ENSAYO SOBRE
“LAS ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS PARA LA ENSEÑANZA DE LA INVESTIGACIÓN FORMATIVA EN
EDUCACIÓN SUPERIOR”.
POR: MSc.
JOSÉ ISRAEL VENTURA.
SITUACIÓN PROBLEMÁTICA
La educación desde hace muchos años ha
entrado en el contexto de un debate mundial en el que Gobiernos, funcionarios
públicos, empresarios y educadores han llegado a afirmar que la educación es el
factor más importante para el desarrollo de la sociedad.
No obstante, cada uno trata de concebir la
educación desde su propia óptica, los intereses de clase que defiende o el
modelo económico que promueve. Por otro lado, la educación como fenómeno social
está conectada con todos los elementos de la estructura social y con el modo de
producción prevaleciente. De ahí que para entender el correcto significado de
la educación es necesario comprender cuales son los intereses económicos, políticos
y culturales que la orientan. En este sentido estamos enfrentados con la
educación que plantean los grupos hegemónicos y la educación que necesita el
país. Lo que sí debe quedar claro es que la planificación del sistema educativo
no debe estar en función de los intereses
de los grupos que ostentan el poder sino en función de las necesidades e
intereses de la sociedad.
Ahora
bien, nadie ignora, que vivimos en una sociedad globalizada, técnica, y
científicamente con un impresionante desarrollo de la comunicación y la
informática y como tal pareciera que ese es el tipo de educación que
necesitamos para salir del atraso e insertarnos a la competencia mundial.
En
consecuencia, la educación que se publicita todos los días en nuestro país a
través de los medios de información no es la que el país y la sociedad necesita
sino la educación que el aparato productivo requiere.
En
este sentido cabe hacernos una interrogante ¿Cuál es la educación entonces que
el pueblo necesita? Sin duda alguna la educación que el pueblo necesita debe
comprender la formación moral,
espiritual y crítica que convierta
al educando en una agente de cambio
y no en un mero reproductor del modelo hegemónico.
En muchas ocasiones se dice que somos un país
atrasado porque somos dependientes o porque no contamos con un medio geográfico favorable a nosotros (Yacimientos de petróleo, Minerales, ríos
caudalosos y tierras fértiles) o porque somos una sociedad demasiado
poblada. Es probable que muchos de estos
factores contribuyan a la situación de atraso que vivimos aunque no pueden ser
los determinantes de manera absoluta.
Pero cuando nos detenemos a revisar un poco
la historia nos enteramos de que nuestro
atraso no sólo es el resultado de una injusta distribución de la riqueza que
existe en pocas manos; o la de falta de
recursos naturales sino que además,
vivimos en una cultura dominante y dominada.
Por otro lado, ha habido un descuido en
la calidad de educación, en la que el
modelo pedagógico por excelencia ha sido el modelo libresco e informativo que aún sigue
predominando en todo el sistema educativo o dicho en palabras de Paulo Freire,
un modelo de educación bancaria. Pero veamos que más dice Paulo Freire “Se
necesita una educación que intente el pasaje de la transitividad ingenua a la
transitividad crítica, ampliando y profundizando la capacidad de captar los
desafíos del tiempo colocando al hombre en condiciones de resistir los poderes
de la emocionalidad de la propia transición. Armarlo contra la fuerza de los
irracionalismos, de los que era fácil, en la posición transitiva ingenua.
(Paulo Freire. educación como práctica de la libertad p. 80).
Las clases pudientes se han esforzado no en
educar a la población sino en deseducar
a la población como lo apunta Noam Chomsky en su libro la deseducación:
Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que
realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado
primordialmente para formar profesores
cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el
pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre
sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que por ello mismo, fija estas como las
únicas posibles. (Noam Chomsky. La (des) Educación. p.)
