miércoles, 23 de mayo de 2018



LA POBREZA COMO PROBLEMA ÉTICO EN EL SALVADOR
POR: MSc JOSÉ ISRAEL VENTURA.
En medio de la crisis de valores que vive la sociedad en general, parece pertinente  acercarnos a los principales problemas  de la ética. Problemas  que por su naturaleza, connotación e impacto social es conveniente estudiar. Dentro de estos problemas se destacan: el aborto, la prostitución, el divorcio, la eutanasia, la corrupción, la drogadicción, la libertad, los derechos humanos, el sida, la pobreza, la clonación y la pena de muerte entre otros.
 Si bien es cierto que dichos problemas se presentan en nuestra percepción diaria como fenómenos naturales o dicho de otra manera, subjetivos, propios de cada persona, sin ningún nexo ni relación con la estructura socio-económica, también es cierto que  tales fenómenos  están profundamente arraigados en la forma  como la sociedad está organizada y como ésta capacita a los ciudadanos para encarar los retos y desafíos de la “postmodernidad”. No obstante, la ciencia nos demuestra que:
            
               “cualquier fenómeno social ya sea el idioma, el arte, el Estado, la Nación, la ciencia y la moral, no puede ser comprendido aisladamente, sino como fenómeno engendrado por la sociedad y correspondiente a determinadas necesidades de ésta. Puesto que el modo de vida de los hombres de cualquier sociedad depende del modo de producción, todos los demás fenómenos de la vida de dicha sociedad dependen en última instancia, del modo de producción, se desprenden de él y están condicionados por él.[1]

  Por otra parte, dado que la ética es la ciencia  que analiza e interpreta  y explica el fenómeno de la moral, ésta  nos puede ayudar a tener  una comprensión más  objetiva y racional del fenómeno objeto de estudio.   Resulta entonces  pertinente  hacer  un intento  de reflexión sobre estos problemas.  No obstante, para esta breve reflexión centraré mi atención en el problema que probablemente direcciona a los demás. La pobreza.
Obviamente muchos de estos problemas  tienen sin lugar a  duda raíces sociales y están arraigados desde luego en injusta distribución de la riqueza.
 Son problemas que la ética como ciencia de la moral debe analizar e interpretar y poner en su justo lugar. Como sabemos el fenómeno de la pobreza hoy se ha convertido no sólo en un problema de orden social sino además, es también ético. Ya que no es posible que en una sociedad en la que se habla de democracia, justicia, valores morales y libertad vivan tantos  millones de personas en la total indigencia

