LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR: SUS CUALIDADES E INEQUIDADES.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
BREVE
INTRODUCCIÓN.
En estas
breves líneas se reflexiona sobre las bondades e inequidades que se viven en la
Universidad como reflejo de la descomposición social y moral que vive la
sociedad capitalista en general y en
particular la sociedad Salvadoreña.
Pero que a pesar de todo la Universidad de El
Salvador, sigue siendo un espacio privilegiado dentro de la sociedad en la que
nos ha tocado o hemos decidido vivir. En la Universidad de El Salvador existen
muchos vicios como los que hay en todo
el sistema capitalista, empero, en ella se respira un poco de libertad y
democracia lo que no existe en otras instituciones. Por
otro lado, no todo es negativo,
ni todo es positivo pero es deber de los que aún
permanecemos en la Universidad construir
bases sólidas de una ética
y una moral acorde con los altos
valores humanos, éticos y científicos
que son parte consustancial a la misma.
Cabe
destacar que aquí se plantea una opinión muy personal, por lo que cualquier
persona ya sea universitaria o de la sociedad puede o no estar de acuerdo con
mi punto de vista o manera de concebir nuestra máxima casa de estudio.
DESARROLLO.
Más allá de
cualquier planteamiento político e ideológico, la Universidad sigue siendo un
espacio en donde se puede discutir, disentir y discrepar con los demás sin que esto le pueda ocasionar mayores
consecuencias a alguien (al menos en lo inmediato). La Universidad es quizás
una de las instituciones más complejas de la sociedad, dada su naturaleza, composición y por
sus diversas profesiones que en su seno
se desarrollan.
Eso también
le otorga a la institución una cualidad que le es peculiar y que la hace diferente a las demás del
Estado. Su riqueza en las formas de pensar, sus ideologías, sus concepciones
del mundo, de la vida y la sociedad, la
presencia de expresiones ideológicas de las clases sociales hacen de la Universidad un lugar único para albergar pensamientos, disimiles, distintos y contradictorios.
Sin embargo,
cohesionar toda esta gama de ideas,
pensamientos, ideología y concepciones
del mundo no es una tarea fácil como
parece. Debe de haber un liderazgo capaz
de dejar de privilegiar los
intereses de grupos y procurar que toda esta riqueza de pensamiento se ponga al
servicio y en función de un proyecto
político de la Universidad. La Universidad es de las instituciones que
tiene el privilegio de reunir la diversidad de pensamiento, de habilidades,
destrezas y personalidades que son una
fuente de creatividad para el desarrollo de la sociedad y enriquecimiento de la cultura nacional.
Sí las
autoridades actuales, tienen esa capacidad, si son inteligentes, al final de su
gestión podremos transitar de una
Universidad dividida a una cohesionada. Aunque esto parece una utopía sin
embargo, podríamos preguntarnos ¿Para qué sirve la utopía? Eduardo Galeano responde: La utopía
está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte
se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso,
sirve para caminar. A hora bien, pero para caminar es necesario construir un
proyecto político de Universidad, con objetivos, metas y propósitos claros, acciones bien definidas y una clara concepción de Universidad. En la
medida en que todas y todos estemos involucrados caminaremos hacia esa utopía
que no sólo los Universitarios queremos sino la sociedad en general. (Una
Universidad dividida no le sirve a la sociedad pero sí una Universidad
cohesionada)
Conscientes
de que hay muchos vicios que hay que corregir, pero también los Universitarios
y universitarias debemos comprender que
el problema de la Universidad como tal no es de personas, pero claro tiene
mucho que ver como se lideran a esas personas; la concepción de Universidad que
se tenga, los métodos que se empleen, la
aplicación de la justicia, el arraigo que se tenga con la comunidad
universitaria, los espacios que se abran para discutir, la problemática social
como académica, el apoyo que las autoridades brinden a los sectores es de vital importancia para que todos nos involucremos en un proyecto de
Universidad.
Lo que las
autoridades actuales no deben temer es a
la crítica constructiva, bien intencionada, pues como lo menciono en otro documento. Esa es en
realidad, la naturaleza de la Universidad, el examen crítico y la diferencia de criterios, esta es la
energía vital que mueve a la ciencia pero que también lo comparte la
Universidad. Eso es lo que hace grande a
la Universidad, lo que la ennoblece, lo que le da credibilidad.
Los
profesionales debemos de entender también que el mundo tiene un mosaico de
colores y que no podemos aspirar que todos lo veamos de la misma manera; con el mismo cristal, pero lo que sí podemos
lograr son puntos de consenso en los que se busquen alcanzar las mismas metas,
los mismos objetivos y el mismo desarrollo.
Me gusta
muchísimo un pensamiento expresado por el Dr. Salvador Allende en su discurso a los
estudiantes en la Universidad de Guadalajara el 2 de diciembre de 1972.
“en Chile hemos dado un paso trascendente, la
base política de mi gobierno está formada por marxistas, por laicos, y
católicos cristianos y respetamos al pensamiento cristiano cuando ese
pensamiento cristiano, interpreta el verbo de Cristo. . . que echó a los mercaderes
del templo. . .
Los marxistas conjugan la misma
actitud y un mismo lenguaje frente a los problemas esenciales de un pueblo
porque un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa
que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga una ideología política es
un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos que dárselo nosotros.
Sí bien es
cierto que la Universidad no es un Estado, un país, pero es una comunidad
Universitaria en la que se conjugan diversos intereses, diversas necesidades,
pensamientos, ideologías, concepciones del mundo que se tienen que canalizar
para sacar el mejor provecho de esas
ideas, de esa cultura y saberes que llevan consigo. La Universidad no puede ni
debe despreciar a un sector porque piensa diferente a los que están dirigiendo
o porque señala los errores o los vicios que se repiten. Las críticas cuando
son bien intencionadas siempre deben ser bienvenidas.
El oficio de ser Universitario exige como
condición necesaria, el respeto a la libertad responsablemente, la
discrepancia, el debate de las ideas, el dialogo y la búsqueda de consenso,
exige convicción, rigor y defensa inclaudicable de nuestros principios y
valores.
De algo que estoy convencido es que en la
Universidad no debe tener cabida, la mentira, la trampa, el chantaje, la
calumnia, pues son antivalores que no elevan ni cuantitativa ni
cualitativamente a la Universidad.
Su máxima
aspiración y por la que debemos luchar las 24 horas del día es por la verdad;
porque la verdad nos hace grandes, nos ennoblece, nos hace libres y nos humaniza. El Universitario y la
universitaria necesitan también una
alta dosis de humildad para aceptar
nuestras propias limitaciones lo cual se convierte en una condición imprescindible en nuestro quehacer académico y docente.
San
Salvador, 25 de junio de 2017
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