CARTA A TODOS LOS PADRES
DE FAMILIA EN SU DÍA.
POR: MSC. JOSÉ ISRAEL
VENTURA
Un buen padre vale por
cien maestros (Juan Jacobo Roseau. 1712-1778)
El
tiempo y la vida es como las aguas de un
río, incesante y veloz que se lleva lo que a su paso encuentra, los años, la
juventud, los sueños, las alegrías, que cada día se va marchitando lentamente,
como el día que va languideciendo al acercarse la noche.
Hace
exactamente un mes celebramos el día de uno de los seres más nobles y abnegadas
que hay en este mundo. El día de la
madre. El ser que nos trajo al mundo y
que nos cuidó, nos cobijó, nos protegió y nos arrulló con su ternura, hasta
vernos convertidos en hombres y mujeres adultos. A esa mujer que en muchas ocasiones la
encontramos sola allá en el rincón de la casa meditando, pensando, rezando por
nosotros.
Hoy también quiero en el marco de la
celebración del día del padre (17 de junio), considero oportuno expresar un
profundo agradecimiento a la invaluable labor que desempeñan los padres de
familia en la sociedad. Su rol como
guías, protectores, educadores y ejemplos a seguir es fundamental para el
desarrollo integral de los hijos y el bienestar de las familias.
La
paternidad implica un conjunto de responsabilidades y desafíos que requieren de
un compromiso genuino y una entrega incondicional. Ser padre significa asumir
la tarea de criar, educar y proteger a los hijos, brindándoles las herramientas
necesarias para desenvolverse en el mundo con éxito y responsabilidad.
CUALIDADES
QUE DISTINGUEN A UN BUEN PADRE:
Amor incondicional: Un padre ama a sus hijos sin reservas, aceptándolos y valorándolos tal
como son. Este amor constituye la base sobre la cual se construye una relación
sólida y duradera entre padres e hijos.
Paciencia y comprensión: La crianza de los hijos exige paciencia y comprensión, especialmente
durante las etapas más desafiantes del desarrollo infantil. Un padre sabe
escuchar, aconsejar y apoyar a sus hijos en los momentos difíciles,
brindándoles el soporte emocional que necesitan.
Responsabilidad: La paternidad conlleva una gran responsabilidad, que implica el cuidado
físico, emocional y educativo de los hijos. Un padre responsable asume con
seriedad este compromiso, velando por el bienestar integral de sus hijos.
Entrega y dedicación: Ser padre implica una entrega y dedicación desinteresada. Un buen padre
está dispuesto a sacrificar tiempo, energía y recursos personales en pro del
bienestar de sus hijos.
Ejemplo a seguir: Los padres son los primeros modelos a seguir para sus hijos. Un padre
ejemplar transmite valores como la honestidad, el respeto, la responsabilidad y
el amor, modelando con su propio comportamiento las cualidades que desea
inculcar en sus hijos.
BONDADES
DE SER PADRE:
Presenciar el crecimiento
de los hijos: Uno de los mayores privilegios de ser padre es observar
el crecimiento y desarrollo de los hijos, acompañándolos en cada etapa de su
vida y celebrando sus logros.
Orgullo por los logros de
los hijos: Los éxitos de los hijos son motivo de orgullo para los
padres, quienes se sienten recompensados por el esfuerzo y la dedicación
invertidos en su crianza.
Amor y respeto de los
hijos: El amor y el respeto mutuo son pilares fundamentales en
la relación entre padres e hijos. Recibir estos sentimientos por parte de los
hijos es una de las mayores satisfacciones que puede experimentar un padre.
En
este Día del Padre, se hace extensivo un reconocimiento a todos aquellos
hombres que han asumido con amor y responsabilidad el rol de ser padres. Su
labor es invaluable y merece ser celebrada y apreciada por toda la sociedad.
REFLEXIÓN.
Es obvio ninguno de nosotros ha ido a una escuela para ser excelentes padres yo
es estoy claro en eso. Estoy convencido que en esta tarea de educar cometemos
muchos errores por la misma falta de conocimientos en esa área; nadie ha dicho
hasta el día de hoy que la tarea de educar
a los hijos sea fácil sobre todo hoy que los cambios se van dando con
mucha rapidez, el desarrollo de tecnología digital son cambios que provocan
mucha inestabilidad al momento de educar. Los padres y educadores en general
tenemos miedos, inseguridades, dudas, preguntas y muy pocas respuestas.
Queremos acercarnos a nuestros hijos y muchas veces no sabemos cómo.
Sin
embargo, tenemos bajo nuestra responsabilidad a seres humanos que se están
preparando para encarar la vida de una manera, más cómoda y menos difícil; pero
esa conducción debe de ser una obra de los padres, con amor, con firmeza y
dedicación.
Como
lo expresaba Paulo Freire “La educación es un acto de amor, por lo tanto,
educar requiere amar, entender el amor y desarrollar vínculos saludables con
los niños”
Mucha
de esta responsabilidad la hemos descargado en los profesores de las escuelas,
colegios y Universidades y esperamos que los maestros nos eduquen a nuestros
hijos cuestión que es incorrecta. Ya que
la educación de nuestros hijos no depende Únicamente del profesor de la escuela
sino en gran parte de nosotros los padres de familia y del medio en el que nos
desenvolvemos, de ahí que los buenos ciudadanos no se forman en los colegios,
las universidades, ahí en el mejor de los casos les enseñarán una técnica, un
oficio que luego recibirán un título con el que podrán enfrentar la vida de
manera un poco suave y decente.
Pero
los pilares fundamentales se forman en el hogar, en el núcleo familiar, los
valores como el respeto, el amor al prójimo, la disciplina y la solidaridad
entre otros, esos se adquieren en nuestro ambiente familiar.
La
sociedad requiere hombres y mujeres con altos valores éticos y morales, que
contribuyan a forjar una nueva sociedad en la que prevalezca la unidad, la
armonía, la solidaridad y el humanismo. Pero, además, estar en armonía con Dios
y con la naturaleza que nos rodea. Todo
eso es responsabilidad de los padres.
Empero,
la educación no viene dada con palabras, con frases, con llamados de atención,
con insultos sino más bien con hechos. La educación que más cala en lo profundo
del corazón de los hijos es el ejemplo y eso creo que nos está faltando. Muchos
hombres tenemos muy internalizado la concepción de que con darle todo a los
hijos el problema se resuelve, pero eso es falso, ya que todos los seres
humanos somos seres de afecto y los niños mucho más pues ellos están dando sus
primeros pasos en este mundo lleno de incertidumbres.
No
es suficiente darles a nuestros hijos todo a manos llenas, es necesario
enseñarles el arte de conseguir lo que se quiere, luchar por nuestros sueños,
pero con nuestros propios esfuerzos, enseñarles que en esta sociedad nadie
regala nada, que todo lo que se obtiene es fruto del esfuerzo, la perseverancia
y la dedicación. Es necesario no darles
todo, pero tampoco quitarles todo.
Es
necesario que los padres de familia entiendan de una vez por todas que no es
encubriendo los vicios de sus hijos,
sus mañas, su compulsión por lo ajeno
como los vamos a educar.
Es necesario corregir esa conducta para que en
el futuro no nos veamos en el duro caso de llorar por errores que en su momento
no pudimos enmendar. Queridos padres de familia, les deseo un feliz día del
padre que lo disfruten junto a sus hijos e hijas. Termino esta carta mis queridos padres
repitiendo una bella frase del gran filósofo y matemático griego Pitágoras de
Samos (572 ac) “Educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres”
San Salvador, 11 de junio de 2024.
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