De modo que, la educación en vez de
convertirse en un vehículo coadyuvante para desarrollo de la sociedad se ha convertido en una retranca. Por otra parte, nuestra educación no ha incentivado la
búsqueda sistemática, rigurosa y
lógica del conocimiento científico a
través de la investigación y se ha
concretado a repetir modelos estructurados con base a otras experiencias
educativas que distan mucho de nuestra realidad.
Ha
sido una educación para la reproducción del pensamiento hegemónico dominante.
Sin embargo, lo poco que se logrado en el campo de la educación (al menos en
cobertura no en calidad) se debe sobre todo a las exigencias que el mismo
aparato productivo ha ido planteando. Da ahí que todas las reformas Educativas
llevadas a cabo en el país han respondido siempre a las presiones de los organismos internacionales
(BIB, FMI, BM Y OMC) y al aparato productivo del país.
LA INVESTIGACIÓN FORMATIVA Y PROFESIONAL EN LA UNIVERSIDAD.
La educación superior hoy se
está viendo sometida a grandes desafíos
en materia de calidad de su práctica educativa e investigativa. Desde hace muchas décadas las Universidades
se han visto cuestionadas en sus propios
países por no responder a las
necesidades que plantea la sociedad misma.
Por actuar de espaldas de la realidad en la que ella está inmersa.
No obstante, cuando se habla de investigación
en las instituciones de educación superior se hace referencia no sólo a hacer
investigación, una de las misiones esenciales
de aquella, sino también a utilizarla de manera adecuada y pertinente
enriqueciendo con ello la docencia y preparando a estudiantes para que puedan
hacer una lectura crítica y científica de la realidad y a la vez puedan con toda propiedad investigarla y hacer propuestas que contribuyan a resolver
muchos de los problemas que hoy aquejan a nuestras sociedades. Las autoridades
de las Universidades no deben pasar inadvertido el hecho de que cuando un joven estudiante ingresa a
una determinada carrera viene con el
deseo de contribuir de alguna manera a resolver problemas de su propia
especialidad y es deber de la
Universidad proporcionarle las
herramientas teórica, metodológicas y científicas para que pueda desde su
especificidad coadyuvar al mejoramiento de su entorno social.
De ahí
la necesidad de que a través de la
investigación formativa se vaya creando esa cultura investigativa, en
correspondencia con sus aspiraciones y
sueños de convertirse a futuro en un profesional de la investigación. En este contexto a la Universidad se le
presenta una gran oportunidad de crear
un semillero de jóvenes que a futuro le rindan excelentes dividendos al país.
Hay que destacar que la investigación
formativa ineludiblemente está asociada al problema pedagógico en tanto que el
docente como mediador del proceso de
enseñanza aprendizaje mantiene una relación con la docencia investigación de
tal forma que las estrategias didáctico-pedagógicas que organice el docente
deben de estar en correspondencia con los objetivos que él se propone alcanzar.
Sin lugar a dudas hablar de investigación
formativa es hablar de formación investigativa o del uso de la investigación
para formar para investigar, pero en la investigación que se realiza con los
estudiantes el docente debe de tener mucha claridad en el sentido de que su
principal objetivo es de que el alumno o alumna se apropie de las
herramientas teóricas, metodológicas y científicas.
De tal manera que, las estrategias
pedagógicas que él promueva deben responder a ese gran objetivo. Pero además, nunca se debe de perder de vista
que a “investigar se aprende investigando”
(Pablo González Casanova. Investigación y Docencia citado por Raúl Béjar
y Jorge Isaac. p. 21) y que el criterio de verdad es praxis científica.
Obviamente toda investigación por muy modesta
que sea debe de conducirnos necesariamente al descubrimiento de conocimientos
nuevos. Es importante estar consciente de
que el propósito de la investigación formativa es más
de orden pedagógico que producción de conocimiento nuevo.
Investigación formativa es formar en investigación
y para la investigación, desde actividades investigativas que incorporan la
lógica de la investigación y aplican métodos de investigación, pero que no
implican necesariamente el desarrollo de proyectos de investigación completos
ni el hallazgo de conocimiento nuevo y universal.
