viernes, 13 de septiembre de 2019



FÚTBOL, DROGA, VIOLENCIA, CORRUPCIÓN   Y CONTROL SOCIAL.

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA

Buscar una explicación científica al “deporte rey” como se le hado en llamar o al “deporte más hermosos del mundo” como le llama otros. Es una necesidad histórica. Sin embargo, explicar el fútbol por el fútbol mismo no nos conduce a develar la trama de intereses económicos, políticos, sociales e ideológicos que se esconden en el fondo del mismo.
 Obviamente vivimos en una sociedad capitalista que se rige por las leyes del mercado y que todo lo que se mueve a su alrededor se transforma en mercancía. Por otro lado, una sociedad globalizada en la que el capital no tiene fronteras y penetra en cualquier esfera de la vida social.
Sin embargo, detrás de toda esa lógica hay una gran cantidad de fenómenos que están íntimamente relacionados pero que, dado que al común de las personas sólo se les muestra la apariencia, pero no la esencia.
El fútbol se presenta ante los ojos de la gente común como algo inofensivo, como una recreación sana, como una forma de pasarla bien con sus amigos y amigas. No obstante, haciendo un poco de abstracción y superando las apariencias nos damos cuenta cual es la verdadera realidad del popular deporte llamado fútbol.  De ahí que este deporte (fútbol) es una droga más, porque como cualquier otra droga como por ejemplo: el alcohol, Nicotina, cocaína, cafeína, esteroides y mariguana entre otros etc.,  alteran el funcionamiento de nuestro organismo ya que nublan la razón, modifica el pensamiento  y nos arrastra a las pasiones más bestiales e irracionales que se esconden  dentro de cada ser humano.
 El fútbol es el deporte hoy por hoy más popular del planeta; el que genera más dinero que controlan las grandes empresas multinacionales involucradas en este negocio. Pero es al mismo tiempo es el medio más eficaz para hacer las transacciones más oscuras que deambulan en las mentes más siniestras  de la sociedad. El fútbol no sólo desencadena pasiones, sino que nos hace participes de un falso nacionalismo cuando se enfrentan países rivales, por ejemplo, (México, El Salvador). Es, además, un deporte que promueve el irracionalismo y lleva a su máxima expresión la reproducción de la ideología dominante. El individualismo.  Por otro lado, el fútbol es un sedante que adormece e insensibiliza a las personas haciéndolas que pierdan su conciencia de su propia realidad, se olviden la vida de penurias y angustia que llevan.
Las clases dominantes utilizan el fútbol para tener entretenida y controlada a la población que participa de él. Pero el fútbol no sólo es eso, es también, violencia, crimen común, organizado, componendas, transas, narcotráfico, venta de droga etc.
 Ilustremos lo planteado con algunos ejemplos.  EL asesinato de Andrés Escobar en pleno desarrollo del mundial de 1994, la muerte del aficionado en un estadio de Argentina hace algunos días, aquí en El Salvador, el asesinato, el niño Francisco García Alvarenga muerto por una bala el 21 de octubre de 2001 en el Estadio Oscar Alberto Quiteño.
 Esto sólo para poner algunos ejemplos. Pero el fútbol no solo genera violencia, también es utilizado como droga para calmar las protestas, descontentos de la población por medidas impopulares de los gobiernos de turno, sirve también como cortina de humo para desviar la atención de la gente, cuando los gobiernos quieren imponer alguna medida que es lesiva para los intereses del pueblo o cuando quieren aprobar una ley contraria a los intereses de la población.  En pocas palabras es “pan y circo”.   Pero veamos que decía Santiago Bernabéu, ex presidente del Real Madrid, en el periodo del Dictador Francisco Franco Bahamonde “estamos prestando un servicio a la nación. Lo que queremos es tener contenta a la gente” “el Fútbol es bueno para que la gente no piense en otras cosas más peligrosas.” (Eduardo Galeano. El Fútbol a sol y sombra. P.218)
Por otro lado, el futbol, es asimismo un medio eficaz para lavar dinero, un negocio efectivo del narcotráfico, para la corrupción y si no veamos el gran escándalo que se suscitó hace aproximadamente un año en la “Federación Internacional de Futbol Asociados (FIFA); la corrupción del fútbol salvadoreño. Sin embargo, viendo a este deporte de manera inofensiva pareciera que todos debemos de estar felices con este deporte.  Pero si lo vemos con la lupa de la ciencia la cuestión es diferente porque este deporte ha dejado de ser una actividad para desarrollar habilidades, destrezas, ser un medio de entretenimiento sano y se ha transformado en una anestesia para la población.
Este fenómeno social que hoy se conoce como fútbol, es parte del otro elemento de la superestructura que nos convierte en esclavos del sistema. De ahí que sí sumamos: fútbol más religión, más poder político, más medios de comunicación, más poder económico, más poder judicial, poder militar y Estado nos da igual alienación, enajenación, sometimiento y como colorario la esclavitud.
En el Estadio, la gente grita, ondea las banderas, insulta, es decir, desahoga la frustración, la desesperanza, la falta de oportunidades  que le impone el sistema explotador capitalista. El estadio se convierte para muchos en un espacio para sacar todo el resentimiento y descontento que viene arrastrando como resultado de las inequidades que vive en la sociedad.  Sus comportamientos son expresión del malestar de la sociedad junto con sus miserias y pobreza que de ella se desprenden.
 En el estadio la gente olvida temporalmente la miseria, el hambre, el desempleo en que vive. En el estadio las masas olvidan que vivimos una crisis, que hay pobreza, corrupción, hambre, falta de educación vivienda, se olvida hasta de sus hijos, su familia y se entrega a la droga y el alcohol. Pero claro, el sistema provee todo esto, y le dicen somos parte de ti síguete emborrachando, drogando que nosotros estamos para servirte. Todo te lo ponemos a tu alcance, pero mientras tú te haces más pobre,  nosotros los capitalistas nos hacemos más ricos.
Estando viendo un apartido de fútbol del Real Madrid vs Barcelona no le importa nada, olvida todo, desprecia todo, o peor aún sí está viendo una final del mundial, cuidado ese televisor está reservado para el tiempo que dure el mundial. Desde  que nacemos nos instalan ese Ship, nos socializan, nos culturalizan  y nos hacen que perdamos nuestro propio ser, nuestra identidad  y nos impiden que nos rebelemos ante las injusticias que cometen los dirigentes políticos y los gobiernos.



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