sí misma la que nos va a liberar, sin embargo, es un baluarte importante en el proceso de construcción de una nueva sociedad en donde impere el respeto por la vida , la cultura y dignidad humana. Pues de nada nos serviría que formemos en nuestro sistema educativo y en nuestras Universidades a profesionales con capacidad para desintegrar el átomo, en partículas, moléculas si no se le proporciona una formación humana en donde prive el amor por el ser humano, el dialogo en vez de la confrontación, la verdad en vez de la mentira, la humildad en vez de la soberbia. Necesitamos una educación para hacer hombre al hombre.
El sistema educativo ha estado secuestrado por las clases dominantes quienes han impuesto su propia concepción del mundo, la vida, del hombre y la sociedad. Como sostiene Francisco Gutiérrez en su libro a educación Como Praxis Política “la escuela es la institución social que, por su naturaleza, y sus funciones y estructura, cumple como ninguna otra con objetivos políticos. El sistema escolar de cualquier sociedad, es el reflejo fiel de la política e ideología de los grupos gobernantes o de los partidos políticos en el poder”[1].
Sin embargo, hay que aclarar que no es lo mismo una educación organizada sobre la base de una concepción conservadora, (neoliberal) que busca por todos los medios esconder la realidad, someter, manipular, atemorizar e imponer su propia ideología para lograr objetivos políticos que una educación liberadora con la que se pretenda llevar luz al hombre para que él pueda conducirse en la sociedad asumiendo con respeto, libertad, armonía y dignidad su propia vida.
Es una educación para transformarlo en hombre, para sacarlo del estado ingenuo en que se encuentra y evitar sea presa fácil de manipulación; es una educación para que se reencuentre como hombre y con otros hombros y para que su vida sea una dicha no un martirio.
Hace muchos años Carlos Marx sentenciaba “la clase que en la sociedad detenta el poder, detenta también el control cultural y los aparatos educativos”[2]. De eso no hay la menor duda, ya que en nuestra sociedad la clase dominante históricamente ha organizado el sistema educativo viendo sus propios intereses, jamás a los de la sociedad.
Esto explica porque a las clases dominantes lejos de proporcionar una educación a los educandos para que conozcan la historia más bien los prepara para que sean individuos alienados, adaptados a la sociedad, reproductores y perpetuadores de sus esquemas y estructuras. [3]
La burguesía en su desmedido afán por obtener la máxima ganancia siempre ha orientado las reformas educativas hacia un modelo de desarrollo tecnológico con lo cual han pretendido equivocadamente sacar del atraso al país.
Tomando desde luego como base el modelo de desarrollo de los países desarrollados, pero fundamentalmente el Norteamericano. Por ejemplo, en el reciclado plan 2021 se tiene la creencia de que la tecnología de la computación nos va a sacar del atraso y por lo tanto, hay que expandirla por todo el sistema educativo, aspecto que no está en discusión pues se sabe lo importante que resulta la computación en nuestros días lo que se cuestiona es que se prime el desarrollo tecnológico y se abandone la formación integral del ser humano ya que la misión de la educación deberá
“ofrecer al niño y al joven el panorama del mundo de los hechos y el panorama del mundo de los valores dentro de una concepción social activa y aplicada, con vistas a la consiguiente orientación adecuada de la vida y al logro de la felicidad. La aspiración última y suprema de la educación habrá de consistir en que el individuo viva para un ideal de vida en que se cultiven plenamente, de modo equilibrado y armónico, los valores físicos, intelectuales, éticos y estéticos, así como los valores vocacionales, con vistas a la superación del ser humano, dentro de un enfoque socialmente integrado” [4]
Las clases dominantes en nuestro país han hecho durante 177 años desde que
se estableció (1832) el sistema educativo un simple espacio de entrenamiento técnico, político e ideológico dejando de lado como decía Paulo Freire, “las preocupaciones acerca del sentido del conocimiento con el que se trabaja, sus finalidades, intereses, niveles de eficacia ; es, asimismo, olvidarse de las dimensiones éticas que subyacen a la promoción y utilización de los saberes”[5].
La educación se ha fundamentado a lo largo de nuestra historia un burdo y nefasto pragmatismo en donde sólo se ha visto la utilidad y las ganancias que la educación pueda reportar a los dueños del gran capital.
La educación se ha transformado en una mercancía más; que se compra y se vende pero nunca ha servido como instrumento para formar a los ciudadanos y ciudadanas con sólidos principios éticos y morales.
No cabe duda que se han invertido cuantiosas sumas de dinero para hacer un recambio en la orientación de la educación pero siempre desde la lógica pragmática de obtener la máxima ganancia para los dueños de las multinacionales y el capital nacional.
Es en estas variables en donde se deben buscar las causas del gran fracaso de las diferentes reformas educativas que se han llevado a cabo en el país (1945, 1968, 1995 – 2005 y el Plan 2021) y no buscarlas en las metodología educativas o en la deficiencia de los maestros del magisterio. No obstante, es preciso examinarlas para ajustarlas a los actuales momentos.
No obstante, los pobres resultados cosechados hasta el día de hoy no se deben en absoluto a la desidia de los maestros que laboran en el Magisterios, aunque probablemente algo puede haber de cierto, sin embargo no puede ser el factor único de tal fracaso.
Pero lo que no debemos de olvidar es que la educación se ha utilizado históricamente para inculcar la ideología de las clases dominantes; ya que ellos a lo largo de la historia han organizado el sistema educativo de acuerdo con las necesidades del aparato productivo, por ejemplo: si observamos la currícula nacional está organizada desde la independencia hasta la fecha de enero a octubre, de tal manera que la mayoría de los educando sobre todo del campo se incorporaran a las cortas de café y algodón en periodos que estos cultivos estaban en su apogeo.
