domingo, 25 de junio de 2017

LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR: SUS CUALIDADES E INEQUIDADES


LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR: SUS CUALIDADES E INEQUIDADES.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

BREVE INTRODUCCIÓN.
En estas breves líneas se reflexiona sobre las bondades e inequidades que se viven en la Universidad como reflejo de la descomposición social y moral que vive la sociedad capitalista en general  y en particular la sociedad Salvadoreña.
 Pero que a pesar de todo la Universidad de El Salvador, sigue siendo un espacio privilegiado dentro de la sociedad en la que nos ha tocado o hemos decidido vivir. En la Universidad de El Salvador existen muchos vicios como los que hay en  todo el sistema capitalista,  empero,  en ella se respira un poco de libertad y democracia lo que no existe en otras instituciones.  Por  otro lado, no  todo es negativo, ni todo es positivo pero es deber de los  que aún  permanecemos en la Universidad construir  bases sólidas  de  una ética  y una moral acorde con los  altos valores humanos, éticos y  científicos que son parte consustancial a la misma.
Cabe destacar que aquí se plantea una opinión muy personal, por lo que cualquier persona ya sea universitaria o de la sociedad puede o no estar de acuerdo con mi punto de vista  o manera de  concebir nuestra máxima casa de estudio.
DESARROLLO.
Más allá de cualquier planteamiento político e ideológico, la Universidad sigue siendo un espacio en donde se puede discutir, disentir y discrepar con los demás  sin que esto le pueda ocasionar mayores consecuencias a alguien (al menos en lo inmediato). La Universidad es quizás una de las instituciones más complejas de la sociedad,  dada su naturaleza, composición  y  por sus diversas profesiones  que en su seno se desarrollan.
Eso también le otorga a la institución una cualidad que le es peculiar  y que la hace diferente a las demás del Estado. Su riqueza en las formas de pensar, sus ideologías, sus concepciones del mundo,  de la vida y la sociedad, la presencia de expresiones ideológicas de las clases sociales  hacen de la Universidad  un lugar  único para albergar pensamientos, disimiles,  distintos  y contradictorios.  
Sin embargo,  cohesionar toda esta gama de ideas, pensamientos, ideología  y concepciones del mundo no es una tarea  fácil como parece. Debe de haber un  liderazgo capaz de dejar de  privilegiar los intereses  de  grupos y procurar que toda  esta riqueza de pensamiento se ponga al servicio y en función  de un proyecto político  de la Universidad.  La Universidad es de las instituciones que tiene el privilegio de reunir la diversidad de pensamiento, de habilidades, destrezas y personalidades que  son   una fuente de creatividad para el desarrollo de la sociedad  y enriquecimiento  de la cultura nacional.
Sí las autoridades actuales, tienen esa capacidad, si son inteligentes, al final de su gestión podremos  transitar de una Universidad dividida a una cohesionada. Aunque esto parece una utopía sin embargo, podríamos preguntarnos ¿Para qué sirve la utopía?  Eduardo Galeano responde: La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. A hora bien, pero para caminar es necesario construir un proyecto político de Universidad, con objetivos, metas y propósitos  claros, acciones bien definidas  y una clara concepción de Universidad. En la medida en que todas y todos estemos involucrados caminaremos hacia esa utopía que no sólo los Universitarios queremos sino la sociedad en general. (Una Universidad dividida no le sirve a la sociedad pero sí una Universidad cohesionada)
Conscientes de que hay muchos vicios que hay que corregir, pero también los Universitarios y universitarias debemos  comprender que el problema de la Universidad como tal no es de personas, pero claro tiene mucho que ver como se lideran a esas personas; la concepción de Universidad que se tenga, los métodos que se empleen,  la aplicación de la justicia, el arraigo que se tenga con la comunidad universitaria, los espacios que se abran para discutir, la problemática social como académica, el apoyo que las autoridades brinden a los sectores  es de vital importancia para  que todos nos involucremos en un proyecto de Universidad.
Lo que las autoridades actuales no deben  temer es a la crítica constructiva, bien intencionada, pues  como lo menciono en otro documento. Esa es en realidad, la naturaleza de la Universidad, el examen crítico  y la diferencia de criterios, esta es la energía vital que mueve a la ciencia pero que también lo comparte la Universidad. Eso es  lo que hace grande a la Universidad, lo que la ennoblece, lo que le da credibilidad.
Los profesionales debemos de entender también que el mundo tiene un mosaico de colores y que no podemos aspirar que todos lo veamos de la misma manera;  con el mismo cristal, pero lo que sí podemos lograr son puntos de consenso en los que se busquen alcanzar las mismas metas, los mismos objetivos y el mismo desarrollo.
Me gusta muchísimo un pensamiento expresado por el Dr.  Salvador Allende en su discurso a los estudiantes en la Universidad de Guadalajara el 2 de  diciembre de 1972.
“en  Chile hemos dado un paso trascendente, la base política de mi gobierno está formada por marxistas, por laicos, y católicos cristianos y respetamos al pensamiento cristiano cuando ese pensamiento cristiano, interpreta el verbo de Cristo. . . que echó a los mercaderes del templo. . .
Los marxistas conjugan la misma actitud y un mismo lenguaje frente a los problemas esenciales de un pueblo porque un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga una ideología política es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos que dárselo nosotros.
Sí bien es cierto que la Universidad no es un Estado, un país, pero es una comunidad Universitaria en la que se conjugan diversos intereses, diversas necesidades, pensamientos, ideologías, concepciones del mundo que se tienen que canalizar para sacar el mejor provecho  de esas ideas, de esa cultura y saberes que llevan consigo. La Universidad no puede ni debe despreciar a un sector porque piensa diferente a los que están dirigiendo o porque señala los errores o los vicios que se repiten. Las críticas cuando son bien intencionadas siempre deben ser bienvenidas.
 El oficio de ser Universitario exige como condición necesaria, el respeto a la libertad responsablemente, la discrepancia, el debate de las ideas, el dialogo y la búsqueda de consenso, exige convicción, rigor y defensa inclaudicable de nuestros principios y valores.
 De algo que estoy convencido es que en la Universidad no debe tener cabida, la mentira, la trampa, el chantaje, la calumnia, pues son antivalores que no elevan ni cuantitativa ni cualitativamente a la Universidad.
Su máxima aspiración y por la que debemos luchar las 24 horas del día es por la verdad; porque la verdad nos hace grandes, nos ennoblece, nos hace libres  y nos humaniza. El Universitario y  la universitaria  necesitan también una alta dosis  de humildad para aceptar nuestras propias limitaciones lo cual se convierte en una condición  imprescindible en nuestro quehacer  académico y docente.


San Salvador, 25 de junio de 2017

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