LA ENSEÑANZA DE LA INVESTIGACIÓN FORMATIVA.
Antes de hablar de la investigación formativa
es necesario hacer algunas consideraciones en torno al concepto de enseñar ya que en el marco de la educación
tradicional (bancaria) se cree que él único poseedor de conocimientos es el
maestro por lo tanto, el alumno y alumna
es un simple recipiente al que se tiene que llenar. Para ello me voy apoyar en uno de los últimos
textos que escribió el gran pedagogo Brasileño Paulo Freire el cual se titula
“la Pedagogía de la Autonomía”
ENSEÑAR EXIGE RIGOR METÓDICO.
El
educador democrático no puede negarse el deber de reforzar, en su práctica
docente, la capacidad crítica del educando, su curiosidad, su insumisión. Una
de sus tareas primordiales es trabajar con los educandos el rigor metódico con
que deben “aproximarse” a los objetos cognoscibles.
ENSEÑAR EXIGE INVESTIGACIÓN.
No hay
enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza. Estos
quehaceres se encuentran cada uno en el cuerpo del otro. Mientras enseño
continúo buscando, indagando. Enseño por que busco, porque indagué, porque
indago y me indago. Investigo para comprobar, comprobando intervengo,
interviniendo educo y me educo. Investigo para conocer lo que aún no conozco y
comunicar o anunciar la novedad.
Pensar acertadamente, en términos críticos,
es una exigencia que los momentos del ciclo gnoseológicos le van planteando a
la curiosidad que, al volverse cada vez más metódicamente rigurosa, transita de
la ingenuidad hacia “la curiosidad etimológica”
ENSEÑAR EXIGE RESPETO A LOS SABERES DE LOS
EDUCANDOS.
Por eso mismo pensar acertadamente impone al
profesor o, en términos más amplios al sistema educativo, el deber de respetar
no sólo los saberes con que llegan los educandos, sobre todo los de las clases
populares –saberes socialmente construidos en la práctica comunitaria--, sino
también, como discutir con los alumnos la razón de ser de esos saberes en
relación con la enseñanza de los contenidos.
¿Por qué no aprovechar la experiencia que
tienen los alumnos de vivir en áreas de la ciudad descuidadas por el poder
público para discutir, por ejemplo, la contaminación de los arroyos y de los
bajos niveles de bienestar de la población, los basureros abiertos y los riesgos
que ofrecen a la salud de la gente. ¿Por qué no hay basureros abiertos en las
colonias ricas urbanas?
ENSEÑAR EXIGE CRÍTICA.
En la diferencia y en la “distancia” entre la
ingenuidad y la crítica, entre el saber hecho de pura experiencia y el que
resulta de los procedimientos metódicamente rigurosos, no hay ruptura alguna,
sino una superación. La superación y no la ruptura se da en la medida en que la
curiosidad ingenua, sin dejar de ser curiosidad, al contrario, al continuar
siendo curiosidad, se hace crítica.
ENSEÑAR EXIGE ESTÉTICA Y ÉTICA.
La necesaria promoción de la ingenuidad a la
crítica no puede o debe ser hecha a distancia de una rigurosa formación ética
siempre al lado de la estética. Decencia y belleza de acuerdo. ...es por eso
por lo que transformar la experiencia educativa en puro adiestramiento técnico
es despreciar lo que hay de fundamentalmente humano en el ejercicio educativo:
su carácter formador. Si se respeta la naturaleza del ser humano, la enseñanza
de los contenidos no puede darse alejada de la formación del educando.
ENSEÑAR EXIGE LA CORPORIFICACIÓN DE LAS
PALABRAS EN EL EJEMPLO.
El profesor que realmente enseña, es decir,
que trabaja los contenidos en el marco del rigor del pensar acertado, niega,
por falsa la fórmula farisaica del “haga lo que
mando y no lo que hago”. Quién piensa acertadamente está cansado de
saber que las palabras a las que les falta la corporeidad del ejemplo poco o
casi nada valen.
Si estudiar no fuese para nosotros casi
siempre una carga, si leer no fuese una obligación amarga que hay que cumplir,
si por el contrario estudiar y leer fuesen fuente de alegría y placer, de la
que surge también el conocimiento indispensable con el cual nos movemos mejor
en el mundo, tendríamos índices que revelarían una mejor calidad en nuestra
educación (Paulo Freire. Cartas a quién pretende enseñar. P. 40) la práctica educativa, es algo muy serio.
Tratamos con gente, con niños, adolescentes o adultos. Participamos en su
formación. Los ayudamos o las
perjudicamos en esta búsqueda. Estamos intrínsecamente conectados con ellos en
su proceso de conocimiento. Podemos contribuir a su fracaso con nuestra
incompetencia, mala preparación o irresponsabilidad. Pero también podemos
contribuir con nuestra responsabilidad, preparación científica y gusto por la
enseñanza, con nuestra seriedad y nuestro testimonio de lucha contra las
injusticias, a que los educandos se vayan transformando en presencias notables
en el mundo (Ibid. P. 52 y 53). la excelencia académica no se consigue con
diseñar políticas educativas descontextualizadas o modelos prospectivos, ni es
cuestión de estadísticas, sino de integrar cualidades intelectuales, éticas y
profesionales, así como vocación de servicio en un proyecto de formación de
hombres y mujeres preparados para ejercer su profesión con eficiencia, pero
también con un compromiso social y una visión humanista para que el crecimiento
económico beneficie en efecto al conjunto de la sociedad ( Raúl Rojas Soriano y
Amparo Ruiz del Castillo. Vinculo Docencia- investigación p. 21 y 22).
Enseñar a pensar, a hacer uso de la capacidad
de reflexión, a comprometerse con el análisis y transformación de la realidad
concreta en la que se realiza el proceso educativo, todo ello dentro de una
visión humanista que recupere los valores, la cultura, la pluralidad en formas
de pensar. (Ibid. P. 37).
Este debería de ser uno de las grandes metas
de la educación en nuestro tiempo ya que hoy en día es uno de los aspectos que
poco a poco se van perdiendo y se convierten cada día en una amenaza para el
desarrollo cultural y científico de la sociedad. En consecuencia,
la Universidad debe ser la institución por excelencia la llamada a cultivar
dichos valores; pues supuestamente es en esta institución es donde se cultivan
los más altos valores de la cultura de un pueblo y la sociedad.
El profesor no puede ser concebido como un
simple técnico que aplica rutinas preestablecidas a problemas estandarizados
como el mejor modo de orientar racionalmente su propósito. (Ángel I Pérez
Gómez. Introducción. Comprender y enseñar a comprender. Reflexiones en torno al pensamiento de J.
Elliot. P. 16). La orientación meramente
técnica de la función docente desprofesionaliza, sin duda, a los profesores.
Los convierte en instrumentos intermedios, aplacadores de técnicas, elaboradas
por expertos externos, cuyos fundamentos y finalidad escapan a su conocimiento
y control. Equipados con una competencia profesional tan restringida
difícilmente el profesor puede afrontar la complejidad, diversidad y riqueza
dinámica de la vida del aula. Pero lo más grave, es que la orientación técnica
de la función docente distorsiona el valor educativo de la práctica, al
reducirla a una más o menos rigurosa secuencia mecánica de actos que se
orientan a resultados previstos y preestablecidos” ( Ibid p. 17)
El conocimiento profesional de los docentes
debe formarse en un complejo y prolongado proceso de conocimiento en la acción
(saber hacer) y de reflexión en y sobre la acción (saber pensar, investigar).
Así, el conocimiento relevante para orientar la práctica docente en la vida
cambiante e incierta del aula. Cuando se propone facilitar el desarrollo de la
comprensión en sus alumnos, surge y se genera en la reflexión sobre las
características y procesos de su propia práctica, en todas las dimensiones de
su amplia acepción: diseño, desarrollo y evolución. No obstante, el profesor
que desarrolla sus teorías a partir únicamente de la reflexión sobre la
experiencia, dejando de lado las reflexiones pasadas y presentes de los demás,
acaba inventando la rueda (Ibid. P. 17)
LA INVESTIGACIÓN FORMATIVA.
El aprendizaje sistemático, requiere de una
actualización permanente seria y responsable. Sobre todo hoy que estamos
viviendo en una sociedad en la que el conocimiento es un factor determinante del
desarrollo y un soporte fundamental en
el progreso de los países.
Para
el estudiante Universitario independientemente cual sea su carrera siempre se hará necesario la producción de
conocimientos y un aprendizaje
permanente que lo mantenga al día de todos los avances científicos que la
Ciencia está produciendo. Además,
requiere adquirir las competencias suficientes para investigar e indagar de
manera sistemática y organizada para la
producción de nuevos conocimientos. En consecuencia, la investigación se
convierte en el factor fundamental para la Universidad constituyéndose en un
destacado elemento del proceso educativo. Además, se genera conocimiento y se propicia con ello un verdadero
aprendizaje.
En este sentido las Universidades no deben de
conformarse con incluir una o dos
materias de investigación (Métodos y
técnicas) sino que deben de planear un curriculun que integre en toda la
carrera la investigación formativa y
exigir a todos sus docentes los conocimientos básicos de la investigación.
Voy
aventurarme a hacer una aseveración que
a futuro puede darse. La o las Universidades que mejor organizada tengan la investigación formativa como profesional
serán las llamadas a tener el mayor
éxito académico y gozarán de mayor prestigio en su ámbito. Pero cabe mencionar
que lo anterior se puede lograr únicamente
cuando la investigación formativa sea asumida con mucha seriedad y
responsabilidad de parte de
quienes imparten dichas asignaturas. De ahí que, la investigación formativa
deviene en el aprendizaje de la investigación utilizando todo el arsenal teórico metodológico y
científico.
También es necesario dejar bien explicitado que cualquier tipo de
investigación que asumamos ya sea formativa o profesional no la podemos
ver como aséptica, neutral o apolítica.
Pues siempre está presente la
concepción del mundo y los valores que
ella como tal encierra. En este mismo orden de ideas la concepción del mundo
que el investigador o docente asuma esa será al mismo tiempo la forma de
planificar y organizar el proceso de enseñanza aprendizaje en el aula; pero sin
olvidar la relativa autonomía de la ciencia y la investigación.
Por
otra parte, no debemos de olvidar que el objetivo primordial de la enseñanza de
la investigación formativa es aumentar
su autonomía racional; pero además, lograr que los profesionales se sometan a los principios
morales y éticos que deben prevalecer en todo profesional egresado de una
Universidad.
ÁMBITOS DE LA FORMACIÓN.
La formación integral puede orientarse a uno
o varios ámbitos específicos del desarrollo del estudiante. En efecto, podemos
orientar los aprendizajes a la preparación intelectual, humana, social y
profesional.
ENFOQUES METODOLÓGICO.
Una de las metodología que mejores resultados
a portan en el proceso de enseñanza aprendizaje de la investigación es aprender
haciendo, es decir, que el alumno y
alumna no sólo manejen la teoría sino que a la vez la lleven a la práctica. Sin
abandonar por completo los diferentes
métodos que orientan el proceso de
enseñanza aprendizaje.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
1.
Paulo
Freire. La educación como práctica de la libertad.
2.
Noam
Chomsky. La (des) educación
3.
Pablo
González Casanova. Investigación y
Docencia en Raúl Béjar y Jorge Isaac
4.
Paulo
Freire. Cartas a quién pretende enseñar.
5.
Raúl Rojas
Soriano y Amparo Ruiz del Castillo. Docencia – investigación.
6.
Ángel I.
Pérez Gómez. Comprender y enseñar.
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