Esto sólo para poner un ejemplo. Por otro lado, las clases dominantes en cada reforma educativa llevada a cabo han ido recortando una serie de contenidos que son de vital importancia para que el educando tenga una visión completa de la realidad nacional. Ejemplo concreto es la fragmentación de los programas de educación básica y media en la los contenidos de historia de El salvador en la que sólo se estudian superficialmente sin que el alumno y alumna pueda formarse una idea global de la problemática. Lo mismo sucede con otras asignaturas como letras, Ciencias sociales entre otras que al final de cuentas se transforman en una carga indeseable para los estudiantes.
Obviamente de tras de toda esta estrategia hay todo un componente político que es que el alumno no aprenda a pensar su realidad y no desarrolle su conciencia sobre las causas de la miseria, hambre pobreza y desigualdad social que viven millones de salvadoreños y salvadoreñas.
No obstante,, se les da un fuerte impulso a las materias y carreras técnicas pues son disciplinas que están estrechamente vinculadas al aparato productivo de la sociedad; pero se abandonan las Ciencias Sociales y humanas pues desde la lógica capitalista estas disciplinas no sirven para nada.
Siguiendo siempre esta misma lógica las Ciencias Sociales sólo sirven como relleno pues son consideradas por los ideólogos del capitalismo como ciencias de la cultura pero una cultura Light, superflua, insípida carente de contenido.
En una entrevista televisiva que le realizaron a Umberto Eco, el periodista la pregunta a su entrevistado:
“usted que tiene tan amplia cultura. . . Eco lo interrumpe
Cultura, no. Lo que tengo es curiosidad, necesidad de conocimiento. Necesidad de ampliar mi propia vida, que es tan breve. Porque, através del conocimiento, al morir se pueden haber vivido miles de vidas. Uno tiene la experiencia propia pero con sólo quererlo, puede acercarse a la de Napoleón, a la de Julio César. Ampliar la vida. Vivir en una, miles de vidas. Ver el mundo haciendo propias las experiencias de los demás. Esa es la razón de ser del conocimiento. Porque, sí una persona no siente la necesidad de conocer, queda confinada al limite estrecho de su experiencia personal. Desprovista de pasado, está condenado a ser un animal”[6]. Entonces proporcionarle a la población una educación superficial carente de contenido y separada de los verdaderos problemas nacionales ha sido históricamente la estrategia política e ideológica de las clases poderosas de este país.
Mantener a la población con una conciencia ingenua como decía el gran pedagogo brasileño Paulo freire es parte de la estrategia de la dominación de clase. Por lo tanto, desarrollar una consciencia crítica en los educandos no es un tema que interese a los sectores hegemónicos del país; pues en la medida que un pueblo no piense es más fácil de dominar, de intimidar, de aterrorizar y de conculcarles sus derechos.
Hay otro argumento que esgrimen los ideólogos del capitalismo y de los burócratas del Ministerio de Educación es que el problema es metrológico y técnico, por lo tanto, hay capacitar a los maestros para que impartan bien sus clases y se lleven bien con los alumnos.
En ese afán se han gastado cuantiosas sumas de dólares en capacitar a los maestros pero que en la mayoría de los casos dichas capacitaciones sólo sirven para que el maestro y maestra puedan llenar una gran cantidad de papeles con lo cual pasan entretenidos todo el año escolar.
Pero ¿Qué hay detrás de todo eso? Claramente hay toda una estrategia política también, pues en la medida que al maestro y maestra no se le forme una concepción científica del mundo, no tenga un concepto claro de lo que es la vida, la sociedad, el hombre, mientras no le enseñemos a pensar, a investigar su realidad, mientras no haga de su praxis educativa una transformación de si mismo y de su mundo externo continuará repitiendo los textos de manera libresca sin que tenga un arraigo en la realidad.
Entonces la transformación de las mentes de los niños y niñas no sufrirá ninguna transformación sustancial y se seguirá castrando el potencial intelectual que por naturaleza trae el ser humano.
Entonces la transformación del sistema educativo pasa no sólo por manejar las nuevas concepciones pedagógicas y teorías educativas sino que al mismo tiempo pasa por reformar la currícula de formación de los maestros y maestras del magisterio.
El maestro y maestra no debe solamente manejar aspectos de la disciplina que imparte, tiene el compromiso de manejar disciplinas tales como: Filosofía, Sociología, Psicología, economía, Historia, Antropología, computación e investigación entre otras.
De igual manera, los cursos no deben de organizarse para una semana ni para 15 días sino que deben de ser constantes esto para los que están en ejercicio y para los que están en proceso de formación debe ser una formación sólida tomando en cuenta lo antes mencionado.
Se espera que las nuevas autoridades de educación claridad del modelo de educación que el país necesita; pero además, que consulte a todos los profesionales de la educación para que juntos tracen una reforma educativa profunda que abarque una revisión curricular rescatando desde luego aquellos aspectos buenos que puedan tener las reforma actual.
[1] Francisco Gutiérrez. Educación Como Praxis Política. 17
[2] Carlos Marx citado por Francisco Gutiérrez en Educación Como Praxis política. 18
[3] Francisco Gutierrez op cit. P. 30 - 31
[4] José Bell, Delia Luisa López y Tania Caram. Documentos de la Revolución Cubana. 221.
[5] Paulo freire. Pedagogía de la indignación. P. 16.
[6] Umberto Eco citado por Guillermo Jaim Etcheverría en la tragedia de la educación. P.85
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