miércoles, 15 de septiembre de 2021

 

LA PERVERSIÓN DE LA POLÍTICA Y LA NECESIDAD DE REINVENTARLA. POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

Haced  potica,  porque  si  no  la  hacéis  alguien  la  ha    por  vosotros    y  probablemente    contra nosotros   (Antonio  Machado).  En  las  revoluciones  hay  dos  clases  de  personas;  las  que  las  hacen y las que se aprovechan   (Napoleón  Bonaparte)

 

Hoy en día la política no goza de ninguna reputación a nivel mundial ni mucho menos a nivel nacional. Para muchos es una ficha que no tiene ningún valor salvo   para los que viven de ella.

Al contrario para grandes mayorías de la sociedad ven y entienden la política como algo pecaminoso, sucio, contaminado, putrefacto, algo que hiede y que está en estado de descomposición.

Este fenómeno de descreimiento e indiferencia social de los ciudadanos se ha venido promoviendo poco a poco hasta llegar al momento que hoy estamos viviendo. Claro existen muchas razones para ello. Los partidos políticos y los líderes políticos han hecho del Estado su botín, su feudo, pero peor aún, han puesto el Estado al servicio de las grandes corporaciones multinacionales y de los grupos de poder que se lucran gracias al favor de los “administradores de la política” quienes se han convertido en el soporte fundamental de los privilegios del poder dominante y   no del pueblo honesto y trabajador.

Con el devenir del tiempo la política se ha venido convirtiendo en un espacio ajeno a la gente. Fenómeno que les ha beneficiado siempre a los mismos,   ya que es un espacio en el que se toman las decisiones que afectan la vida en sociedad. Decisiones en las que nos vemos afectados, todos y todas pero que sólo favorecen a pequeños grupos para quienes cada día crecen en opulencia mientras que la mayoría se ven confinados a vivir una vida paupérrima llena de pobreza, miseria  e infortunios.

Esas decisiones políticas se refieren a nuestros derechos, nuestra seguridad, servicios públicos esenciales que tienen que ver con las condiciones materiales de existencia. De igual manera, se refieren a las funciones y obligaciones del Estado, al manejo de


nuestros impuestos, a las contribuciones en las que el Estado debe ser el ente contralor, para que dichos impuestos sean bien administrados y ejecutados con transparencia, justicia, eficacia y eficiencia.

Desde hace muchos años nos hemos vistos alejados de la política dejando en manos de unos políticos inescrupulosos las decisiones que nos compete a todos y a cada uno de nosotros. Nos han hecho creer por diferentes medios que la política es un es una jungla en donde sobreviven los más aptos, los más inteligentes, que la política es sucia, en la que prevalece el reino de la corrupción.

En consecuencia, se debe permitir que los corruptos sigan manejando la política ante nuestra indiferencia o desencanto la toma de decisiones sobre los asuntos que nos competen a todos y todas.

De cualquier manera al final la política resulta ser nada más un espacio ajeno y maltrecho alejado de los intereses de la mayoría de la población. Es en realidad lo que buscan los grupos de poder y los “líderes políticos” es alejar a la gente de la cosa política, del interés de que la población esté informada sobre los asuntos que son de sumo interés para su propia vida. De ahí que, en la medida en que la población no intervenga en asuntos políticos, no se entere de lo que hacen con sus impuestos, ellos (los políticos) seguirán manteniendo secuestrado el Estado   y poniéndolo al servicio de la oligarquía criolla y transnacional.

REINVENTAR LA POLÍTICA ES DEVOLVÉRSELA AL PUEBLO.

 

Hacer que la política funcione debe de ser el gran desafío para el actual gobierno y de la nueva Asamblea Legislativa que resulte electa en febrero de 2021. Devolverle la política a los marginados, a los excluidos; permitirles que recuperen un derecho fundamental que por muchos años se les ha conculcado, eliminar la maleza, limpiarla de todo vestigio de trampa, componendas y arreglo bajo la mesa, de volverla transparente, ese debe ser el mejor legado que le pueden dejar a un pueblo que durante largos años de historia los grupos de poder y los líderes políticos que la han tenido privatizada.


Pero devolverle a la política la credibilidad pasa por devolverle también la credibilidad a la democracia y hacer que esta funcione para que no sea nada más un slogan publicitario de los partidos políticos y los poderes dominantes.

Sí funciona la política funciona la democracia porque democracia y política están indisolublemente unidas. Cuando las decisiones políticas están en función de las necesidades e intereses del pueblo, cuando la justicia se reparte equitativamente entonces la democracia avanza a peldaños más elevados y la justicia adquiere credibilidad.

Como se ha venido planteando en este documento durante muchísimos años la política ha sido y sigue siendo un instrumento de los que están ubicados en un peldaño más alto de la escala social, que la han utilizado para cualquier cosa menos para resolverle los problemas al pueblo.

Ha sido una política y una democracia para el poder oligárquico y las corporaciones multinacionales que se han aprovechado para ensanchar sus grandes fortunas y someter al pueblo trabajador, para generar más exclusión, marginación y desigualdad.

Reinventar la política es permitir el ejercicio político sin distinción de raza creo ni condición social, es otorgarle al pueblo el pleno derecho que le asiste como ciudadano y como ser humano, como miembro de una “polis”   como lo enseñaba Aristóteles, en la que expresaba que todos somos políticos, pero no en el sentido de vivir en un conglomerado social sino por el hecho de que somos seres racionales y todas nuestras acciones son pensadas.

Renovar la política es también hacer que el pueblo se organice libremente, en los paridos, movimientos pero que sean electos por la voluntad de la gente, sin olvidar que su objetivo primordial es servir a los intereses mayoritarios de la población. Abandonar el vicio que hoy tienen los partidos corporativos que únicamente defienden los intereses del minúsculo grupo que representan; deben de tomar en cuenta que hacer política es servir a los demás, es estar inserto e inmerso con el


pueblo, conociendo sus necesidades, sus problemas y no acercarse a la población hasta en la fecha cuando se acercan las elecciones, como muchos partidos políticos lo están haciendo hoy.

Reinventar la política implica que está no sea excluyente sino incluyente, que esté sujeta al escrutinio popular y al control social. Hacer política implica dar cuenta de lo que se hace, como se hace y para que se hace.

Es dejar que el pueblo construya y reconstruya el poder desde abajo, junto con el pueblo, es pensarse y pensar la comunidad, es permitir al pueblo conozca sus problemas, sus derechos pero que al mismo tiempo pueda resolverlos. Reinventar la política es también devolverle al pueblo, a los marginados, los excluidos y los explotados su dignidad, es permitirles estar en el mundo y con el mundo.

Hacer política es sin lugar a dudas, organizar la sociedad de manera racional, de manera que dicha sociedad esté al servicio de los más necesitados, no de los grupos oligárquicos. La política debe ser el instrumento preferencial para unirnos y no desunirnos.

La misión de la política es asegurar la vida en el más sentido amplio. Es ella quién hace posible al individuo perseguir la paz y la tranquilidad no importunándole. . “(Instituto Martín Azpilicueta. La política y el bien común. p.24). Por otro lado, la política no se reduce exclusivamente a una función técnica de resolución de problemas, como se hace hoy sino que es inherente a ella la búsqueda común de los fines o bienes a los que aspira la sociedad humana: la justicia, la paz, la libertad y el bienestar económico entre otros.

 

 

 

 

SAN SALVADOR, 15 DE SEPTIEMBRE DE 2021


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario