ENAJENACIÓN
Y ALIENACIÓN DE LA SOCIEDAD
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
BREVE
INTRODUCCIÓN.
En este pequeño artículo se trata de reflexionar en sobre las con las condiciones de enajenación y
alienación que vive la sociedad en general,
sobre todo en la sociedad capitalista. Pero la reflexión va más dirigida a las clases
sociales más pobres, los asalariados (Profesionales intelectuales, profesores, empleados, obreros, estudiantes)
que pertenecen a la clase proletaria. Cuyo propósito es la necesidad de hacer que tomen conciencia de la real situación que vive y contribuyan a la transformación de la sociedad.
Se plantea como la sociedad capitalista a
través de los medios de comunicación de masas
desde hace muchos años han venido construyendo un perfil de hombre que ella necesita para su propia conservación
y reproducción.
Por otro, lado, se deja ver como el mismo
estado de precariedad material se expresa de igual manera, en la miseria
espiritual, ética y moral de las
clases dominadas. Aunque también se da
la pobreza ética y moral en las clases dominante pero más por su ambición y sed
de ganancias.
Además, se plantea como el sistema
capitalista ha reducido al hombre a una
simple mercancía, a un bien de consumo y
lo que únicamente interesa al capitalista es su ganancia. Por eso decía
Marx. “El obrero tiene más necesidad
de respeto que de pan”. De igual modo, Eric Fromm sostiene que la
enajenación conduce a la perversión de
todos los valores. Al hacer de la
economía y sus valores la ganancia, el
trabajo, el ahorro y la sobriedad el fin supremo de la vida, el hombre no
desarrolla los valores verdaderamente
morales.
DESARROLLO.
La sociedad capitalista de hoy no se encuentra así misma, es decir, no
logra entenderse, ni comprenderse, hay una despersonalización, para ella, el
mundo es cada vez menos real, en otras palabras está perdida, confundida, las
personas que son su razón de ser
experimentan cada día desencanto, desesperanza y angustia, se cierne en la mente de cada persona una situación de pesimismo, caos,
tristeza e impotencia.
Dicha situación conduce a muchas
personas a buscar refugio en el alcoholismo, la droga, la delincuencia,
la religión, la política y la vida
fácil.
Otras
se entregan a un consumismo compulsivo para mitigar y evadir una realidad para
la cual no tiene respuesta. En el
capitalismo las personas no viven sino
más bien mal viven, su vida deviene en trabajar, consumir, pagar las deudas a los Bancos, a las
instituciones que sangran cada día más
al trabajador, al empleado y al obrero.
Se
vive una vida llena de fantasía, de apariencias, de grandeza pero su interior es vacío, pero donde se albergan muchos
sentimientos oscuros, innobles e hipócritas. Eso es así porque la pobreza
externa se expresa en la pobreza interna del ser humano; pues el hombre además,
de un ser natural, es también un ser social que vive y se desarrolla en
sociedad de ahí que lo que él piensa, sueña, se propone está en relación con su
propia vida.
Pero como bien sostiene Eric Fromm en su
libro “el amor a la vida” “la vida
consiste en volver a nacer continuamente. Pero la tragedia es, que la mayoría
de nosotros morimos antes de haber comenzado a vivir”. (Eric Fromm. El amor a la vida. p. 11) En el sistema
capitalista como ya se ha mencionado antes el hombre muere antes de empezar a
vivir ya que su mismo estilo de vida no
le permite realmente vivir, pues es
superflua, sin sentido y llena de miseria e inequidades.
En esta sociedad el hombre no trabaja para vivir, sino que vive
para trabajar. De ahí que su vida se transcurre cada vez más enajenada, porque su trabajo no le
sustenta, no lo realiza sino al contrario lo niega como persona. El trabajo que
realiza el hombre es externo a él, que no produce alegría, satisfacción pero
además, es un trabajo que no le
pertenece pues es de otro, el fruto de su esfuerzo no le sirve para su disfrute
sino más bien para desarrollar en él un sentimiento inhumano, irracional de odio, de impotencia, incomprensión e indiferencia
hacia sus mismos semejantes a quién ve como sus enemigos. El hombre es el lobo
del hombre como diría Thomas Hobbes.
Las
condiciones de explotación que vive el
hombre en el sistema capitalista son deplorables y degradantes, su vida
transcurre sin sentido, porque la
sociedad capitalista lo ha reducido a una cosa, un objeto o una mercancía, es
un hombre alienado que no sabe de dónde viene ni para donde va. Como decía
Oswaldo Escobar velado. Esta es mi patria: “un montón de hombres; millones de
hombres; un panal de hombres que no saben siquiera de donde viene el semen de
sus vidas inmensamente amargas” ( David
Escobar Velado. patria exacta?
“Carl
Marx, citado por Fromm, planteaba que:
la historia de la humanidad es una la historia
creciente del hombre y, al mismo tiempo,
de su creciente enajenación” (Erich Fromm. Marx y el concepto de hombre. P.55);
Según Marx, la enajenación (o “extrañamiento”) “significa que el hombre no se
experimenta a sí mismo como factor activo
en su captación del mundo, sino
que el mundo (la naturaleza, los demás y él mismo) permanece ajeno a él. Están
por encima y en contra suya como
objetos, aunque puedan ser objetos de su propia creación.
La enajenación es, esencialmente,
experimentar al mundo y a uno mismo pasiva, receptivamente, como sujeto
separado del objeto” (Iid.p.55); en este sentido la sociedad actual no se
encuentra a sí mismo y si no se
encuentra a sí mismo, es porque el hombre se siente sólo, ha perdido su
capacidad para entenderla y transformarla. En la sociedad actual sus ciudadanos
viven un estado de apatía, indiferencia, desgano y a criticidad; los medios de
comunicación de masas y la tecnología se
han encargado de preparar ese terreno en el que ahora se encuentra la
sociedad. Es una sociedad en la que el
hombre está distraído, entretenido en el pequeño y reducido mundo del celular,
la televisión, el internet y la vida loca. Es un hombre enajenado. Alienado.
El sistema capitalista ha ido estructurando
lentamente una sociedad a imagen y semejanza, ha moldeado al hombre que
necesita para reproducir su poder hegemónico. Ese poder hegemónico que direcciona
todo, absolutamente todo: la
cultura, la política, el arte, la educación, las teorías, la ciencia, la
filosofía y la economía, la cual la ha
ajustado a las leyes del mercado. En
este sentido todo lo que cae en la órbita del sistema capitalista lo transforma
en una mercancía, la cual se compra y se vende; a si tenemos que el trabajo es
una mercancía que tiene un valor de uso y un valor de cambio en consecuencia
Eric Fromm plantea que:
“el trabajo
humano ha llegado a ser un bien de consumo, vendido en el mercado laboral en
iguales condiciones de comercio
reciproco. Pero el sistema mercantil se ha extendido hasta sobrepasar la esfera
de bienes de consumo y trabajo.
El hombre se
ha transformado a sí mismo en un bien de consumo, y siente su vida como un
capital que debe ser invertido provechosamente; sí lo logra, habrá “triunfado” y su vida tendrá sentido; de lo contrario será
un “fracasado” Su “valor” reside en el precio que puede obtener de sus
servicios, no de sus cualidades de amor y razón ni en su capacidad artística.
De ahí que el sentido que tiene de su
propio valor dependa
de factores externos. De ahí que viva pendiente de estos otros, y que su
seguridad resida en la conformidad, en no apartarse nunca
más de dos pasos del rebaño” (Eric Fromm. La condición humana actual.p.11)
En este mismo orden de ideas Fromm, se
pregunta ¿Qué clase de hombre requiere por lo tanto nuestra sociedad para poder
funcionar bien? A esta interrogante responde
de la siguiente manera “necesitan hombres que cooperen dócilmente en grupos numerosos, que deseen consumir más, y cuyos gustos estén estandarizados y puedan
ser fácilmente influidos y
anticipados. Necesita hombres que se sientan libres
e independientes, que no estén sometidos
a ninguna autoridad o principio o conciencia moral y que no obstante, estén dispuestos, a hacer lo previsto, a
encajar sin roces en la máquina social;
hombres que puedan ser guiados sin fuerza,
conducidos sin líderes, impulsados sin
meta, salvo la de continuar en
movimiento, de funcionar, de avanzar.
En la sociedad capitalista el hombre ha
perdido su capacidad creadora, que por naturaleza nos corresponde, somos una
especie inteligente, con capacidad para trascender la historia. Hay que destacar que la educación juega un papel importante en el
proceso de socialización del ser humano
sin embargo en las condiciones actuales la educación no es más que un
instrumento de reproducción de la ideología
del poder hegemónico que impide que las
clases desposeídas asimilen las herramientas teóricas para su propia liberación. La actual educación memorística, libresca y
repetitiva es alienada y alienante, pero además, mutila e inhibe el desarrollo
de la creatividad y el pensamiento lógico.
Por otro lado, vivimos en una sociedad en la
que está muy arraigada la religión, las creencias pero muy poco el conocimiento
científico; es una sociedad enajenada, que se ha perdido a sí misma y se ha transformado en otra, porque
reproduce unos valores que no son los suyos sino los de la sociedad
globalizada. En pocas palabras ha perdido su propia identidad, se desconoce
asimismo, su cultura ya no es la propia si no la de los países europeos. En una
sociedad enajenada los valores son pervertidos y vistos como aspectos
accesorios que sólo sirven para el discurso teórico pero no se llevan ni se
aplican en la práctica.
En relación con el trabajo Marx planteó. El
hombre no sólo se realiza como individuo sino también como especie. Para Marx,
como para Hegel y otros muchos de la
Ilustración, cada individuo representa a la especie, es decir, a la humanidad
como un todo, la universalidad del hombre; el desarrollo del hombre conduce al
desarrollo del trabajo “no se reproduce
ya sólo intelectualmente, como en la conciencia, sino activamente y en
un sentido real, y contempla su propio reflejo del mundo que él ha construido.
Al
mismo tiempo que el trabajo enajenado le arrebata al hombre el objeto de su producción, también le arrebata su vida como especie, su objetividad
real como especie y transforma su ventaja sobre los animales en una desventaja, en tanto que su cuerpo
inorgánico, la naturaleza, le es arrebatada” Así como el trabajo enajenado
trasforma la actividad libre y
autodirigida en un medio, transforma la vida del hombre como especie en un medio de la existencia física.
FUENTES CONSULTADAS.
1.
Erich Fromm. La condición humana.
2.
Erich Fromm. El amor a la vida
3.
Erich Fromm. Marx y el concepto de hombre.
4.
Erich Fromm. El humanismo utopía real.
5.
Erich Fromm. Las cadenas de la ilusión.
6.
Karl Marx. El Capital Tomo I
7.
Heiman el Troudi. Ser capitalista es un mal negocio.
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