 Por Ejemplo, de “1200 millones de personas (47 % del África Sub – Sahariana, 20 por ciento del Asia Oriental,  20 por ciento de China, 51 por ciento del Asia meridional, 55 por ciento de la India, 8 por ciento de Europa Oriental, 31 por ciento del Norte de África y 19 por ciento de América Latina) y 850 millones sufren graves problemas de desnutrición.
Mientras el 20 por ciento de la población mundial perteneciente a los países industrializados dispone del 85 por ciento del producto bruto mundial. Por otro lado, los más de 4000 millones de habitantes de los países pobres deben conformarse con tan sólo el 15 por ciento restante. El 20 por ciento más pobre del planeta dispone del 1.4 por ciento del producto bruto mundial y representa el 0.9 por ciento del comercio internacional. En este mismo orden de ideas tenemos también que 14 millones de niños y niñas mueren de hambre, diarrea y desnutrición anualmente; donde en muchas regiones del planeta (Centroamérica, etc.,) la mayoría de la población está por debajo del umbral de la pobreza; mientras el mundo emplea el 25 por ciento de sus  científicos e investigadores en la industria bélica, invierte en armamento más de 1000 millones de dólares cada 12 horas[2]  
De lo anterior deviene desde luego una crisis que ya no sólo es social sino como decíamos antes es moral. Por otro lado,  se escucha por todas partes, que la sociedad está en crisis, que hay pérdida de valores, hay crisis de paradigmas, hay crisis de la familia, de la justicia.
Y este es el estribillo que asumen sobretodo  intelectuales e ideólogos de la burguesía, quienes en su afán por  justificar las “bondades de la globalización neoliberal” inventan una terminología que lo único que se proponen es confundir a las masas empobrecidas de los países atrasados y con ello mediatizan la lucha de la clase trabajadora.
Aparentan hacer mucho para no hacer nada, es la filosofía del no cambio. En este sentido si vamos hablar de crisis ¿Por qué no se examina las causas profundas que la generan? Ya que en crisis está todo, la familia, la educación, la cultura, el deporte, el arte,   la justicia, la ciencia y la vida misma que es el valor supremo por el que se debe luchar sin tregua alguna.
En estos días leyendo un documento que me encontré cuando consultaba  el Internet y que  me pareció sumamente interesante una historia contada por un Monje Budista llamado Mentando Bhikkhu, la cual  ilustra la naturaleza de nuestra responsabilidad social y moral. Dice la historia: una mujer se acercó al monje budista y le dijo: “Cuando tenía 12 años, mis padres, que eran muy pobres, me vendieron a un burdel, y desde entonces he tenido que hacer ese trabajo. Le suplico que perdone mi pecado.” El monje le contestó: “No es necesario que suplique mi perdón. Soy yo y el mundo quienes debemos pedirle perdón, por que no hemos hecho lo suficiente para protegerla. Por favor, primero perdóneme a mí y al mundo por no haber sabido protegerla.”.
La historia anterior refleja la despreocupación de los gobiernos por sus ciudadanos, la falta de responsabilidad de los adultos hacia  los niños   y niñas.  Aunque esta historia refleja las condiciones de existencia de millones de personas del mundo que viven en condiciones precarias e infrahumanas de existencia, pero quizá el ejemplo  en nuestro país nos queda como anillo al dedo. Ya que es aquí donde los gobiernos y las clases dominantes históricamente  sólo se han interesado en acumular riqueza por satisfacer sus instintos egoístas y mezquinos   sin importar el bienestar social y moral  de grandes masas poblacionales que se debaten en la miseria y pauperismo económico y social.
En una sociedad en la que se advierte una excesiva concentración de la riqueza en un extremo y en el otro una población mayoritaria viviendo en condiciones deplorables (Falta de acceso a los servicios de salud, educación de calidad, vivienda  digna, recreación digna, salarios dignos etc.,)  es una clara señal de que sus gobernantes son inmorales e insensibles ante las penurias que padece la población mayoritaria.
Cuando se revisan las estadísticas sobre las condiciones materiales de vida y de distribución de la riqueza en nuestra sociedad, nos quedamos sorprendidos de cómo es posible que el ser humano haya alcanzado niveles tan grandes  de avaricia y se comporte como un animal, si somos compañeros de viaje, “andamos en el mismo negocio” como dice Og magdino, en la universidad del éxito. Significa  que todos sin excepción luchamos por la supervivencia, pero cuando un hombre concentra toda su comida para él y su familia  no comparte con los demás se convierte en un animal más que en un hombre, todo esto es un problema moral porque rompe con el principio de solidaridad, de justicia y de equidad. Esta situación puede verse con diáfana claridad en nuestra sociedad. Apreciemos  los siguientes datos:

El 1 por ciento de la población, 116 propietarios que a finales de los setenta, absorbían el 35 por ciento del ingreso nacional, cuyas ganancias declaradas eran de, por lo menos, 20 millones de colones al año, es decir, 6700 veces el ingreso de un trabajador – 19 veces más es la actual  media latinoamericana, el continente con mayor desigualdad en el mundo, que tiene una media de ocho --.
Dos décadas después, unos 3 millones y medio de salvadoreños viven con un dólar al día (700 mil hogares) y de ellos, cien mil familias con un colón diario (0.1 dólar). En el otro extremo, 518 familias declaran que ganan al mes por lo menos 10, 000 dólares, y sus ingresos son casi el doble de lo que percibe el estrato inmediatamente inferior. Los tres niveles más bajos, casi un millón de personas, ingresan diez veces menos que la media nacional y los tres más altos, poco más de mil hogares, ingresan una media declarada 17 veces más alta que la nacional. Dentro de estos y en el rango superior, los 518 hogares más ricos tienen una media 23 veces mayor que la nacional[3].

Como se puede notar  la cita anterior  es reveladora de la situación que se padecía antes del conflicto armado en el país, si la riqueza en ese entonces estaba concentrada en lo que por mucho tiempo se dio en llamar las 14 familias  en ese minúsculo grupo se concentraba  casi todo el poder económico, mientras que los sectores mayoritarios vivían en la extrema pobreza; esa fue una de  las principales causas que dieron origen al conflicto armado que duró alrededor de 12 años y que dejó al menos unos 80 mil muertos.
 Ahora bien, sí  hacemos una reflexión  de lo que sucede en nuestros días en torno a la concentración de la riqueza en pocas manos nos daremos cuenta que la riqueza está mucho más concentrada  pues según datos de oxfam media briefing 19 de mayo de 2015 sostiene  que: “160 millonarios en El Salvador concentran una riqueza que equivale al 87% de la producción nacional, mientras que la mayoría de la población gana salarios que no logran cubrir los mínimos vitales”.[4] Por otra parte, siempre en esta misma dirección un dato que resulta revelador e inmoral a la vez,  es el que  publica la prensa gráfica del día 22 de junio de 2016 en su sección de economía en esa publicación plantean que:
La cantidad de ingresos que percibe uno de los 160 multimillonarios que hay en El Salvador es 1,049 veces el ingreso de una persona que pertenece al 20 % de la población más pobre del país, según la "calculadora de la desigualdad" lanzada por Ojo Público en alianza con el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (OXFAM, por sus siglas en inglés). En ese grupo de multimillonarios han sido incluidas las personas con un ingreso mensual per cápita a partir de $93,751. OXFAM señala que estos multimillonarios tienen una riqueza de $21 mil millones.
Además, dos empresarios salvadoreños figuran entre los 12 más ricos de Centroamérica, con una fortuna de $7 mil 485 millones. "Esto equivale a 3 veces el presupuesto nacional destinado a desarrollo social para el 2014", indicó OXFAM y agregan que "es sorprendente, si estos datos se contrastan con el hecho de que El Salvador se caracteriza por tener uno de los salarios más bajos de la región centroamericana. Según los datos revelados en la calculadora de la desigualdad, la pobreza multidimensional en El Salvador -tomando en cuenta las carencias en salud, educación y otros estándares de calidad de vida- es del 53 %.
Esta calculadora muestra al usuario el estimado de tiempo que necesitaría trabajar para obtener los ingresos mensuales promedio de un multimillonario de su país. Para poner un ejemplo, una persona que trabaja en el sector agrícola, que gana $118 al mes y que es el sustento de una familia de cuatro personas, pertenece al grupo uno -en la escala de diez- de acuerdo a los ingresos y para ganar lo que un multimillonario recibe al mes, el agricultor debería trabajar 264 años, aproximadamente.[5]

Como se puede ver la excesiva concentración de la riqueza rebasa los límites de la moral por lo que conviene hacer una reflexión e interpretación científica a la luz de la ética y las ciencias sociales.  Entonces debemos de preguntarnos ¿Por qué la pobreza es un problema ético y moral? Desde el mismo momento en que se rompe el principio de solidaridad, democracia, igualdad y se priva a millones de personas al sufrimiento, al hambre, la miseria impidiéndoles el acceso a la salud, a la educación de calidad, a una vivienda digna, a una recreación sana  y a la seguridad social  etc.,.
A partir, aquí que todos los derechos humanos son violados, son conculcados y sometidos a las más grandes penurias  y arrastrados a vivir una vida indigente,  no de seres humanos sino de animales.
Lo anterior nos lleva a una conclusión, el sistema capitalista es un sistema inmoral y pérfido ya que  le niega la vida a cientos de millones de seres humanos en el mundo. Cuando toda la riqueza que amasan los millonarios y multimillonarios es obra del esfuerzo y el trabajo de la clase trabajadora.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1.      W. Kelle M. Kovalzón. Sociología Marxista. P. 64.
2.      Antxon  Mendizábal. La Globalización. P. 15
3.      María Dolores Albiac. “los ricos más ricos de El salvador” en revista de Estudios Centroamericanos. Octubre de 1999. p. 842.
5.      https://www.laprensagrafica.com/.../Ingresos-de-un-multimillonario-salvadoreno-repre... 22 jun. 2016 - La cantidad de ingresos que percibe uno de los 160 multimillonarios que hay en El Salvador es 1,049 veces el ingreso de una persona que ...



[1] W. Kelle M. Kovalzón. Sociología Marxista. P. 64.
[2] Antxon  Mendizábal. La Globalización. P. 15
[3] María Dolores Albiac. “ los ricos más ricos de El salvador” en revista de Estudios Centroamericanos. Octubre de 1999. p. 842.

[4] https://www.oxfam.org/sites/www.../media-briefingdesigualdades1905201
[5] https://www.laprensagrafica.com/.../Ingresos-de-un-multimillonario-salvadoreno-repre...
22 jun. 2016 - La cantidad de ingresos que percibe uno de los 160 multimillonarios que hay en El Salvador es 1,049 veces el ingreso de una persona que ...











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